miércoles, 25 de octubre de 2023

LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: MARY POPPINS


LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS INFANTILES: MARY POPPINS

"Para mí no hay respuestas, solo preguntas, y estoy agradecido de que las preguntas sigan y sigan. No busco una respuesta, porque no creo que haya una. Estoy muy contento de ser el portador de una pregunta."
PL Travers

“Mary Poppins” no es un cuento, sino una novela de la escritora, actriz y periodista australiana Pamela Lyndon Travers. Sin embargo, me permito incluirlo en este trabajo sobre los cuentos de hadas porque fue en este formato que llegó a la mayoría de nosotros, luego de que sufriera diversos recortes y adaptaciones. 


MARY POPPINS

Mary Poppins es un personaje ficticio creado por la escritora, actriz y periodista australiana Pamela Lyndon Travers, protagonista de su novela "Mary Poppins", de sus secuelas y todas sus adaptaciones. Es una niñera inglesa mágica, que llega con el Viento del Este a la casa de los Banks, en Londres, donde se hace cargo de los niños de la familia y les enseña valiosas lecciones con un toque mágico. Travers le dio a Mary Poppins el acento y el vocabulario de una verdadera niñera de Londres.
Mary Poppins es la niñera inglesa por excelencia, ligeramente severa pero cariñosa, quien usa la magia y el autocontrol para cuidar a los hijos de los Banks. Se la puede identificar por su enorme sombrero  y el paraguas que lleva consigo a donde quiera que vaya. 
La novela "Mary Poppins" fue publicada por primera vez en 1934. El libro contenía la versión original del capítulo "Mal martes" en el que Mary y los niños usan una brújula para visitar lugares de todo el mundo en un período de tiempo notablemente corto.  El texto fue criticado por reproducir estereotipos xenofóbicos, por lo que Travers, en una revisión de 1967, eliminó las palabras ofensivas y las descripciones y diálogos estereotipados, aunque mantuvo la idea de las visitas a personas extranjeras. En 1981, una segunda revisión sustituyó a las personas por animales. 
PL Travers fue muy estricta acerca de la apariencia de Mary Poppins en las ilustraciones de la novela, y trabajó cercanamente con la ilustradora Mary Shepard para crear la imagen del personaje. Se cree que basó la apariencia de Mary Poppins en la de una muñeca holandesa: alta y huesuda, con cabello corto negro, ojos azules grandes, nariz despreocupada y boca fruncida. 
A la primera novela siguieron "Mary Poppins regresa" ("Mary Poppins Comes Back"), en 1935; "Mary Poppins abre la puerta" ("Mary Poppins Opens the Door"), en 1943; "Mary Poppins en el parque" ("Mary Poppins in the Park"), en 1952; "Mary Poppins De la A a la Z" ("Mary Poppins From A to Z"), en 1962; "Mary Poppins en la cocina" ("Mary Poppins in the Kitchen"), en 1975; "Mary Poppins en Cherry Tree Lane" ("Mary Poppins in Cherry Tree Lane"), en 1982; y "Mary Poppins y la casa de al lado" ("Mary Poppins and the House Next Door"), en 1988. 


LA AUTORA

Pamela Lyndon Travers nació como Helen Lyndon Goff en Maryborough, Queensland, Australia, el  9 de agosto de 1899. Su padre, Travers Robert Goff, inglés de ascendencia irlandesa, era un alcohólico crónico que fracasó en su carrera como gerente de banco, y fue descendido al puesto de simple empleado. Su madre, Travers, Margaret Agnes Morehead, era sobrina de Boyd Dunlop Morehead, Primer Ministro de Queensland entre 1888 y 1890. Travers Robert Goff falleció cuando su hija tenía 7 años.
Travers comenzó a publicar sus poemas cuando era todavía una adolescente y escribió para "The Bulletin" y "Triad" mientras se ganaba una reputación como actriz. Hizo giras por Australia y Nueva Zelanda, con una compañía shakespeariana itinerante, antes de salir de gira por Inglaterra en 1924. Allí se dedicó a escribir bajo el seudónimo PL Travers, utilizando las iniciales para disfrazar su nombre de mujer, una práctica también adoptada por otras escritoras.
Publicado en Londres en 1934, "Mary Poppins" fue el primer éxito literario de Travers. Le siguieron una serie de cinco secuelas (la última en 1988), así como otras novelas, colecciones de poesía y obras de no ficción.
Aunque Travers tuvo numerosas relaciones fugaces con hombres a lo largo de su vida, vivió durante más de una década con Magde Burnand, hija del dramaturgo y ex editor de "Punch", Sir Francis Burnand. Compartieron un departamento en Londres de 1927 a 1934, y luego se mudaron a una casa de campo en Sussex, donde Travers publicó el primero de los libros de Mary Poppins.  Valerie Lawson, la biógrafa oficial de Pamela, autora de "Mary Poppins she wrote:: The Life of PL Travers", califica esta amistad como "intensa" y "ambigua", aunque no cree que haya evidencia suficiente para calificarla como "romántica":  "La foto de Pamela con los pechos al aire, en un playa en Italia, no es para mí la evidencia final de que hubo una relación lésbica entre ellas. Aunque es cierto que el hecho de que vivieran juntas con 30 años se veía como algo inusual en aquella época."
En 1977,  Travers fue condecorada como Oficial de la Orden del Imperio Británico. Vivió hasta una edad muy avanzada, pero su salud fue delicada hacia el final de su vida. Falleció en Londres el 23 de abril de 1996 a la edad de 96 años. 


