viernes, 30 de septiembre de 2016

NUEVOS ENCUENTROS, VIEJOS AMORES


NUEVOS ENCUENTROS, VIEJOS AMORES

"Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive. En ese único sentido es indispensable buscar a la Primera Novia. El hombre sabio deberá cuidar -eso sí- el detenerse a tiempo, antes de encontrarla."
Balada de la Primera Novia", Alejandro Dolina  

Dicen los que saben que, donde hubo fuego, cenizas quedan.  Y que todo gran (o pequeño) romance trunco deja abierta la puerta para una segunda vuelta. Ustedes ya saben, queridos míos, lo que yo pienso, en general, de mis ex. No volvería, ni siquiera, a tomar un café con ellos aunque me lo pidieran de rodillas. Porque casi todos resultaron unos pavotes importantes (por algo son ex). Pero esta postura un tanto maleducada (un café no se le niega a nadie), no impide que recuerde a alguno de ellos con algo de afecto y una pizca de nostalgia y que cada tanto me pregunte: “¿Qué será de la vida de fulano?”, como nos preguntamos todas.  Sobre todo si fulano fue un novio de la adolescencia. Porque no es lo mismo un informal de diecisiete (ya decía Rimbaud que “nadie es serio a los diecisiete años”) que un imbécil de cuarenta.
Antes del boom de las redes sociales, esta inocente pregunta no acarreaba ningún problema serio. Una se la formulaba y quedaba flotando en el limbo, lo que, desde mi punto de vista, no dejaba de ser una bendición. El interrogante  no encontraba respuesta y la imagen de aquel novio de los quince quedaba intacta en el recuerdo.  Su flequillo, sus ojos azules, sus movimientos algo torpes, su media sonrisa. Pero hoy en día, señoras y señores que no saben dónde detenerse, no tienen mejor idea que buscar a sus amores pasados en Facebook. Y algunos tienen tanta mala suerte que los encuentran.
A partir de este momento crucial pueden suceder dos cosas: el buscador de viejos afectos puede saciar su curiosidad y dejar el asunto en paz, o puede cometer la torpeza de enviarle a su antiguo amor un mensaje privado, que dará pie a un intercambio de mensajitos cada vez más personales que harán que los recuerdos y las fantasías conviertan a las viejas cenizas mustias en una hoguera digna de Juana de Arco.  Tarde o temprano, alguno de los implicados en la búsqueda propondrá un encuentro, con la ilusión, algo infantil, de retomar la relación donde la dejaron hace veinte años.
Si ustedes creyeron que veinte años no es nada, tal como postula el tango “Volver”,  se equivocaron fiero. Veinte años es mucho tiempo. En veinte años corrió demasiada agua debajo del puente. Desaparecieron los flequillos, las miradas luminosas y las cinturitas de avispa. Aparecieron las patas de gallo, la calvicie  y la puta grasa abdominal  a la que le canta el desubicado de Arjona.  Ya sé lo que estarán pensando: qué no tiene nada de malo enamorarse de un señor pelado. Y están en lo cierto, queridos míos. Los calvos también tienen su atractivo. Pero una cosa es enamorarse de un pelón que acabamos de conocer y otra muy distinta es haber dejado al Paul McCartney del ’64 y reencontrarnos con Kojak.  ¡Ojo! A los señores puede sucederles otro tanto: nos dejaron de ver cuando éramos Liz Taylor en “Lassie vuelve a casa” y se reencuentran con la gorda malhumorada de “¿Quién le teme a Virginia Woolf?”. 
Ustedes dirán, cómo no, que antes del encuentro face to face,  los buscadores de viejas pasiones han podido sopesar en qué estado se encontraba su amor adolescente gracias a las fotos de Facebook. Craso error: las fotografías mienten.  Y las de Facebook, más todavía. No olviden, señores, que existe un artilugio diabólico llamado fotoshop  que logra que una ancianita como Mirtha Legrand parezca una muy bien puesta señora de treinta en las publicidades gráficas de las tinturas  Silkey.
¿Pero qué sucede cuando las apariencias físicas no han cambiado tanto o, por el contrario, han mejorado? La otrora tabla de picar carne tiene ahora lolas nuevas.  El nerd de antaño se ha convertido en un señor más que interesante y con un trabajo muy bien remunerado. ¿Puede funcionar el romance? Algunos dirán que sí, otros dirán que no. Yo, tal como podía esperarse de mi reputado carácter lúgubre, sostengo que no. Que en cuanto una comprueba que el señor con el que está cenando no el adolescente idealizado, se acaba la magia. Que la caterva de mariposas cursis que revoloteaban en nuestro estómago cuando contestábamos los mensajitos de aquel amor juvenil, mueren de un síncope. Que nunca más vamos a volver a los diecisiete, por mucho que le pese a Violeta Parra.
Señoras y señores, si están a punto de buscar a un antiguo amor, piénsenlo dos veces.  O tres. O cuatro. Hay un recuerdo bello que puede ser empañado. Un tiempo mágico que puede resultar herido. Un chico de diecisiete años al que podemos robarle, para siempre,  sus movimientos torpes y sus luminosos ojos azules. Y una chica de quince que espera que la dejemos seguir garrapateando poemas edulcorados en ese cuaderno donde pega figuritas de Sarah Kay. Se los digo yo que, después de mucho pensarlo, concluí que me gustaría volver a ver a Tonio pero no quiero saber nada con ningún Sr. Hernández. Porque los recuerdos de nuestros días dorados deben permanecer intactos.

