viernes, 14 de junio de 2013

SIMPLEMENTE NO TE QUIERE


SIMPLEMENTE NO TE QUIERE

"No hay nada más frío que un amor muerto."
Romy Schneider

Hay una preocupación que es recurrente en damas y damitas de toda laya: que el galancete que supieron conseguir pierda interés en sus gratas personas. Para sacarse las dudas de una vez por todas, la glamorosa revista Glamour ha publicado en la web una esclarecedora nota titulada “Señales de que está perdiendo interés en ti”, cuyos sapientes contenidos paso a compartir con ustedes para que se aviven de una vez por todas. De nada.

Señales de que estás perdiendo a tu pareja

*Pospone los planes

Si al principio de la historia de amor él quería verte casi a diario y ahora no deja de poner pretextos para posponer sus encuentros o reprograma sus citas reiteradamente, puede que el galán esté muy ocupado o puede que no quiera verte ni en pintura. Esto dice la Glamour. Yo digo que un hombre con ganas nunca está lo suficientemente ocupado y siempre se hace un huequito en su apretada agenda para ver a su pareja. Si pasan días y días sin concretar un encuentro y cada vez que proponés uno el señor te sale con que tiene que quedarse a trabajar después de hora, ir a visitar a su tía soltera al geriátrico o sacar a pasear al perro, fuiste. Ya ha perdido todo interés en tu persona. La Glamour aconseja encarar al susodicho y poner negro sobre blanco. Lo más probable es que esta charla termine trágicamente: los caballeros esperan los tenemos que hablar de las damas para decirles estupideces del estilo estoy confundido  o no sos vos, soy yo, y huir como ratas por tirante.

*Menos detalles

Los hombres suelen ser muy detallistas cuando quieren conquistar a una mujer y  también cuándo están realmente enamorados. Por eso, según la Glamour, si tu media naranja tiene cada vez menos detalles con vos, el romance se ha enfriado dramáticamente. Cuando faltan una florcita, un chocolatito, un llamado inesperado o un SMS clamando cuánto te extraña, fuiste. O hace un rato largo que estás en pareja y/o casada. Porque en el fondo los hombres, enamorados o no, consideran ridiculeces y extravagancias a las flores, los bombones, los osos de peluche y los mensajitos que disparan a niveles insospechados los niveles de glucosa en sangre. Ceden a esas pavadas para conquistarnos. Y cuando nos han conquistado, sienten el inconmensurable alivio de no tener que andar lidiando con las tonterías impresas en los sobrecitos de azúcar  o las tarjetitas de los Dos Corazones. Porque los odian. Odian los versitos empalagosos y odian las películas de Ryan Gosling (a menos que sean de abogados). Odian todo lo que nosotras consideramos detalles. Así que a no desesperar: aunque la Glamour asegure la falta de detalles como síntoma de un amor moribundo, yo opino que, quizás, tu media naranja haya pasado al siguiente nivel de la relación, cuando no hace falta hacer el ridículo para exteriorizar sus sentimientos. Lo que no significa que te quiera menos. Significa que ya está lo suficiente cómodo para mostrarse tal cual es: un zángano.

*No contesta

¿Solía responder rápido tus mensajes y ahora se tarda demasiado en hacerlo o, incluso, te clava el visto? ¿Casi no te llama y no responde tus llamadas? Lamentamos decirte que ya no le interesas como antes, cacarea la Glamour. O tiene las bolas llenas, retruco yo. Porque hay personas que se ponen muy densas con las llamadas, los mensajes de texto, el Messenger, el WhatsApp y la mar en coche.  Y vos, querida, podés ser uno de esos seres indeseables. Hay que parar un poquito la mano con tanto acoso. Cansa. Por ahí el tipo te quiere pero está agotado. Relajate. No hace falta que le preguntes 50 veces por día que está haciendo. O que le cuentes que te depilaste las cejas o te cortaste las uñas de los pies. Porque si te clava el visto, tiene razón. 

*Disminuye el contacto físico

Acá la Glamour tiene toda la razón: si no te toma la mano, no te abraza y, sobre todo, huye a la hora de los bifes, tu amorcito está perdiendo el interés en vos (y seguramente ya se interesó por otra). Las mujeres damos muchas vueltas a la hora del sexo, porque somos susceptibles y bichas, y si el tipo nos contestó mal a las 8 AM, a las 10 PM seguimos mascullando la afrenta y nos negamos a las mieles del amor físico. Los hombres, en cambio, son como los Boy Scouts: siempre listos. Si se escurre entre las sábanas hasta desaparecer cada vez que requerís sus favores, no lo estás perdiendo: ya lo perdiste. 