CAMILLUS Y ANTHONY

A los 40 años, PL Travers adoptó a un niño pequeño irlandés al que llamó Camillus Travers Hone, nieto de Joseph Hone, primer biógrafo de W.B. Yeats, que crió a sus siete nietos junto a su esposa. Al niño le dijo que su padre había sido un magnate del azúcar, tristemente fallecido en un accidente en los trópicos. Camillus descubrió a los 17 años que era hijo adoptivo, que tenía un hermano gemelo, Anthony, y que a Pamela Lyndon Travers no le importó separarlos desde la cuna. 
Los abuelos de los gemelos le habían suplicado a la escritora que se hiciera cargo de los dos niños, pero Pamela no era amiga de los sentimentalismos, e incluso consultó a una astróloga para saber cuál de los dos niños le iba a dar menos problemas en el futuro. 
Cuando Camillus supo de la existencia de su hermano, lo buscó y logró dar con él, que entonces se encontraba en Londres, y sin consultarlo con su madre adoptiva lo llevó a la casa familiar en Chelsea. PL Travers tuvo un ataque de furia y le prohibió a Camillus volver a tener contacto con Anthony. Camillus la desafió y esa misma noche saló de farra por los pubs de Chelsea con su hermano. Pero no hubo manera de recuperar el tiempo perdido: los gemelos eran idénticos físicamente pero tenían poco en común. Y, según relató su hermano mayor, Joseph Hone, a David Jones, periodista del "Daily Mail", fueron infelices el resto de sus días, consumidos por la depresión y el alcohol. 
Joseph Hone declaró que "Pamela Travers se vio a sí misma como Mary Poppins y pensó que podría interpretar ese papel con el pequeño Camillus. Pero sin duda no estaba preparada para educar niños".
Cuando la escritora falleció, en 1996, sus nietos aseguraron que “murió sin amar a nadie y sin ser amada”.


