lunes, 16 de mayo de 2011

MUCHCAHA OJOS DE PAPEL (Y CORAZÓN DE TIZA)


MUCHCAHA OJOS DE PAPEL (Y CORAZÓN DE TIZA)

“El ambiente de la docencia es una mierda.” 
 La Srta. Nora

Sobre la docencia existen una serie de falsos supuestos: que es un apostolado, que las maestras trabajan “sólo” cuatro horas al día, que la niñez ha levantado en su pecho un templo de amor a Sarmiento (mentira, los pibes lo odian porque piensan que es el hijo de puta que “inventó” la escuela), etc., etc. Pero el más falso de todos es aquel que concibe a las educadoras como sutiles y generosas muchachas con ojos de papel y corazones de tiza, recién fugadas de una canción del Flaco Spinetta.
Nada más alejado de la realidad. En general las maestras son (somos, bah) unas yeguas. Nos sacamos el cuero a tiras y dentro de la bolsita donde transportamos el rotafolio y la masa viajera (hablo como jardinera, obviamente), escondemos un serruchito para usar con alguna compañera que no nos termina de caer en gracia (aclaro que yo soy yegua pero no tanto, si alguna vez usé el serruchito lo hice en estricta defensa propia).
Somos, además, una fauna variada y rica. Y sería una lástima que continuáramos en el imaginario popular como una masa uniforme de abejitas laboriosas. He aquí, continuando con mi catálogo de horrores, lo que he dado en llamar “Tipología Docente”.

LA CHUPAMEDIAS DE LA DIRECTORA: TE ACUSO CON MI MAMÁ (BAH, CON LA DIRE)

Ejemplar temido y temible, la chupamedias es casi un apéndice baboso de la directiva en cuestión: va para donde va la superiora, reptando como un extraterrestre cónico y rugoso escapado de alguna pesadilla de Lovecraft. Es la que, cuando la “Dire” pide “A”, ofrece además “B, C, D, E y F”, siempre ampulosamente y dejando bien claro que ella es la única que colabora con la Institución y que las otras maestras son unas vagas y unas maldispuestas. Tiene las paredes de la Sala llenas de porquerías, que para ella el “ser docente” pasa por pegar en los sacrosantos muros de la escuela láminas con animales de granja y florcitas pedorras hechas en cartulina.
La chupamedias recaba todo tipo de información entre sus pares. Información que, inevitablemente, termina en poder de la Directora. Sabe cuáles son las flaquezas y miserias de sus compañeras, y utiliza este saber en su propio beneficio (y, obviamente, en perjuicio de las otras). No importa cuán amistosamente se te acerque esta maestrita que, en realidad, debería laburar en la SIDE: tarde o temprano te va a cagar.

LA CLEPTÓMANA: ¿NADIE VIO LA VOLIGOMA QUE DEJÉ ACÁ?

Si te faltan témperas, masa, cartulinas, tijeras o plastilina que vos, estás segura, tenías, no hay ninguna duda: por tu Sala pasó la cleptómana.  Esta maestrita, suele ser agradable y hacendosa, pero tiene una compulsión que no puede manejar: llevarse lo que no es de ella.  Recorre cada rincón de la escuela echando mano a lo que necesita y a lo que no, sin importarle si el objeto de su deseo tiene dueño.
“Esta mina es una chorra”, piensa una, que tiene las bolas por el piso después de tanto hurto y no está para andar haciendo sutiles diferencias entre delincuencia y trastorno del control de impulsos.

