sábado, 30 de noviembre de 2013

MISTERIOSA BUENOS AIRES XII


MISTERIOSA BUENOS AIRES XII

"A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: 
la juzgo tan eterna como el agua y el aire."
Jorge Luis Borges

Hola, mis queridos. Aquí estoy con la segunda entrega de “Misteriosa Buenos Aires”. Disfruten.


 -Los fantasmas del Polvorín de Flores (Av. Eva Perón 1410, Parque Chacabuco)

El Parque Chacabuco es un gran espacio verde de la Ciudad de Buenos Aires, ubicado en el barrio del mismo nombre. Es el tercer pulmón verde más grande en superficie después de los Bosques de Parlermo y el Parque AvellanedaEstá ubicado entre las calles Emilio Mitre y las avenidas Eva Perón, Curapaligüe Asamblea. El diseño del parquizado estuvo a cargo del paisajista Carlos Thays.
En la parte sud de lo que hoy es el parque funcionaba la vieja la vieja Fábrica Nacional de Pólvora o "Polvorín de Flores". Una gigantesca explosión que destruyó la fábrica casi totalmente, el 26 de enero de 1898. En 1902, la Municipalidad gestionó ante el gobierno nacional la cesión de esos terrenos, originándose de esa forma el actual Parque Chacabuco, rodeado por entonces de numerosos baldíos y quintas que, con el paso del tiempo, se fueron poblando hasta conformar el barrio que hoy conocemos.
Los vecinos de la zona aseguran que los espectros de los hombres calcinados en la explosión de 1898 suelen rondar el barrio por las noches.


-Benjamín Solari Paravicini (Junín 1760, Cementerio de la Recoleta)

Benjamín Solari Parravicini, nació en Buenos Aires8 de agosto de 1898 y se dedicó toda su vida a la pintura con bastante éxito. Siempre estuvo rodeado de acontecimientos paranormales, pero en  1932, mientras dibujaba y pintaba en su estudio, irrumpieron en su mente  ideas espontáneas, frases y dibujos que para él no tenían sentido y que plasmó en papel y llamó psicografías premonitorias. Devoto católico y horrorizado por su aparente don, destruyó muchos de estos dibujos. Pero otros tantos sobrevivieron y un gran porcentaje de ellos anuncian hechos que más tarde se concretaron. Los acontecimientos que Parravicini predijo incluyen el desarrollo y el uso de la bomba atómica, la invención de la televisión, la Guerra Fría e incluso la clonación.
Benjamín Solari Parravicini realizó (según él bajo mandato de su ángel de la guarda llamado José de Aragón y otras personalidades incorpóreas) más de mil dibujos proféticos. 
Descansa en el Cementerio de la Recoleta en una bóveda de granito negro.


-La tejedora (Avenida Lacarra 1257, Parque Avellaneda)

"La tejedora" es una escultura realizada en piedra marmórea de la provincia de Córdoba por Luis Perlotti cerca de 1926. Formaba parte de un proyecto de fuente que debía llamarse "Las tejedoras", pero dicha obra no se concretó. En 1928, Perlotti la envió al Salón Nacional, pero no obtuvo los resultados esperados. Sin embargo, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires la adquirió para emplazarla en el Parque Avellaneda al año siguiente. El día de la inauguración asistió al evento el pintor Quinquela Martín, entrañable amigo de Perlotti, quien ese mismo día regresaba de Italia.
La escultura tiene una altura de 2.30 m. por un ancho de 0.70 m. Representa a una figura femenina con el cuerpo cubierto por un grueso manto que no deja trasuntar la anatomía. Sólo sus manos y el rostro surcado por profundas arrugas se destacan de la estructura del bloque de piedra que le da origen. Su simbología se relaciona, a través de la figura de una vieja india, con la Pacha Mama.
En el libro “Buenos Aires es leyenda”, los autores Guillermo Barrantes y Víctor Coviello abordan el mito de "La tejedora": "En una encrucijada donde se mezclan muchos senderos, espera ella. Fue concebida, allá en 1926, en piedra marmórea de la provincia de Córdoba, mide unos 2,30 metros, y representa a una tejedora anciana india, sentada, con la vista fija hacia adelante. El tiempo le amputó la nariz, elevándola a la categoría de esfinge urbana". 
Algunas personas entrevistadas por los autores relatan hechos sorprendentes "como el de una joven que contaba como su madre hablaba con la estatua y ella no le creía hasta que un día la pétrea tejedora la nombró al pasar y un escalofrío le recorrió la espalda. Aún así se animó a dialogar con ella y hablaban de cuestiones cotidianas". "Me habían dicho que dejara de preguntar, que la estatua podía enojarse -cuenta otra testigo-. Una noche me paré frente a ella y la vieja maldita se levantó de su asiento y empezó a bajar del pilar. Estuve a punto de volverme loca ahí mismo y salí corriendo".



