miércoles, 26 de mayo de 2021

HOLLYWOOD PARANORMAL: GEORGE REEVES


HOLLYWOOD PARANORMAL : GEORGE REEVES


"¡Ahora no estás peleando con una mujer!"

Superman a un esposo golpeador (Action Comics Nº1, 1938)

En su novela “Ulises” (1922), James Joyce define al fantasma como "un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres." George Reeves se ha convertido en uno de estos míticos seres por muerte y por ausencia. Pero no por cambio de costumbres, porque aún sigue apareciendo en su antigua casa vestido con su traje de Superman.


GEORGE REEVES: UN POCO DE HISTORIA

George Reeves nació como como George Keefer Brewer el 5 de enero de 1914 en Iowa, hijo de Don Brewer y Helen Lescher. Su padre abandonó a su madre poco después de su nacimiento y el actor jamás lo conoció. Ella se casó luego con Frank Bessolo, quien adoptó a George poco después. El matrimonio de Lescher y Bessolo duró quince años. Se separaron cuando Reeves estaba ausente del hogar y su madre le dijo que su padre se había suicidado. Según contó una prima del actor, Catherine Chase, Reeves ignoró por mucho tiempo que  Frank Bessolo estaba aún vivo y que no era su padre biológico.
George Reeves comenzó a actuar y cantar en Pasadena durante la secundaria. Practicó también boxeo amateur hasta que su madre se lo prohibió. Se inició como actor profesional al ser admitido en el "Pasadena Playhouse", un teatro de larga trayectoria. Su carrera cinematográfica comenzó en 1939, con muy buen pie, cuando debutó como Stuart Tarleton, uno de los pretendientes de la caprichosa Scarlett O’Hara (Vivien Leigh) en la inolvidable película “Gone with the Wind” (“Lo que el viento se llevó”, Victor Fleming/George Cukor/Sam Wood, 1939). Reeves y Fred Crane aparecían en las escenas iniciales del film con el cabello teñido de color rojo brillante interpretando a los gemelos Tarleton. De inmediato fue contratado por la Warner Bros, pero tuvo poca suerte y durante años sólo tuvo papeles en películas Clase B. En 1940 se casó con la actriz Ellanora Needles.
De la  Warner Bros pasó a la Twentieth Century Fox donde participó en varias películas de poco presupuesto. Finalmente, en 1942, el director Mark Sandrich lo contrató para interpretar al Teniente John Summers, el rol protagónico del drama de guerra “So Proudly We Hail!”, junto a Claudette Colbert. La película fue un éxito de crítica y de taquilla. En 1943, 17 meses después del ataque a Pearl Harbor, Reeves, quien no tenía hijos en su matrimonio, fue enrolado en la aviación, permaneciendo en la misma hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar la guerra, el actor sólo encontró papeles en películas y series de bajo presupuesto. Había proyectado con Mark Sandrich participar en nuevos proyectos conjuntos, pero el fallecimiento del director truncó los planes. 
En 1951, le ofrecieron el rol de Superman para una serie de televisión. Inicialmente, Reeves no se mostró muy entusiasmado con el papel debido a que pensaba, como muchos actores durante el inicio de la industria de la televisión, que el medio era poco importante y que no garantizaba demasiada exposición. Aceptó el trabajo por un bajo salario y se llevó una sorpresa cuando en 1952, con el patrocinio de "Kellog's", la serie salió al aire y él se convirtió en una celebridad nacional.
A Reeves no le molestaba hacer apariciones personales como Superman, ya que de ese modo ganaba algo más de dinero para compensar su exiguo salario. Sentía verdadero afecto por sus seguidores, y tomó su papel de modelo a seguir con seriedad, evitando que los niños lo vieran fumando y manteniendo una discreta vida privada. Sin embargo, en 1951, inició un romance con Toni Mannix, esposa de Eddie Mannix, gerente general de la Metro Goldwyn Mayer (el matrimonio de Reeves con Ellanora Needles había terminado en divorcio el año anterior).
Junto a Toni Mannix, George Reeves trabajó para recaudar dinero para luchar contra la miastenia gravis, una enfermedad neuromuscular autoinmune y crónica caracterizada por grados variables de debilidad de los músculos esqueléticos  del cuerpo. Además, en 1955 se desempeñó como presidente nacional de la Myasthenia Gravis Foundation. Durante la segunda temporada de la serie, apareció en un video del Departamento del Tesoro de los EE. UU., "Stamp Day for Superman",  en el que capturaba a unos ladrones y aconsejaba a los niños invertir en sellos de ahorro del gobierno.
George Reeves era un excelente compañero de trabajo, divertido, atento y generoso. Insistió en que la Lois Lane original, Phyllis Coates, tuviera en los créditos de la serie su mismo reconocimiento. También apoyó abiertamente a Robert Shayne, quien interpretaba al Inspector de Policía William "Bill" Henderson, cuando fue acusado de ser miembro del Partido Comunista. Cuando Coates fue sustituida por Noel Neill, evitó que el director fuese demasiado duro con la actriz, muy nerviosa en su primer día de trabajo.
Después de dos temporadas, Reeves expresó su descontento con la unidimensionalidad de su papel y los bajos sueldos. Para entonces, a los 40 años de edad, deseaba dejar el programa y proseguir con su carrera. Sin embargo, los productores de "Superman" le ofrecieron un aumento de sueldo y regresó al programa. A esta altura, el actor era tan asociado con Superman y Clark Kent que le era difícil encontrar otros papeles.
George rompió con Toni Mannix en 1958, y anunció su compromiso con Leonore Lemmon.  En la última temporada de las "Aventuras de Superman",  George Reeves ya ganaba el respetable salario de 2500 dólares por capítulo. En 1959, aceptó el papel para una nueva temporada que nunca llegó a rodarse.
George Reeves falleció el  16 de junio de 1959, con apenas 45 años.