LA PARACAIDISTA: EN TRES AÑOS ME RECIBO Y CONSIGO LABURO ENSEGUIDA

No le gustan los pibes y no le gusta educar. Está tan desubicada en la escuela como un chupete en el orificio anal. Buscó una carrera que fuera corta y no demasiado difícil y se recibió de maestra.
Los chicos la ponen nerviosa. Las madres la ponen nerviosa. Las compañeras la ponen nerviosa. Ella quisiera estar paseando por Avenida Santa Fe, “de pantalones anchos y de vincha, de camisa bordada color té”, pero está ahí, rodeada de pendejos maleducados y con un programa de estudios que no sabe cómo abordar.
Debo confesar que, a las que hicimos la carrera a conciencia, esta minita que vive la enseñanza como un mal karma, nos saca un poco de quicio.
Conocí a una de estas paracaidistas de la docencia que se llevó, sin duda, todas las palmas:
-¿Y vos, por qué sos maestra?
-Porque mi novio se ratoneaba con el guardapolvo.
Ah, bueno.

LA VÍBORA: LA VIBORITA SE VA CORRIENDO A VIBORATÁ PARA VER  A SU MAMÁ

La víbora es eso: una víbora. Es muy venenosa y se caracteriza por poseer un par de colmillos largos y huecos en la parte delantera de la mandíbula superior. Estos colmillos se retraen contra el paladar cuando la boca está cerrada y, cuando ésta se abre se ponen rápidamente en posición para atacar a la presa e inyectar un veneno mortal que ataca la sangre y los tejidos. Más detalles en “Wikipedia”.

LA BURRA: CHE, ¿ES CIERTO QUE HABÍA UN PINTOR AL QUE LE FALTABA LA OREJA?

Una maestra burra, para el imaginario popular, sería algo así como un helado caliente. Algo inconcebible. Pero este ejemplar existe. Y es más común de lo que se podría esperar.
La burra no sabe escribir, lee para el culo y está convencida de que Río de Janeiro es la capital de Brasil. Carece de ese bagaje de conocimientos variopintos que se engloban bajo la presuntuosa denominación de “cultura general”. Supo que existió Van Gogh cuando vio la publicidad de chocolates “Tokke” y de que existió Dostoievski, todavía no se enteró.
-Raquel, ¿“hielo” va con hache o sin hache?
-Todas las palabras que empiezan con el diptongo “ie” llevan hache.
-¿Qué mierda es un diptongo?
-Nada, dejá. Después te explico.

LA FIESTERA: CHICOS, ADIVINEN CÓMO SE LLAMABA EL FLACO CON EL QUE SALÍ AYER

La fiestera puede ser separada o soltera. Pasó los 35, pero sigue yendo a bolichear como si fuera una adolescente con las hormonas revolucionadas y el acné fuera de control. Llega a la escuela el lunes (y el martes, y el miércoles, y el jueves…) a las 8 de la mañana con cara de poco sueño y mucha joda y unas ojeras por el piso. Cambia de macho como de calzones y siempre está recibiendo en su celular “mensajitos” de algún pretendiente.
Lo que cada uno haga con su vida privada es asunto pura y exclusivamente suyo, pensarán ustedes y, por supuesto, tendrán razón. Pero la fiestera no puede dejar de involucrar a los niñitos en su “living la vida loca”.
-A ver, chicos, adivinen cómo se llama el novio de la Seño.
-Chicos, la Seño tiene un novio nuevo, porque el de la semana pasada resultó que era casado.
-¡Miren qué lindo lo que me regaló mi novio!
Porque, eso sí, para ella todos son “novios”.
Los pibitos tienen en la cabeza un quilombo de aquellos, porque el “novio” de la Seño, que es una omnipresencia en la Sala, cada quince días muda de nombre.

LA VAGA: TRABAJÁS, TE CANSÁS, ¿QUÉ GANÁS?

La vaga no nació para ser maestra. Ni maestra ni ninguna otra cosa que implique un mínimo esfuerzo. Ella quiere tomar té, hojear catálogos de cosméticos y tener su precioso culo todo el día apoyado sobre una superficie cómoda.
Los alumnos de la vaga la adoran: juegan todo el día en los rincones sin que nadie los joda.
-Hay que dejarlos jugar, son chiquitos –dice justificándose esta adalid de la haraganería. Y sigue tomando té y encargando productos de Avon.