-Jeremías López (Junín 1760, Cementerio de la Recoleta)

Cuenta la leyenda que a finales de la década del ’20 y Jeremías López era un jovencito de unos 17 años, de origen humilde, muy hábil con la pelota, que ya había probado suerte en varios clubs de fútbol de Buenos Aires y había sorprendido con su talento. Un par de equipos se lo disputaban y, entonces, sucedió la tragedia.
Jeremías era empleado de una casa patricia de Buenos Aires, en la que se desempeñaba como cocinero. Una mala maniobra al momento de manipular un caldero con aceite hirviendo la causó gravísimas quemaduras en todo el cuerpo, especialmente en las piernas. A pesar de que se le prodigaron los mejores cuidados médicos de la época, falleció una semana después. El dueño de la casa donde trabajaba ofreció el panteón de su familia para que fuera su última morada.
Años después, visitantes del Cementerio de la Recoleta se asombraron al escuchar ruidos de pelota y pasos apresurados, como los de una persona que corre, en las cercanías del lugar en donde descansa Jeremías López. Algunas personas afirman haber visto su fantasma haciendo rebotar una pelota contra paredes y puertas de criptas, y realizando sus famosas proezas. Una leyenda dentro de la leyenda afirma que si se deja una pelota cerca de la tumba de Jeremías López, desaparecerá, puesto que el joven no rechaza jamás ese tipo de ofrendas. 


-La mucama encerrada en el ascensor (Riobamba 1068)

Cuenta la leyenda que una familia tradicional porteña, que vivía en el petit hotel ubicado en Riobamba 1068 (done hoy funciona el restaurante Restaurante  The Grants), viajó a Europa por tres meses. Antes de salir dejaron el palacete en orden y, como no iban a utilizarlo por un tiempo largo, cortaron el suministro eléctrico.
A la vuelta del viaje, encontraron en su casa un hedor insoportable y comprobaron, con horror, que una mucama había quedado atrapado en el ascensor del edificio. Habían cortado la luz antes de que la desafortunada joven abandonara el elevador y allí murió, de asfixia, de hambre y sed, o de terror.

Hasta aquí, amables lectores, esta nueva entrega de "Misteriosa Buenos Aires". Me despido de ustedes con un pensamiento de Jorge Luis Borges: "Pienso que hay algo esencialmente porteño en mi, más allá de mis opiniones. Debo esa convicción a un hecho secreto. Últimamente he viajado mucho, y me ha gustado mucho descubrir ciudades, aunque las descubra a través de otros ojos, porque estoy ciego. Pero sin embargo, todas las noches tengo sueños muy distintos, y en mis sueños siempre estoy en Buenos Aires. Por ejemplo, recuerdo muy bien uno: sueño con un lugar de sierras y pantanos, y en esos cenagales hay escaleras y andamios, lo cual no es natural ¿no? Hay árboles y maleza, pero en el sueño sé que esa es la esquina de Bolívar y Chile, por ejemplo, o que esa es la esquina de Arenales y Bulnes. A veces son pesadillas, a veces sueños placenteros, pero siempre ocurren en lugares muy precisos de Buenos Aires. Quiere decir que hay algo esencial en mí que no viaja, ya que los sueños, se supone que los crea uno, y en los sueños no salgo nunca de Buenos Aires."