Y porque buscar un Antonio Hernández en Facebook es como buscar una aguja en un pajar.



Ilustración: Carlos Nine 

jueves, 22 de septiembre de 2016

PEOR PARA EL SOL


 PEOR PARA EL SOL

“Peor para el sol 
que se mete a las siete en la cuna del mar a roncar 
mientras un servidor 
le levanta la falda a la luna...” 
 "Peor para el sol",  Joaquín Sabina

“¿Cómo que quién es? Cariño, ¿quién quieres que sea ese jovencito desnudo y excitado, tumbado junto a mí, en la cama? Pues el empleado que estaba revisando el nuevo colchón de agua, y el pobre, como tenía tanto calor, se ha desnudado para estar más cómodo, y poder trabajar mejor.” 
 Patrizia Carrano  
  
De infieles está el mundo lleno. Eso es harto sabido. Meter los cuernos es una actividad que el ser humano viene practicando desde hace siglos, con mayor o menor fortuna. Algunos, sólo se tiran una cana al aire que no pasa a mayores. Otros, se meten hasta el caracú con su amante y arman cada bolonqui que ni te cuento. Parece que, cuando uno es infiel, no lo hace de turro o malparido. Lo hace por una serie de circunstancias que se confabulan para que nuestro partenaire termine emulando felizmente a Rodolfo, el Reno. Sin trineo y sin regalos, eso sí.
Para mí, tratar de justificar una infidelidad es más vergonzoso que cometerla. Qué es eso de andar dándole explicaciones a todo el mundo de nuestro nefasto comportamiento. Yo no le doy explicaciones a nadie y sanseacabó. Pero si ustedes necesitan justificarse ante sí mismos o ante sus vapuleadas parejas, les dejo aquí una serie de motivos que, supuestamente, nos empujan a retozar alegremente en los catres ajenos. De nada.

