lunes, 27 de noviembre de 2017

COUGAR TOWN


COUGAR TOWN

“A esa edad no saben lo que hacen, pero lo hacen toda la noche.” 
Demi Moore

¿Qué mujer más o menos grandecita (madurita no, maduritos son los tomates) no soñó alguna vez con tener su propio Ashton Kutchner para hacer uso y abuso de su persona? Si bien la historia de este bombonazo y la bella Demi Moore no terminó nada bien, durante seis años los citados actores fueron la referencia obligada a la hora de hablar de parejas en las cuales la diferencia de edad es notable y, para horror de muchos, la mayor es la mujer.
Aún cuando los prejuicios con respecto a las parejas desparejas en las que la mujer supera en años al varón siguen vivitos y coleando, y Hollywood todavía elige para sus producciones galanes añosos para enredarlos románticamente con señoritas veinteañeras (salvo que quiera contar una historia que gire alrededor de la diferencia de edades entre tórtolos conflictuados, como en  “White Palace” o "The Rebound"), muchas féminas se están dado permiso para salir con un pendejo y hacerlo, además, sin ningún tipo de culpa o vergüenza.
¿Quiénes son las mujeres que se atreven a salir con hombres mucho menores que ellas? Según los especialistas, aquellas lo suficientemente evolucionadas en su sexualidad, su economía y sus emociones como para darse el lujo de tener una relación erótico-amorosa y no generar con el varón ningún tipo de dependencia.  Y de no sentirse afectadas cuando, maliciosamente, se las llama roba cunas o cougars (pumas).
Las culturas patriarcales siempre vieron conveniente que el hombre fuera mayor que la mujer, ya que, tradicionalmente, se consideró al varón como proveedor familiar. Cuando, motivadas por la Segunda Guerra Mundial, las mujeres tuvieron que salir a ganar su sustento, comenzaron, además, un largo camino para alcanzar su libertad. En los albores del Siglo XXI, la mayoría de las féminas se bastan a sí mismas y no buscan tutores, por lo que una de las grandes ventajas de emparejarse con un hombre mayor ha desaparecido. Hoy en día, las mujeres no necesitamos ni manutención ni protección. Pero sí necesitamos amor, obvio.

¿QUÉ ES LO  QUE BUSCA UNA MUJER EN UN HOMBRE MÁS JOVEN?

Un hombre joven presenta una serie de atractivos que pueden ser irresistibles para más de una dama acalorada. Pasen y vean.

-BRÍO JUVENIL: Sí bien la juventud no es contagiosa, tener al lado a un efebo pujante suele actuar sobre señoras y señoronas como un poderoso afrodisíaco. Un revolcón con un hombre mucho menor que nosotras es una experiencia más que alentadora: el señorito está en el pico de su rendimiento sexual y, suponiendo que nuestra experiencia hará que lo comparemos con antiguos amantes, se esmerará para no decepcionarnos.

-BUENA DISPOSICIÓN PARA EL SEXO: Además de bríos y ganas de esmerarse, un muchachito siempre tiene ganas de. Los señores mayores suelen estar más ocupados, más cansados y ser más reticentes a tener sexo a cualquier hora del día. Son, además, mucho más convencionales en lo que a nuevas experiencias se refiere. Los jóvenes están más prestos a cumplir nuestras fantasías y a explorar nuevas facetas sexuales. 

-CIERTA DOSIS DE INOCENCIA: Los chicos jóvenes tienen cierta dosis de inocencia que vuelve loca a algunas mujeres.  Despiertan en ellas deseos de protegerlos y, por supuesto, de enseñarles unas cuantas cosas, sobre todo en el plano erótico, tan prominente en este tipo de relaciones.

-PROMESAS DE AVENTURA: Un varón al que le llevamos unos cuantos años es concebido por nuestra fantasía como aquel que puede abrirnos la puerta para ir a jugar y jugar con nosotras juegos imprevisibles, excitantes, mágicos.  Representa la aventura. Nos hace sentir lo suficientemente jóvenes y vigorosas como para embarcarnos en lo que sea.  Es un delicioso riesgo que corremos encantadas.

-OMNIPOTENCIA: Sí, ese muchachito lo suficientemente seguro como para encarar a una mujer mucho mayor que él cree que se come al mundo. Y a nosotras nos encanta que lo crea. Un pendex no tiene la mochila cargada de decepciones y fracasos que arrastran los cuarentones, por lo que enfrenta cada día con expectativas más felices.