LA MUERTE DE SUPERMAN

Según el informe del Departamento de Policía de Los Ángeles, aproximadamente entre la 1:30 y las 2:00 AM del 16 de junio de 1959, George Reeves murió de una herida de bala en la cabeza en el dormitorio del piso de arriba de su casa en Benedict Canyon. Las declaraciones de los testigos y el examen de la escena del crimen llevaron a la conclusión de que la muerte había sido auto infligida. Aparentemente, George, dejando a su prometida y a unos amigos en la planta baja, completamente borrachos, subió a su habitación, se sentó al borde de la cama y gatilló un revólver en su sien derecha.
La madre de George Reeves jamás aceptó que su hijo se hubiera suicidado y contrató a la Agencia de Detectives Nick Harris para tratar de esclarecer la muerte del actor. Nunca se hallaron pruebas de un asesinato, pero hubo puntos oscuros que rodearon de dudas la muerta de George Reeves: no se encontraron sus huellas en el arma que lo mató (ni las de ninguna otra persona); el casquillo de la bala fue hallado debajo el cuerpo del actor;  a pesar de, supuestamente, Reeves se disparó sentado en su cama, el cuerpo fue descubierto yaciendo sobre su espalda y el arma, a sus pies; se encontraron dos agujeros de bala en el piso de la habitación del actor, que su novia, Leonore Lemmon, atribuyó a un disparo accidental efectuado por ella ese mismo día.
La tesis central de la biografía ficcionada de ReevesHollywood Kryptonite: The Bulldog, the Lady, and the Death of Superman” (Sam Kashner/Nancy Schoenberger, 1996), sostiene que el actor fue asesinado por orden de Toni Mannix, que buscó vengarse por haber sido abandonada. Toni sufrió de Alzheimer  durante años y murió en 1983. En 1999, después de la resurrección del caso en los programas de televisión “Unsolved Mysteries”  y “Mysteries and Scandals”, el publicista Edward Lozzi afirmó que Toni Mannix le había confesado a un sacerdote católico, en su presencia, que ella había sido la responsable de la muerte de George Reeves. Sin embargo el actor Jack Larson, amigo de Reeves, descartó la información argumentando que para el momento en que Lozzi había escuchado estas declaraciones, la salud mental de Toni Mannix  ya estaba deteriorada.


LEYENDA URBANA

Una leyenda urbana, totalmente descabellada, asegura que George Reeves no murió a causa de un disparo de arma de fuego, sino que, absolutamente obsesionado con su personaje, se arrojó por la ventana creyendo que realmente era Superman y podía volar. 


 EL FANTASMA DE GEORGE REEVES
Después de la muerte de Reeves, su casa de Benedict Canyon fue vendida y los nuevos dueños declararon que el fantasma de George permanecía en la mansión, asegurando que ruidos extraños procedían del dormitorio donde se quitó la vida. Además, los miembros de un equipo de televisión que se encontraban en el lugar filmando un documental sobre el malogrado actor, afirmaron haberlo visto en su antiguo hogar, vestido con su traje de Superman.