JUSTIFICACIONES VÁLIDAS PARA UNA METIDA DE CUERNOS

Busquen, busquen, que el que busca encuentra. Si se tienen en tan alta estima como para no reconocer que el mal paso dado fue fruto de una vulgar calentura cuasi animalesca, retuerzan un poco la cosa y hagan uso y abuso de estas coartadas para infieles racionalizadores:

-INFANCIA DIFÍCIL: Parece que los locólogos tienen razón y que si uno hurga lo suficiente en su infancia se topa con justificativos para todo. Los niños desatendidos o extremadamente sobreprotegidos se convierten, con el paso del tiempo, en infieles en potencia. Igual que los niños inseguros, los niños autosuficientes, los niños que provienen de familias disfuncionales, los niños que provienen de la familia Ingalls, etc. El que alguna vez fue chico encuentra, aunque no se esmere buscando, una explicación a su desagradable costumbre de meter los cuernos. Todo se remonta a ese juguete que no le compraron. O sí le compraron, pero no era como él esperaba. O a ese cumpleaños que no le festejaron. O sí le festejaron, pero sin piñata.

-SENSACIÓN DE VACÍO: Sentirse solo estando solo es triste. Sentirse solo estando acompañado es tristísimo. El sentimiento de vacío existencial nos empuja, muchas veces, a tálamos extraños. Con un amante o dos no vamos a llenar nada, pero, por lo menos, tenemos la sensación de que lo estamos intentando. Que no es poco.

-INCOMPATIBILIDAD DE CARACTERES: “Cada vez que digo que sí ella en cambio opina que no, siempre que prefiero dormir ella insiste en hacer el amor…” Más o menos así es la incompatibilidad de caracteres. Por lo menos, según Joaquín Sabina. Cuando estamos emparejados con alguien que es nuestra antítesis hecha y derecha, es lógico que terminemos ornamentando su cabeza de manera escandalosa, auxiliados en tal empresa por alguien que comparte nuestros gustos, intereses y placeres, por lo menos mientras conserva su condición de patas de lana.

-MONOTONÍA Y BÚSQUEDA DE NUEVAS SENSACIONES: Parece que, tarde o temprano, una llega a conocer al merluzo con el que comparte sus días de pe a pa. Y el susodicho deja de ser, entonces, novedoso y sensacional. Vivir sin novedades, señores, es un embole total. La falta de primicias es el caldo de cultivo adecuado para que se geste una corneada apoteósica.

-SENTIMIENTO DE MENOSPRECIO: Es común que el casado o la casada no se sientan lo suficientemente apreciados por sus cónyuges. Es que, la verdad, es bastante difícil mantener entronizada a nuestra almita gemela después de haberla visto recién levantada, en chancletas y con los pelos hechos un pegote inmundo. Estos menospreciados salen, ya peinados y calzados como corresponde, a buscar a alguien que los aprecie en serio. El menosprecio marital apaga la fogosidad de las sábanas propias e incinera las ajenas.

-FAMILIARES ENTROMETIDOS: Si una pareja es constantemente invadida por suegros, cuñados, primos y todo tipo de parientes con ganas de meter la cuchara en el guiso ajeno, se desmoronará de manera irremediable. Eso sí, antes de que se desmorone del todo, sus integrantes andarán picoteando compulsivamente en corrales ajenos donde no haya suegras omnipresentes rompiendo las pelotas. Porque una de las grandes ventajas del amantazgo es el desconocimiento total y absoluto de las parentelas de las partes involucradas.

-VIDA SEXUAL DEFICIENTE: Si nos pica, que nos rasquen. Y si no nos rascan, que se atengan a las consecuencias. Cuando no estamos sexualmente satisfechos, sea por una situación cuantitativa o sea por una situación cualitativa, salimos al mundo a buscar lo que nos falta. Nadie puede culparnos por eso. Es una cuestión de supervivencia. Es como salir a buscar un cacho de pan cuando tenemos hambre. Nada personal.

-MIEDO A LA PÉRDIDA DE LA LIBERTAD: Algunas veces, la infidelidad es la consecuencia de la necesidad que tiene un miembro de la pareja de reafirmar su independencia. Algo así como decir “Hago lo que quiero, cuando quiero, como quiero y con quien quiero”. Esto no deja de ser una ilusión, pero funciona.