¿QUÉ ES LO  QUE BUSCA UN HOMBRE EN UNA MUJER MAYOR?

Una mujer mayor también tiene unas cuantas cositas para ofrecerle a un mozalbete. Vuelvan a pasar y vuelvan a ver.

-TERNURA: A muchos chicos jóvenes (sobre todo a aquellos que no han resuelto felizmente su complejo de Edipo) los seduce una mujer que, además de colmarlos sexualmente, los hace merecedores de ciertos cuidados y ternezas,  imposibles de hallar en chicas de su edad, y les brinda cierta protección.

-SEXO EXPERIMENTADO: Si bien unas lolas turgentes o una cola sin rastros de celulitis son dotes femeninas que los hombres en general aprecian, la experiencia en el plano sexual suele resultar para los jóvenes mucho más atractiva que un fisiquito tipo Barbie. El jovenzuelo que se enreda con una mujer mayor lo hace fascinado por todo lo que dicha fémina puede enseñarle con respecto a las lides eróticas.

-VIDA ORGANIZADA: Las mujeres mayores suelen tener sus vidas medianamente organizadas, lo que resulta una buena influencia para los jovencitos enquilombados. Al influjo de estas señoras, los muchachuelos pueden ajustarse a un estilo de vida más convencional.

-DINERO: Quizás resulte un poco cruel incluir este elemento en la lista de cosas que un hombre busca en una mujer mayor, pero, como diría Serrat, “nunca es triste la verdad: lo que no tiene es remedio”.  La seguridad económica que puede ofrecer una señora de cuarenta, con un buen trabajo o una profesión exitosa, es un imán para muchos señoritos. Recibir dinero de una amante mayor no es vivenciado por estos jóvenes como algo inmoral: es un mimo, nada más. Un regalo para agradecer su buena disposición a la hora de los bifes, su lozanía y sus bríos.

-CONOCIMIENTOS: Una mujer mayor no sólo ofrece experiencia en el plano sexual, sino en todos los aspectos de la vida. Es una oportunidad insuperable para aprender a vivir.

¿CUÁLES SON LAS MUJERES QUE SE PERMITEN TENER UN ROMANCE CON ALGUIEN MENOR?

Si bien las mujeres que se atreven a vivir un romance con un precioso doncel suelen tener en común la seguridad en sí mismas y cierto desprecio por las convenciones sociales, no pueden ser metidas todas en la misma bolsa de gatos. He aquí un pequeño listado de féminas que se atreven a vivirlo todo.

-LA ENAMORADA: Una mujer que se enamora pasa por alto alegremente cualquier tipo de prejuicio o convención social. Y lo bien  que hace.

-LA PODEROSA: La mujer poderosa, independiente, que toma decisiones importantes todos los días y pisa fuerte, suele encontrar sumamente estimulante que un hombre menor la encare sin ningún tipo de miedo o vergüenza. Siente que ha encontrado a alguien con su voluntad y su ambición, pero más tiernito.

-LA QUE DEDICÓ SU JUVENTUD A UNA CARRERA Y QUIERE RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO: “Cuando cumplí cuarenta años y él, con poco más de veinte, me tomó del brazo, me sentí renacer”, escribió Simone de Beauvoir. Y esto es, sin dudas, lo que sienten muchas mujeres que han pospuesto su vida erótico-amorosa para dar preeminencia a otros intereses, y deciden recuperar el tiempo perdido en brazos de un mozalbete. Ya lo dicen los filósofos barriales: “El que de joven no trota de viejo galopa”.

-LA ESTETA: He aquí la señora que se obnubila con unos abdominales marcados, un cutis terso y una cabellera abundante y vigorosa. La esteta considera que la belleza es imprescindible a la hora de relacionarse con un hombre. Y, para qué engañarnos: los veinteañeros suelen ser bastante más bellos que los señores mayores.

-LA QUE HUYE DE LA VEJEZ: La mujer que huye de la vejez no soporta tener a su lado a un señor que empieza a mostrar señales de decadencia física, por más sutiles que sean. Canas, arrugas, pequeños achaques, son cosas que le provocan horror. Tiene la ilusión de que emparejándose con un hombre joven podrá incorporar para sí algo de su lozanía.