Buenas tardes.

domingo, 24 de noviembre de 2013

MISTERIOSA BUENOS AIRES XI


MISTERIOSA BUENOS AIRES XI

"Buenos Aires es un lugar que amo y donde me siento amado."
Joan Manuel Serrat

Buenas noches, amables lectores. Bienvenidos a otro mágico recorrido por la ciudad de la furia.


-Palacio de los Leones (Av. Luis María Campos y José Hernández, Belgrano)

En la esquina de la Av. Luis María Campos y José Hernández, barrio de Belgrano, se construyó, en 1907, el Palacio de los Leones. Era una edificio con reminiscencias medievales, rodeado de jardines, con un pórtico con dos leones y una vista inmejorable al Rio de la Plata. Fu erigido por orden del comendatore Juan Ditto, quien,  en Buenos Aires, estafó a mucha gente con falsas jubilaciones antes de que existiera un sistema de retiro. Cuando el italiano desapareció tras la estafa, la mansión fue subastada y la adquirió el Dr. Teófilo Lacroze, hijo de Federico. Los Lacroze la abandonaron enseguida, y, además, tapiaron las puertas y ventanas, y clausuraron  los portones.
Fue entonces cuando comenzó a hablarse de quejidos y ruidos extraños, chistidos al pasar y una mucama vestida de celeste que se asomaba por entre la vegetación casi selvática que había invadido el parque. Corrió el rumor de que en la mansión había muerto uno de los serenos y, entonces, ni siquiera los policías se atrevían a vigilar el Palacio.
Los sucesores de los Lacroze vendieron la propiedad y, ya en ruinas, fue demolida. Hoy se levantan en la zona distintos establecimientos, entre ellos, el Sanatorio de la Sagrada Familia.


-Emabajada de Perú (Avenida del Libertador 1946, Palermo)

La Embajada de Perú en la Argentina tiene su sede en una mansión ubicada en Avenida del Libertador 1946, en el barrio de Palermo. Fue proyectada por el arquitecto Alejandro Bustillo, siguiendo el estilo academicista.
La leyenda -y el propio embajador- cuentan que de noche los muebles no dejan de sacudirse en el altillo de la vieja mansión. El historiador Roberto Elissalde recuerda que esa casa perteneció a la familia Solar Dorrego, cuyo último familiar tomó la decisión de suicidarse allí tras enterarse de que padecía una terrible enfermedad. Parece que su fantasma nunca abandonó la casa.


-Liliana Crociati (Junín 1760, Cementerio de la Recoleta)