LA CONCHETA: ESTOS NEGRITOS  ME TIENEN HARTA

La concheta se recibió de maestra en el Instituto San Algo, pensando en ejercer en un colegio privado, pero consiguió ubicación en un Jardín Municipal. Había soñado con un alumnado ideal compuesto en su totalidad de bellos niñitos rubios y con hoyuelos en las mejillas, y se encontró, de pronto, rodeada de morochitos con las caras sucias y los mocos colgando, a quienes detesta.
Si los chicos la quieren abrazar, la concheta se los saca de encima poniendo cara de asco. Y cuando llega el 11 de setiembre y recibe los humildes regalos que sus alumnos pudieron hacerle (figuritas de yeso mal pintadas o remeras de La Salada), los mira con desprecio y  ni siquiera espera llegar a su casa para tirarlos a la basura.
-Yo no sé para qué me gasto con estos negritos. Dentro de diez años, me los encuentro por la calle y me asaltan.

LA  ARTISTA DESUBICADA: CON EL ARTE SE COME, SE CURA Y SE EDUCA

La artista desubicada aparece en la Sala con una reproducción de “The Starry Night” y se frustra cuando sus alumnos, que tienen 3 años, se interesan más por Barney el Dinosaurio que por Van Gogh. Le tiene alergia a todos los poemitas y cuentitos anónimos, tan taquilleros en el Jardín, y, no entiende por qué el cocodrilo que “come coco, muy tranquilo, poco a poco” tiene más prensa que los lagartos llorones de Lorca. Después de intentar, sin éxito, que los pibes hagan algo creativo o novedoso, se conforma con embadurnarles las manitos con témpera y hacer que sellen una hoja, para obtener las clásicas palomitas de colores. Eso sí, ella irá un poco más lejos que el resto de las maestras y escribirá en cada “trabajito”, con letra sumamente prolija: “Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz” (Ya sé lo que se están preguntando, si esta boluda soy yo; sí, soy yo).

Seguramente me estoy olvidando de algún especimen. Pero con estos, alcanza y sobra. Así que ya saben, ni ojos de papel ni corazones de tiza. Ni segundas mamás ni abejitas laboriosas. Mujeres igual que todas. 

Unas yeguas, bah.

domingo, 15 de mayo de 2011

BELICOSAS CRIATURAS PERFUMADAS


BELICOSAS CRIATURAS PERFUMADAS

"¿Quieren saber una cosa? Siempre quise ver mi nombre en los diarios. Antes de conocer a Amos salía seguido con ese ricachón, ese repugnante contrabandista de licores. A él le gustaba emperifollarme toda, sacarme a pasear y mostrarme. A los tipos repugnantes les encanta hacer eso. Una vez un diario puso: Mafioso Al Capelli visto en tratoría céntrica con bella corista pelirroja. Esa era yo. Lo recorté y me lo guardé. Ahora miren: ROXIE HACE TEMBLAR CHICAGO. Tomen, léanlo. Bueno, voy a contarles la verdad. No es que la verdad importe mucho, pero se las voy a contar igual. La cosa es que..., a ver..., tengo más edad de la que siempre hubiera querido tener. Toda mi vida quise ser bailarina de varieté. Ay, sí. Tener mi propio espectáculo. Pero no. No. No. No. No. No. Fue un gran mundo repleto de NO, la vida. Entonces llegó Amos. El dulce, incondicional Amos, que nunca dice que no. Saben que hay tipos que son como espejos, y cuando yo me veo a mí misma en la cara de Amos soy siempre una chiquita. Cualquiera amaría a un tipo así.
Ahora sí: tengo que decirlo, y espero que esto no sea demasiado crudo. En el área cama, Amos era ... cero. O sea, cuando nos acostábamos me hacía el amor como si estuviera arreglando un carburador, o algo así. Te quiero, mamita, te quiero. En fin, para hacerla corta, empecé a divertirme por ahí. Después empecé a revolcarme por ahí, que es lo mismo que divertirse por ahí pero sin cena previa. Abandoné la idea del varieté, porque después de todos estos años... bueno, creí que la oportunidad me había pasado de largo. ¡Ah!, pero no. Ah, no, no, no, pero no. Si este tipo Flynn me saca de acá, con toda esta publicidad, todavía podría meterme en el varieté. Todavía podría tener mi propio espectáculo. Ahora vivo en un mundo lleno de SÍ." 
Monólogo de Roxie, "Chicago" 