Con todas estas excusas a mano, estamos en condiciones de justificar cualquier desliz o de apurarnos a cometerlo, si todavía no hemos dado el feliz mal paso. Para facilitar el trámite, hete aquí una serie de lugares que funcionan como cotos de caza de posibles amantes, orientado a señoras y señoritas deseosas de arrastrar su honra por el fango.

DÓNDE BUSCAR AMANTES

A veces, una se encuentra por casualidad con un potencial amante. Otras, hay que salir a buscarlo. Los lugares enunciados a continuación son ideales para localizar un prójimo deseable con el cual desfogarse.

-INTERNET: Si una quiere hacerse de un amante de manera rápida e higiénica, nada mejor que echar mano al mouse y clickear a destajo. Internet es el lugar ideal para la concreción de fantasías desenfrenadas y el sano ejercicio de la masturbación mental. Las redes sociales están atiborradas de potenciales amantes: señoras casadas que no saben lo que quieren, señores inescrupulosos que las convencen de que lo que quieren es un revolcón ilícito, etc.

-EL GIMNASIO: En el gimnasio toda la carne está puesta en el asador. Y, entre sudores y elongaciones, el cuerno se da naturalmente. De todos modos, vale aclarar que la mujer que va a buscar un potencial amante a un gimnasio no debe esperar encontrar nada más que un hámster (bien armadito, eso sí) que da vueltas y vueltas en la ruedita sin preguntarse jamás por qué carajo lo hace. La que pretende una relación algo más profunda que la que se puede tener con un bife de ternera que enfile para otro lado.

-LA CLASE DE…: Talleres literarios, cursos de teatro, clases de baile o de pintura, son lugares ideales para encontrar amantes que, además de recrearnos la entrepierna, tengan con nosotras intereses y gustos en común. Cierto es que estos amantes son los más peligrosos, porque son aquellos de los cuales una se termina enamorando como una pavota. Pero vale la pena arriesgarse.

-EL LABURO: Las secretarias de señores importantes, las cajeras de supermercado, las vendedoras de ropas y porquerías varias, todas, toditas, pueden encontrar uno o varios potenciales amantes en su lugar de trabajo. Este coto de caza se les complica un poco a las maestras, porque profesor de gimnasia hay uno solo (difícilmente pueda atenderlas a todas) y el profesor de música seguro que es trolo. Queda rezar por la aparición de algún padre más o menos en precio preocupado por el desempeño académico de su párvulo.

-LA REMISERÍA: Yo no sé cuál es el encanto oculto que tienen los remiseros, pero hay muchas señoras que los encuentran interesantes para cursar junto a ellos un feliz amantazgo. Supongo que esto se debe a que el remisero tipo es un espécimen que le huye al trabajo, lo que lo convierte en un señor con mucho, muchísimo tiempo libre para perder dorándole la píldora a una casada insatisfecha.

Si bien todos los cuernos son cuernos, no todos los cuernos son iguales. Lean y aprendan.

TIPOS DE CORNADAS

Parece, señores, que hay dos tipos muy distintos de infidelidad: la infidelidad accidental y la infidelidad con compromiso. La primera versa exclusivamente sobre sexo; es un toco y me voy inofensivo y fácil de ocultar. La segunda pone en juego los sentimientos, nos abrocha un amante estable y, literalmente, nos caga la vida.

La infidelidad accidental puede ser provocada por diferentes motivos:

1) UNA NOCHE DE BORRACHERA: En una noche de borrachera puede pasar cualquier cosa. Con unas cuantas copas de más encima, revolcarse con un señor que no es el nuestro resulta lo más natural del mundo. A mí es muy difícil encontrarme borracha. Mucho más difícil aún es encontrarme borracha fuera de casa. Así que desconozco los ribetes de este tipo de infidelidad etílica, por lo cual no estoy capacitada para dar demasiados detalles.

