miércoles, 27 de noviembre de 2019

LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: HANSEL Y GRETEL


LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: HANSEL Y GRETEL

"El hambre hace ladrón a cualquier hombre."
Pearl Buck

Las historias que nos contaron en nuestra infancia guardan para nosotros un encanto muy particular. Aquí estoy nuevamente, amables lectores, para ofrecerles otra entrega de la saga “Las verdaderas historias detrás de los cuentos infantiles”, esta vez dedicada a “Hansel y Gretel”.


HANSEL Y GRETEL

“Hansel y Gretel  ("Hänsel und Gretel") es un cuento de hadas alemán recopilado por los Hermanos Grimm, quienes lo incluyeron en una publicación de 1812. El cuento, tal y como lo presentan los autores teutones, es una variante desinfectada, inocua, de los horrores arquetípicos del original. La verdadera historia de Hansel y Gretel nos habla de las duras condiciones medievales, donde el hambre y la falta de recursos hacían del infanticidio un horror habitual.


HANSEL Y GRETEL, LA HISTORIA QUE NOS CONTARON

Los protagonistas de "Hansel y Gretel" son los  hijos de un leñador, cuya madrastra, una mujer malvada, convence a su marido de abandonarlos a su suerte en el bosque, debido a la falta de medios para mantenerlos.  Pero Hansel es un niño listo y marca con piedritas el camino a su casa. Y los hermanos logran regresar al hogar.
La situación no cambia y el padre y la madrastra deciden abandonar a los niños por segunda vez. Para ello, el padre lleva a los niños aún más lejos en el bosque. Y Hansel vuelve a marcar el sendero pero esta vez con migas de pan, que los pájaros devoran, por lo que los hermanos pierden el camino de regreso a casa.
Los niños vagan días y días perdidos por el bosque, hasta que se topan  con una casa construida con azúcar, caramelo y pan de jengibre. Y empiezan a devorarla. Allí vive una anciana que los invita a pasar,  y que es, en realidad, una malvada bruja. La bruja toma a Gretel como sirvienta y se dedica a engordar a Hansel para comérselo. Pero los dos hermanos son inteligentes y la terrible bruja acaba atrapada en su propio horno y quemada.
La historia tiene un final feliz: los niños regresan a casa llevándose con ellos los tesoros de la bruja y al volver al hogar descubren que la malévola madrastra ha muerto.


ABANDONO, INFANTICIDIO Y CANIBALISMO

El cuento “Hansel y Gretel” presenta los elementos de iniciación de casi todos los pueblos indo-europeos, que marcan el pasaje a la madurez mediante una incursión en lo salvaje y lo desconocido, representado en este caso por el bosque. Pero más allá de esto, la historia es el reflejo de una cruenta realidad histórica.
El hambre es una presencia dominante en el cuento. Es tan brutal que empuja al hombre a cometer las mayores atrocidades. Los padres de Hansel y Gretel no los abandonan a su suerte, como podría pensarse en un primer momento, sino que se ven obligados a separarse de ellos porque -según varios análisis de la historia original- ellos mismos o algún vecino podrían llegar a comérselos. Por eso, es mejor iniciarlos tempranamente en la madurez, dejando que se adentren en el bosque. Una vez allí, ya no son niños, sino adultos que deben aprender a valerse por sí mismos. Los padres se liberan así de su responsabilidad.
La bruja del bosque que ansía devorar a los niños actúa como metáfora de una amenaza real de la época. El hambre es voraz y el canibalismo, una posibilidad tangible. Los pájaros que se comen las migas de pan impidiéndoles volver a casa, son un primer símbolo del peligro y de la crudeza de un escenario en el que prima el hambre.
Según los expertos, “Hansel y Gretel” es el retrato de una época de penurias: niños abandonados  en el bosque a causa el escenario de hambruna extrema, donde se les obligaba a tener que sobrevivir, en ocasiones, saqueando aquello que encontraban: campos, casa, etc. (Hansel y Gretel saquean también una casa, pero hecha de dulces).


¿MADRE O MADRASTRA?