La joven Liliana Crociati, hija de una acaudalada familia, murió de forma inesperada y trágica cuando una avalancha de nieve destruyó el hotel en el que se hospedaba junto a su esposo,  en la localidad de Innsbruck, en Austria, donde la pareja estaba de vacaciones. El matrimonio había retrasado su regreso a la Argentina porque los caminos que conducían al hotel donde se alojaba estaban cerrados por los aludes. Era el 26 de febrero de 1970 y faltaban pocos días para que Liliana cumpliera 26 años. Su marido, Juan Szaszak sobrevivió a la tragedia.
Liliana era hija única y sus padres quisieron homenajearla con un sepulcro diseñado por su madre que contrasta con el resto de las tumbas del Cementerio de la Recoleta. Su cadáver esperó en el Cementerio de la Chacarita algún tiempo hasta que su bóveda estuvo lista (el padre la compró a una orden de religiosas).  
La bóveda donde descansa Liliana Crociati tiene en su parte exterior un predominio del neogótico con ventanas y arcos ojivales muy pronunciados. El interior, que se halla bajo nivel, conserva las características de las catacumbas romanas, destinando cada arco para un ataúd. Todo con revestimiento de ladrillos y mayólicas españolas en el suelo. Sobre las paredes hay fotos de Liliana en distintos momentos de su vida, cuadros al óleo que pertenecieron a sus abuelos y uno pintado por una de sus amigas y compañera de Bellas Artes. Un sari rojo traído de la India, cubre el ataúd de la joven. En la construcción de la bóveda, sus padres trataron de reflejar el estilo de vida y temperamento de su hija.
En el frente del sepulcro se destaca la escultura de Wilfredo Viladrich (1923 – 1976), que representa a Liliana con un vestido de noche -algunos dicen que es su traje de novia-, acompañada de su perro Sabú. La leyenda cuenta que el animal murió en su casa de Bs. As., el mismo día que Liliana, pero no fue así. Sabú tiene el hocico lustrado y brillante. Desde hace un tiempo los guías del cementerio le dicen a la gente que si se lo tocan les traerá suerte. 
Dicen que a Liliana no le gustaba llevar flores al cementerio porque "al cortar una flor se corta una vida",  y por eso José Crociati mando diseñar un pequeño jardín junto a la estatua. En una placa colocada en la plataforma donde se sitúan las esculturas, su padre grabó un poema en italiano que escribió conmovido por la muerte de su hija:

“A Mia Figlia

Solo mi chiedo il perché
Tu se partita e distrutto hai lasciato il mio cuore
Che te solamente voleva, perché?

Perché? Solo il destino sà il perché e mi domando perché?
Perché non si può stare senza te, perché?
Tanto bella eri che la natura invidiosa ti distrusse, perché?
Perché, solo mi domando se Dio c'é, con se porta via ciò che suo non è
Perché ci distrugge e lascia all'infinito il dolore!
Perché? Credo al destino e non a te, perché?

Perché solo sò che sempre sogno con te, perché c'é di che?
Per tutto l'amore che sente il mio cuore per te.
Perché? Perché?

Il tuo papá”

“A mi Hija

Solo me pregunto por qué
Has partido y destruido has dejado a mi corazón
Que sólo a ti quería, ¿por qué?
¿Por qué? Sólo el destino sabe el porqué y yo me preguntó: ¿por qué?
 
Porque no se puede estar sin ti, ¿por qué?
Tan bella eras que la envidiosa naturaleza te destruyó, ¿por qué?
¡Por qué, sólo me pregunto, si Dios existe, se va con aquello que no es suyo,
Por qué nos destruye y nos deja en un infinito dolor!
¿Por qué? Creo en el destino y no en ti, ¿por qué?

Porque sólo yo sé que siempre sueño contigo, ¿por qué es así?
Por todo el amor que siente mi corazón por ti.
¿Por qué? ¿Por qué?

Tu padre”

El padre de Liliana, José Crociati, famoso coffieur de la sociedad porteña, y su madre, María Adriana Ana Balduino, sensible artista, quedaron muy golpeados por la tragedia. Fallecieron años después y descansan junto a Liliana.
La leyenda cuenta que, durante muchos años, su tumba era visitada regularmente por un misterioso hombre que colocaba flores. Se ha especulado, sin poder nunca probarlo, que podría tratarse del esposo de Liliana, que sobrevivió al accidente. Algunas versiones sostienen que se trataba de un joven perturbado que aseguraba que la muerta se le aparecía en sueños.
Cierta vez dejaron en la tumba un papel donde estaba escrito, en inglés, un pequeño poema: 

"But tomorrow we will run a little faster.
Tomorrow we will find what we seek to end.
The feelings that we in the past.
Romance is in the sunset.
We ship on the current until the end"


