sábado, 25 de julio de 2020

CIUDADES Y PUEBLOS FANTASMA I


CIUDADES Y PUEBLOS FANTASMA I

"Sí, son fantasmas. Fantasmas: polvo y aire."
Dámaso Alonso

En la actualidad y en todo el mundo, la visita a ciudades y pueblos abandonados marca una interesante tendencia en materia turística.  Cada uno de estos despoblados cuenta historias muchas veces trágicas y siempre atractivas, como sucede, por ejemplo, con la ciudad Pripryat, la más cercana al reactor nuclear de Chernóbil, evacuada totalmente debido al terrible accidente acaecido en la mañana del 26 de abril de 1986, donde los turistas se adentran en una zona radiactiva -con traje especial si así lo desean, aunque no es indispensable si es sólo por unas horas- por unos 100 dólares en grupo o hasta 500 en tour individual. O con el pueblo chino de Beichuan, arrasado hasta los cimientos por un devastador terremoto de 7,9 grados en la escala de Richer el 12 de mayo de 2.008, considerado “la nueva Pompeya”, y conservado tal como quedó después del sismo. Por eso, hoy les acerco la primera parte de una interesantísima lista de ciudades y pueblos fantasma, todos dignos de ser conocidos y visitados. De nada.

BODIE

Foto: Bodie, California, Daniel Mayer

-Bodie (California, EE UU): A mediados del siglo XIX la actividad minera en la parte oeste de la Sierra Nevada, ubicada en el estado de California, Estados Unidos,  empezaba a declinar. Por esta razón, los gambusinos  (buscadores de minerales y mineros de pequeña escala) se trasladaron al lado este persiguiendo mejores oportunidades. Uno de ellos fue William S. Bodey, quien descubrió una veta de oro en 1859 en el lugar posteriormente conocido como Bodie Bluff, en honor a su apellido. A finales de la década 1870 el pueblo alcanzó su apogeo. Llegó a tener aproximadamente 10.000 habitantes, con ladrones, pistoleros, prostitutas, salones, salas de juego y fumaderos de opio e, incluso, un próspero barrio chino. La decadencia comenzó a fines del siglo XIX, y en 1910 sólo quedaban 698 personas. En la actualidad, Bodie es uno de los despoblados mejor conservados de EE UU. Cuenta con más 150 edificios bien preservados e incluso reconstruidos, que cada año reciben a unos 200 mil visitantes.  Para la recreación su historia existe un museo, además de paseos turísticos a las antiguas minas. En 1962 el lugar fue convertido en Parque Histórico del Estado.


Foto: Bodie, California, Chris Willis

KOLMANSKOP

Foto: Kolmanskop, Namibia, SqueakyMarmot 

-Kolmanskop (Namibia): Kolmanskop, situada al sur de Namibia, a pocos kilómetros del puerto de Lüderitz, fue construida en 1908, luego de que los alemanes (Namibia era en aquellos momentos la colonia de África del Sudoeste Alemana) descubrieran un gran yacimiento de diamantes. La ciudad, de estilo centroeuropeo, contó con  hospital, escuela, casino, salón de baile, teatro y el primer sistema de tranvías del continente. Fue, además, la primera localidad africana en disponer de un aparato de rayos x, importado específicamente para vigilar que los mineros no ingirieran diamantes para su posterior extracción ilícita de la mina.
Durante la Primera Guerra Mundial se extrajeron unos 1.000 kg de diamantes, pero inmediatamente después de la contienda esta cantidad mermó notablemente, por lo que Kolmanskop fue abandonada y se convirtió en una ciudad fantasma, invadida por las arenas del desierto. Actualmente se ha iniciado su rehabilitación parcial para lograr atraer turistas, pero aún quedan casas anegadas de arena. Los tours para visitarla parten de la cercana ciudad de Lüderitz.