-LA QUE NECESITA MUCHA ATENCIÓN AMOROSA: Un varón en la flor de la edad suele estar sexualmente dispuesto, pero, además, suele ser bastante más cariñoso que un señor con más de media vida vivida y un bagaje de desengaños. Es más propenso a los mimos, a las atenciones y a los arrumacos.

-LA SEXUALMENTE MOTIVADA: Lo dijimos y lo repetimos: el sexo es más variado y más abundante con un mozalbete. Hay más bríos, más deseo, más ímpetu y más alegría. Casi nada.

CONSEJOS Y ADVERTENCIAS PARA LAS SEÑORAS QUE SE ANIMAN A SALIR CON UN HOMBRE MÁS JOVEN

Si bien salir con un hombre más joven suele ser una experiencia vivificante, hay ciertos consejos y advertencias que cualquier dama debe tener en cuenta antes de enredarse con un mocito.

-NO TRATAR DE PARECER MÁS JOVEN DE LO QUE SE ES: Salir con un hombre más joven no significa tener que vestir, hablar y comportarse como una adolescente. Una mujer de cierta edad puede ser irresistible sin necesidad de hacer el ridículo o negar patológicamente el paso del tiempo.

-SENTIRSE BELLA Y CONFIADA: Muchos hombres jóvenes aprecian la belleza de las mujeres de más edad, y las eligen como parejas más allá de sus de sus defectos o pequeñas imperfecciones.  También suelen acercarse a ellas atraídos por su confianza en sí mismas y su experiencia de vida. 

-DISFRUTAR DE LAS ATENCIONES QUE UN HOMBRE JOVEN PUEDE BRINDAR: Los hombres más jóvenes tienden a ofrecer más atención a su pareja. Su inexperiencia en lo que respecta a desengaños y fracasos amorosos los hace ser mucho más abiertos a la hora de expresar sus sentimientos.

-NO TRATAR A LA PAREJA COMO SE TRATARÍA A UN HIJO: En una relación de este tipo hay que evitar las frases demoledoras como “Yo ya tuve tu edad y sé cómo son las cosas” y no traer a colación a cada rato la falta de experiencia del partenaire, así como evitar retos y amonestaciones más propios de una madre que de una amante.

-MOSTRARSE EN PÚBLICO CON NATURALIDAD: La mujer que acepta tener como pareja a un hombre más joven sabe que se verá expuesta a las críticas de algunas personas prejuiciosas e incluso al rechazo de la familia o amigos de su partenaire. Estas circunstancias adversas no deben tener ningún tipo de influencia negativa en la relación. 

Señoras y señoronas, esto es todo lo que puedo decirles acerca de las parejas desparejas en las cuales la mayorcita es la mujer. Puedo agregar, sí, algo que tiene que ver con todas las parejas desparejas, conocimiento que viene de la experiencia de estar emparejada con un señor quince años mayor que yo: los desencuentros son muchos. Es imposible compartir con nuestro tórtolo recuerdos de niñez y adolescencia porque las hemos vivido en tiempos distintos. No escuchamos la misma música, ni juntamos las mismas figuritas, ni vimos los mismos programas de televisión.  Hay distintas cuotas de energía. Lo que para uno es una tragedia griega para el otro es sólo un traspié. Etc., etc., etc. Pero, si hay amor todos estos desencuentros se convierten en nimiedades, por cursi que parezca esta afirmación. 
Me despido de ustedes, mis queridas, esperando haberles sido útil y con una sabia frase de Anatole France: “Cada cual tiene la edad de sus emociones.”

De nada.

domingo, 19 de noviembre de 2017

THE MAJOR AND THE MINOR


THE MAJOR AND THE MINOR

“Reconozco que los jóvenes son más abiertos, alegres y apetitosos. Sin duda. Pero también son más egoístas y egocéntricos. Por eso nunca tuvieron una oportunidad conmigo.”
 Catherine Z. Jones