“Sin embargo mañana correremos un poco más rápido.
Mañana encontraremos lo que buscamos al fin.
Los sentimientos que dejamos en el pasado.
Hay romance en la puesta del sol.
Somos barcos sobre la corriente hasta el fin”




-Las voces de los negros (México 567, Monserrat)

Monserrat fue conocido en tiempos coloniales como el Barrio del Tambor, creado en 1769 alrededor de la Parroquia Nuestra Señora de Montserrat. Allí vivieron desde fines del siglo XVIII varias comunidades de negros que integraban repúblicas como Cabunda, Banguela, Mondongo y Angola. Eran devotos de la virgen morena de Monserrat. Con bailes y candombes recreaban su vida en África y elegían sus autoridades.
Se dice que en México 567, donde está hoy la Escuela Nacional de Música (que originalmente fue sede de la Biblioteca Nacional), funcionó un depósito de esclavos o la sede de una de aquellas repúblicas de negros libertos, y que sus espíritus nunca han abandonado el lugar. Desde 1940 ha habido testigos que aseguraron haber escuchado en el predio por las noches  voces, gritos y ruidos de cadenas.



-El fantasma del sanatorio (Colegiales)

En un sanatorio de Colegiales falleció, hace unos años, una niña de cinco años a causa del cáncer. Sucedió en el 5º piso,  donde funcionaban las instalaciones de pediatría y neonatología, dejando devastada a su familia y al personal del lugar, que había festejado el cumpleaños de la pequeña unos días antes. Se dice que, desde entonces, alrededor de las doce de la noche, se sienten extraños ruidos en aquel lugar del edificio. Suelen escucharse pisadas leves en los pasillos o a una niña jugando. Varias mucamas y enfermeras que cubren el turno nocturno aseguran que suelen sonar alarmas en las habitaciones vacías y que suelen escuchar allí una risa infantil.


Hasta aquí, amables lectores esta nueva entrega de la saga "Misteriosa Buenos Aires". Me despido de ustedes con un poema del increíble Jorge Luis Borges:

BUENOS AIRES

He nacido en otra ciudad que también se llamaba Buenos Aires.
Recuerdo el ruido de los hierros de la puerta cancel.
Recuerdo los jazmines y el aljibe, cosas de la nostalgia.
Recuerdo una divisa rosada que había sido punzó.
Recuerdo la resolana y la siesta.
Recuerdo dos espadas cruzadas que habían servido en le desierto.
Recuerdo los faroles de gas y el hombre con el palo.
Recuerdo el tiempo generoso, la gente que llegaba sin anunciarse.
Recuerdo un bastón con estoque
Recuerdo lo que he visto y lo que me contaron mis padres.
Recuerdo a Macedonio, en un rincón de una confitería del Once.
Recuerdo las carretas de tierra adentro en el polvo del Once.
Recuerdo el Almacén de la figura en la calle de Tucumán.
(A la vuelta murió Estanislao del Campo.)
Recuerdo un tercer patio, que no alcancé, que era el patio de
los esclavos.
Guardo memoria del pistoletazo de Alem en un coche cerrado.
En aquel Buenos Aires, que me dejó, yo sería un extraño.
Sé que los únicos paraísos no vedados al hombre son los paraísos
perdidos.
Alguien casi idéntico a mí, alguien que no habrá leído esta página,
lamentará las torres de cemento y el talado obelisco.


Buenas noches.

viernes, 15 de noviembre de 2013

MISTERIOSA BUENOS AIRES X


MISTERIOSA BUENOS AIRES X

“Cada vez que vengo a Buenos Aires tengo una sensación muy vívida y profunda. Por eso estoy exactamente en el lugar que debo estar. Todo lo que necesito se encuentra aquí. Mi amor por Argentina es fundamentalmente por Buenos Aires debido a que tiene todo lo que me gusta de una ciudad. Y es que soy urbano, poco campestre e idílico”
Joaquín Sabina

Hola, mis queridos. Aquí estoy con la otra entrega de “Misteriosa Buenos Aires”. Disfruten.