LA MALDICIÓN DE SUPERMAN

La trágica y prematura muerte de George Reeves fue el puntapié inicial  para que comenzara a hablarse de "La maldición de Superman", aunque los entendidos aseguran que empezó mucho antes, en la década del ’30, cuando Jerry Siegel y Joe Shuster, dos jóvenes que habían crecido leyendo revistas de comics, novelas baratas y devorando seriales de radio y televisión, crearon un héroe extraterrestre superpoderoso e indestructible, justo cuando Estados Unidos pasaba por la depresión económica más grave de su historia. Los dibujantes vendieron ingenuamente al personaje, por apenas 130 dólares, a la editorial DC Comics, que se aprovechó de la pobre situación económica de Siegel y Shuster. El 1 de marzo de 1938, los amigos recibieron una carta enviada por un ejecutivo de DC que contenía varios cheques por diferentes trabajos, entre ellos, uno de 130 dólares por un tal Superman. Los dibujantes habían malvendido al superhéroe más importante de la historia y la DC Comics, aprovechándose de ellos, había abierto las puertas a una de las leyendas más negras de la historia del cine.
En junio de 1938, un héroe desconocido para la audiencia, Superman, apareció en la portada del primer número de Action Comics. Fue tan exitoso que, apenas un año después, el hombre de acero tuvo su propia revista. El enorme éxito del personaje hizo millonarios a los editores de DC Comics, pero Siegel y Shuster no vieron un solo dólar. Los dibujantes entablaron una batalla legal contra DC, fueron despedidos de la empresa y, según la leyenda, maldijeron a todo aquel que usara de alguna manera  a Superman.

JOHN F. KENNEDY

Después del supuesto suicidio de George Reeves, en 1959, primera víctima conocida de la maldición, Superman se unió en Estados Unidos a la ola de optimismo nacional que provocó la llegada de John F. Kennedy al poder. Luego de consultarlo con sus asesores, Kennedy aceptó protagonizar un cómic junto al superhéroe, que iba a titularse “La misión de Superman para el presidente Kennedy” y saldría a la calle en  abril de 1964.  Pero esa edición jamás vio la luz: el 22 de noviembre de 1963  el presidente Kennedy fue asesinado en Dallas. Tenía 46 años.


MARLON BRANDO

En 1975 el productor Ilya Salkind decidió llevar al cine nuevamente las aventuras del hombre de acero pero, antes de concretarlo, se vio enfrascado en una molesta disputa legal con Jerry Siegel y Joe Shuster, ya adultos mayores, que vivían casi en la indigencia. Shuster,  casi ciego, compartía un ruinoso piso con su hermano, y Siegel ganaba una miseria como cartero. Este último, escribió un comunicado de prensa denunciando la injusta situación: “Los editores de Superman mataron mis días, asesinaron mis noches, ahogaron mi felicidad y estrangularon mi carrera. Considero a esos directivos unos asesinos económicos y monstruos cegados por el dinero y, yo, Jerry Siegel, cocreador de Superman, maldigo esa película”.
La película, titulada simplemente “Superman” y dirigida por Richard Donner en 1978, fue un éxito de crítica y de taquilla. Pero la maldición no tardó en hacerse presente. El primero en ser afectado por ella fue el mítico actor Marlon Brando, que interpretó en la película a Jor-El, científico y líder del planeta Krypton y  padre biológico de Kal-El, el kryptoniano que se convertiría en Superman.
Brando, que había cobrado 3 millones de dólares por salir sólo ocho minutos en pantalla, vivió una tremenda tragedia personal en mayo de 1990, cuando su hijo Christian asesinó a Drag Dollet, el novio de su hermana Cheyenne, que estaba esperando un hijo de Dollet, porque éste había golpeado a la chica. Christian fue condenado a 10 años de cárcel, de los que solo cumplió  la mitad. Murió en el 2008, a los 49 años,  aparentemente a causa de una fuerte neumonía que se complicó. Su hermana Cheyenne se había ahorcado en el dormitorio de su casa en Punaauia, Tahití, el 16 de abril de 1995, con una correa de perro.