MARY POPPINS VERSIÓN DISNEY

"Mary Poppins", dirigida por Robert Stevenson, producida por Walt Disney y con canciones escritas por los hermanos Sherman, se estrenó en 1964. El guion fue escrito por Bill Walsh y Don DaGradi. La cinta, que contiene escenas que combinan imágenes reales con animación, está protagonizada por Julie Andrews (Mary Poppins) y  Dick Van Dyke (Bert,) David Tomlinson (George W. Banks),Glynis Johns (Winifred Banks), entre otros. Fue rodada íntegramente en los "Walt Disney Studios" en BurbankCalifornia, utilizando fondos de Londres pintados. 
La película, sumamente exitosa, fue nominada a trece premios Oscar, incluyendo Mejor película, un récord no superado por ninguna otra película producida por "Walt Disney Studios", de los cuales ganó cinco: Mejor actriz para Julie Andrews, Mejor montajeMejor banda sonoraMejores efectos visuales Mejor canción original por "Chim-Chim-Cheree". En 2006 fue incluida en el 6.º puesto en la lista de los Mejores musicales del cine estadounidense por el American Film Institute.​ En 2013, la película fue seleccionada para su preservación en el National Film Registry por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos como "cultural, histórica o estéticamente significativa". 
Pamela Lyndon Travers público su libro "Mary Poppins" en 1934, pero no fue hasta 1938 que surgió la idea de llevar la obra a la pantalla grande. Las hijas de Walt Disney, Diane y Sharon, se enamoraron de los libros de PL Travers y le pidieron que llevara al cine la historia de la niñera voladora. Luego de 16 años de negociaciones con Walt Disney, Pamela viajó a los Estados Unidos para comenzar con la producción de la película. En ese entonces, la escritora atravesaba una crisis económica, ya las ventas de sus libros habían bajado, situación que la obligó aceptar la propuesta de Disney.
La relación entre PL Travers y Walt Disney fue tensa. Ambos eran personalidades fuertes, con una infancia difícil y acostumbrados a que nadie les dijera lo que tenían que hacer. El escritor Brian Sibley, amigo de Pamela, contó tiempo después: "Era como ver dos fuerzas de la naturaleza rugiendo a lo largo de una vía de ferrocarril y avanzando hacia la inevitable colisión frontal". Más de una vez, durante las espinosas negociaciones, Walt Disney se levantó de la mesa porque no la soportaba.
A pesar de que Travers fue asesora de la producción de "Mary Poppins" quedó muy decepcionada con la película. Originalmente objetó la elección de Julie Andrews como Mary Poppins, ya que consideraba que la actriz era demasiado atractiva para el papel. Sin embargo, después de conocerla y examinarla, la aceptó con una breve frase: "Bueno, tienes la nariz para ello." También  desaprobó que se dulcificara el carácter de su personaje y exigió que se eliminase cualquier sugerencia de romance entre Mary y Bert, por lo que la letra escrita para la canción "Jolly Holiday" indica claramente que la amistad entre ambos es puramente platónica, aunque pueden encontrarse en la película sutiles pinceladas de romance.  
Pamela no fue invitada al estreno de la película en Hollywood, aunque consiguió una entrada por su cuenta, y posó con una falsa sonrisa junto a Walt Disney y Julie Andrews. Odió la banda sonora de la película y la inclusión de secuencias animadas en la historia. Al verla, lloró de rabia. En la fiesta que se realizó después del estreno, no dudo en demostrar su descontento. “Los dibujos tendrían que desaparecer”, le dijo a Disney.  Walt respondió tranquilamente: “Pamela, el barco ya ha zarpado”. 
Pamela Lyndon Travers  no autorizó la adaptación de las cuatro secuelas siguientes de la novela, pese a los intentos de Disney en persuadirla. 


SAVING MR. BANKS

"Saving Mr. Banks" es una comedia dramática biográfica de 2014, dirigida por John Lee Hancock, con guion de Kelly Marcel, centrada en la producción de la película de 1964 de Walt Disney Studios, "Mary Poppins". Está protagonizada por Emma Thompson, como PL Travers y Tom Hanks como Walt Disney. 
"Saving Mr. Banks" es una película romántica, que probablemente no ofrece una representación precisa de los acontecimientos. Fue dedicada a Diane Disney Miller (1933-2013), la única hija biológica de Walt Disney que falleció por complicaciones de una caída a los 79 años de edad.


MARY POPPINS RETURNS

Más de veinte años después del fallecimiento de PL Travers, "Walt Disney Studios" se prepara para estrenar el próximo diciembre la tan esperada secuela de la película de 1964, "Mary Poppins Returns", dirigida por Rob Marshall en la que Emily Blunt protagoniza a la niñera voladora. 
En esta nueva entrega, Poppins vuelve para ayudar a la siguiente generación de la familia Banks a encontrar la alegría y la magia que faltan en sus vidas luego de una trágica pérdida personal.

Hasta aquí, mis queridos, todo lo que tenía para contarles acerca de Mary Poppins y su controvertida autora. Me despido de ustedes con unas palabras de PL Travers: "Nunca escribí mis libros específicamente para niños... Cuando me senté a escribir "Mary Poppins" o cualquiera de los otros libros, no sabía que los niños los leerían. Estoy seguro de que debe haber un campo de "literatura infantil", me entero de él muy a menudo, pero a veces me pregunto si no es una etiqueta creada por editores y vendedores de libros que también tienen la presunción imposible de poner en libros tales notas como "De cinco a siete" o "De nueve a doce". ¿Cómo pueden saber cuándo un libro apelará a tal o cual edad? Si miras a otros autores llamados de niños, verás que nunca escribieron directamente para niños. Aunque Lewis Carroll dedicó su libro a Alice, creo que fue una ocurrencia tardía una vez que el conjunto ya estaba comprometido con el papel. Beatrix Potter declaró: '¡Escribo para complacerme a mí misma!' Y creo que lo mismo se puede decir de Milne o Tolkien o Laura Ingalls Wilder."