-El fantasma del Obelisco (Plaza de la República, Corrientes y 9 de julio,  San Nicolás)

El Obelisco de Buenos Aires es un monumento histórico considerado un icono de la ciudad. Fue construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la llamada 1º Fundación de Buenos Aires, llevada a cabo por Pedro de Mendoza. Está emplazado en la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio, en el barrio de San Nicolás. El autor de la obra es el arquitecto argentino Alberto Prebisch.
El Obelisco tiene una altura  de 67,5 m. A partir de los 63,5 m se inicia el ápice, que mide de 3,5 m por 3,5 m. La base tiene 6,80 m de lado. Tiene una sola puerta de entrada (en el lado oeste) y en su cúspide hay cuatro ventanas, con persianas metálicas, a las que sólo se puede llegar por una escalera marinera de 206 escalones, con 7 descansos cada 8 m y uno a 6 m.  La punta, roma, mide 40 cm y culmina en un pararrayos que no logra verse por la altura, cuyos cables corren por el interior del monumento. Existe una caja de hierro empotrada que, según se dice, guarda una foto del jefe de máquinas de la construcción, y una carta destinada a quienes lo demuelan.
La leyenda cuenta que a mediados de los años ‘30, un obrero limpiaba el interior del Obelisco cuando cayó un rayo que hizo temblar toda la estructura. Perdió pie y murió después de caer desde gran altura. Dicen que los días de tormenta, cuando se pasa cerca del monumento, todavía se pueden escuchan sus gritos desesperados.


-Palacio Cangallo (Tte. Gral. Perón 1242, San Nicolás)

El Palacio Cangallo, la actual sede de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, fue inaugurado el 3 de marzo de 1872. Los planos del Templo Masónico de la calle Tte. Gral. Perón 1242 estuvieron a cargo del ingeniero Carlos E. Pellegrini, masón de origen francés, llegado al Río de la Plata durante la presidencia de Bernardino Rivadavia y padre de quien fuera presidente. Debido a una enfermedad Pellegrini no pudo terminar la obra y  fue reemplazado por el arquitecto italiano Francisco Tamburini.
El edificio se organiza en dos plantas y a partir de una columnata, retirado de la línea municipal por un pequeño jardín. La fachada es cóncava, diseñada así probablemente por su frente angosto, ya que el tener sus paredes frontales curvas le da una sensación de mayor amplitud. Existe la versión de que dicha curvatura representa la bienvenida de los masones a quienes entran a su sede, simbolizando un abrazo fraternal. Sus cuatro columnas en la fachada, con las dos centrales de grueso diámetro y gran altura, jerarquizan la entrada. En torno a ellas se suceden las aberturas, en arcos de medio punto.
Ingresando al edificio hay un amplio pasillo que desemboca en una importante escalera. Apenas se ingresa, a la izquierda del pasillo se encuentra la Biblioteca Joaquín V. González, y a la derecha, el Salón Republica. El edificio cuenta con nueve Templos, cada uno de ellos construido en base a los mismos criterios simbólicos, siendo el más importante el Gran Templo. En el primer piso se encuentra el Gran Templo, donde se destaca el techo pintado como si fuera el cielo, con el sol en un extremo y la luna en el otro. Sobre las dos columnas a la entrada hay un mural, pintado por el artista Enrique Fabris, llamado "Energía Universal".
El edificio posee un alto valor histórico y cultural, ya que ha sido escenario de reuniones protagonizadas por importantes personajes de la historia argentina, tales como Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Carlos Pellegrini, Alfredo Palacios e Hipólito Yrigoyen, además de guardar en su interior los secretos milenarios de la Logia Masónica.