MATGOT KIDDER

Margot Kidderla hermosa actriz que  interpretó a Luisa Lane en toda la saga de las películas de Superman de los años '80, sufrió en 1990 un accidente automovilístico que la dejó por un tiempo en silla de ruedas. Seis años más tarde, se presentó en el aeropuerto de Los Ángeles gritando como enloquecida: “¡Sé que me vigilan! ¡Me quieren matar!”. Kidder estaba paranoica y sospechaba de una conspiración mundial orquestada por su primer ex marido, en conjunto con la CIA, para acabar con ella “por su poder para cambiar el orden establecido”. Cuatro días más tarde fue encontrada en un callejón totalmente rapada (llevaba sus cabellos en una bolsa de plástico) y sin la parte frontal de su dentadura. Según relató a la policía, había perdido los dientes en una pelea en la que se defendió de un intento de violación. Los médicos que la atendieron dijeron que sufría trastorno bipolar. Afortunadamente, Kidder pudo recuperarse e incluso hizo un pequeño papel en la serie Smallville (Temporada 4).


CHRISTOPHER REEVE

Christopher Reeve,  el actor que encarnó a Superman en los ‘80, fue la víctima más famosa de la maldición. El 27 de mayo de 1995, durante un concurso de equitación con salto de obstáculos en Culppeper, Virginia, cayó de su caballo y se fracturó  dos vértebras cervicales. La caída, además, le seccionó la médula espinal. Reeve perdió la capacidad de respirar por sí solo y la movilidad total de su cuerpo. Desde entonces, el actor permaneció en una silla de ruedas, con respiración asistida. 
Sumamente solidario y con una voluntad férrea, Christopher Reeve, creó, junto a su esposa, la Christopher and Dana Reeve Paralysis Foundation, organización caritativa dedicada a la búsqueda de tratamientos y curas para la parálisis causada por lesiones de la médula espinal y otros trastornos neurológicos. También trabajó para mejorar la calidad de vida de las personas que viven con discapacidades. A pesar de su grave discapacidad física, protagonizó una remake para TV del clásico de  Alfred HitchcockRear Window (“La ventana indiscreta”, 1954), y fue invitado especial en un par de episodios de la serie Smallville como Virgil Swann, un científico que le dio a Clark Kent (Tom Welling) claves sobre su verdadero origen. Los dos capítulos en los que participó fueron los de mayor audiencia de la serie.
Christopher Reeve, elegido por fanáticos y público en general como el mejor Superman de la historia, falleció el 10 de octubre de 2004,  a los 52 años, por complicaciones derivadas de su delicada condición. Su esposa Dana murió 17 meses después, en marzo de 2006, de cáncer de pulmón, algo totalmente inesperado teniendo en cuenta que era una no fumadora.


LEE QUIGLEY

Nacido en Inglaterra, Lee Quigley fue el primer actor no-americano en interpretar a Superman. Fue el pequeño Kal-El en Superman” (Richard Donner, 1978), tomando parte en las escenas que involucran a Jor-El, el planeta Krypton y la evacuación hacia la Tierra. Quigley no apareció en otra película después de “Superman”, pero volvió a ser noticia cuando falleció en 1991, con apenas 14 años, a causa de inhalación de pegamento. Reportes de periódicos de la época indican que el joven se desmayó en la calle y un amigo con el que se encontraba intentó resucitarlo. Posteriormente fue trasladado a un hospital, pero murió antes de llegar al lugar.


RICHARD PRYOR

Richard Pryor, un cómico y actor estadounidense nacido en 1940, que recibió 4 millones de dólares por aparecer en “Superman III” (Richard Lester, 1983), donde interpretó a Gus Gorman, un talentoso hacker, también recibió su dosis de infortunio. Después de rodar esta película se separó de su mujer, que descubrió que había mantenido un romance con Margot Kidder (Louise Lane en el film), lo que lo llevó a retomar su vieja vida de alcohol y drogas. En 1986 se le diagnosticó esclerosis múltiple y afección coronaria. Poco después, al igual que Christopher Reeve, se vio postrado en una silla de ruedas hasta el final de sus días. Falleció a los 65 años, el 10 de diciembre de 2005.

Jerry Siegel  murió en 1996. Después de medio siglo de pobreza, pudo llegar  a un ventajoso acuerdo económico con Warner Bros, lo que le permitió pasar su vejez sin apremios económicos. Muchos aseguran que, con su muerte, la famosa maldición de Superman desapareció para siempre. 

Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedes con una cita de el mejor Superman de todos los tiempos, Christopher Reeve: “Un héroe es un individuo común que encuentra fuerza para perseverar y soportar a pesar de los obstáculos.” 