2) LA OPORTUNIDAD CON NUESTRO AMOR PLATÓNICO: Sucede que una está felizmente emparejada y, por obra y gracia de Mandinga, se cruza con aquel compañero de secundaria por el cual vertió litros de baba. Antaño, el muchacho nos ignoraba. Hoy nos mira con cariño. ¿Qué hacer, Dios mío, qué hacer? ¿Mantenerse fiel e impoluta o concretar un encuentro carnal que nos resarza por tanta lágrima adolescente?

3) UNA OCASIÓN ÚNICA: Una alineación planetaria extravagante hace que te tropieces en el supermercado con un émulo criollo de Jared Padalecki. Y que el susodicho tenga interés carnal en tu vulgar cuerpecito. Esta es, por supuesto, una ocasión única, que amerita revolear algo más que una lata de tomates.

4) NO SABER DECIR QUE NO: De repente te encontraste con un tipo. El tipo avanzó, avanzó, avanzó, y vos, por no ser maleducada, lo dejaste avanzar. No vaya a ser que hirieras sus sentimientos o mellaras su autoestima.

5) VENGANZA: Ojo por ojo, diente por diente. Si tu partenaire adornó tu preciosa cabecita es hora de que le pagues con la misma trágica moneda.

La infidelidad con compromiso es cualquiera de las infidelidades accidentales que no se pudo/supo erradicar a tiempo. Conlleva penas, lágrimas, malas caras, peleas, reconciliaciones, rupturas, promesas, divergencias, etc., etc., etc. No la recomiendan ni los médicos ni los farmacéuticos porque es sumamente estresante. Una comienza teniendo un marido y un amante y termina teniendo dos maridos. Dos tipos que la controlan, dos tipos que la celan, dos tipos que la asfixian y dos tipos que no la comprenden. Un horror.
De todo lo antedicho se desprende que la infidelidad, lejos de ser la panacea universal es, las más de las veces, un espejismo ramplón. Se puede guardar un feliz recuerdo de una infidelidad accidental (sobre todo de la concretada entre las góndolas del supermercado con el Jared Padalecki vernáculo). Pero las infidelidades con compromiso, tarde o temprano, nos joden la vida. Si están dudando acerca de meter o no meter un cuerno que pinta para algo más que un toco y me voy, tengan siempre presente que un amante no es nada más ni nada menos que un marido en sus primeras etapas de evolución. Esta verdad irrefutable es suficiente para disuadir a cualquiera.
Me despido de ustedes con una frase del desengañado Oscar Wilde: Mentir a otros. A eso llama el mundo romance.”

Buenos días.

jueves, 15 de septiembre de 2016

MIS AMADOS MONSTRUOS III


MIS AMADOS MONSTRUOS III

1, 2, cierra la puerta
3, 4, no duermas aún
5, 6, toma el crucifijo
7, 8, él viene por ti
9, 10, no dormirás

Buenas noches, mis queridos. Aterida y con sueño, aquí estoy, firme al pie del cañón, para regalarles la tercera y última parte de mi lista de monstruos amados. No se duerman, por favor. Pasen y vean.


JASON VORHEES (KANE HOODER)

Si bien Kane Hooder no fue el único actor que interpretó a Jason, sí es el que lo hizo la mayor cantidad de veces. Hooder nació en 1955 en California, EEUU.
La primera de las películas de la saga, “Friday the 13th” (traducida en los países de habla hispana como “Martes 13”, porque a nosotros nos jode el martes, no el viernes) data de 1980 y fue dirigida por Sean S. Cunningham. Jason es un de 12 años que se ahoga en un campamento, en Crystal Lake. Veinte años más tarde comienzan a sucederse una serie de asesinatos (muy bizarros algunos) entre los acampantes del lugar.
El asesino no es Jason, sino su madre, que al final de la película es decapitada. Pero aquí no termina todo. Jason, caracterizado con una máscara de hockey y un machete con el que despedaza a sus víctimas, vuelve a cobrar venganza. Y vuelve, vuelve, vuelve. Para regocijo de todos nosotros.
No se sabe por qué un chico que murió ahogado a los 12 años vuelve midiendo casi 2 metros y pesando alrededor de 100 kilos. Pero tampoco importa demasiado.