*No te presta atención

¿Sentís que realmente no te escucha ni pone atención cuando le contás algo, o e se distrae fácilmente? Según la revista Glamour esto es una señal muy clara de que está poco interesado en vos.  Puede ser, puede ser. O también puede ser que esté cansado de escucharte hablando de tus amigas y sus entuertos (a ningún hombre le interesa saber que Fulana tiene un amante o que a Mengana no le viene) o quejándote de tu mamá (a la que nunca mandás al carajo por mucho que se lo merezca) o de tu trabajo (en el que te basurean sistemáticamente sin que reacciones). Antes de dar por sentado que no le interesa nada de lo que decís, asegurate de no decir siempre las mismas cosas y, sobre todo, asegurate de que no estás todo el tiempo quejándote.

Hasta aquí, los síntomas que señala la Glamour para que las señoras y señoritas con dudas puedan confirmar que sus parejas están perdiendo interés en ellas. La revista aconseja sabiamente no sucumbir a la paranoia, enfrentar la situación y hablar el tema. Les recuerdo que la charla puede terminar trágicamente. Pero cuando una relación no las hace felices y se sienten ignoradas y descuidadas, lo mejor es cortar por lo sano. De hombres está el mundo lleno, ¿por qué aferrarse, entonces, a uno que simplemente no las quiere?

Me despido de ustedes, amables lectoras, con un pensamiento de Aldous Huxley: "La indiferencia es una forma de pereza, y la pereza es uno de los síntomas del desamor. Nadie es haragán con lo que ama."

Buenas tardes.

miércoles, 12 de junio de 2013

NO ES PECADO


NO ES PECADO

"Puede que el sexo sea pecado, pero sabe divino." 
Mae West

Corrían otros tiempos (mucho más oscuros que los actuales), cuando nuestras sufridas madres se reunían con otras damas tan sufridas como ellas para ponderar las virtudes de las jarras y las fiambreras de plástico, porque el plástico era moderno y todo lo moderno debía ser de plástico. Un poco más acá en el tiempo, estas tertulias se abocaron a las ventajas de utilizar unas ollas carísimas, muy bonitas, eso sí, pero totalmente prescindibles para señoras y señoritas haraganas como la aquí escribiente, quienes sólo hacen uso de las cacerolas para calentar salchichas y hervir huevos. Alguna afortunada habrá asistido, también, a una reunión de cosméticos Mary Kay, donde, por lo menos, no intentaban venderle artículos que perpetuaran su condición de chef ad honorem y hasta podía ligarse una limpieza de cutis gratis. Pero con el arribo del prometedor siglo XXI, las reuniones privadas para promocionar y comercializar productos han dejado de ser propiedad exclusiva de las vendedoras de recipientes plásticos, baterías de cocina y  maquillaje, y han sumado a señoras muy sueltas de cuerpo que ofrecen a sus congéneres todo tipo juguetes sexuales, además de disfraces y ropa interior hot. Ellas son las asesoras  Tuppersex, damas versadas en entuertos sexuales, dispuestas a compartir su experiencia y conocimiento con gentes deseosas de condimentar su vida erótica y conectarse con su sexualidad desde un lugar más lúdico.
El Tuppersex es un fenómeno que nació en el sur EE.UU., alrededor del año 2000 y fue instalándose, poco a poco, en otros países. Se basa en el procedimiento de promoción  y comercialización de productos eróticos realizando reuniones privadas en las que las asesoras se dedican a mostrarle a las asistentes los productos en venta, explicándoles, además, en qué consisten, cómo se usan, y ayudándolas a resolver cualquier tipo de duda que surja en el encuentro. Los productos ofrecidos van desde vibradores y dildos hasta todo tipo de cosmética erótica, pasando por velas, disfraces, lencería y material de bondage suave. Las ventajas del Tuppersex saltan a la vista: cualquier dama bien dispuesta puede hacerse de un bonito sex toy sin necesidad de sonrojarse ni de pasar ningún tipo de apuro en un sex shop tradicional. Las que son nóveles en estas puercas lides pueden, además, hacer cientos de preguntas y desasnarse con alegría. Y todas, toditas, pueden tocar los productos, olerlos e incluso probarlos, si se trata de aceites para masajes, lubricantes saborizados o geles tentadores.
De la mano de una amiga de la adolescencia, asesora Tuppersex  e incipiente cómica de stand-up, tuve oportunidad, este fin de semana, de asistir a una jacarandosa reunión donde, además de divertirme, pude ver en vivo y en directo objetos cuya existencia conocía sólo porque había leído acerca de ellos en la “Cosmo”. Y de manotear alguno, además. Cosa de convencerme de que estos adminículos generadores de placer no son tan amenazadores como pensaba. Ninguno me mordió ni se metió de prepo en mi cartera. Una pena.
La reunión se inició con la presentación, por parte de una de las asesoras, de los productos de sex shop en venta, con una minuciosa y amena descripción acerca de los usos que pueden dársele a cada uno. Las damas presentes pudimos verificar texturas, olores y sabores, y comprobar, además, que existe una cantidad asombrosa de juguetes sexuales. Para una ignorante como yo, que nunca avanzó más allá de un par de calzoncillos, fue sumamente revelador  conocer detalles sabrosos acerca de los estos aparatitos complacientes: existen vibradores con MP3, que se mueven al ritmo de la música, mariposas vibradoras a control remoto, esposas de peluche para el bondage de mentiritas, plumitas slow touch  orientadas a cosquilleos atrevidos y otros artilugios que ofrecen sensaciones incandescentes, amén de una variedad interesante de lubricantes y aceites saborizados. Mención aparte merecen los disfraces y la lencería hot: mi alma de bataclana tembló de emoción frente a unas pezoneras rojas en forma de corazón engalanadas con flecos, igualitas a las que usaba la divina Candy Barr en sus shows de burlesque.
En la segunda parte de la reunión, las féminas allí convocadas pudimos disfrutar de un pequeño show organizado por otra de las asesoras, que se animó al stand- up y nos divirtió con un monólogo que versó sobre juguetes y jugueteos eróticos, aderezado, además, con graciosas anécdotas personales. Después vinieron las compras (sí, sí, hubo compras, pero no me pregunten qué compré: lo dejo a vuestros criterios) y el cafecito. Y la vuelta a casa con la certeza de que nuestras mamás también hubieran revoleado el bol y manoteado el portaligas si hubieran podido, pobrecitas.
Hasta aquí, mis queridas, esta pequeña crónica acerca de mi feliz debut en las reuniones de Tuppersex. Me despido de ustedes con una picante frase de la diosa Mae West, digna de ser tenida en cuenta: "Cada vez que no tengo nada que hacer y mucho tiempo para hacerlo vamos a la cama”.