Hansel y Gretel” es un cuento medieval que, según se cree, tuvo algunos siglos de existencia antes de ser publicado por los Grimm en 1812, en una colección de cuentos que llevó por título: “Kinder- und Hausmärchen” (“Cuentos para la infancia y el hogar“).
Una nueva versión,  revisada y modificada por Wilhelm Grimm, se publicó en 1857. Los cambios entre estas dos versiones no son tan significativos, pero en la segunda se deja de hablar de la madre de los niños y comienza a hablarse de la madrastra. Otra vez, como en el caso de “Blancanieves”, los Hermanos Grimm optaron por reemplazar a la madre biológica por la madrastra, dado que en el contexto histórico en el que vivieron, era muy difícil aceptar la figura de una madre capaz de dañar a sus hijos.


¿QUIÉN ES LA BRUJA?

La estudiosa del folklore medieval Maria Tatar observa algunas similitudes entre los horrores del Tercer Reich y la trama de "Hansel y Gretel", señalando que el abandono de los niños por parte de los padres es una especie de Solución Final, y que la incineración de la bruja, que en el cuento original conserva todos los estereotipos del judío, es una prefiguración del genocidio en los campos de concentración.
Tatar sugiere, además, que los pájaros representan los aspectos salvajes de la naturaleza, la cual se asegura la permanencia de los niños en sus dominios comiéndose el camino de migas trazado por Hansel. Los niños, por otro lado, no tienen reparos en saquear las riquezas de la bruja, ya que la adquisición de tesoros y la posterior remisión a la autoridad es muestra clara de madurez, y el relato es, ante todo, una crónica del paso de la infancia a la adultez. Por otro lado, la madre de Hansel y Gretel,  suavizada bajo la figura de madrastra, está vinculada a la bruja, o bien es la bruja, ya que la muerte de ambas se produce simultáneamente, hecho que para nada casual.
Hay un ejercicio muy sencillo para comprender el verdadero trasfondo  de Hansel y Gretel. Basta  con contarle la historia a un niño de cinco años o menos, y luego preguntarle su opinión. Lo primero que dirá es, con más o menos detalles: "La madre es mala". Su mente se detendrá en el abandono, y el episodio de la bruja será una cuestión menor, totalmente anecdótica. 


¿UNA HISTORIA REAL DETRÁS DE "HANSEL Y GRETEL"?


El cuento publicado en 1812 por los Hermanos Grimm habla de dos niños inocentes y de una malvada bruja, pero en 1962 el profesor George Ossegg  hizo pública una historia en la que, supuestamente, estaría inspirado, que tiene como ingredientes los celos empresariales y el asesinato, y una víctima impensada: la bruja.

Según cuenta Ossegg, la protagonista de la verdadera historia fue una mujer llamada Katharina Schraderin que nació en 1618 en un pueblo de las montañas Harz, en Alemania. Se dedicaba a hornear galletas de jengibre y otros dulces para venderlos en las ferias de los pueblos. Sus postres eran tan buenos que pronto tuvo un enorme éxito. Un panadero de Nuremberg, Hans Metzler empezó a cortejarla, pero la mujer se dio cuenta de que lo que pretendía eran sus recetas y lo rechazó. 
Como Hans no la dejaba en paz recogió sus enseres y regresó a los bosques en los que había nacido. Siguió haciendo dulces y galletas y su fama volvió a llamar la atención del panadero, que intentó comprarle las recetas. Katharina se negó a venderlas y el hombre la denunció por bruja, pretendiendo quedarse con sus bienes una vez que fuera ajusticiada. La mujer fue arrestada y finalmente liberada al no haber pruebas  que la condenaran.
Hans, no contento con el resultado del proceso, acudió a la casa del bosque en la que vivía Katharina acompañado por su hermana Gretel para robar las recetas. Encontraron a la mujer en la casa y la asesinaron. Para hacer desaparecer el cadáver lo quemaron en el horno. Metzler fue detenido, pero liberado al poco tiempo. Murió años después en Nuremberg,  donde fue un rico e influyente ciudadano.
George Osseg (seudónimo del profesor y escritor Hans Traxler) escribió un libro con sus investigaciones llamado La Verdad de Hansel y Gretel, pero muchos lo tacharon de falso y fue acusado de fraude. Según él, encontró los restos de una casa en el bosque de Spessart entre sus cimientos quemados los restos de varios hornos.