Hace un par de días hablábamos en este espacio de lo provechoso que puede ser para algunas señoras desinhibidas formar pareja con señores notablemente más jóvenes que ellas. Hoy, mis queridas, volveremos a ocuparnos de parejas desparejas. La variante será que esta vez el mayor será el varón. Que quede claro, ante todo, que cuando hablamos de un hombre mayor no nos referimos a aquel que nos lleva dos o tres años sino al masculino que nos lleva por lo menos diez.
Salir con un hombre mayor puede resultar poco tentador para muchas señoras y señoritas que le dan excesivo valor al aspecto físico. Suponen que un varón que las excede en años es un ente achacoso y poco atractivo. Craso error, queridas mías: hay señores añosos que ameritan más de un revolcón.  Si al hablar del hombre menor hicimos referencia al infartante Ashton Kutchner, al  hablar del hombre mayor no podemos dejar de mencionar a Richard Gere, un galán que aún hoy, con más de sesenta años, nos sigue arrancando suspiros. Porque los hombres mayores pueden ser muy seductores. Y salir con ellos también ofrece una serie de ventajas a las que haremos referencia en este opúsculo esclarecedor.

ALGUNAS RAZONES PARA SALIR CON UN HOMBRE MAYOR

Salir con un hombre mayor puede ser una experiencia tan fascinante como salir con un pendex. He aquí algunas de las razones para embarcarse en una relación con un señor que nos supera en años:

-UN FUTURO SEGURO: Un hombre mayor ha recorrido mucho camino y, si no es un completo inútil o un vago sin remedio, se ha asegurado un futuro más o menos decente.  Tiene objetivos claros en su vida y no anda dudando entre ser abogado, dedicarse a la cría de la chinchilla lanigera o hacerse las lolas e irse a Buzios. Junto a él tendremos un futuro seguro. Si bien esa seguridad puede resultar repelente para algunas damas inquietas y ansiosas por vivir aventuras,  es  muy estimulante para algunas señoras y señoritas a las que no les gusta ir por la vida corriendo riesgos innecesarios.

-ESTABILIDAD ECONÓMICA: Se supone que un señor entrado en años  ha alcanzado gran parte de sus metas profesionales, por lo que llegará a la relación bien posicionado laboralmente y con un sueldo más o menos decente. No tendremos que sacarle jamás las castañas del fuego ni pasar por la bochornosa experiencia de pagar la cuenta cuando salimos a cenar, recibiremos muchos más regalos y sabremos a ciencia cierta que este hombre está con nosotras por nuestros encantos y no por nuestra billetera.

-CERO HISTERIQUEO: Los mozalbetes son inmaduros, suelen confundirse con respecto a lo que quieren y pueden histeriquear como quinceañeras insoportables. Estar emparejada con un hombre más joven implica, muchas veces,  una cantidad importante de estrés emocional. Eso de martes sí, miércoles no, jueves quién sabe puede sacar de las casillas aún a las mujeres más serenas y controladas. Un hombre mayor esta más allá de ese boludeo: sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere. Podemos estar seguras de que, si se acercan a nosotras, tienen un interés genuino y no van a cambiar dentro de dos días la opinión que tienen sobre nuestra persona.

-COMPORTAMIENTO COHERENTE: Al emparejarnos con un hombre que aún no ha alcanzado su madurez emocional, corremos el riesgo de que el susodicho se convierta, con el correr del tiempo, en una persona que no nos gusta. Un hombre mayor  posee rasgos de personalidad relativamente consistentes que no sufren grandes cambios ni con el paso del tiempo ni cuando se ven forzados a enfrentarse con situaciones estresantes.

-BÚSQUEDA DE COMPROMISO: Un hombre mayor es, generalmente, un mejor candidato para lograr una relación seria. Ya ha tenido varios años de joda y está listo para sentar cabeza. Con él son menos probables las escapadas con amigos y las revoleadas de chancleta con señoritas más jóvenes que nosotras. 

-CERO ESCENAS DE CELOS: Los celos son, mis queridas lectoras, una muestra de inseguridad. De lo más molesta, además. Un hombre grande es más seguro que un pendex y tiene menos ganas de estar haciendo quilombo por boludeces. No nos hará escenas, ni públicas ni privadas, y tampoco nos dará motivos para que las hagamos nosotras. 

-EXPERIENCIA: Un señor grandecito podrá tener una cabellera rala o una pancita más que incipiente, pero, como contrapartida, tiene experiencia. Ya ha tropezado con muchas piedras muchas veces y ha aprendido de estos tropezones, situación que lo capacita para evitar los típicos traspiés juveniles.

-CULTURA GENERAL: La diferencia generacional puede ser una oportunidad magnífica para incrementar nuestra cultura general. Un hombre mayor puede acercarnos a nuevos géneros musicales, películas clásicas y libros interesantes.