Foto:  Kolmanskop, Namibia,Damien du Toit 

HASHIMA

Foto: Isla de Hashima, Japón

-Hashima (Japón): La Isla de Hashima, también llamada Gunkanjimanombre que significa Isla del Acorazado y se debe a la forma que adquirió Hashima cuando se la amuralló para protegerla del fuerte oleaje del mar y de los tifones que solían azotarlaera una más de las más de 500 islas frente a las costa de Nagasaki, en el sur de Japón. Pero a comienzos del siglo XIX se encontró allí una importante veta de carbón, y el pequeño y rocoso arrecife se convirtió muy pronto en un complejo industrial con ciudad incluida. El fervor duró casi 90 años. En la mina llegó a haber casi 6.000 trabajadores, muchos de los cuales vivían con sus familias, por lo que la densidad de población alcanzó a ser de 3.460 habitantes por km2. Cuando la mina cerró en 196, teatros, escuelas, cines, tiendas, restaurantes, peluquerías, salones de té, gimnasios y templos fueron abandonados y sufrieron un deterioro paulatino y constante debido a su exposición a la salinidad y a los diversos fenómenos climáticos.
En la actualidad, Hashima es una ciudad fantasma que alberga una especie de museo de los años setenta a punto de desmoronarse. Muchas casas se pueden contemplar tal y como las dejaron sus habitantes, con los platos en el fregadero, las estanterías con sus utensilios y los electrodomésticos de entonces. El 5 de julio de 2015 la mina fue incluida en la lista de Patrimonios de la Humanidad por la Unesco dentro del grupo de “Sitios de la revolución industrial de la era Meiji en Japón: siderurgia, construcciones navales y extracción de hulla”


Foto: Construcciones y la llamada "Escalera al Infierno", Hashima, Japón

IULTIN

Foto: Iultin, Rusia

-Iultin (Rusia): Iultin es un antiguo asentamiento de tipo urbano, construido por prisioneros del gobierno ruso en la década de 1930, en uno de los sitios más inhóspitos que se puedan imaginar: la región de Chukotka Iultinskom, en el noreste de Rusia, cerca del Mar de Bering. La ciudad tomó su nombre de un monte cercano donde se descubrieron yacimientos de estaño, tungsteno y molibdeno. En su momento de esplendor, Iultin llegó a tener miles de habitantes, que terminaron de retirarse de la ciudad en 1993, cuando las actividades mineras ya no fueron rentables.  Hoy se puede deambular por sus calles asfaltadas y edificios casi intactos, aunque sólo en verano, ya que en durante sus crudos  inviernos, la ciudad y sus fantasmas yacen sepultados por la nieve.


Foto: Iultin, Rusia

CRACO

Foto: Craco, Italia

-Craco (Italia): Craco es un pueblo medieval deshabitado situado en el valle de Cavone, en la provincia de Matera, Italia. Nació como un asentamiento agrícola en 1060. En 1963, un terremoto causó graves daños en el pueblo y dio origen al éxodo de sus habitantes hacia lugares más prósperos. El último habitante de Craco abandonó el lugar en el año 1975.  Fue la consecuencia indeseada de una falla geológica contra la que no se podía luchar: la ciudad estaba asentada sobre una colina de arena y arcilla.
La ciudad de Craco, hoy en ruinas, es un pequeño y sobrecogedor circuito turístico. Es posible recorrer sus calles semiderruidas, admirar algunas de las casonas señoriales y explorar antiguas iglesias. La apariencia fantasmal del lugar se ve acentuada gracias a su emplazamiento a 400 metros de altura sobre la colina empinada.
Craco es en la actualidad un destino popular para filmación de películas, tales como "Rey David" (1985), de Bruce Beresford "La Pasión de Cristo" (2004), de Mel Gibson y "Quantum of Solace" (2008), de Marc Forster. También fue uno de los sitios de rodaje de la telenovela brasileña "El rey del ganado", de Luiz Fernando Carvalho. El grupo francés Ödland filmó en Craco el videoclip de la canción "Santa Lucía", del álbum Sankta Lucía (2011).


Foto: Craco, Italia


Hasta aquí, mis queridos, la primera parte de esta lista imperdible. Prontito, la segunda.
Me despido de ustedes con una cita del  escritor, novelista, guionista y fotógrafo mexicano Juan Rulfo, extraída de su obra cumbre, "Pedro Páramo": "Porque tenía miedo de las noches que le llenaban de fantasmas la oscuridad. De encerrarse con su fantasmas. De eso tenía miedo..."