Buenas tardes.

sábado, 22 de mayo de 2021

LOS SAPOS QUE TODA SOLTERA DEBERÍA BESAR


LOS SAPOS QUE TODA SOLTERA DEBERÍA BESAR

“No fracasé, solo descubrí 999 formas de no hacer una bombilla”
Thomas Edison

Es de público conocimiento que todas las mujeres salimos con varios hombres antes de conocer al indicado. Es más, algunas no lo conocen nunca y se pasan la vida boyando entre estúpidos y abusadores.  Según Leila Sobol, autora de una jugosa nota titulada Los sapos que toda soltera debería besar, todos estos amoríos que, con ligereza juzgamos inútiles,  son pasos ineludibles que nos acercan al verdadero amor.


El amigo con beneficios: Se conocen de toda la vida. Se ven sólo cuando tienen ganas o cuando las papas queman y no encontraron a nadie mejor para sacarlas del fuego. Ninguno de los dos se ofende si no se llaman o no se mensajean durante días. Es una relación funcional y, según mi arcaico punto de vista, bastante patética. No hay planes a futuro. Para el psicólogo Patricio Furman, en estas relaciones modernas prevalecen, por sobre todo, la comodidad y el placer instantáneos. Un vínculo de este tipo te permite disfrutar y explorar lo sexual desde un lugar relajado”, afirma el especialista, y no me voy a poner a discutir porque él estudió y yo no. Pero lo que muchos consideran comodidad y relax es para mí, adicta a los fuegos eternos, falta de pasión. Jamás tuve un amigo con derecho a roce (eso no existía en mi época) pero supongo que tener sexo con un amigo debe ser menos conmocionante que jugar al Ludo Matic con las primas solteronas.


El 24/7: 24 horas el día, los 7 días de la semana. Algo así como un Maxikiosco amoroso. Te skypea apenas te despertás, te llama al mediodía para ver qué tal tu mañana, y te envía emoticones románticos por todos los medios imaginables cada 20 minutos. O sea, es más pesado que un collar de melones. Agobiante. Asfixiante. ¿En qué estabas pensando cuándo te enredaste con este marmota? Según la psicóloga Rosina Duarte, en la pareja el equilibrio brilla por su ausencia. No vibran en la misma frecuencia.  “La mirada de él está puesta en el afuera, en vos: eso hace que esté excesivamente atento a tus necesidades y no a las propias. Pone demasiadas expectativas en vos”, cacarea Rosina. El licenciado Furman vuelve a tomar la posta: “La falta de suspenso y el escenario previsible pueden aburrirte y apagar tu deseo” (y yo me pregunto si no es exactamente eso lo que nos termina sucediendo con el amigo con derechos, más allá de la comodidad y el poder andar con una bombacha de algodón sin elástico y las piernas sin depilar porque, total, somos amigos y ya me conoce como una hippie chic sin chic). Según el mentado especialista, esta relación es enriquecedora para tu autoconfianza: Tener el registro de que podés gustarle mucho a alguien es un buen primer paso para un modelo de novio que te cuide y que esté atento a tus necesidades. Claro que, como todo en la vida, lo ideal es que sea en su justa medida.” Mejor dicho por Sor Juana: el amor es como la sal, dañan su falta y su sobra.


El huidizo: Lo más romántico que él te dijo alguna vez fue: “Qué sexy tu corpiño”. No es muy demostrativo, pero la pasan bien cuando están juntos. Eso sí,  hay un pequeño detalle: casi nunca están juntos. Siempre hay una causa, razón o circunstancia que le impide verte. Siempre tiene otros planes: sacar a pasear al perro, jugar al Monopoly con los pibes del secundario, ir al Comic Con disfrazado de Aquaman con otros dementes como él, acompañar a la mamá al supermercado, etc.  Nuestra amiga Rosina opina que “se trata de un hombre demasiado analítico, nunca termina de definir lo que quiere y así evita hacerse cargo del vínculo con vos”. Los especialistas, tan dispuestos siempre a meter la cuchara en las notas de la “Cosmo”, advierten: “Esta relación se sostiene por tu fantasía, por lo que creés que él podría ser si estuviera más tiempo con vos o si te viera más seguido. Te terminás enamorando de lo que vos imaginás”.