1924. Un tiempo de flecos, lentejuelas, licor, jazz, rufianes y chicas alegres. Un tiempo para vivir como te gusta y gozar lo que vivís... En una casa del centro de Chicago, la conflictiva “Ciudad de los Vientos”, la señora Beulah Annan, una pizpireta y bonita joven de 20 años, casada con el mecánico Al Annan, le disparó a su amante por la espalda. Mientras el susodicho moría frente a sus ojos impávidos, Beulah no dejó de empinar el codo y de escuchar una y otra vez en su vitrola el foxtrot “Hula Lou”, muy popular en la época. Luego llamó a su marido y le declaró histriónicamente que había matado a un hombre para defender su honor. Honor que, para qué negarlo, ya estaba para ese entonces bastante baqueteado, a pesar de la corta edad de la alocada muchacha. Cuando la policía llegó a la escena del crimen, Beulah estaba tan borracha que confesó el asesinato con lujo de detalles: refirió que Harry Kolstadt era su amante y que lo había ultimado porque el muy sinvergüenza pretendía dejarla. La chica estaba convencida de haber hecho justicia y no vamos a ser nosotros quienes la pongamos en entredicho. Ya se sabe que casi todos los hombres se merecen un tirito de vez en cuando.
Una vez encarcelada, la joven Beulah trabó amistad con la señora Belva Gaertner, de 38 años, una cantante de cabaret dos veces divorciada, acusada de dispararle a su amante mientras el infeliz estaba sentado en su automóvil esperándola. El 6 de abril de 1924, las dos  bellas reas posaron para los fotógrafos y cronistas de los principales medios gráficos de la ciudad. Entre ellos se encontraba una joven reportera del Chicago Tribune, Maurine Dallas Watkins, quien, con su pluma y su talento, ayudó a cambiar la historia de estas dos delincuentes, generando una fascinación por sus bizarros crímenes que perdura hasta el día de hoy.
Todo el mundo sabía que Beulah Annan había asesinado a Harry Kolstadt, su amante, quien era, además, compañero de trabajo de su cándido marido. Beulah había confesado el crimen a la policía con pelos y señales, pero a pesar de haberse ido de boca, decidió convertir su juicio en un esplendoroso circo. De tres pistas. Su imagen apareció en todos los periódicos y revistas de la nación y pronto se convirtió en una estrella. Sus admiradores la llenaron de flores y cartas afectuosas, y los más enloquecidos no dudaron en proponerle matrimonio. Además de ser bonita y pizpireta, Beulah era ferozmente inteligente: después de que su imagen estuvo instalada en la retina del gran público, se jugó el todo por el todo y anunció que estaba embarazada. La fiscalía, incrédula, trató de demorar el juicio, pero su brillante abogado defensor, WW O’Brien se negó rotundamente a dilatar el asunto y Beulah fue juzgada cuando su supuesto embarazo aún no se hacía notar.
La aparición en el estrado de Beulah –bautizada por Maurine Dallas Watkins en sus artículos periodísticos como “la asesina más bonita”- incluyó vestuario y maquillaje a la altura de las circunstancias. El jurado fue elegido cuidadosamente: todos sus integrantes fueron varones jóvenes y apuestos. Incluso cuatro de ellos eran solteros.
El abogado de Beulah reveló en el juicio que su bella cliente había mantenido una discusión con su amante y que ambos forcejearon por un arma, con la que Beulah había intentando asustarlo, disparándose ésta involuntariamente. El fiscal le suplicó al jurado que no creyera esta florida historia sólo porque la acusada era joven y agraciada, pero fue en vano. Cincuenta y tres días después del asesinato de Harry Kolstadt, y luego de sólo dos horas de deliberación, el jurado dio su veredicto: “No culpable”. Esa tarde Beulah salió libre del brazo de su marido. Nunca se supo nada del supuesto bebé.