JACK TORRANCE (JACK NICHOLSON)

No hace falta abundar en detalles sobre la biografía de Jack Nicholson. Este actor estadounidense nació en Nueva York, en 1937, y tiene una carrera brillante. De todos los personajes que interpretó mi favorito es el de Jack Torrance, en la película “The Shining”, de 1980, dirigida por Stanley Kubrick, que versionó, de una manera muy personal, la novela de Stephen King del mismo nombre.
Jack Torrance es un ex alcohólico y escritor frustrado contratado para mantener el hotel “Overlook” durante los meses de invierno en los que permanece vacío. Junto a su hijo Danny, que tiene un extraño poder de premonición llamado "resplandor", y su mujer Wendy, se trasladan al hotel, situado en medio de las montañas Rocallosas. Una vez allí, en medio del aislamiento más desesperante (la carretera que los comunica con la ciudad más cercana es cortada a causa de la nieve) y de la atmósfera claustrofóbica del hotel, comienzan a suceder hechos extraños, relacionados con antiguos huéspedes que murieron en forma violenta, y la cordura de Jack comienza a deteriorarse, hasta que se convierte en un verdadero psicópata, obsesionado con asesinar a su familia.
La película de Kubrick, al revés que la novela de King, es ambigua. Los hechos sobrenaturales que se suceden en el “Overlook” pueden estar dentro o fuera de la mente de Torrance. Stephen King no quedó muy conforme con esta versión de su historia, pero Jack Nicholson está soberbio. Mete miedo en serio.

FREDDY KRUEGER (ROBERT ENGLUND)

Robert Englund nació en 1947 en California, EEUU. Interpretó varias películas, pero es reconocido mundialmente por el personaje de Freddy Krueger, que apareció por primera vez en el film “A Nightmare on Elm Street”, de 1984, dirigido por Wes Craven.
Freddy, que fue asesinado por una serie de vecinos indignados, ya que se trataba de un psicópata asesino de niños que había escapado de su condena por un tecnicismo legal, emerge en las pesadillas de los niños y adolescentes de Elm Street. Su apariencia física es muy característica: rostro desfigurado por el fuego, sombrero ajado, pullover de rayas verdes y rojas y  guante de cuchillas que él mismo ha elaborado.
Mientras la víctima duerme, Krueger invade sus sueños y toma el control de los mismos, llevándola hasta la muerte. Cualquier daño que sea realizado en el onírico mundo de Freddy persistirá en el mundo real.
Englund está fabuloso en el papel. El papel es fabuloso. Vi todas las películas de Freddy Krueger cientos de veces. Amo a ese asesino. 


PINHEAD (DOUG BRADLEY)

“Hellraiser” es una alucinante película de 1987, basada en la obra de Clive Barker “The Hellbound Heart”. Barker mismo (escritor imperdible para los amantes del terror) dirigió la película. La historia aborda temas como la moralidad enfrentada a la tentación, la relación entre dolor y el placer y el sadomasoquismo. Toda la película gira alrededor de una pequeña caja negra, una especie de rompecabezas que, al ser resuelto, abre las puertas a otra dimensión. Una dimensión donde una serie de seres extraños (los cenobitas) ofrecen a quien llegó hasta allí todo el dolor y todo el placer imaginables. Pinhead es el líder de los cenobitas.
Su aspecto físico es aterrador. Su cabeza está atravesada por una intrincada red de cicatrices,  con clavos atravesando cada uno de los cruces de estas cicatrices. Viste una sotana de cuero negro y su piel, absolutamente pálida, está lacerada por ganchos y cadenas, los mismos objetos de tortura que serán utilizados con los desprevenidos que manipulen la caja-puzzle.
Doug Bradley nació en Liverpool, Inglaterra (al igual que Clive Barker), en 1954.