Buenísimas tardes.



Bazar Erótico Itinerante

sábado, 8 de junio de 2013

LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: LA CENICIENTA


LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS DE HADAS: LA CENICIENTA

"Una mujer con buenos zapatos nunca es fea."
Coco Chanel

Hace muchos, muchos años, existían a lo largo y a lo ancho del mundo, míticos lugares hoy extintos llamados videoclubs. En uno de estos locales, donde se alquilaban películas en  videocasete  para solaz y esparcimiento de los humanos, tuve el gusto de trabajar promediando los veinte años.  Ganaba poco, cierto, pero me puse al día con los clásicos y con las prohibidas para mayores de 18, en un derroche de lujuria cinematográfica que me cambió la vida. Y, además, convidé a todos los pequeñuelos de la familia con películas gratis, lo que me posicionó como la mejor hermana y tía de zona sur. Salvo por una vez. Por una única y trágica vez en la que tuve la poco feliz idea de llevarle a mi sobrina Camila, muy chiquita por entonces, una versión en dibujos animados del cuento de Hans Christian Andersen, “La Sirenita”. La de Disney, pensarán ustedes. Pero no, no era la de Disney. Era una versión japonesa muy fiel a la historia original. Excesivamente fiel. Que dejó a mi sobrina llorando como una Magdalenita, a mi hermana tirándome dardos con los ojos y a mí con la espantosa sensación de que Disney me  engañaba.
Más tarde, mientras hacía el Profesorado de Nivel Inicial, me tocó leer las versiones originales de los cuentos de Andersen, Perrault y los Hermanos Grimm.  Y entendí que el que me había engañado era el mundo todo. Porque estas historias diferían enormemente de las que conocía.
Jacob Grimm y Wilhelm Grimm recopilaron, a comienzos del siglo XIX, una serie de historias procedentes de la tradición oral alemana que no eran cuentos para niños.  Lo mismo había hecho el francés Charles Perrault unos años antes. El danés Hans Christian Andersen escribió sus propios cuentos, pero algunos eran tan tristes que hubo que pasteurizarlos bastante para no traumatizar a los niños modernos.
Hoy, mis queridos, les traigo la primera entrega de las verdaderas historias detrás de los cuentos que formaron parte de nuestra infancia. Se van a sorprender.