EL SÍNDROME DE HANSEL Y GRETEL

El Síndrome de Hansel y Gretel es un novedoso concepto presentado Andrés Saravia en su libro "La autodeterminación informativa limitada (El síndrome de Hansel y Gretel y la protección de los datos personales in totum)”, del año 2014.
En la actualidad, cada persona se encuentra continuamente dejando rastros sobre sus datos personales, información que lo hace identificable, le permite desempeñar todo tipo de actividades y ejercer sus derechos en sociedad, pero que la hace vulnerable al convertirla en fácilmente rastreable, con el riesgo de que se vean violados su intimidad, su privacidad y en sus derechos fundamentales.
El boom de la informática ha multiplicado de manera alarmante los  efectos del Síndrome de Hansel y Gretel.

Hasta aquí, damas y caballeros, todo lo que tenía para comentar acerca de "Hansel y Gretel". Me despido de ustedes con un poema de la cubana Odette Alonso:

HANSEL Y GRETEL EN MEDIO DE LA FIESTA 

"Qué niño luce un barco en el océano
que nada es."
Silvio Rodríguez


A León

                              I

Madre se muere                no vamos a salvarla
del disparo común
segura escapatoria al final del recodo.
De cartón es la casa                se derrumba
el camino es tan largo                y tan borroso
que me siento a llorar en la primera piedra.
Va sonando el tambor
sonando en el cerebro como un dardo.
No hay salida a este grito                aunque sonrían.
Punzante es el tambor de la impotencia.


Buenas tardes. 


Ilustración 1:  Eugenia Nobati
Ilustración 2: Gustavo Aimar
Ilustración 3: Jessie Willcox Smith
Ilustración 4: Ana Juan
Ilustración 5: Sebastián Barreiro
Ilustración 6: Tom Robinson
Ilustración 7: DiegoFiorucci
Ilustración 8: Ludwig Richter


sábado, 16 de noviembre de 2019

TUYA Y AJENA III (COSAS DE AMANTES)


TUYA Y AJENA III (COSAS DE AMANTES)

 “Los que son fieles conocen solamente el aspecto trivial del amor: son los infieles los que conocen sus tragedias.” 
Oscar Wilde

“Las señoras con
rango y posición
si no adornan la frente del varón
notan que algo les falta…”
“Cuernos”, Joaquín Sabina

Ya hemos hablado en este espacio y siempre con fines didácticos, de los motivos que nos empujan a cometer una infidelidad, de las precauciones a tener en cuenta cuando se adquiere un amante y de los pros y los contras que conlleva el adulterio. Es hora, entonces, de ocuparnos de una cuestión fundamental: los tipos de hombres con los que nos podemos cruzar en nuestra derrapada hacia el pecado.  He aquí una lista de los especímenes masculinos que conforman el mágico universo de los amantes.

TIPOS DE AMANTES Y AMADORES

-AMANTE APURADO: Ustedes pensarán, malvados como son, que el eufemismo amante apurado es usado en este opúsculo para nombrar decorosamente al eyaculador precoz. Puede ser, puede ser. Pero también se engloban bajo este rótulo a todos aquellos varones que no trabajan la previa ni respetan los tiempos femeninos. Ahora bien, tener un marido apurado es un castigo de Dios. Tener un amante apurado es, en cambio, una reverenda boludez. Arriesgar el pellejo por un tipo que vive el sexo como un trámite es un delirio.

-AMANTE MACHISTA: Un machista es insoportable en cualquier ámbito de la vida. En la cama, también. El amante machista es aquel que siempre lleva la voz cantante y se siente descolocado cuando una mujer toma la iniciativa. Él ordena, domina, avasalla. Un asco.

-AMANTE PEREZOSO: El hombre perezoso es un clásico. Es aquel que es incapaz de cambiar el cuerito de una canilla o una lamparita, pero no porque no sabe hacerlo. Porque no se le canta. Porque es vago. Porque le pesan las partes. El amante perezoso es el hombre perezoso llevado al telo. El tipo cree que lo único que tiene que aportar al encuentro carnal es una erección. Nosotras tenemos que poner todo lo demás: el entusiasmo, el ímpetu y el ejercicio.  El amante perezoso nos quiere siempre arriba, cosa de que no tener que mover un músculo para nuestra satisfacción. Dicen los que saben que este comportamiento deleznable tiene para nosotras una clara ventaja: nos permite controlar la situación.  Qué se yo.