PENNYWISE ( TIM CURY)

“It”
 (también referida como “Stephen King's It”) es una película para televisión de terror, estrenada en 1990 y basada en la novela homónima de Stephen King.  Fue dirigida por Tommy Lee Wallace.
Magistralmente interpretado por Tim Curry, actor, cantante y compositor inglés nacido el 19 de abril de 1946, Pennywise, un sucedáneo bastante horripilante de Ronald McDonald, es el responsable de la coulrofobia de unos cuantos.
Pennywise es una antigua entidad cuya verdadera forma nunca fue vista: posiblemente, no tenga una apariencia física definida, pero la imagen del payaso es la que adopta con más frecuencia. Esta razón hace que se lo denomine  It (Eso).  El monstruo llegó a este mundo en forma de meteorito durante la prehistoria, en el sitio donde posteriormente se construiría el pueblo de Derry. Cuando los humanos comenzaron a colonizar el lugar despertó, se alimentó y adoptó un ciclo de hibernación, que se repite casi cada tres décadas. Tanto en la película como en la novela es vencido por el Club de los Perdedores.

Me encanta el cine de terror. Me encanta el terror. Adoro “Tales from the Crypt” y, cada vez que el  Crypt Keeper aparece en pantalla, exclamo convencida: “¡Qué lindo, qué lindo!”, como si se tratara del mismísimo Ratón Mickey. Lo que más me gusta de Iron Maiden es Eddie. Y soy devota de Stephen King. Y precisamente es con una de sus frases que me retiro hoy: "A nadie le gusta un payaso a medianoche."

Buenas noches.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

MIS AMADOS MONSTRUOS II


MIS  AMADOS MONSTRUOS II

"Vive con su hermana, 
su perro y su gatito, 
pero a él le gustan más 
arañas y vampiritos..." 
"Vincent", Tim Burton 

Continúo hoy con la segunda parte de mi lista de monstruos adorados. Que la disfruten.


EL MONSTRUO DE LA LAGUNA NEGRA (BEN CHAPMAN)

Benjamin F. Chapman, Jr., conocido como Ben Chapman, fue el hombre que dio vida al mutante anfibio que se robaba a la chica en “Creature from the Black Lagoon” (“El monstruo de la laguna negra”), filmada en el año 1954 y dirigida por Jack Arnold. Había nacido el 29 de octubre de 1925 en Oakland, California, y fue elegido para interpretar al monstruo (sólo en las escenas en las que aparecía en tierra, en las escenas acuáticas fue interpretado por Ricou Browning) por su gran tamaño. Antes de ser el Hombre Anfibio trabajó como ejecutivo de bienes raíces.
El monstruo de la laguna negra, que tantas pesadillas causó, a pesar de lo rudimentario de su traje de goma espuma, falleció en Honolulu, Hawaii, el 21 de febrero de 2008. 


 DR. PHIBES (VINCENT PRICE)

Si alguien me preguntara a quién le debo las horas más felices de mi infancia, respondería, sin dudarlo: “A Vincent Price”.
Vincent nació en 1911, en Missouri, EEUU. Fue un prolífico y talentosísimo actor que, a pesar de trabajar en películas de bajo presupuesto, tuvo el privilegio de llevar a la pantalla varios de los cuentos de Edgar Allan Poe.
En 1971, protagonizó el film de Robert Fuest “The Abominable Dr. Phibes” ("El abominable Dr. Phibes"). El doctor Anton Phibes (Dr. en Teología) músico, ingeniero y amante obsesivo, es dado por muerto en un accidente del que también fue víctima su esposa y jura vengarse de los médicos que la atendieron y, según él, la dejaron morir. Para ello organiza retorcidos asesinatos inspirados en las Diez Plagas que Moisés esparció sobre Egipto, documentadas en el libro del Éxodo del Antiguo Testamento. Alucinante.
Pero, además, Phibes sólo habla a través de un cable conectado a un gramófono, bebe a través de la nuca y tiene una expresión siempre adusta y una gruesa capa de maquillaje. Y tiene una asistente muy setentosa llamada Vulnavia, que jamás habla,  y una orquesta de pseudo robots bastante tétrica. A mis 10 años, el abominable Dr. Phibes era el súmmum del horror.
En 1972, dirigido nuevamente por Robert Fuest, Vincent Price volvió a ponerse en la piel del Dr. Phibes en "Dr. Phibes Rises Again" ("El regreso del Dr. Phibes").