Buenas tardes.



Imagen 1: Gabi Barbosa
Imagen 2: Rafael Mayani
Imagen 3: PL Travers en el papel de Titania en una producción de "A Midsummer Night's Dream", c. 1924
Imagen 4: PL Travers con Camillus
Imagen 5: Fotograma de la película "Mary Poppins" de "Walt Disney Studios"
Imagen 6: Poster de la película "Saving Mr. Banks"  (John Lee Hancock, 2014)
Imagen 7: Poster de la película "Mary Poppins Returns" (Rob Marshall, 2018)


jueves, 19 de octubre de 2023

LO QUE SE VIENE: SEXO CON ROBOTS


LO QUE SE VIENE: SEXO CON ROBOTS

Observé que podía hablar perfectamente con los robots. No se maravillaban de nada. Un invento muy sensato.
Stanislaw Lem

Parece, mis queridos, que los japoneses enamorados de sus Rabu Doru no son los únicos que tienen historias románticas con seres inanimados antropomórficos.  O, por lo menos, no serán los únicos en un futuro cercano. Porque ya hay estudios que plantean que se viene el sexo con robots. Aunque usted no lo crea.
"Nuestro futuro sexual con robots" se denomina un controversial estudio publicado por la Fundación para la Responsabilidad Robótica que recopila diversas opiniones sobre la interacción íntima entre humanos y artefactos tecnológicos. Según este estudio, el sexo con robots generará una revolución porque les simplificará la vida a las personas con dificultades para tener relaciones íntimas, aunque también acarreará ciertos riesgos, como el incremento de la cosificación de las mujeres, el aislamiento social o la alteración de la percepción en cuestiones de consentimiento.
El primer problema en el que hace hincapié este trabajo es la apreciación pública del sexo con robots, ya que la mayoría de las personas no estamos muy informadas acerca de estas máquinas. Yo, por ejemplo, tengo en la cabeza un maridaje entre la Robotina de “Los Supersónicos” y Robin Williams en “El hombre bicentenario”. Ni idea de cómo es un robot de verdad.
"El sexo con robots es nuevo y pocas personas tuvieron encuentros con ellos de forma directa. La información que reciben proviene en su mayor parte de los programas de TV o películas de ciencia ficción", explica el informe. Y nos cuenta que los robots aptos para la faena erótica están equipados con sensores en todo el cuerpo, de forma que puedan responder convenientemente cuando son tocados. Eso, sí: hay que tener en cuenta que, algunas veces, la respuesta depende del rasgo de personalidad que se eligió para el robot sexual. 
La mayoría de estos humanoides tiene funciones de movilidad aunque todavía no hay ninguno que camine. Algunos cuentan  con sistemas de inteligencia artificial, cosa que celebramos calurosamente desde este espacio porque por fin algunas mujeres van a poder tener un amante con un atisbo de inteligencia, aunque sea artificial.
Otra de las preocupaciones en las que pone el foco este estudio es el impacto negativo que puede tener el sexo con robots  en la percepción de género y los estereotipos: "No hay dudas de que crear una representación pornográfica de cuerpos femeninos en este tipo de máquinas puede contribuir a la cosificación de la mujer”, advierte. “La gran pregunta es cuál es el impacto adicional que esto puede generar en la percepción de la sociedad, en el marco de una ya creciente industria para adultos que cosifica y mercantiliza", continúa.
Por otra parte, advierte que el sexo con robots puede generar la alteración de la percepción en cuestiones de consentimiento.
Dentro de los riesgos se cita también al aislamiento que puede generar tener un robot como compañero erótico, aunque aclara que esto va a depender de las normas sociales de cada comunidad. 