-AMANTE EXHIBICIONISTA: El amante exhibicionista es el que, después de consumado el acto carnal,  gusta de corretear desnudo por la habitación y sopesar sus partes pudendas frente a cuanto espejo haya por ahí. Ama de punta a punta y con la luz encendida. Si una también es exhibicionista se llevará de perlas con este macho que gusta desplegar sus atributos sin un atisbo de vergüenza. Si una es friolenta la va a pasar mal, porque a este majo desnudo no hay Cristo que lo tape.

-AMANTE FLOJITO: El amante flojito es aquel que empieza la faena sexual con frenesí y energía pero enseguidita se desinfla.  Le falta el aire, se le acalambran las piernas, le duele la cintura, etc. Una lástima.

-AMANTE PEDIGÜEÑO: Este amante con alma de niño malcriado es aquel que, a la hora del amor,  se la pasa pidiendo cosas: que te pongas así, que te pongas asá, que hagas esto o que hagas aquello.  El amante pedigüeño cree que vos estás ahí para satisfacer sus demandas. Suele ser molesto como un bebé llorón, pero, con paciencia, se lo puede hacer entrar en razón. No va a dejar de pedir, pero va a aceptar que las relaciones amorosas se mantienen a flote gracias a cierta reciprocidad y que, cada tanto, le toca dar.

-AMANTE EMPALAGOSO: El amante empalagoso es aquel que tiene una previa impecable y dedica gran parte del encuentro erótico a los besos, las caricias y los arrumacos. A la mayoría de las mujeres nos encantan los amantes empalagosos, pero hay señoras impacientes que prefieren que los eventos se desarrollen con un poco más de premura.

-AMANTE REVIENTA CAMAS: He aquí un trabajador del sexo. El amante revienta camas es la antítesis del amante perezoso. Este señor hacendoso a la hora de los ardores siempre tiene bríos para una segunda vuelta. Muy activo, nos revolea por el aire como si fuésemos muñequitas de papel y no señoras algo entraditas en carnes. Es el que cada tanto hace sonar la pata de alguna cama.

-AMANTE PRESUMIDO: Si bien todos los amantes son jactanciosos, hay uno que lo es especialmente. El amante presumido  es un émulo criollo de Johnny Bravo y una considera que es casi un milagro que, con tantas horas dedicadas a cincelar ese cuerpecito, le haya quedado tiempo para aprender a hablar (si es que aprendió). Este partenaire erótico está convencido de que su pene es una gracia que nos es otorgada por las altas esferas celestiales. El amante presumido disfruta admirándose a sí mismo en el espejo mientras hace el amor. Nosotras sólo somos asistentes de la verdadera estrella de la noche: él.

-AMANTE SILENCIOSO: El amante silencioso es aquel que, a la hora de los bifes, no es capaz de soltar ni un mísero suspiro. Es algo así como una porno muda. Nunca podremos estar seguras de la intensidad de su goce. 

-AMANTE CHARLATÁN: El amante charlatán es aquel que no puede dejar de hablar, ni siquiera a la hora de tener sexo. Piropeador algunas veces, zafado otras, nunca cesa de hacer observaciones sobre la naturaleza del acto que estamos llevando a cabo.  Cada dos por tres  pregunta: “¿Qué querés que te haga?”, “¿La pongo por acá o la pongo por allá?”,  “¿Te gusta o no?”  Si bien con el amante charlatán nos enteramos de todo, suele desconcentrarnos con tanta cháchara. 

-AMANTE ILUSO: El amante iluso es aquel que esta convencido de que satisface nuestras necesidades eróticas con creces y se toma al pie de la letra cada suspiro, cada gemido y cada gritito que una suelta en la refriega amorosa. Quién sabe qué corno estaba haciendo el amante iluso en 1989, porque ni se enteró del orgasmo fingido por Meg Ryan en “Cuando Harry conoció a Sally”.

-AMANTE PRIMERIZO: Tiernito como una lechuguita de manteca, el amante primerizo es aquel que carece de experiencia en las lides amorosas. Llega a nuestra cama con poquísimos kilómetros recorridos y con una idea bastante idealizada de lo que debe ser un encuentro sexual. Si bien el amante primerizo no tiene demasiadas contraindicaciones y es terreno fértil donde sembrar las semillas del amor, yo paso. Para mí los hombres se ponen lindos después de los 30. A esa edad no hay primerizos, y, si los hay, gastan fortunas en psicoanalista.