El boomerang: Va y viene. Le gustás, obviamente, pero no lo suficiente como para establecer con vos una relación medianamente seria. Mientras tanto, él sale con otras personas y si vos hacés lo mismo (seguro que no lo hacés, porque cuando estamos enamoradas a chitrulas no nos gana nadie), muere de celos. Son una pareja que no llega a ser pareja y se ven muy bien juntos, por eso nadie entiende por qué no formalizan de una vez por todas. Para el Licenciado Furman, estar inmersa en este tipo de relación tiene que ver con tu miedo a salir de la zona de confort. “Siempre volvés a él porque es lo conocido y lo seguro”, aguijonea. También recomienda valorarte y entender que merecés mucho más que un toco y me voy consuetudinario. No te conformes con un hombre que no te hace feliz. Ni con un infeliz.


El vendehumo: Parecía el tipo más jaranero y salidor del mundo.  En las primeras citas, te llevaba a fiestas divertidas, restaurantes cool, boliches de onda y carritos de la Costanera. Pero ahora solo quiere quedarse en casa viendo una peli o jugando  a la Play, está  ensimismado la mayor parte del tiempo y parece que casi no tiene amigos. “A veces, entusiasmado por una nueva relación, un hombre se muestra excesivamente emocionado y, con el tiempo, ese entusiasmo disminuye. En algunas ocasiones, lo que cambia es la mirada del otro: las cosas que antes se minimizaban quizá sean motivo de desilusión ahora. Por las ganas que tenías de estar con él, consideraste algunas cosas a través de un lente benévolo que hoy no funciona”, dice el inefable Furman. Rosina acota: “La moraleja de esta historia es que no todo lo que brilla es oro. Gracias a esta experiencia, aprendiste a no idealizar al otro y a darte tiempo para conocerlo realmente.”


El chico malo: ¡Ah! Qué taquillero es el chico malo. Es ese hombre que tiene actitudes que pueden molestarte o hasta lastimarte, como dejarte plantada, correrte la cara cuando le vas a dar un beso, despreciar un regalo o responderte secamente gracias cuando le decís que lo amás. Lo más probable que esta relación se sostenga por tu expectativa de que algún día él recapacite, cambie y se convierta en el novio ideal. Ay, mi querida. Te faltan años para saber que los hombres no cambian: empeoran. Si es un pelotudo ahora dentro de diez años será un pelotudo con más experiencia y vos te merecés algo mejor que un zángano que viva martirizándote. Furman, que no opina como yo (él sí cree que la gente puede cambiar) sostiene que, por lo general, “cuando la otra persona cambia, la relación ya no funciona porque se sostenía en una fantasía que rara vez coincide con la realidad”. Hay que generar vínculos que no estén basados en la esperanza de cambiar al otro.


Mr. Perfecto: Es EL candidato. Las amigas lo adoran, las madres los aman, las abuelas les tejen medias y bufandas. El auténtico galán de los hogares, que me perdone Palito Ortega. Es buenmozo, inteligente, amable, un profesional exitoso y le encanta disfrutar de lo mejor de la vida. Tu novio es tan, pero tan perfecto, que muchas veces te sentís inhibida, te parece que no estás a su altura, que un bichito canasto como vos no pudo levantarse a semejante guacho. “Como en cualquier tipo de vínculo, lo importante es que estés a gusto con el otro. Si con este hombre te sentís en desventaja y eso no te permite ser vos misma, claramente no es el indicado para vos”, asegura nuestra amiga Rosina Duarte. Y eso no es todo: puede que Mr. Perfecto esconda detrás de esa fachada ideal algún secreto inconfesable (esto lo agrego yo, adicta a las intrigas y con suficiente calle como para saber que cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía).
Salir con él te levanta la autoestima. Dejarlo, ni te cuento. Comprender que nadie es perfecto, no tiene precio.



La gran novedad: Un paisaje exótico, un club de jazz o un refugio en la montaña pueden ser escenariso perfectos para conocer a un desconocido irresistible que, aparentemente, no tiene nada que ver con tu mundo. El Licenciado Furman nos pincha el globo: “Al iniciar la relación, inevitablemente lo vas a familiarizar con tus reglas del juego (cada cuánto verse o qué tipos de salidas), y ya no pesará lo exótico ni lo nuevo que te atrajo en un principio”. Aprendé que, si te fijás en alguien porque es diferente, no tenés que tratar de convertirlo en alguien parecido a vos.

Hasta aquí, los sapos que, según nuestra amiga Leila Sobol tendremos que besar antes de dar con el príncipe azul. Me despido de ustedes, mis queridos,  con una frase de Megan Maxwell: “Todos, príncipes y princesas desteñimos en algún momento de nuestras vidas.” 

Buenas noches.