LA CENICIENTA

“La Cenicienta”
 (“Cendrillon” en francés; “Aschenputtel” en alemán) es un cuento de hadas que cuenta con varias versiones, orales y escritas, antiguas y modernas, procedentes de varios lugares del mundo.
Charles Perrault escribió en 1697 una versión de la historia transmitida mediante tradición oral, que se conoce con el título: "Cendrillon ou La petite pantoufle de verre" (“Cenicienta o El zapatito de cristal”). Anterior a ella es la del italiano Giambattista Basile: "La Gata Cenicienta" (en italiano, “La Gatta Cenerentola”; en el original napolitano, “La Gatta Cennerentola”).
En Alemania, “Aschenputtel” ("La Cenicienta") fue llevada al papel por los Hermanos Grimm. La versión del año 1812 de los Grimm varía en muchos detalles de la francesa, lo que no es extraño considerando  que cada país europeo tiene su propia tradición oral del personaje.
Disney realizó en 1950 una versión de "La Cenicienta" que se asemeja más a la de Perrault que a la de los Hermanos Grimm, razón por la que en América es la de Perrault la más conocida.


RÓDOPE, LA CENICIENTA DE EGIPTO

La versión del  cuento “La Cenicienta” más conocida en occidente es la del francés Charles Perrault, que escribió en 1697 una adaptación de la historia transmitida mediante tradición oral, "Cendrillon ou La petite pantoufle de verre" (“Cenicienta” o “El zapatito de cristal”). Pero esta historia hunde sus raíces mucho más atrás en el tiempo, hasta el extremo de que un relato del Antiguo Egipto guarda muchas similitudes con “La Cenicienta”. Es la historia de Ródope, una joven griega raptada por unos piratas y llevada a Egipto para ser vendida como esclava. Su amo, un buen hombre pero desantendido de lo que ocurría en su hogar, no se enteraba de que las otras muchachas de la casa (antecedentes de las malvadas y envidiosas hermanastras), todas libres pero siervas, se burlaban de la extranjera porque era distinta. Como en la historia de Cenicienta, Ródope se encargaba siempre de las tareas más ingratas de la casa acompañada por pájaros, un mono y un viejo hipopótamo. Durante un acto real celebrado por Amosis I en Menfis, la joven griega se vistió con sus mejores galas, incluidas unas sandalias de oro rojo, pero las otras siervas impidieron que fuera a la ceremonia. Entonces, un halcón (supuesta encarnación del dios Horus) robó las sandalias a la griega y se las llevó al faraón, quien vio un designio divino en la escena y dio la orden de que todas las doncellas de Egipto se probaran la sandalia, ya que la dueña se convertiría en su reina.  El faraón recorrió el Nilo buscando a la dueña de las sandalias hasta que encontró a Ródope y la convirtió en Reina de Egipto.


YEH SHEN, LA CENICIENTA DE CHINA

Linfluencia asiática en el cuento de la Cenicienta siempre ha tenido muchos adeptos, sobre todo por la idea de los pies pequeños  como símbolo de belleza.
Existe un interesante relato que tiene su origen en la Dinastía Tang (618-907), que nos presenta a una joven llamada Yeh Shen, muy bella y con unos pequeñísimos pies que hacen que se destaque entre todas las jóvenes (es más o menos para esta época cuando empiezan a ponerse de moda los pies de loto, que debían medir menos de 10 centímetros para  considerarse hermoso). Yeh Shen es la hijastra de una mujer malvada que la humilla y  la hace trabajar limpiando la casa y sirviendo al resto de sus hijas. 
Un día se celebra un baile en la región, acontecimiento que le es vetado a la joven Yeh Shen, a la que su madrastra y hermanastras encierran bajo llave por considerarla una rival peligrosa, demasiado bella para asistir. El único amigo de la joven es un bonito pez de colores, pero su madrastra, temiendo que el animal pudiera ayudarla  lo cocina y se lo come.  Pero la chica guarda las espinas sabiendo que son mágicas, e invoca a los espíritus para que la ayuden. Y así lo hacen.  Yeh Shen acude al baile con un precioso vestido y unos bellos (y diminutos) zapatos. Cuando huye del baile porque la magia está a punto de desaparecer, pierde uno de ellos, que es recogido por el Emperador que, obviamente, se enamora de ella y proclama un edicto  afirmando que la muchacha cuyo pie entrara en dicho zapato sería su esposa. Ante esta irresistible proposición, la madrastra le corta los dedos de los pies a una de su hijas para que logre pasar la prueba. Al ver que no funciona, le corta los talones a otra de sus hijas. Pero el engaño -y la tortura- son descubiertos y la malvada mujer es arrojada a un pozo. Y sus hijas, apedreadas hasta la muerte.
Finalmente,  Yeh Shen  aparece junto al emperador calzándose a la perfección el zapato perdido y se convierte en su esposa.