Pero alégrense, queridos, que no todo es preocupación: según "Nuestro futuro sexual con robots", quienes se verán beneficiados con la interacción sexual con máquinas antropomórficas serán las personas de ambos sexos que tuvieron una experiencia sexual traumática o padecen ansiedad social y necesitan aliviar la soledad o superar bloqueos emocionales, los hombres con disfunción eréctil o eyaculación precoz, y los adultos mayores hacinados en los geriátricos, que también tienen derecho a solaz y esparcimiento, aunque la sociedad intente vendernos que los que tenemos más de 30 estamos muertos y sepultados.
"Nuestro futuro sexual con robots" recoge testimonios de gente que se animó a tirarse una canita al aire con una máquina un poco más grande que un vibrador tradicional. Karley, escritora neoyorquina de 31 años, que interactuó con un muñeco sexual masculino relató: "Siempre asumimos que los hombres son más propensos a disfrutar durmiendo con este tipo de objetos y que las mujeres necesitamos algún tipo de conexión emocional para disfrutar, pero no siempre es ese el caso. Estos muñecos están hechos cien por ciento de silicona, lo que permite que el pene se sienta increíblemente realista. Aunque es un muñeco sexual en lugar de un robot sexual, tiene una función robótica. El pene se mueve de flácido a erecto."
Para el sexólogo argentino Juan Carlos Kusnetzoff, este tipo de robots también podría ayudar a que las personas con discapacidad motriz logren un acercamiento al sexo. El especialista aclaró que en nuestro país  el tema de la interacción con robots sexuales es casi inexistente, y comentó que se suele usar la calificación de robot como modelo acusatorio para referirse a una pareja que no tiene expresión. "De acuerdo con mi experiencia, lo que sí puedo decir es que en algunas relaciones sexuales, tanto hombres como mujeres califican a su pareja como un robot para significar, entre otras características, que se mueve poco, que no presenta estimulación activa, que su vínculo es más metálico que carnal, o que tiene poca o ninguna expresión de sentimiento", señaló Kusnetzoff. Y, sí, de ese tipo de robots está el mundo lleno.
La fabricación y el uso de robots sexuales está en aumento en países como Japón, Estados Unidos (donde no solo se venden sino que también se alquilan), e Inglaterra, donde un visionario tiene planes para abrir un café con un staff provisto de cyborgs eróticos en Paddington, Londres.
El rango de costos de estas máquinas va desde los 5.000 a 15.000 dólares, aunque se está pensando en fabricar robots sexuales con precios más accesibles. "Harmony", "Android Love Doll", "Roxxxy Gold", "Rocky Gold", "Suzie Software" y "Harry Harddrive" son algunos de los nombres de los modelos que ofrece el mercado.
Se preguntarán, mis queridos, qué opino yo de este asunto tan moderno y pavoroso. Qué quieren que les diga: estoy llorando abrazada a mi ejemplar de “Un mundo feliz”. El presente es una distopía aterradora. No usamos trajes de papel aluminio como imaginé en los ’70, ni tenemos skates voladores a lo Marty McFly, como supuse en los ’80. Estamos cada vez más solos y cada vez más enamorados de las máquinas. Hay un otro esperándonos en la cama y preferimos interactuar con un teléfono celular, un joystick o una computadora. Hay un otro esperando que lo miremos (que lo veamos) y nosotros tenemos los ojos puestos en el último videíto idiota que se viralizó en la web. Tristísimo.