Al mes siguiente, el 6 de junio, Belva Gaertner - que fue bautizada por Dallas Watkins como “la asesina más elegante”- también fue declarada “No culpable”. Su defensa se basó en que la glamorosa cantante había estado bebiendo y no recordaba lo que había pasado.
Dos meses después del juicio, Beulah Annan se divorció de su aburrido marido y se casó con un joven publicista. El matrimonio sólo duró cinco meses. “La asesina más bonita” murió en el año 1928, en un hospital psiquiátrico. Los detalles de su internación y su posterior fallecimiento se perdieron. Después de todo, asuntos tan prosaicos no eran lo importante.
Maurine Dallas Watkins, la joven reportera del Chicago Tribune, fue informando a sus lectores de los acontecimientos que se iban sucediendo en las vidas de Beulah y Belva durante su estadía en prisión, y éstos simpatizaron inmediatamente con las famosas asesinas. Dallas Watkins citó a Belva Gaertner declarando: “¿Por qué digo que es tonto haber asesinado a Walter? Me gustó y él me amó, pero ninguna mujer puede amar a un hombre lo suficiente para matarlo. No vale la pena, porque siempre hay muchos más”. Los lectores del Chicago Tribune la adoraron.
Las historias que Maurine Dallas Watkins publicó en el periódico contribuyeron a que estas dos mujeres fueran absueltas: “Así a Beulah Annan, cuya búsqueda de licor, hombres, jazz y música fue interrumpida por su dedo en el gatillo, se le concedió la libertad por su belleza a prueba de jurados”, se permitió bromear la reportera.
Poco después de la absolución de Beulah y Belva, Maurine Dallas Watkins dejó el periodismo y se dirigió a Yale. Y escribió una obra de teatro, “Chicago”, satirizando los juicios y el papel que la prensa había tenido en ellos. Beulah Annan se convirtió en la ambiciosa Roxie Hart y, Belva Gaertner, en la picante Velma Kelly. Roxie se carga a su amante, Fred Casely. Bien por ella: el tipo era un repulsivo farsante. Velma pone fin a los días de su hermana Verónica y su maridito Charlie, quienes osaron revolcarse al ritmo del jazz en sus ofendidas narices. Bien por ella también. De haber estado en sus zapatos, hubiéramos hecho lo mismo. ¿O no?
La obra fue un éxito y dio origen a la película “Roxie Hart”, de 1942, interpretada por Ginger Rogers y dirigida por William A. Wellman. Felizmente, en 1975, el increíble Bob Fosse convirtió las andanzas de Roxie y Velma en el delicioso musical “Chicago”. Desde entonces y hasta el día de hoy, no ha dejado de representarse en los teatros de todo el mundo. En 1978, se ofreció en Buenos Aires una versión de lujo de la obra, con Ambar La Fox y Nélida Lobato en los roles protagónicos.
En el año 2002, Rob Marshall llevó a la gran pantalla una nueva versión de “Chicago”, magistralmente interpretada por Renée Zellweger y Catherine Zeta-Jones. Divinas.
Yo tengo una irrefutable alma de bataclana y, además, soy una mujer de talante sumamente belicoso, así que de más está decir que siempre soñé con ser Roxie Hart. Las gentes serias pensarán, seguramente, que ya estoy grande para estas cosas y que en lugar de fantasear con  brillantina y tacos carretel debería preocuparme por lo jodido que está el mundo. Pero ya lo dije más de una vez: soy una mujercita venturosamente hueca y mi sacrosanta madre me parió para ser sólo una cara bonita. Es lamentable, ya sé. ¿Pero qué voy a hacer? El que nace para pito nunca llega a ser corneta. 
Así que, por favor, déjenme que me sacuda, rompa el portaligas y me aturda de blues y de coctel. Porque ya se sabe: el pudor lo perdí hace rato.