MUTILACIONES Y CASTIGOS MEDIEVALES

Giambattista Basile, un militar napolitano, incluyó en su antología póstuma "Lo cunto de li cunti overo lo trattenemiento de peccerille" ("El cuento de los cuentos, o el entretenimiento de los pequeños", de 1634, la historia de "La gatta Cenerentola" ("La gata Cenicienta"). En esta versión ya aparecen elementos que perdurarían en versiones posteriores: la madrastra y  hermanastras malvadas, el Hada Madrina, las transformaciones mágicas, la pérdida del zapato de cristal y el príncipe buscando a la dueña, aunque Perrault prefirió prescindir de la violencia desmedida del texto de Basile. En esta historia, existe una primera madrastra que es asesinada por la protagonista cuando deja caer la pesada tapa de un arcón estando ella debajo, rompiéndole el cuello.
En la versión de Grimm, Cenicienta es una joven doncella que pierde a su madre y sufre la tiranía de una madrastra y unas hermanastras "de corazón muy duro y cruel". Los Hermanos Grimm dan  mucha importancia al dolor que causa en la muchacha la muerte de su madre,  en contraste con la historia de Charles Perrault, que apenas menciona a la mujer fallecida. La tumba de la madre de Cenicienta, situada junto a una fuente, es el lugar desde donde brote la magia en forma de un pájaro,  que le concede a Cenicienta lo que le pida. 
En esta adaptación, los bailes de Cenicienta en la corte se prolongan durante tres noches, tras las cuales siempre escapa sin revelar su identidad. En la última, el príncipe decide poner pegamento en el suelo para evitar que la misteriosa doncella escape. La joven consigue igualmente huir a tiempo, pero debe dejar uno de sus zapatos de oro atrás. El príncipe sale a buscarla, empleando la única pista a su alcance, el calzado perdido.
Y aquí llega una de las partes más tétricas del cuento: cuando el príncipe llega a la casa de Cenicienta,  la hermanastra intenta probarse el zapatito, pero como no le entra y a instancias de su madre,  se corta dos dedos del pie para que el zapato encaje. El príncipe se marcha con la joven, quien apenas puede contener el dolor de haberse amputado dos dedos. Pero, por intervención de dos palomas, descubre que la joven está sangrando por los horribles cortes y vuelve a la casa a probar el zapato en el pie de la hermanastra menor. Como ésta tampoco puede calzarse el zapato, la madre sugiere a su hija menor que se corte el talón: "Si no te cupiera, coge este cuchillo y corta un pedazo de tu talón. Apenas te va a doler, y de este modo serás reina"La sangre y las palomas revelarán una vez más el engaño.
"Las hermanastras se sirven del engaño, y esta falsedad las conduce a su propia mutilación", dice Bruno Bettelheim en su libro"Psicoanálisis de los cuentos de hadas" ("The Uses of Enchantment: The Meaning and Importance of Fairy Tales", 1976). Según el autor, este elemento, omitido por Perrault, fue obviado porque "es un detalle de extrema crueldad. La automutilación no es común en los cuentos de hadas".
Al final, Cenicienta se calza el zapato, el príncipe se casa con ella y las hermanastras tienen su castigo: "Cuando el príncipe y su novia entraron en la iglesia, la hermana mayor caminó a su diestra, y la menor a la izquierda de la pareja, y entonces las palomas salieron volando de los hombros de Cenicienta y picotearon un ojo de cada una de las hermanas, hasta arrancárselos." Curiosamente, en la primera versión publicada por los hermanos alemanes en 1812 las hermanastras no reciben castigo alguno. El castigo en forma de ceguera se añadió en 1819 y se mantuvo en las ediciones posteriores.


MORALEJAS

La versión de "La Cenicienta" de Perrault cuenta con dos moralejas en forma de verso. La primera habla de la bondad y la gentileza son virtudes superiores a la belleza:

Moraleja

En la mujer rico tesoro es la belleza,
el placer de admirarla no se acaba jamás;
pero la bondad, la gentileza
la superan y valen mucho más.

Es lo que a Cenicienta el hada concedió
a través de enseñanzas y lecciones
tanto que al final a ser reina llegó
(Según dice este cuento con sus moralizaciones).

Bellas, ya lo sabéis: más que andar bien peinadas
os vale, en el afán de ganar corazones
que como virtudes os concedan las hadas
bondad y gentileza, los más preciados dones.