DR. DECESSUS (VINCENT PRICE)

En 1974, Vincent Price protagonizó "Madhouse" junto a otro icono del terror, Peter Cushing. Allí interpreta a 
Paul Toombes,  una estrella de Hollywood venida a menos, que logró su momento de mayor esplendor interpretando al siniestro Dr. Death (Dr. Muerte o Dr. Decessus). Acusado de asesinar a su novia, fue recluido en una institución mental. Unos años después, ya en libertad, intenta volver al ruedo con su tétrico personaje, lo que desata una serie de asesinatos espeluznantes.
A mí me gusta llamar al personaje Dr. Decessus. Así era como lo llamábamos con mi hermano cuando éramos chicos y temblábamos de miedo y placer cada vez que aparecía en pantalla.
Price falleció en California, en 1993. Uno de sus últimos papeles fue en “Edward Scissorhands”, dirigido por Tim Burton, como el inventor de Edward.


LEATHERFACE (GUNNAR HANSEN)

Siempre consideré una curiosidad del mundo del cine el hecho de que el primer Leatherface (Cara de cuero) haya sido un actor islandés que, de mayor, tiene una pinta de Papá Noel entrañable.  Gunnar Hansen, nació en Reikiavik el 4 de marzo de 1947 y emigró a Estados Unidos con su familia cuando tenía apenas cinco años. En 1974 fue el psicópata con motosierra y máscara de piel humana en la película “The Texas Chain Saw Massacre” (“La masacre de Texas”), dirigida por Tobe Hooper y basada en los crímenes del tristemente célebre asesino Ed Gein.
Después del éxito de  protagonizó  "The Demon Lover", tras lo cual decidió espaciar sus apariciones en el cine para dedicarse a su carrera de escritor. 
En las otras masacres de Texas hubo otros  Leatherfaces. Pero Gunnar es el original.


MICHAEL MYERS (NICK CASTLE)

Nick Castle, nacido en EEUU, en 1947, no es un actor muy conocido. Es guionista y director  de cine, pero, para los amantes del cine de terror, lo mejor que hizo fue interpretar a Michael Myers en “Halloween”, de 1978, dirigida por John Carpenter.
Myers es un joven que asesina a su hermana mayor y, luego de quince años de reclusión en un hospital psiquiátrico (Smith´s Grove Sanatorium), regresa a su casa para seguir con su faena homicida. Oculta su rostro con una máscara blanca cuya procedencia se narra en el remake del  film original, realizado en  2007, por Rob Zombie: esta máscara era utilizada por el novio de su hermana en su relación sexual con ella, escena que desencadena la furia homicida de Michael.
No se sabe a ciencia cierta por qué Michael Myers es inmortal, pero tampoco importa demasiado. Lo importante es que regresa, cada tanto, para ponernos los pelos de punta.
Larga vida a este personaje

Hasta aquí, mis amables lectores, la segunda parte de mi lista de monstruos adorados. Prontito, la tercera y última parte. Mientras la esperan, los dejo con Peter Brook, profesor, escritor y director de teatro y cine inglés, director de una de mis películas favoritas de todos los tiempos, Lord of the Flies” ("El señor de las moscas", 1963): “Por eso tienen tanto éxito las películas de terror: porque desde nuestra seguridad de la butaca no corremos ningún riesgo, pero durante un corto lapso de tiempo podemos saborear el miedo, miedo ante cosas que no nos van a pasar.”

Buenas noches.