-AMANTE ANTIESTÉTICO: El amante antiestético es aquel que no cuida ciertos detalles que, para algunas damas quisquillosas, hacen al buen gusto. Es el que, a la hora del amor, en épocas de temperaturas inclementes, se deja puestas las medias y/o la camiseta. Para las chicas modernas será, seguramente, aquel que no se depila, pero las señoras de mi edad consideramos que un hombre que se depila no es un amante estético sino un amante aputosado.

-AMANTE TORPE: El amante torpe pone toda la buena voluntad del mundo en la faena carnal, pero ya se sabe: el que nace pa’ gusano, a mariposa no llega. Este hombre, totalmente  inepto a la hora del amor, nos aprieta, nos aplasta y nos mete los dedos en los ojos. Cuando está con él, una tiene la sensación de estar con Moe, con Larry o con Curly, dependiendo la sensación del tipo y cantidad de cabello del susodicho.

-AMANTE METROSEXUAL: Sospechoso para algunas señoras que pasamos los 40, el amante metrosexual llega a nuestra cama emperifollado como una bataclana del Moulin Rouge. Puede ser un amante considerado y hasta generoso, y se puede disfrutar de sus atenciones, siempre y cuando una acepte que será, por los siglos, la más zaparrastrosa de la relación. 

-AMANTE COMO DIOS MANDA: El amante como Dios manda (aunque dudo que Dios se meta en cosas tan rastreras)  es aquel que colma nuestras expectativas sentimentales y eróticas  y nos hace felices, aunque sea un par de horitas a la semana. Este amante sabrá hacernos el amor y también sabrá darnos buen sexo, disfrutará y nos hará disfrutar. Encontrar un amante como Dios manda es encontrar un tesoro.

-AMANTE UNICORNIO: Hay quien dice haberlo visto. Hay quien dice haberlo tocado. Hay quien dice haber gozado de sus favores. Pero no hay evidencia que demuestre que es un ser real y no el producto ficticio de algunas mentes femeninas calenturientas. El amante unicornio es, por supuesto, un amante perfecto. Posee la cantidad exacta de pasión, sentimiento, fantasía y ternura necesaria para que cualquier mujer, desprevenida o no, caiga rendida a sus pies. Ha leído todos los libros de Alessandra Rampolla. Y toda la poesía de Pizarnik. Y todas las novelas de Stephen King. Ya sé, me fui al carajo. Pero el amante unicornio es así: muta de mujer en mujer y es la fantasía ideal de cada una de ellas. 

Seguramente, mis queridas, habrá algún tipo de amante que he pasado por alto. Sabrán ustedes perdonar el descuido. Espero que esta lista, aún siendo incompleta, las ayude, no sólo  a descubrir con qué tipo de amante tratan, sino que les resulte de utilidad para la elección de los venideros. 
Me despido de ustedes con la alegría del trabajo cumplido. Y dejándoles, como ya se ha hecho costumbre, una frase para la reflexión, esta vez del genial Woody Allen: “Con el paso de los años lo único que se aprende es a navegar por la vida procurando hacerse menos daño, pero nada más. Sabiendo que hay problemas que nunca se pueden solucionar. Y la infidelidad es uno de esos problemas sin solución”. 

Que les aproveche. 

sábado, 9 de noviembre de 2019

TUYA Y AJENA II (COSAS DE AMANTES)


TUYA Y AJENA II (COSAS DE AMANTES)

“Acepto mejor la infidelidad que la deslealtad. Una mujer te hace más daño no apoyándote cuando lo necesitas que con una aventurilla."
 Luis Cobos

“Vivo justo detrás de la esquina,
no me acuerdo si tengo marido.
Si me quitas con arte el vestido
te invito a champan.”
“Peor para el sol”, Joaquín Sabina

Después de ocuparme de cosas intrascendentes, tales como hervir arroz y lavar medias, vuelvo, caras mías, a retomar el tema que nos ocupa: la infidelidad femenina. Luego de haber informado a mis lectoras acerca de los motivos que nos empujan a ser infieles y de las precauciones que hay que tener en cuenta a la hora de tener un amante, paso a detallar, siempre con fines didácticos, los pros y los contras del adulterio.