La segunda es imperdible y jamás pierde actualidad: 

Otra moraleja

Sin duda es de gran conveniencia
nacer con mucha inteligencia,
coraje, alcurnia, buen sentido
y otros talentos parecidos,

que el cielo da con indulgencia;
pero con ellos nada ha de sacar
en su avance por las rutas del destino
quien, para hacerlos destacar,
no tenga una madrina o un padrino.




LA RIVALIDAD ENTRE HERMANOS EN LOS CUENTOS DE HADAS

Uno de los elementos más importantes del cuento “La Cenicienta” es la rivalidad entre hermanos. Si bien Cenicienta no tiene hermanas de sangre, posee hermanastras que no hacen más que degradarla con el apoyo de su madre (madrastra), quien la obliga a cubrir tareas  que les corresponderían también a las demás hermanas.
La sensación de ser rebajado frente a sus hermanos es común a casi todos los niños, quienes muchas veces se sienten despreciados y relegados. Generalmente, estos sentimientos son desproporcionados comparados con las vivencias reales del niño.
Dice el psicoanalista Bruno Bettelheim  en su libro "Psicoanálisis de los cuentos de hadas" ("The Uses of Enchantment: The Meaning and Importance of Fairy Tales", 1976): (Cenicienta) es un relato sobre las esperanzas y las angustias presentes en la rivalidad fraterna, y sobre el triunfo de la heroína rebajada por las dos hermanastras que abusan de ella. Mucho antes de que Perrault diera a 'Cenicienta' la forma bajo la que actualmente se ha hecho famosa, 'el tener que vivir entre cenizas' significaba la inferioridad respecto a los propios hermanos, sea cual fuere su sexo. En Alemania, por ejemplo, existían historias en las que un muchacho, que se veía obligado a vivir entre las cenizas, se convertía finalmente en un rey, gozando así del mismo destino que Cenicienta. "Aschenputtel" es el título de la versión de los Hermanos Grimm. Este término designaba originariamente a la fregona, sucia y humilde, que estaba al cuidado de las cenizas del fogón. En la lengua alemana existen numerosos ejemplos que nos demuestran que el hecho de verse obligado a vivir entre las cenizas, no sólo era símbolo de degradación sino también de rivalidad fraterna; sobre todo, del hermano que consigue superar a los otros que lo han relegado a esa posición despreciable. Martín Lutero en sus Sermones cita a Caín como el poderoso malvado, alejado de Dios, mientras que el piadoso Abel se ve forzado a ser el hermano ceniciento (Aschenbrödel), una nulidad a manos de Caín; en uno de sus sermones, Lutero nos recuerda que Esaú fue obligado a ocupar el puesto del hermano ceniciento de Jacob. Caín y Abel, y Jacob y Esaú, son ejemplos bíblicos de la destrucción y aniquilación de un hermano a manos de otro. Los cuentos de hadas sustituyen las relaciones fraternas por las relaciones entre hermanastros, mecanismo que permite explicar y aceptar las rencillas que uno desearía que no existieran entre verdaderos hermanos. 
 Ningún otro cuento de hadas expresa tan bien como las historias de 'La Cenicienta' las experiencias internas del niño pequeño que sufre la angustia de la rivalidad fraterna, cuando se siente desesperadamente excluido por sus hermanos y hermanas. Cenicienta es menospreciada y degradada por sus hermanastras; su madre (madrastra) la obliga a sacrificar sus propios intereses en beneficio de los de aquéllas; tiene que realizar los trabajos más sucios de la casa y, aunque los lleve a cabo con toda minuciosidad, no recibe gratificación alguna; al contrario, se le exige cada vez más y más. Esta es la descripción exacta de cómo se siente el niño cuando le acosan los efectos de la rivalidad fraterna. Por muy exageradas que puedan parecer las tribulaciones y penalidades de Cenicienta a los ojos de un adulto, éstas corresponderán exactamente a los sentimientos del niño.
 (…) Sea cual fuere nuestra posición en el seno de la familia, todos nos hemos sentido acosados, en alguna época de nuestra vida, por la rivalidad fraterna. Incluso el hijo único cree que los demás niños gozan de mayores ventajas, hecho que le hace experimentar intensos celos. Además, puede llegar a sufrir con la idea de que, si tuviera un hermano, éste sería el preferido de sus padres. 'La Cenicienta' es un cuento que atrae tanto a los niños como a las niñas, ya que ambos sexos experimentan por igual la rivalidad fraterna y desean, del mismo modo, ser arrancados de su humillante posición para, así, sobrepasar a aquellos que parecen superiores.”