-El ahorcado (Av. Guzmán 680, Cementerio de la Chacarita)

El Cementerio de la Chacarita, también llamado Cementerio del Oeste, es  camposanto de un 95 hectáreas limitado por las calles Guzmán, Jorge Newbery, las vías del Ferrocarril San Martín, Garmendia, Del Campo y Elcano. Es el más grande de la ciudad.
En 1871 una epidemia de fiebre amarilla azotó la ciudad de Buenos Aires por lo que fue necesaria la construcción de cementerios ya que los existentes no daban abasto, y el Cementerio del Norte (actualmente Cementerio de la Recoleta) había prohibido que se inhumen allí a quienes habían muerto por la epidemia. El nuevo cementerio se emplazó en la Chacra del Colegio que la Compañía de Jesús tenía en las afueras de la ciudad de Buenos Aires hacia mediados del siglo XVIII. Se creó, además, el Tranvía Fúnebre, que fue utilizado para llegar al cementerio, y se inauguró la llamada Estación Fúnebre en la intersección de las calles Bermejo (actualmente Jean Jaurès) y Avenida Corrientes, donde se recibían los ataúdes.
El cementerio contaba con condiciones de higiene mínimas. Debido a la gran cantidad de víctimas que causó la epidemia, se llegaron a cremar 564 cadáveres en un día. Según testimonios de la época, en una misma jornada murieron 14 empleados del cementerio. Los olores y la falta de salubridad molestaban a los vecinos del barrio y por esta razón el cementerio fue clausurado en 1875, aunque siguió funcionando irregularmente hasta el 9 de diciembre de 1886, cuando se lo clausuró definitivamente.
A partir de 1887 las inhumaciones comenzaron a realizarse en el cementerio Chacarita la Nueva, por lo que los cadáveres fueron exhumados del viejo cementerio y llevados al osario general del nuevo. El 30 de diciembre de 1896 se lo denominó Cementerio del Oeste, pero como todavía era conocido como Cementerio de la Chacarita, una ordenanza del 5 de marzo de 1949 lo renombró de esa forma. 
Cuenta la leyenda que los jueves de luna llena, en uno de los árboles  de calle Jorge Newbery, a metros de la intersección con las vías del ferrocarril, puede verse la figura espectral de un ahorcado colgando de un árbol. Quienes lo vieron, describen a su cuerpo semitraslúcido y en estado de putrefacción. Una historia cuenta que es el espectro de un joven que se suicidó luego de que la epidemia de la fiebre amarilla le arrebatara a su amada.


-Embajada de Alemania (Villanueva 1055, límite entre Palermo y Belgrano)

El predio actual de la Embajada de Alemania está situado en la calle Villanueva 1055, en el límite entre los barrios de Palermo y Belgrano. Perteneció originalmente a la familia de banqueros Tornquist, que desempeñó un papel importante en la sociedad de principios del siglo XX. El arquitecto Carlos Nordmann construyó para ellos un castillo estilo Tudor, rodeado de jardines, al que llamaron Villa Ombúes. Jorge Newbery, el primer piloto de globo aerostático, levantó vuelo en 1908 desde este lugar. 
Villa Ombúes fue vendido en dos ocasiones, primero a un italiano de apellido Casullo y luego a la familia Blaquier.  Cuando los Blaquier se mudaron, el lugar quedó abandonado por muchos años. En 1973, la República Federal de Alemania adquirió el amplio terreno  y  el arquitecto alemán Dieter Oesterlen dirigió la construcción de un nuevo edificio, al que la Embajada se trasladó e 1983.
Se dice que la Embajada de Alemania está embrujada.  El edificio está  ubicado al lado de la Iglesia de San Benito, y existen dos teorías acerca del porqué del hechizo: una asegura que allí hubo un crimen que se ocultó; otra sostiene que en San Benito estaban los únicos monjes argentinos que tenían permitido hacer exorcismos y que los demonios, una vez expulsados, no podían quedarse en la iglesia y se fugaban hacia la casa lindera. También hay quienes aseguran haber visto un fantasma en la Embajada.