LOS PROS DE TENER UN AMANTE

La infidelidad, por mucho que les pese a las gentes decentes, a los maridos engañados y a los Testigos de Jehová, tiene sus ventajas. Ante el escepticismo de ciertas damas, siempre  prontas a manotear un rosario, paso a enumerarlas. Anoten.

-TENER CONFIANZA EN NOSOTRAS MISMAS: Tener un amante aumenta de manera inconmensurable el nivel de autoconfianza en sangre. Nos sentimos deseadas y, por ende, nos sentimos más lindas. Y al sentirnos más lindas, queremos potenciar esa belleza. Nos acicalamos más y mejor. Y sonreímos más a menudo.

-DISFRUTAR DE UNA SEXUALIDAD DESENFRENADA: En una relación clandestina, vaya Freud a saber por qué, nos permitimos cosas y cositas vedadas en el lecho matrimonial. Juguetes eróticos, nuevas posturas, fantasías algo escandalosas, lencería hot. Todo vale.  En las relaciones ilegítimas se busca placer a toda costa  y una se deja llevar por los tortuosos caminos del pecado alegre como una mosca ante un pastel de bodas. Tener un amante es, tal como gritaría Valeria Lynch, tener cadenas de fuego quemando nuestras mentes. Y nuestras partes pudendas.

-SALPIMENTAR LA RUTINA: Las aventuras de cualquier índole le agregan sal y pimienta a la rutina diaria. Mucho más, las aventuras sexuales. Tener un amante nos  hace estrenar el día con una sonrisa en los labios. Imaginar novedosas peripecias carnales, comprar bonitos juguetes eróticos o elegir anónimos lugares para la trampa, nos mantiene vivas, casi inmersas en una canción de los Bee Gees. El aburrimiento no tiene cabida en nuestras existencias. 

-MORDER LA MANZANA: ¿Qué persona en sus cabales se negaría a darle, aunque sea un mordisquito miserable, a la manzana del pecado? Después de 2000 años de escuchar a la Iglesia Católica diciéndonos que no, que no debemos, tenemos más ganas de morderla que nunca. Sólo con imaginar lo que pensarían algunas personas si descubrieran que llevamos una doble vida tiritamos de placer. Las madres de los amigos de nuestros hijos, las vecinas, los compañeros de trabajo... Sentirse una pecadora es emocionante y turbador. 

-TENER UN SECRETO: El hombre con el que nos revolcamos ilegalmente  es un preciado tesoro que guardamos celosamente en una caja fuerte y ¡con candado! Amar a un hombre de forma clandestina lo convierte en alguien que es nuestro y sólo nuestro, sin parientes, amigos y vecinos hincha pelotas que metan la cuchara en la relación. Los secretos siempre son pequeñas joyas con las cuales solazarnos.  Un amante es el secreto más portentoso que puede tener una mujer. 

-RECUPERAR SENSACIONES OLVIDADAS: Más de una vez se ha hablado de las mariposas que revolotean en los estómagos de señoras y señoritas cuando corren a encontrarse con sus enamorados. Harto sabido es que, con la consolidación del vínculo y su rutinización, estas mariposillas comienzan a languidecer y acaban en estado comatoso, o, en el peor de los casos,  muertas. Un amante resucita mariposas, polillas y todo tipo de insecto difunto. Con él, nada es seguro y todo es posible.  Cada día viene acompañado de su sorpresa, su improvisación y su maravilla. Volvemos a ser las adolescentes de antaño.

-RENOVARNOS: Nueva piel, nuevo cuerpo, nuevo perfume, nuevos gestos, nuevas formas de encarar la vida. Un hombre nuevo nos renueva de pies a cabeza. Con él, todo es inédito y emocionante. Y nosotras también.

-REFLEXIONAR ACERCA DE NUESTRA RELACIÓN: La aparición de un amante en nuestras vidas nunca es un problema: siempre es un síntoma.  El advenimiento de este señor que nos alborota las hormonas nos permite reflexionar acerca de los baches y las inconsistencias de nuestra relación legal. Esta reflexión puede servirnos para tratar de salvar el vínculo (previa exclusión del amante) o para mandar todo al carajo y darle pa’lante con los pitos y las matracas. 