-CONOCIMIENTO DEL CUERPO FEMENINO: Si bien el ímpetu, los bríos y la calentura de un jovenzuelo son impagables, un hombre mayor tiene para ofrecernos algo que, generalmente, no se encuentra en los pibitos que siempre tienen ganas de El hombre grande ha amado a muchas mujeres antes que a nosotras. Conoce perfectamente el cuerpo femenino, sabe dónde y cómo tocarnos y, a la hora de los bifes, tiene bastante menos apuro que los efebos que se llevan la vida por delante. 

-AMIGOS MAYORES: Los amigos de los varones siempre son entes indeseables que amenazan cualquier relación de pareja. Los chicos jóvenes tienen amigos jóvenes, generalmente sin compromisos sentimentales y con muchas ganas de jarana.  Los hombres grandes, en cambio, tienen amigos grandes que están comprometidos, casados o lo suficientemente hechos mierda como para no tener ganas de andar por ahí revoleando calzoncillos y papel picado.

Si bien todas estas razones son lo suficientemente interesantes como para considerar la idea de salir con un hombre mayor, hay un motivo maravilloso para hacerlo que pesa mucho más que cualquier  razón antedicha: al lado de un hombre grande siempre, siempre, siempre, vamos a ser unas pendejas.  Tendremos eternamente la oportunidad de comportarnos como adolescentes y ponernos a llorar cuando llega la cuenta de la tarjeta de crédito después de que la reventamos bien reventada. Cuando queramos algo podremos poner trompa hasta obtenerlo. Hacernos las tontas o las inocentes nos resultará provechoso en cualquier situación límite. Siempre seremos las lindas de la relación. Y, si somos artistas, contaremos con un mecenas dispuesto a mantenernos mientras nosotras nos pasamos la vida tratando de vender un miserable cuadrito.

Pensarán ustedes, con razón, que salir con un hombre mayor debe tener, también,  algunas desventajas. Por supuesto que las tiene. Al elegir a un señor grandecito para involucrarnos románticamente podremos estar buscando, más que una pareja, una figura paterna para que nos proteja del mundo. Correremos el riesgo, además, de que el señor en cuestión haga uso y abuso de su experiencia, buscando dominarnos o manipularnos.  Y, como dije en otra oportunidad, no podremos compartir con él vivencias comunes de infancia y adolescencia, porque las transitamos en tiempos distintos: no vimos los mismos programas de televisión, ni jugamos los mismos juegos, ni juntamos las mismas figuritas.  Mientras ellos se vestían como Travolta y bailaban música disco nosotras hacíamos los deberes. Mientras nosotras nos meábamos con Patrick Swayze y queríamos emular a Jennifer Grey en “Dirty Dancing” ellos estaban trabajando. Etc. Etc. Pero todas estas desventajas pierden importancia cuando llega la boleta de la luz y no tenemos que pedirle prestado dinero a nuestros vecinos para pagarla.

Después de decir lo que tenía que decir, me despido de ustedes esperando haber despejado algunas de sus dudas con respecto a las relaciones en las que los señores son bastante más añosos que las damas.  Les dejo, para reflexionar, un proverbio africano: “La boca de un hombre mayor está sin dientes, pero nunca sin palabras de sabiduría.”

Au revoir. 