EL AMOR DEL PADRE

En “La Gata Cenicienta”, de Giambattista Basile, la protagonista tiene, en un principio, una madrastra malvada de la cual se deshizo asesinándola. Bruno Bettelheim aclara que la Madrastra y la Madre biológica son la misma persona en este cuento, solo que en estados diferentes, y la acción que realiza Cenerentola para matarla proviene de sus propios deseos edípicos.
Hay varias versiones de este cuento en los que Cenicienta es expulsada del reino por su padre porque la joven no lo amaba como él quería. Otras (que la emparentan directamente con “Piel de asno”), cuentan que Cenicienta huye de un padre que quiere casarse con ella.
Según Bruno Bettelheim: La trama es mucho más compleja en las historias actualmente conocidas del tema de 'La Cenicienta', por lo que será necesario hablar extensamente para poder explicar por qué estas versiones han sustituido a las anteriores, como, por ejemplo, la de Basile. Los deseos edípicos en cuanto al padre aparecen reprimidos si exceptuamos el hecho de que la niña espera algún regalo mágico por parte de éste. El presente que el padre trae a Cenicienta, como la palmera en  'La Gata Cenicienta', le brinda la oportunidad de encontrarse con el príncipe y ganar su amor, hecho que le permite sustituir al padre, que, hasta entonces, había sido el hombre que más amaba, por la pareja ideal. El deseo de Cenicienta de eliminar a la madre está totalmente reprimido en las versiones modernas y sustituido por desplazamiento y proyección: no es la madre quien desempeña, de modo manifiesto, un importante papel en la historia, sino una madrastra; la madre ha sido sustituida. La muchacha no quiere rebajar a la madre, para ocupar su lugar en la vida del padre, sino que, proyectando este deseo, es la madrastra la que anhela la desaparición de la niña. Aún hay otro indicio de que el desplazamiento sirve para ocultar los verdaderos deseos: son las hermanas las que quieren arrebatar el lugar que, por derecho, le corresponde a la heroína. En las versiones actuales, la rivalidad fraterna suplanta al conflicto edípico.”


EL ZAPATITO DE CRISTAL

El objeto más representativo de “La Cenicienta” es,  sin duda alguna, el zapatito de cristal, que aparece por primera vez en la versión del cuento de Charles Perrault. Se cree que, originariamente, el zapatito era de piel jaspeada.
El significado de  las escenas en el que aparece es puramente sexual. Cuando se inventó la historia de Cenicienta, se solía oponer el vigor y la talla del hombre a la pequeñez e insignificancia de la mujer, por lo que los pies pequeños de Cenicienta la hacían especialmente femenina. En cambio, el mayor tamaño de los pies de las hermanastras, que no podían calzarse la chinela, es un rasgo de masculinidad, que las hacía menos atractivas que Cenicienta. Desesperadas por conquistar al príncipe, las hermanastras no se detienen ante nada para parecer lo más delicadas posible”, afirma Bettelheim. Y agrega: “La sangre que fluye de sus heridas descubre a las hermanastras que intentaban engañar al príncipe. Intentaron ser más femeninas cortándose una parte de su cuerpo; su consecuencia fue la hemorragia. Se castraron a sí mismas simbólicamente para probar su feminidad; la sangre fluyendo de la parte del cuerpo castrada puede ser otra demostración de sus cualidades femeninas, ya que puede representar la menstruación.”
Estas hemorragias pueden simbolizar, también, la falta de pureza de las hermanastras, que ya no son vírgenes, en contraposición con Cenicienta.
El zapatito de cristal, elemento fundamental de la historia de Cenicienta, ya que decide su destino, es un símbolo muy complejo. A nivel consciente no es más que un zapato; sin embargo, inconscientemente y en esta historia, puede ser símbolo de la vagina o de las ideas relacionadas con ella.
“Cuando el príncipe le ajusta el zapato, se supone que ella acepta el compromiso. También se interpreta como el acto sexual. El zapato en la versión de los Grimm es de oro y en la de Perrault es de cristal. El oro simboliza riqueza y también es una forma, un lazo de unión entre el príncipe y Cenicienta. Es el hilo de Ariadna y gracias a él el príncipe encontrará a Cenicienta”, sostiene Patricia Sánchez-Cutillas  en su libro “El Oráculo de los cuentos de hadas” (2015)