Buenos días.

domingo, 19 de julio de 2020

LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: LA PRINCESA Y EL GUISANTE


 LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: LA PRINCESA Y EL GUISANTE

"En mis sueños, yo podía ser una princesa, y eso es lo que era. Como la mayoría de las niñas, yo creía nada menos que un príncipe podría hacer que mis sueños se hagan realidad."
Loretta Young

Buenas noches, amables lectores. Les traigo hoy una nueva entrega de la saga “Las verdaderas historias detrás de los cuentos de hadas”, dedicada esta vez a "La princesa y el guisante".


LA PRINCESA Y EL GUISANTE

“La princesa y el guisante” (“Prinsessen paa Ærten”), también conocido como “Una verdadera princesa”, es un cuento de hadas del escritor danés Hans Christian Andersen. Fue publicado por primera vez el 8 de mayo de 1835. A diferencia de otros cuentos suyos con finales realmente trágicos como “El soldadito de plomo”, “La pequeña cerillera” o  “La sirenita”, “La princesa y el guisante”  tiene un final feliz.
En su prefacio al segundo volumen de “Cuentos e historias” (“Fortællinger og historier”, 1863) Andersen afirma haber escuchado la historia en su infancia, pero el cuento no es tradicionalmente danés. Se cree que de niño tuvo acceso a una versión sueca, "Princesa que miente en siete guisantes" ("Princessa 'som lå' på sju ärter"), que habla de una niña huérfana que establece su identidad real después de que un ayudante simpático (un gato o un perro) le informa que un objeto (un frijol, un guisante o una pajita) ha sido colocado debajo de su colchón. 


LA HISTORIA

Un príncipe desea casarse con una verdadera princesa, pero tiene dificultades para encontrar una esposa adecuada. Todas las candidatas tienen algún defecto (son demasiado gordas, demasiado flacas, tienen malos modales en la mesa o no son lo suficientemente bellas), por lo que el joven no puede estar seguro de que sean verdaderas princesas.
Una noche aparece en el castillo la única superviviente de un naufragio (algo muy común en un pueblo marinero como el danés), empapada, agotada y tiritando. Siguiendo la tradición hospitalaria de los castillos, como la presentada por Walter Scott en Ivanhoe, la muchacha, que dice ser una princesa, es aceptada y atendida. La reina decide poner a prueba a su inesperada huésped colocando un guisante en la cama que se le ofrece por esa noche, cubierto por veinte colchones y veinte edredones de pluma. 
A la mañana siguiente la muchacha aparece con grandes ojeras y fatigada. La reina le pregunta por la cama y ella responde que tenía algo que no la dejaba dormir y que probablemente le ha llenado la espalda de moretones, demostrando así ser una verdadera princesa y la esposa idónea para su hijo.