viernes, 10 de noviembre de 2017

LA DAMA DE BLANCO


LA DAMA DE BLANCO

"Un fantasma. Siempre hay un maldito fantasma."
Christopher Moore

Es sabido que el ser humano es supersticioso por naturaleza y, por lo tanto, en todos los momentos de la historia y en todos los lugares del mundo, se habló y se habla de muertos que no están tan convencidos de estar muertos y cada tanto se dan una vueltita por el mundo de los vivos, provocando sobresaltos varios, desmayos y soponcios. También es sabido, amables leedores, que algunos fantasmas son más taquilleros que otros: no hay ciudad con cementerio en la que no se haya hablado alguna vez de la aparición de una dama joven, bella, etérea, que se deja ver por las noches en las inmediaciones de los camposantos. Una dama vestida de blanco de pies a cabeza, que no se resigna a quedarse en su tumba.
La de la Dama de blanco es una de las leyendas urbanas más conocidas y aparece con ligeras variaciones en todos los lugares de la Argentina y varios países americanos y europeos. La historia, que se transmite de boca en boca, habla de un chico joven que, caminando cerca del cementerio, encuentra a una muchacha que lleva puesto un deslumbrante vestido de fiesta blanco. Se le acerca, charlan, la invita a salir y se entabla entre ellos una relación agradable. En medio de la velada el muchacho (un torpe de aquellos) derrama café accidentalmente sobre el vestido de la chica. Cuando la velada concluye, la joven se va llevándose el abrigo del muchacho, ya que había refrescado, y dejándole su dirección para que él pueda ir a recogerlo.
Al día siguiente, el chico va  a la casa que le indicó la muchacha y es recibido por sus padres que, sumamente afligidos, le cuentan que su hija había fallecido tres años atrás. La historia puede concluir aquí o no, según sea el pueblo o ciudad donde se la cuente: en muchos casos se dice que el muchacho reconoció a la joven muerta en un retrato que había en la casa o que se acercó hasta la tumba donde la chica estaba enterrada y sobre la lápida encontró su abrigo, o, en algunos casos más extremos, que se exhumó el cadáver de la joven y que en el vestido blanco que llevaba puesto cuando fue enterrada había una mancha de café fresca. 
En la década del '30, en el paquetísimo barrio de Recoleta, circulaba esta historia: un joven perteneciente a una reconocidísima familia porteña sorprende a una chica vestida de blanco cerca del famoso cementerio. El muchacho se acerca a consolarla, y, cuando lo consigue, la invita a una fiesta. Al pasar frente al camposanto, ella se cuela entre las rejas y se pierde en la oscuridad de la noche. El muchacho la sigue, intenta localizarla, diciéndole, algo enojado, que ese no es un lugar para jugar a las escondidas. Llega hasta una tumba donde, sobre la lápida, está el abrigo blanco que llevaba la chica. Cuando lo levanta, la reconoce en la fotografía de la muerta que ocupa esa triste parcela. 
Precisamente en el Cementerio de la Recoleta, famoso por su belleza escultórica, descansan tres posibles Damas de blanco. Rufina Cambacérès, hija de  Eugenio Cambacérès, autor de "Sin rumbo", y de Luisa Bacichi, "amante y madre de un hijo de Hipólito Irigoyen", falleció, sin causa concreta, en el año 1903,  la noche en que celebraba sus 19 años. Aparentemente fue enterrada cuando sufría un ataque de catalepsia, situación que se advirtió cuando  los guardianes del cementerio avisaron, luego de algunos días,  que su ataúd se había desplazado. Su familia eligió a Richard Aigner para la realización de la escultura art déco, coronada con abundantes detalles florales, que pretende guiar a Rufina hacia las puertas celestiales, dejando atrás sus terribles últimos momentos. Liliana Crociati era hija de un