...Y todo el mundo quiere que siga el jazz.



martes, 3 de mayo de 2011

DIME QUÉ BOMBACHA USAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES

 

DIME QUÉ BOMBACHA USAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES

“No creo en una vida más allá, pero, por si acaso, me he cambiado de ropa interior.” 
Woody Allen

Es de público conocimiento, mis queridas lectoras, que lo mío es un sacerdocio y que paso muchísimo tiempo en la web enterándome de cosas inútiles para algunos seres prosaicos, pero vitales para nosotras, señoras y señoritas que estamos en edad de merecer y buscamos nuevos caminos para acrecentar ese merecimiento.  Fue en esta búsqueda incansable que me topé con una teoría a la que, para qué mentir, no termino de adherir completamente: la mujer es la bombacha que usa Aún cuando esta hipótesis no acaba de convencerme (reducir a una mujer a un culotte o una vedettina  es simplificar demasiado las cosas), me parece lo suficientemente interesante como para dedicarle este opúsculo.
Quienes me leen asiduamente conocen mi opinión acerca de la relación de los hombres y la ropa interior femenina: un macho en celo no distingue un modelito de Victoria's Secret de una bombacha de goma. Pero parece que machos quedan pocos y los metrosexuales de hoy le prestan un poco más de atención a los trapos, más o menos atractivos, con los que las damas cubren sus partes pudendas. Una  encuesta realizada por el sitio chileno Terra reveló que "ver a una mujer en ropa interior es verla por dentro”, destacando  las palabras del escritor mexicano Octavio Paz, quien afirmó que “el erotismo es un enriquecimiento del acto sexual y lo erótico consiste en dotar al acto sexual de un decorado, de una teatralidad para, sin escamotear el placer y el sexo, añadirle una dimensión artística”. Simplificando la cosa, citemos a la filósofa argentina Cinthia Fernández: “Con una bombacha toda roñosa no va”.
He aquí, entonces,  los tipos de bombacha con los que se puede topar un señor con ganas de jarana.

-BOMBACHA VIEJA: La bombacha vieja es aquella de elásticos estirados, colores deslucidos y, en el peor de los casos, algún agujerito. Es la bombacha que nuestras madres y abuelas nos prohibían ponernos, alucinando con lo bochornoso que sería que nos pisara un auto y la gente descubriera, horrorizada, que íbamos por la vida con una bombacha inmunda. Es poco atractiva, por supuesto, pero, como todas las prendas viejas y estiradas, es cómoda.
Uno de los entrevistados por Terra, al ser interrogado acerca de  la bombacha vieja, disparó: "Pienso que demuestra una falta de preocupación comparable a que no se bañe", destacando, también, que una bombacha en condiciones deplorables es señal una autoestima baja y de poco interés por la imagen. Vale aclararle a este señor, algo desorientado a mi entender, que viejo no es sinónimo de sucio. Una bombacha vieja puede estar tan limpita como un quirófano.   que “una autoestima baja” y “poco interés por la imagen” son situaciones excluyentes. Las señoras y señoritas con autoestima baja viven obsesionadas con su imagen. En cambio, las damas y damitas seguras de sí mismas son capaces de ponerse cualquier cosa (aún una bombacha lamentable) porque se pasan por la misma la opinión de los demás.
Si bien soy defensora de la bombacha vieja (porque es cómoda, como dije anteriormente, y porque genera erogaciones económicas de esposos escandalizados orientadas a comprar bombachas nuevas), debo reconocer que es una prenda exclusivamente de entrecasa. Ir al médico o correr al encuentro de un amante son actividades que exigen bombachas nuevas.

-BOMBACHA GRANDE: La bombacha grande puede ser grande por dos motivos: porque una tiene un culo descomunal o porque le resulta incómodo tener medio traste al aire. A los señores, parece, no les gustan las bombachas a lo Bridget Jones. Según ellos, una bombacha grande “delata una personalidad conservadora, que siente comodidad con aquellos atuendos que no potencien sus atributos físicos”.
La mujer que usa bombacha grande antepone la comodidad a la seducción, cierto, pero, según vuestra servidora, el uso de bombachones no indica de ninguna manera una personalidad conservadora.  Sólo habla de una señora que prefiere tener culo y barriga bien sujetos, cosa de que no se desbarranquen y provoquen catástrofes.