LOS CONTRAS DE TENER UN AMANTE

Si bien tener un amante puede ser una experiencia encantadora, hay que saber que, en una relación clandestina, no todo es coser y cantar. Aquí van, para regocijo de los píos y los amantes del cilicio,  los contras del amor pirata. 

-EL MIEDO A SER DESCUBIERTA: El pánico de haber dejado pistas, la incertidumbre de un teléfono que suena a horas destempladas, toparnos a algún conocido por la calle mientras vamos de la mano de nuestro amante, son situaciones que nos estresan. El miedo a que se descubra nuestra infidelidad es una sensación muy desagradable que socava nuestra alegría. 

-SENTIRSE CULPABLE: Aunque la pasemos bomba en la cama de un señor que no es nuestro consorte, el sentimiento de culpa ante el engañado es una carga que debemos echarnos al hombro cuando decidimos ser infieles. Esta culpabilidad nos hace tratar de congraciarnos con nuestros maridos o novios y sentirnos trapos de piso inmundos cada vez que ellos nos regalan una flor o nos dan un beso.

-SENTIR VERGÜENZA: Por más liberales que seamos, por más justificaciones que encontremos para revolear la chancleta, por más que nuestro marido se lo merezca bien merecido, las mujeres no somos tontas y sabemos que lo que estamos haciendo no amerita ninguna cucarda. Sabemos que estamos traicionando la confianza de alguien importante en nuestras vidas (aunque tan sólo sea porque ese alguien es el padre de nuestros hijos). 

-AFRONTAR PROBLEMAS ECONÓMICOS: Tener un amante aumenta nuestra precariedad económica. Aún cuando el susodicho sea un hombre decente y se haga cargo de todos los gastos devenidos del romance, las señoras y señoritas entusiasmadas con la infidelidad tiramos el dinero en bombachas con puntillas y asiduas visitas a la peluquería.  Ni hablar si nos enredamos con un miserable: pagar cenas y hoteles nos puede dejar en la lona y poner al descubierto nuestros entuertos eróticos. 

-TENER IMPULSOS PELIGROSOS: La calentura, señoras, puede hacernos cometer terribles errores y correr riesgos apocalípticos. En el fragor del revuelque podemos obviar el preservativo, con las pavorosas consecuencias que esta conducta desaprensiva puede acarrear.

-DESCUBRIR QUE NUESTRO AMANTE NO ES MÁS QUE UN MARIDO EN SUS PRIMERAS ETAPAS DE EVOLUCIÓN: El hombre sensual y misterioso que nos hizo pisar el palito puede convertirse en cualquier momento en un señor insistente que pretende controlar cada uno de nuestros movimientos, nos hace escenas de celos y nos llora en la oreja por cualquier motivo. Gajes del oficio. 

-AFRONTAR EL FINAL DE LA AVENTURA: Ya lo dijeron los Vox Dei“Todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tiene un final, todo termina…” Cansado de esperarnos o aburrido de nuestras estupideces, el amante que supimos conseguir decide ponerle punto final a la historia. Naturalmente, nos sentimos traicionadas, abandonadas, defenestradas y otras adas, pero para llorar nos tenemos que encerrar en el baño. ¿Dónde vamos a llorar, en el hombro de nuestro marido?

-AFRONTAR EL FINAL DE NUESTRA RELACIÓN LEGAL: En el caso de que nuestro marido descubra el fato, pueden darse varias situaciones: a) que decida perdonar y olvidar, b) que decida perdonar y no olvidar, c) que decida no perdonar, d) que nos de una patada en el culo. Que una relación que no estaba tan mal termine de manera violenta por una calentura pasajera no deja de ser una pequeña tragedia. 

Aquí concluye, amables lectoras, la segunda parte de este sesudo estudio dedicado al amantazgo. La próxima entrega versará sobre los tipos de amante con los que cualquier mujer desprevenida se puede tomar cuando decide revolear la bombacha. Este opúsculo culmina con un consejito del Marqués de Sade: “Si alguna vez, sin embargo, sois descubiertas hasta el punto de no poder negar vuestra conducta adúltera, jurad que sentís remordimientos y redoblar las atenciones y los mimos a vuestro marido.”

De nada.