conocido peinador, poeta y pintor italiano. Murió en 1970 en a los 25 años en unas vacaciones en Innsbruck, Austria. Un alud de nieve la sepultó en su cuarto de hotel. Sus padres erigieron un sepulcro cuyo diseño evoca el dormitorio de la joven. Una escultura realizada en bronce por el artista Wilfredo Villarich la representa vestida de novia, con su pelo largo y suelto, secundada por su fiel mascota Sabú. En la bóveda, similar a una catacumba romana, llena de fotografías, un sari rojo, comprado por ella en la India, cubre su ataúd. Luz María García Velloso, hija del escritor Enrique García Velloso falleció a los 15 años de leucemia, en el año 1925. El desconsuelo de su madre la llevó a pedir una anuencia especial para que se le permitiera dormir todas las noches al lado del sepulcro de su hija. Aferrada al túmulo, esculpido en mármol como un lecho de rosas sobre el que reposa la niña, obra atribuida a Pietro Di Calvi, la madre pasó noches enteras llorando a su hija muerta.
En los años '40 otra variante de la historia de la Dama de blanco circuló con insistencia en Buenos Aires. Se decía (e incluso se publicaba en revistas de espectáculos), que el actor Arturo García Buhr, todo un galán en aquella época, había tenido un romance con la misteriosa aparición. El actor, interrogado sobre el hecho, reconoció haberse cruzado con la Dama y agregó: "Le guiñé un ojo y me fui a mi casa: me estaba esperando mi mujer."
Otra versión de la difundida leyenda de la Dama de blanco hace referencia al autostop de fantasmas. En muchos relatos, la misteriosa mujer aparece, siempre de noche, a la vera de algún camino o ruta, esperando ser auxiliada por algún conductor. En Francia (sí, sí, también en el dorado primer mundo se cuentan estas cosas), no es un hombre solitario quien recoge al fantasma con su auto, sino dos parejas jóvenes. La Dama sube al automóvil y se sienta junto a las chicas en el asiento trasero. En una curva cerrada se oye un grito y la extraña mujer desaparece. Es allí donde el conductor se topa con un accidente automovilístico en el que, supuestamente, había fallecido  una mujer con las características de la esfumada autostopista. 
Los expertos en folklore consideran a la Dama de blanco uno de los fantasmas más famosos de Europa. Incluso en EEUU, en la década del '70, los viajeros temían a una Dama de blanco con aire hippie que hacía anuncios proféticos a sus ocasionales compañeros de viaje y luego desaparecía misteriosamente. En España se cuenta la historia de una Dama de negro que un caballero conoció en los Carnavales de Madrid en el 1800 y que, por supuesto, resultó estar muerta.
Yo, que nací a tres cuadras del Cementerio de Avellaneda, vengo escuchando la historia del vestido blanco y la mancha de café desde hace cuarenta años. Durante un tiempo la creí a pie juntillas. Como a la historia de la novia que se casó con un postizo y en el altar fue picada mortalmente por una infame araña escondida en la peluca. O la de la chica enterrada viva, cuyo ataúd, que los empleados del cementerio abrieron vaya uno a saber por qué, estaba lleno de arañazos (esta historia me afectaba especialmente, porque uno de mis grandes temores cuando era chica era que me enterraran viva, cortesía de Edgard Allan Poe, Roger Cornan y Ray Milland). 
¿Qué significado tiene este cuentito de la Dama de blanco,  que aparece recurrentemente en todas las épocas y culturas? Probablemente se trate de la necesidad infinitamente humana de negar algo tan definitivo como la muerte. 
Doy por terminada este folletín, no sin antes compartir con ustedes una microficción de Juan José Arreola titulada "Cuento de horror", que me parece fascinate: "La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones."