-BOMBACHA DE ENCAJE: La bombacha de encaje es, sin lugar a dudas, una de las más taquilleras.  Los hombres adoran la ropa interior de encaje y, según Terra, aseguran que cumple dos funciones: encender pasiones, por un lado y, por el otro, dar la pauta de que la usuaria de semejante primor es una dama segura de sí misma, apasionada y sensual, que sabe como potenciar su belleza.
A la mayoría de las mujeres nos gustan los encajes, pero esta bombacha no es para usarla todos los días.  Es un poco incómoda, en el mejor de los casos y, en el peor, provoca picor, alergias y sarpullidos varios.

-BOMBACHA DE ALGODÓN: La bombacha de algodón es sanísima. Es aquella que recomiendan los ginecólogos, aunque parece que los mentados profesionales son los únicos hombres  que están de acuerdo con el uso de esta bombacha más bien anodina. La bombacha de algodón se ve más o menos linda si es nueva, pero después de un par de lavados se llena de pelotitas antiestéticas que cualquier señor con la mira puesta en el buen gusto femenino repudiará sin miramientos.
La bombacha de algodón es consumida por las señoras y señoritas preocupadas por su salud (imposible concebir a una vegana con una bombacha que no sea de algodón), las hipocondríacas que consideran bíblica la palabra de su ginecólogo, las deportistas y las mujeres que buscan sentirse adolescentes.  La bombacha de algodón color beige es la apoteosis de la bombacha de algodón.  Las mujeres la usamos cuando alguna prenda transparenta. Los hombres la odian por considerarla la cosa más insulsa del mundo.

-BOMBACHA TIPO CULOTTE: La bombacha tipo culotte  es usada por señoras y señoritas que quieren verse sexys pero no atorrantonas y cuyo ideal de belleza y seducción son las preciosas pin ups de los ‘50.  Las opiniones masculinas con respecto a la bombacha tipo culotte están divididas: algunos hombres las detestan y otros las encuentran encantadoras.
Si bien las bombachas tipo culotte no son tan cómodas como las bombachas viejas o las bombachas grandes, son bastante llevaderas. 

-BOMBACHA TIPO VEDETTINA: La bombacha tipo vedettina es un intermedio delicado entre la bombacha grande y bombacha tipo tanga. Es para las mujeres que quieren mostrar, pero no tanto. Esta bombacha que calla más de lo que dice pero dice la verdad es la elegida por aquellas que no tienen un culo 10 puntos pero se sienten lo suficientemente contentas consigo mismas como para animarse a media nalga descubierta. 

-BOMBACHA TIPO TANGA: La bombacha tipo tanga es aquella que deja casi todo el culo al aire pero tapa bien tapadita la parte de adelante.  Es la elegida por las esposas los sábados a la noche, por las amantes culposas y por las novias formales. 

-BOMBACHA TIPO COLALESS: La bombacha tipo colaless tiene una ventaja evidente a la hora de usar prendas ajustadas o de géneros adherentes: no corta el culo en partes, haciéndolo ver como una mortadelita (mortadelaza, bah) Paladini embutida en una red. Es para las mujeres que se juegan el todo por el todo, están calientes como pavas y no tienen ganas de perder el tiempo con un señor que les haga el novio. Divorciadas con las hormonas desencadenadas, solteras que han pasado a cuchillo a machos variopintos y atorrantas amateurs y profesionales, eligen la bombacha tipo colaless  para potenciar sus escarceos eróticos.
La bombacha tipo colaless tiene amplia aceptación entre los hombres de todas las edades, sobre todo en la variante de hilo dental. Si bien es eróticamente insuperable, resulta bastante incómoda, sobre todo para las señoras superabundantes que no nos acostumbramos a tener nuestras partes pudendas al viento.