-Legislatura porteña (Perú 130 - Centro) 

La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o Legislatura Porteña tiene su sede en el Palacio Ayerza, edificio ubicado entre las calles Hipólito Yrigoyen, Diagonal Julio A. Roca y Perú, conformando un triángulo de grandes dimensiones cuya compacta volumetría exterior se ajusta a los límites del terreno y sólo se distingue del resto de tejido urbano por la torre del reloj lo corona. El lugar es conocido como el Palacio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires
La leyenda cuenta que en la soledad de las noches, extrañas presencias recorren los pasillos y despachos de la Legislatura, donde según los empleados de mantenimiento y limpieza, tienen lugar escalofriantes manifestaciones. Ruidos y sombras inexplicables, muebles y cortinas que se mueven sin motivo, forman parte de la actividad paranormal de la Legislatura Porteña, que recrudece en la Sala Montevideo, donde habitualmente se realizan velatorios de ex legisladores y ciudadanos ilustres de la ciudad.

Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedes con la letra de una maravillosa canción escrita por Joaquín Sabina y Fito Páez (cuando eran amigos):


BUENOS AIRES

En Buenos Aires brilla el sol y un par de pibes,
en la esquina, inventan una solución.
En Buenos Aires todo vuela, la alegría,
la anarquía, la bondad, la desesperación.
Y Buenos Aires es un bicho que camina,
ensortijado entre los sueños y la confusión.
En Buenos Aires descubrí que el día
hace la guerra, la noche el amor.
En Buenos Aires leo, fumo, toco el piano
y me emborracho solo en una habitación.
En Buenos Aires casi todo ya ha pasado
de generación en degeneración.
Y Buenos Aires come todo lo que encuentra
como todo buen Narciso, nadie como yo.
Pero el espejo le devuelve una mirada
de misterio, de terror y de fascinación.
Buenos Aires, buenos aires,
buenos aires para vos.
En Buenos Aires toca Charly en un biloche
planetario, es alto y voluptuoso.
En Buenos Aires llega un punto en que ya nada
vale nada y todo vale nada.
En Buenos Aires nos acechan los fantasmas
del pasado y cada tango es una confesión.
Cuando en el mundo ya no quede nada,
en Buenos Aires la imaginación.
Es una playa macedónica tan cierta
y tan absurda viven Borges, Dios y el rock and roll.
En Buenos Aires viven muertos, muertos viven
y no quiero más tanta resignación.
Yo quiero un barrio bien canalla, bien sutil
y bien despierto, supersexy,
quiero una oración
que nos ayude a descorrer el velo
y que termine la desolación.
Buenos Aires, malos tiempos
para hacerte una canción.
En Buenos Aires los amigos acarician
y los enemigos tiran a matar.
En Buenos Aires, San Martín y Santa Evita
montan una agencia de publicidad.
En Buenos Aires, la política… que falta
de respeto, que atropello a la razón.
En Buenos Aires, el fantasma de la ópera
camina solo por Constitución.
En Buenos Aires tengo más de lo que quiero
pero lo que quiero nadie me lo da.
En Buenos Aires hay un Falcon pesadilla
en el museo de cera de la atrocidad.
En Buenos Aires falta guita pero sobran
corazones condenados a latir.
En Buenos Aires amanezco, resucito,
me defiendo a gritos, quiero ser feliz.
En Buenos Aires cuando hablamos de la luna
solo hay una: la del Luna Park.
En Buenos Aires he perdido mil batallas
pero hay una guerra que pienso ganar.
Buenos Aires.
En Buenos Aires brilla el sol y un par de pibes,
en la esquina, inventan una solución.
(cuando en el mundo ya no quede nada)
en Buenos Aires todo vuela, la alegría,
la anarquía, la bondad, la desesperación.
Todas las noches sale el sol
todos los días vuelve el sol.


Buenas noches.