CRÍTICAS E INTERPRETACIONES DEL CUENTO

En el año 1836 sólo la revista "Dannora", dirigida por Johannes Nikolai Høst, publicó una reseña lapidaria sobre el cuento: "Estos cuentos podrían divertir a los niños, pero en nada contribuir a su formación, no atreviéndonos siquiera a asegurar que sean inofensivos. (La princesa y el guisante) no solo es una historia poco delicada, sino verdaderamente nociva,ya que el niño puede sacar la conclusión que una dama noble tiene por fuerza que ser frágil". Al final de la reseña se expresaba el deseo de que el autor "deje de perder el tiempo escribiendo cuentos infantiles".
Para Jackie Wullschläger, autora del libro “Hans Christian Andersen: The Life of a Storyteller” (2000), el autor conjugó en la historia sus vivencias infantiles cuyo escenario fue un mundo primitivo de violencia, muerte y destino inexorable, con su idea romántica sobre la serena, segura y cultivada burguesía danesa, que no terminaba de aceptarlo como uno de los suyos. En el año 2005, en su obra “Hans Christian Andersen: The Misunderstood Storyteller, el investigador Jack Zipes opinó que Andersen, durante su vida, "se vio obligado a actuar como un sujeto dominado dentro de los círculos sociales dominantes a pesar de su fama y reconocimiento como escritor", por lo que desarrolló una visión temida y amada de la aristocracia. Para él, "La princesa y el guisante"se burla de las medidas "curiosas y ridículas" asumidas por la la nobleza para establecer el valor de las líneas de sangre.
Otros autores, como Suzanne Dewsbury ("Hans Christian Andersen- Introduction", 2012), creen que el escritor sintió toda su vida su no pertenencia a la clase alta, de la que ansiaba ser parte. El nerviosismo y las humillaciones que Andersen sufrió en presencia de la burguesía fueron mitificados por el narrador en la historia de "La princesa y el guisante", con el propio Andersen identificándose con la princesa mórbidamente sensible que puede sentir un guisante a través de veinte colchones. Dewsbury cree que "La princesa y el guisante" es, como otras historias del autor, una versión romántica de su propia vida. Hijo de un zapatero remendón y una lavandera,  su creatividad y talento le allanaron el camino hacia las clases más altas de la sociedad danesa. En 1821, la Princesa Heredera Caroline lo invitó a palacio a disfrutar de un bizcocho de frutas. Cuando se despedía, la princesa le obsequió varios caramelos y él los dejó caer torpemente. A Caroline le resultó adorable que se pusiera de rodillas y los recogiera por debajo de la silla en la que ella se encontraba. El escritor los comió luego bajo los abedules en ciernes de los jardines públicos, cantando a los pájaros y las flores, y dejando constancia en su diario de que "en aquel momento eran un hijo de la naturaleza”. 
La experta en literatura infantil Maria Tatar señala que, a diferencia de la heroína popular del material que ofició como fuente para la historia, la princesa de Andersen no tiene necesidad de recurrir al engaño para establecer su identidad: su sensibilidad es suficiente para validar su nobleza. Para el escritor, indica Tatar, la nobleza verdadera no derivaba del origen de un individuo, sino de su sensibilidad. 
Maria Tatar interpreta el tono general del cuento en clave humorística y, a su vez, la cuestión de la sensibilidad en clave metafórica: "El tono informal y humorístico de esta historia sobre una princesa de una delicadeza patológica hacen más aceptables muchos aspectos que podrían herir la sensibilidad contemporánea. La insistencia del príncipe en encontrar una princesa 'verdadera' y la equivalencia entre delicadeza y nobleza desafían nuestras opiniones sobre el carácter y la valía social. Sin embargo, también es posible interpretar la sensibilidad de la princesa en un sentido metafórico, como una medida de la profundidad de sus sentimientos y compasión. Asimismo, Andersen nos ofrece una heroína atrevida, que desafía los elementos y se presenta en la puerta del príncipe,después de conseguir localizarlo."


HENRIETTE WULFF

Wolfgang Mönninghoff publicó en el año 2005 el libro Das grosse Hans Christian Andersen Buch”. Allí asegura que en la reivindicación de una cualidad interior de las personas más allá del aspecto físico que puede apreciarse en “La princesa y el guisante”, puede adivinarse la evocación de Henriette Wul, mujer contrahecha de la que el autor se enamoró a los veinte años.
Durante una  visita en la Navidad de 1825 a la familia Wulff en Amalienborg, el escritor trabó una estrecha relación con la hija mayor, Henriette. La muchacha era pequeña, frágil y ligeramente jorobada y se convirtió en una de las amigas más fieles de Andersen.  Esta amistad duró hasta el fallecimiento de Henriette en 1858, cuando se ahogó a bordo del buque de vapor "Austria" en su camino a los Estados Unidos, catástrofe que le costó la vida a 453 personas.
Henriette Wulff mantuvo una copiosa correspondencia con Andersen y sus cartas son una de las principales fuentes de información sobre su vida. También tradujo parte de su trabajo al inglés. Tuvieron una relación platónica muy estrecha y Andersen la retrató en su autobiografía casi como a una musa.
Hans Christian Andersen jamás viajó a América. Temía padecer el mismo fin que su querida amiga, a la que homenajeó en el periódico "Dagbladet" el 22 de octubre de 1858 con un poema titulado “Hermana” (“Søsteren”).


¿UN GUISANTE O TRES GUISANTES?

Hans Christian Andersen situó a su princesa en una cama con veinte colchones  y veinte edredones, con un solo guisante debajo de todo. Cuando la historia danesa fue traducida por primera vez al inglés, en 1846, el traductor, Charles Boner, trabajó sobre una versión alemana que había incrementado el guisante solitario de Andersen a un trío de guisantes en un intento de hacer la historia más creíble, un adorno también agregado por otro traductora, Caroline Peachey. 
La traducción de Boner fue publicada como "La princesa de los guisantes" en "Un libro de cuentos danés" ("A Danish Story-Book"), en 1846.