-BOMBACHA TIPO ANIMAL PRINT: La bombacha tipo animal print es elegida por aquellas damas que van por la vida aullando “fiesta, que fantástica, fantástica es esta fiesta”, al mejor estilo Raffaella Carrà. Señoras y señoritas a las que cualquier bondi las deja bien gustan de cubrir sus intimidades con géneros que emulan pieles de felinos, de cebras y de víboras varias.  La combinación de animal print y encaje es sumamente explosiva. De más está decir que, si a esta bomba le sumamos un colaless, Chernobyl queda reducido al tamaño de un poroto.

-BOMBACHA CON INSCRIPCIONES GUARRAS: La bombacha con inscripciones guarras es usada, obviamente, por señoras y señoritas guarras que no se caracterizan por su feminidad y delicadeza y tienen un sentido del humor bastante particular. Las inscripciones pueden ir desde un discreto “Sexy” hasta un explícito “Seguí la flecha”, sin que haya necesidad de que especifique la dirección que la mentada flecha indica.
La bombacha con inscripciones guarras sólo son apreciadas por los bebedores compulsivos de cerveza y  los señores que usan calzones con trompa y orejas de elefante. Se consiguen en las ferias, los shoppings truchos y  las paradas del 247. 

-BOMBACHA DE COLORES VIVOS: La bombacha de colores vivos es preferida  por mujeres audaces y divertidas, que se permiten algo más que el negro de las sensuales, el blanco de las virginales y el animal print de las atorrantas. Según los hombres entrevistados por Terra, la mujer que elige una bombacha de colores vivos “da la impresión de que es divertida y animada".

-BOMBACHA CON DIBUJITOS: Salvo que una tenga menos de doce años, la bombacha con dibujitos delata una personalidad aniñada e inmadura.  Son pocos los hombres que admiten erotizarse con un calzón estampado con caritas risueñas de Bob Esponja y Patricio. Salvo que la prenda íntima forme parte de una puesta en escena erótica donde la colegiala es seducida por el profesor maduro, las bombachas con dibujitos están totalmente desaconsejadas a la hora de los bifes. 

-BOMBACHA DE MARCA: La bombacha de marca, visible cuando se usa un pantalón de tiro bajo, grita a los cuatro vientos que su poseedora es una tilinga. Es utilizada por la mujer que quiere ostentar y dejar bien clarito que ella sólo usa prendas de cierta calidad. La usuaria de la bombacha de marca (siempre y cuando no sea una adolescente, ya que las mocitas, como es de público conocimiento, son inimputables) es cuasi anoréxica, tiene el pelo largo, sin flequillo y muuuuuuuuuuuuy lacio y los ojitos diminutos. Se la ve en Palermo Hollywood, Las Cañitas y cualquier otra locación favorable al cheterío.

-BOMBACHA CON PIEDRAS, MOÑOS, PLUMAS Y ADORNOS VARIOS: La bombacha con piedras, moños, plumas y adornos varios es la favorita de las vedetongas, siempre prestas a levantarse la pollera y mostrarle el culo a una camarita de TV que entró al baño de damas de incógnito en alguna de entrega de premios a la que las susodichas no fueron invitadas pero se metieron cuasi a la fuerza. No se sabe a ciencia cierta qué es lo que piensan los hombres de estas bombachas recagardas, pero una asume que les deben gustar, aunque sea por los culos turgentes que generalmente llevan dentro.

Hasta acá, mis queridas, el muestrario de bombachas que definen la personalidad de las mujeres que optan por uno u otro modelo. Vuelvo a repetir que esta teoría de saber quién sos a partir de la bombacha que usás no me resulta muy científica que digamos. Sabrán ustedes si deben dar crédito o no a las afirmaciones de este escrito. Me despido, señoras mías, con ganas de incursionar en nuevos tipos de calzones y  la alegría de la tarea cumplida. 

Saludos cordiales.