Dicho todo lo que tenía que decir acerca de este tema, me despido de ustedes con una cita del  político, filósofo, escritor y publicista francés Louis de Bonald: “Dondequiera que se implanten muchas máquinas para reemplazar a los hombres, encontraremos muchos hombres que no serán otra cosa que máquinas.” 

Buenas tardes.

domingo, 1 de octubre de 2023

LAS POSEÍDAS DE TOKIO


LAS POSEÍDAS DE TOKIO

"Si entrego una aguja a la novia muñeca, ella pincha cualquier cosa: un calendario, libros de poesía, el reloj  y las partes de mi cuerpo donde se han quedado mis experiencias. Son pruebas de que su mente tiene espinas, como la rosa."
Yi Sang

“The Stepford Wives” (publicada en español como “Las poseídas de Stepford”, “Las mujeres perfectas” y “Las esposas de Stepford”), es una novela editada en 1972, escrita Ira Levin, autor estadounidense que publicó, además, “Rosemary's Baby” (“El bebé de Rosemary”,1967) y “The Boys from Brazil” (“Los niños del Brasil”, 1977). Se han adaptado dos películas de la novela, la primera protagonizada por la actriz Katharine Ross en el papel principal, estrenada en 1975,  y la segunda, un remake protagonizado por Nicole Kidman, en 2004
La novela transcurre en el idílico pueblo de Stepford, al que Joanna Eberhart, una fotógrafa en ciernes, se muda con su marido Walter y sus hijos, ilusionados con comenzar una nueva vida. Joanna nota enseguida que las mujeres del lugar siempre están impecablemente vestidas, peinadas y maquilladas, y sonríen, constantemente, como si sus vidas fueran maravillosos cuentos de hadas y si ni siquiera se les tapara una cañería de vez en cuando.
Atando cabos y viendo como dos de sus amigas recién mudadas al pueblo cambian radicalmente su conducta convirtiéndose en mujeres perfectas, Joanna comienza a sospechar que las féminas de Stepford en realidad son robots hechos a imagen y semejanza de las amas de casa, madres y esposas que reemplazan, y que las mujeres verdaderas han sido asesinadas por sus maridos, felicísimos de compartir sus vidas con damas que no engordan y jamás tienen dolor de cabeza. Y es así, nomás. En Stepford, las díscolas mujeres reales son reemplazadas por robots. Fantasía, pensarán ustedes. Hasta por ahí nomás, retruco yo.
La compañía japonesa Orient Industry creó impresionantes muñecas de tamaño natural para los hombres a los que les cuesta conseguir pareja, o sencillamente, se cansaron de intentarlo. Estas muñecas hiperrealistas están hechas con silicona de alta calidad y se les llama Rabu Doru (Muñecas de amor), porque para los hombres que las compran son mucho más que juguetes sexuales. El material de las muñecas permite que tengan total flexibilidad, y pueden ser confeccionadas a pedido según el gusto del consumidor, que puede elegir el color de su pelo o el tamaño de sus pechos.
Parece, amables lectores, que muchos japoneses han llegado a la conclusión que una muñeca de tamaño natural y medidas perfectas es mejor compañía que una mujer  que se queja constantemente porque está harta de comer sushi. Y muchas damas niponas están sufriendo el escarnio que significa ser reemplazada por una Barbie oriental, seguramente más alta que ellas.  Las muñecas concebidas con fines sexuales se han convertido en depositarias de amor y cuidados afectuosos.
Masayuki Ozaki es un  fisioterapeuta de 45 años que, cuando sintió que a su matrimonio le faltaba sal, optó por reemplazar a su esposa por una muñeca de silicona a la que bautizó Mayu y considera el amor de su vida. "Después de que mi mujer diera a luz, dejamos de hacer el amor y sentí una profunda soledad", cuenta Ozaki. Mayu comparte su cama, cosa bastante extraña. Pero, además, comparte la casa con Ozaki, su esposa de carne y hueso y su hija adolescente. "Leí un artículo en una revista sobre el tema de estas muñecas y fui a ver una exposición. Fue un flechazo", suspira Ozaki, que pasea a Mayu en silla de ruedas, le pone pelucas, la viste y le regala joyas. "Cuando mi hija entendió que no era una muñeca Barbie gigante, tuvo miedo y pensó que era asqueroso, pero ahora ya es suficientemente mayor para compartir la ropa con Mayu", explica el  fisioterapeuta, y una no puede dejar de pensar en el quilombo que tendrá en la cabeza esa pobre piba. "Las mujeres japonesas tienen el corazón duro. Son muy egoístas. Sean cuales sean mis problemas, Mayu, ella, siempre está aquí. La quiero con locura y quiero estar siempre con ella, que me entierren con ella. Quiero llevarla al paraíso". Riho, la esposa de Ozaki, intenta no pensar en el ser artificial que ocupa la habitación de su marido. "Me limito a las labores domésticas", dice, con lágrimas en los ojos, "la cena, la limpieza, la ropa".
"Mi corazón late a mil por hora cuando vuelvo a casa con Saori", asegura Senji Nakajima, un empresario de 62 años, casado y padre de dos hijos. "Nunca me pasaría por la cabeza engañarla, ni con una prostituta, porque para mí ella es humana.”