SIMBOLOGÍA DEL ZAPATO

En su libro "Sueños / Dreams: El Lenguaje Onírico Devalado", Antonio Las Heras explica: "Los zapatos, como cualquier tipo de vestimenta, muestran el modo de presentarnos ante los demás y también implican una protección respecto de los agentes externos. 
"En el sentido freudiano, el pie es un símbolo fálico, por lo tanto el zapato, que lo contiene, sería un símbolo del órgano sexual femenino; entonces  entonces presentarse sin zapatos, en un sueño, estaría revelando la situación sexual del soñador. El hecho de meter el pie en el zapato, por ejemplo, es un claro símbolo del deseo o el o el derecho a la posesión de otra persona. Es el mismo simbolismo que subyace en la historia de la Cenicienta, en el que el zapato es la personificación de su dueña, por lo cual solo puede ser calzado por ella. 
"Soñar que se está sin zapatos en público muestra que el soñante se siente indefenso, inseguro y desprotegido en el ambiente en que vive. Si se siente temor, está mostrando el miedo a ser herido, como puede herir la tierra al caminar descalzos. 
"En muchas tradiciones de la Antigüedad, el calzado era un símbolo de libertad, a la vez que constituía una demostración de autoridad, de dominio, y una garantía de propiedad. Por eso se obligaba a los esclavos a caminar descalzos. Y de esa de esa convicción procede la clásica pose del cazador colocando su pie sobre la pieza abatida. 
"El zapato posee un simbolismo más: el de la marcha. No se puede andar mucho sin zapatos, y esto puede significar el partir lejos como símbolo del caminante, como partir al otro mundo, por lo cual en muchas culturas se enterraba a los muertos con los zapatos para ayudarles en su partida."
En diferentes culturas el  zapato  se relaciona estrechamente con la sexualidad y el poder. Los romanos entregaban un par en las bodas para simbolizar el traspaso de autoridad. “Y durante siglos, los tacones tuvieron que ver con la clase social. Cuanto más altos, más notoriedad”, explica Suzanne Ferris,  profesora universitaria y autora del libro “Footnotes: on shoes (2001).  Pero la verdadera asociación entre sensualidad y stilettos llegó tras la Revolución Francesa cuando "el hombre empezó a vestir de modo funcional y en la mujer primaban las modas y la decoración”. Entonces los pies escondían bajo largos vestidos, y la psicología de la época, con Freud a la cabeza, relacionó los tacos con el fetichismo. La cultura popular hizo el resto, los hizo míticos: “Desde el zapato de cristal de la Cenicienta a las bailarinas de Dorothy en el Mago de Oz”, afirma Ferris.


EL COMPLEJO DE CENICIENTA

El Complejo de Cenicienta (o síndrome) fue estudiado por la investigadora Colette Dowling, quien, en el año 2014, publicó un libro cuyo título es “Complejo de Cenicienta: el miedo de las mujeres a la independencia" (“The Cinderella Complex: Women's Hidden Fear of Independence”).  Brevemente, se podría decir que se trata del deseo inconsciente de una mujer de ser protegida o cuidada en todo momento, que impide que desarrolle sus habilidades más allá de cuidar del hogar o ocuparse del cuidado de los hijos. Esto puede deberse a la crianza o a las presiones sociales o religiosas. Dowling indica que en realidad, este síndrome procede del miedo a ser independiente.
En el cuento de “Cenicienta”, el Hada Madrina convierte a la protagonista en princesa y. gracias a ello, conoce en el baile al ejemplar masculino por excelencia. De esta historia se desprende, según Dowling, la idea errónea de que la mujer sólo puede cambiar el curso de la vida gracias a entablar una relación con un hombre. De lo contrario, será una esclava o una sirvienta por siempre.

Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para decir acerca de "La Cenicienta". Me despido de ustedes con un exquisito poema del chileno Gonzalo Rojas: 


ÉXTASIS DEL ZAPATO

¿De dónde habrá salido este zapato
de mujer, enterrado vivo
entre el cerezo y el espectáculo
del cerezo?

Alguna vez hubo
uñas de diamante ahí de un pie
libertino en diálogo
con el otro
del que no hay noticia.

Ocioso
ahora duerme su desamparo en el pasto
a medio fulgor, mezcla
de altivez y
lástima: todo tan lejos. Lo
arqueológico, lo arterial del arco, el tacón;
¡y esa música!

Buenas tardes.



Ilustración 1: Yvonne Gilbert
ilustración 2: Frédéric Théodore Lix
Ilustración 3: Mural egipcio
Ilustración 4: OnceISpoke
Ilustración 5: Carl Offterdinger
Ilustración 6: Walt Disney
Ilustración 7: Walt Disney
Ilustración 8: Autor desconocido
Ilustración 9: Walt Disney
Ilustración 10: Lisa Falzon
Ilustración 11: Corinna Marie