OTRAS HISTORIAS SOBRE SENSIBILIDAD EXTREMA

A pesar de no ser un tema demasiado popular, en la cultura mundial se han registrado algunos cuentos que giran alrededor de la sensibilidad extrema de sus protagonistas. En el siglo I, Séneca el Joven referencia a  una leyenda acerca de un nativo de Sibaris que dormía en un lecho de rosas y sufría debido a que un pétalo se doblaba. 
En el siglo XI el brahmán sivaísta SomaDeva Bhatta reunió una vasta colección de cuentos populares indios en una colección llamada "Kathá-sarit-ságara" ("El océano de ríos de leyendas"), compuesta por dieciocho libros, e incluyó la historia de tres hermanos que compiten para determinar cuál tiene la sensibilidad más afinada. Al dormir sobre siete colchones apilados, el hermano más joven se despierta quejándose de vivos dolores y con una sinuosa señal roja en su piel. La cama es examinada y se encuentra un solo cabello humano debajo del colchón inferior.
En un cuento italiano titulado "La mujer más sensible" ("La donna più sensibile")tres damas excepcionalmente delicadas compiten para obtener la mano de un príncipe.Una de ellas sufre al dormir sobre una sábana arrugadaotra lo hace cuando se arranca un cabello con el cepillo y la tercera, la más sensible de todas, se duele de la caída de un pétalo de jazmín sobre su delicado pie.
Los Hermanos Grimm incluyeron una versión  de "La princesa y el guisante" en una edición de su "Cuentos de la infancia y del hogar" ("Kinder- und Hausmärchen") pero la excluyeron después de que descubrieron que no pertenecía a la tradición literaria alemana.
Algunos cuentos populares tienen como personaje central a un niño que descubre  un guisante o un frijol que se supone de gran valor. Después de que el niño entra a un castillo y se le da una cama de paja para pasar la noche, se revuelve en sueños e intentando resguardar su tesoro. Algunos observadores están persuadidos de que el niño está inquieto porque no está acostumbrado a dormir sobre la paja y, por lo tanto, es de sangre aristocrática.

Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para contarles acerca del cuento de Hans Christian Andersen. Me despido de ustedes con un muy famoso poema de Rubén Darío:


SONATINA

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? 
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, 
que ha perdido la risa, que ha perdido el color. 
La princesa está pálida en su silla de oro, 
está mudo el teclado de su clave sonoro, 
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. 
Parlanchina, la dueña dice cosas banales, 
y vestido de rojo piruetea el bufón. 
La princesa no ríe, la princesa no siente; 
la princesa persigue por el cielo de Oriente 
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China, 
o en el que ha detenido su carroza argentina 
para ver de sus ojos la dulzura de luz? 
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes, 
o en el que es soberano de los claros diamantes, 
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa 
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, 
tener alas ligeras, bajo el cielo volar; 
ir al sol por la escala luminosa de un rayo, 
saludar a los lirios con los versos de mayo 
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, 
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, 
ni los cisnes unánimes en el lago de azur. 
Y están tristes las flores por la flor de la corte, 
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, 
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa  de los ojos azules! 
Está presa en sus oros, está presa en sus tules, 
en la jaula de mármol del palacio real; 
el palacio soberbio que vigilan los guardas, 
que custodian cien negros con sus cien alabardas, 
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! 
(La princesa está triste, la princesa está pálida) 
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! 
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe, 
—la princesa está pálida, la princesa está triste—, 
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

—«Calla, calla, princesa —dice el hada madrina—; 
en caballo, con alas, hacia acá se encamina, 
en el cinto la espada y en la mano el azor, 
el feliz caballero que te adora sin verte, 
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, 
a encenderte los labios con un beso de amor».

Buenas y principescas noches.

Imagen 1: Edmund Dulac
Imagen 2: Christian Birmingham
Imagen 3: Rita Vjodorowa
Imagen 4: Susan Batori
Imagen 5: “Henriette Wul”, Autor desconocido
Imagen 6: Maja Lindberg
Imagen 7: Autor desconocido