Yoshitaka Hyodo, bloguero de 43 años, cuenta con más de 10 estas muñecas. Su novia de carne y hueso tolera este harén de siliconas. Hyodo, además, es fanático de los objetos militares y suele vestirlas de soldados. Dice que se comunica con sus muñecas a un nivel más emocional que sexual.
Unas 2.000 muñecas de silicona son vendidas cada año en Japón. Equipadas con cabeza y vagina desmontables e intercambiables, cuestan la friolera de 6.000 dólares. Las primeras aparecieron en 1981. La versión en silicona, después del vinilo y del látex, veinte años después.
"La tecnología ha hecho grandes progresos desde las horribles muñecas inflables de los años ‘70", explica Hideo Tsuchiya, director de Orient Industry, "Ahora tienen un aspecto increíblemente auténtico y tienes la sensación de tocar piel humana. Cada vez más hombres las compran porque tienen la impresión de que pueden comunicarse con ellas".
Agnès Giard, antropóloga especializada en la sexualidad y la cultura japonesas, viene investigando desde hace años la manera en que los japoneses construyen sus afectos, y lo poco comprensibles que sus vínculos amorosos resultan para los occidentales. En su libro “Un désir d'humain: Les love doll au Japon” ("Un deseo de humano: las Love Doll en Japón"),  Giard presenta una clave para explicar el abismo que separa la sexualidad de orientales y occidentales. Uno de los puntos fundamentales su ensayo  apunta a que, mientras que en EE.UU. las muñecas de silicona son llamadas Sex Dolls (Muñecas de sexo) o Dutch wives (Esposas holandesas, en alusión al Rosse Buurt o Barrio Rojo de Ámsterdam), debido a que son utilizadas únicamente como juguetes sexuales, en Japón se las conoce como Rabu Doru (Muñecas de amor). Y es que los fabricantes de muñecas japonesas buscan que sus clientes respeten a estas damas de plástico y tengan con ellas algo más que sexo. Por ello, empresas como Orient Industry no permiten que sus criaturas sean penetradas por la boca.
En occidente, la epidemia de enamoramientos con seres artificiales se ha asocia comúnmente con la decadencia moral de la nación nipona y con las dificultades de sus habitantes para relacionarse con otros, pero Giàrd sostiene que la razón es otra. Según afirma la antropóloga francesa, la creación de muñecas a tamaño real con las cuales mantener una relación sexual no es algo reciente, sino que se inscribe en la tradición religiosa e histórica de Japón. El pensamiento animista que caracteriza a las religiones sintoísta y budista, mayoritarias en Japón,  hace que no sea difícil para sus practicantes entender que los objetos inanimados tienen alma, diferencia fundamental entre Oriente y Occidente. Hayashi Takurô, el responsable de comunicación Orient Industry asegura: "El problema de los franceses es que no quieren comprender. Les hemos explicado a nuestros interlocutores que no se trata sólo de un uso sexual, y no nos han creído".
Para un japonés, no es extraño pensar que un objeto tiene una vida interior, y más si ese objeto tiene la forma de una mujer bellísima. Tal como documenta en su libro Agnès Giard, las muñecas sexuales ya aparecen en la narrativa japonesa del siglo XVII. Las novelas de Ihara Saikaku (1642-1693) son una buena muestra: en ellas, réplicas de mujeres aparecen para salvar o condenar a sus protagonistas. Así pues, tanto religiosa como literariamente, Japón tiene una larga tradición de muñecas sexuales, que aparecen en multitud de relatos, leyendas y novelas.
Agnès Giard pregunta en su ensayo por qué le hablamos a nuestro gato,  a nuestro loro o a nuestra iguana y no lo hacemos a una muñeca de plástico. Se me ocurren millones de respuestas occidentales a este interrogante, pero no tengo ganas de ponerme a discutir con una antropóloga.
Se preguntarán ustedes, amables lectores, qué opino yo de este espinoso asunto. No me gusta para nada. No en vano cuando leí la noticia la asocié inmediatamente con la novela de Ira Levin y las robóticas esposas de Stepford, que no gritan, no beben, no fuman, no engordan, no envejecen. Las mujeres peleamos arduamente cada día para que no nos consideren objetos. Considerar mujer a un objeto me parece la otra casa de la misma siniestra moneda. Y no hay animismo que valga. Que me perdone nuestra antropóloga amiga.
Me despido de ustedes, mis queridos, con un fragmento de “The Stepford Wives” : "-¡Qué suaves y blancas salen estas cosas!-contestó Kit. Puso la camiseta doblada en la canasta de la ropa, sonriendo. Parecía la actriz de un comercial. Y eso era, pensó Joanna de pronto. Ella y las demás, todas las casadas de Stepford eran eso: actrices de comerciales complacidas con detergentes y ceras para el piso, con productos de limpieza, champús y desodorantes. Hermosas actrices, abundantes de busto pero escasas de talento, tan exageradas en su papel de amas de casa de un pueblo suburbano, que le quitaban toda realidad." 

Buenas tardes.