Buenas noches.

jueves, 2 de noviembre de 2017

TIPS PARA UNA PREVIA BIEN ARRIBA


TIPS PARA UNA PREVIA BIEN ARRIBA

“La creatividad funciona con el sexo, es la fuente principal para su desarrollo.
Adán Jodorowsky

Es de público conocimiento que la rutina hace estragos aún en las camas mejor tendidas. Que no hay sábana caldeada que resista el cruento paso del tiempo ni ardores que no se apaguen con un golpe de almanaque. La vida es así, mis queridas. Y así hay que aceptarla. Pero aceptarla no significa que no hagamos todo lo posible para mantener viva la llama de nuestra entrepierna y la de la entrepierna de nuestro bombón escocés. Para ayudarnos en esos menesteres tenemos la página web Fashion TV. Que es mucho más que un lugar donde ver noticias de las celebridades desfilando por la alfombra roja. Es una panacea para nuestras desolaciones. Un sitio donde podemos encontrar notas tan esclarecedoras como la que hoy comentaremos, titulada Tips para una previa bien arriba y firmada por María Cotelo, que recoge siete sabios consejos de Paola Kullock, directora de la primera Escuela de Sexo de Buenos Aires y autora del libro “Sexo, ¡ponele ganas”.  Los consejos apuntan a romper la rutina y animarnos a jugar más con nuestro chico. Y a lograr que él se quede pensando en nosotras todo el día. Tomen nota.
Tips para una previa bien arriba
1) Dejalo con ganas: Después de pasar la noche juntos, cuando estén a punto de despedirse para ir cada uno a su trabajo, dale un beso apasionado, aprovechá para manotearlo y volvé a ponerlo hot. Como no hay tiempo, van a tener que dejar el asunto inconcluso. Resultado: él se va a quedar caliente como una pava, sin poder excluirte de su mente, y te va a mandar un chat pidiéndote que esa noche vuelvan a encontrarse.
2) Animate al juego de roles: Mandale un mensaje de texto desde tu celu (¡qué sepa que sos vos!) diciendo algo así como: “¡Hola! Soy amiga de una amiga tuya y estoy sola. Me dijeron que vos también estás solito, que sos divino y sabés cómo hacer que una chica la pase bien. Nos vemos?”. La idea es que encuentren como dos desconocidos. Ya se sabe que el sexo es mejor con desconocidos que con los sátrapas con los que compartimos colchón. Con este jueguito tendrán que volver a seducirse y conseguirán una noche increíble. Tengamos en cuenta que, para aceptar esta propuesta sin alarmarse, el señor en cuestión no debe dudar de nuestras facultades mentales. Porque si duda (como mi marido) llamará a nuestro psiquiatra para informarle que por fin derrapamos, creemos ser alguien que no somos y desconocemos al cristiano que nos mantiene.
3) Organizá una producción hot: Elegí cuatro o cinco atuendos de diferentes estilos (algo de lencería atrevida, una camisa de él, un jean y un vestido sexy) y jueguen al fotógrafo y la modelo. Él te indicará cómo posar y vos coquetearás y mostrarás “un poco más de lo debido”. Entre flash y flash, la cosa se va caldeando y termina en revolcón sí o sí. Tip importante: no miren las fotos en el momento. Vos las editás, borrás todas esas en las que te ves gorda o ridícula, agarrás una que esté más o menos, la photoshopeas un poco, le ponés 500 filtros y la usás como foto de perfil en Facebook. No, no, perdón: se la regalás a tu chico para que se encienda como una luciérnaga macho cada vez que abra la billetera y la vea.
4) Ponete creativa: Comprá henna para tatuajes. La idea es que él dibuje sobre las zonas de tu cuerpo que nadie ve y vos, sobre las de él. La sensación del pincel sobre la piel es muy sensual.  Tené en cuenta que la tinta tiene una duración de 15 días, así que cada vez que se pongan en bolas y vean los mamarrachos que el otro estampó en sus cueros volverán a arder.
5) Escribile: ¿Fueron a una cena formal con sus compañeros de trabajo o al casamiento de su primo y estás más aburrida que un hongo? Mandale un chat contándole que estás en llamas. Al rato, acercate y, con mucho disimulo, guardá tu bombachita súper sexy en el bolsillo de su saco (no se especifica dónde y cuándo sacarse la bombachita, o si es menester para hacer estas chanchadas llevar una bombachita extra en la cartera). Tu próximo chat será un jacarandoso: “Fijate qué tenés en el bolsillo”. Y el último, “Ya estoy lista para vos.” Y  al carajo. Se acabaron la cena formal, la fiesta, el reencuentro con los pibes del secundario, todo. Con esta movida él estará presuroso de huir de esos lugares para insulsos y entregarse a las mieles del amor. 
6) Compartí tu imaginación: Antes del encuentro andá caldeando el ambiente y decile que esa noche le vas a contar tu mejor fantasía. Cuando llegue el momento, ponete muy cerca suyo y susurrale al oído qué es lo que más te seduce, de pe a pa, con lujo de detalles (siempre y cuando tu mejor fantasía no sea que Leonardo Di Caprio te unte de pies a cabeza con mermelada de arándanos, porque el señor se sentirá desplazado de tu imaginario erótico, y con justa razón). Hacele entender que tenés ganas de volver realidad tu fantasía en ese instante.
7)  Volvé a lo clásico: En su billetera o en la guantera del auto (o cualquier sitio que sólo él revise), dejale una tarjetita que diga “Vale por un masaje de geisha”, con la aclaración de que el servicio debe ser reservado con 24 horas de anticipación. Hacete un rodete y un buen delineado en los ojos, encendé velitas  aromáticas, prepará tus aceites y cremas para hacerle un masaje y jugá a ser Yoko Ono por una noche. 
Estos son, mis queridas, los tips que nos ofrece Paola Kullock para encender la previa y no ir directo a los bifes, porque lo mejor del sexo son los preliminares. Son cositas fáciles que pueden hacer la diferencia en nuestra vida erótica. Pruébenlas. Dejen de lado el miedo al ridículo. Atrévanse. ¿Qué pueden perder? Nada (a lo sumo recibirán una carcajada o un dejate de joder amistoso). ¿Qué pueden ganar? Todo. Vamos por todo.
Me despido de ustedes con un pensamiento de  la antropóloga Helen Fisher: “Sé que todo esto parece un juego. Pero es que el amor lo es; es el único juego de la naturaleza. Casi todas las criaturas de este planeta lo practican, con la intención inconsciente de transmitir su ADN hacia el futuro.”

Buenas noches.