jueves, 22 de noviembre de 2018

LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS DE HADAS: ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS


LAS VERDADERAS HISTORIAS DETRÁS LOS CUENTOS DE HADAS: ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

¡Qué pobre memoria es aquella que sólo funciona hacia atrás!” 
Lewis Carroll


“Alicia en el país de las maravillas” no es un cuento, sino una novela del escritor inglés Lewis Carroll. Sin embargo, me permito incluirlo en este trabajo sobre los cuentos de hadas porque fue recortado y adaptado cientos de veces, y fue una de esas breves adaptaciones la que, hace muchos años y en un día indiscutiblemente glorioso, me abrió las puertas del País de las Maravillas.


ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

“Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” (“Alice's Adventures in Wonderland”), comúnmente abreviado como “Alicia en el país de las maravillas” (“Alice in Wonderland”), es una novela de fantasía escrita por el matemático, lógico, y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, bajo el seudónimo de Lewis Carroll, publicada en 1865 .
Alicia es una niña imaginativa y muy curiosa que suele fantasear y hablar sola. Una tarde de verano, mientras descansa con su hermana mayor a orillas del río Támesis, ve a un Conejo Blanco que parece llegar tarde a algún sitio, y lo sigue con curiosidad hasta su madriguera. La niña cae por el largo agujero aparece en una tierra fantástica llamada País de las Maravillas, habitada por inusitadas criaturas.
"Alicia en el país de las maravillas" está considerada una de las mejores novelas del género del sinsentido. Su narrativa y estructura, junto con sus personajes, han sido una gran influencia tanto en la cultura popular como en la literatura, sobre todo en el género fantástico.
En esta obra aparecen algunos de los personajes más famosos de Lewis Carroll, como el Conejo Blanco, la Liebre de Marzo, el Sombrerero, la Oruga azul, el Gato de Cheshire o la Reina de Corazones, quienes han cobrado importancia suficiente como para ser reconocidos fuera del mundo de Alicia.
Solo se conservan veintitrés copias de la primera edición de 1865, de las cuales diecisiete pertenecen a distintas bibliotecas. Las restantes forman parte de colecciones privadas. El libro tiene una segunda parte, menos conocida, llamada "A través del espejo y lo que Alicia encontró allí" ("Through the looking-glass, and what Alice found there", de 1871). Varias adaptaciones cinematográficas combinan elementos de ambos libros.
La obra ha sido traducida a numerosos idiomas, incluido el esperanto. En 1998, un ejemplar de la primera edición del libro se vendió en subasta por la suma de 1,5 millones de dólares, y se convirtió así en el libro para niños más caro hasta ese momento.


EL AUTOR

Charles Lutwidge Dodgson, que siempre firmó sus obras como Lewis Carroll, nació en CheshireReino Unido, el 27 de enero de 1832. Hijo de una familia de buena posición y muy vinculada a la Iglesia Anglicana, el joven se distinguió pronto por sus dotes para la literatura y las matemáticas. Fue un niño brillante que empezó a leer a los tres años, pero no tenía recuerdos felices de su infancia debido a su mala salud: padecía epilepsia y tartamudez y, según algunos de sus biógrafos, pudo haber sufrido algún tipo de abuso en la Rugby School, a la que fue enviado en 1845. Esta teoría se apoya en las referencias en sus cartas a ciertas molestias nocturnas padecidas en el lugar:  “Creo... que por nada en este mundo volvería de nuevo a vivir los tres años que pasé allí ... Puedo decir, honestamente, que si hubiese estado ... a salvo de la molestia nocturna, la dureza de la vida diurna se me hubiera hecho, en comparación, muchísimo más soportable.” 
Carroll era un joven sobresaliente, pero también perezoso. Se interesaba por demasiadas cosas a la vez y no era lo suficientemente responsable como para tener un trabajo adecuado a sus capacidades, por lo que eligió  la carrera de Profesor de Matemáticas, que más tarde compaginó con sus actividades como diácono.
En 1856, descubrió una nueva forma de arte, la fotografía, primero por influencia de su tío Skeffington Lutwidge, y más tarde de su amigo Reginald Southey y del pionero del tema Oscar Gustav Rejlander. La fotografía se convirtió en la expresión perfecta para su personal filosofía interior: a través de la fotografía, Carroll trató de combinar sus ideales de libertad y belleza con la inocencia edénica, donde el cuerpo humano y el contacto humano podían ser disfrutados sin sentimientos de culpa. En su mediana edad, esta visión se transformó en la persecución de la belleza como un estado de gracia, un medio para recuperar la inocencia perdida.
La obra definitiva acerca de su actividad como fotógrafo  "Lewis Carroll, Photographer", publicada por  Roger Taylor en el año 2002, documenta exhaustivamente cada una de las fotografías de Lewis Carroll que se han conservado. Taylor calcula que algo más de la mitad de su obra conservada está dedicada a retratar a niñas.  La niña que más veces le sirvió de modelo fue Alexandra Kitchin (Xie), hija del decano de la Catedral de Winchester, a la que fotografió unas cincuenta veces desde que tenía cuatro años hasta que cumplió dieciséis. Las fotografías y esbozos de desnudos que Lewis Carroll realizaba alentaron la suposición de que tenía tendencias pedófilas, aunque dicha especulación ha sido desafiada por varios académicos que argumentan que el escritor debe ser comprendido en contexto y que, para la cultura victoriana, las niñas desnudas simbolizaban la inocencia, apareciendo escenas similares a las fotos de Carroll incluso en postales de Navidad.
La fotografía le permitió a Lewis Carroll el acceso a círculos sociales elevados. Cuando logró tener un estudio propio, hizo notables retratos de personajes relevantes, como John Everett MillaisEllen TerryDante Gabriel RossettiJulia Margaret Cameron y Alfred Tennyson. Cultivó también el paisaje y el estudio anatómico.

  
LAS LOCAS AVENTURAS DE ALICIA

En 1856, Lewis Carroll publicó su primera obra con el seudónimo que le haría famoso: el poema “Solitude”, que apareció en “The Train”. También en 1856, un nuevo decano, Henry Liddell, llegó a Christ Church, trayendo con él a su joven esposa y a sus hijas,  Lorina, Alice y Edith, que tendrían un importante papel en la vida de Lewis Carroll, que entabló una estrecha amistad con la familia, especialmente con las niñas, a quienes solía llevar de picnic al río.  
Fue en una de estas excursiones, el 4 de julio de 1862, cuando Carroll imaginó el argumento de la historia que más tarde llegaría a ser su primer y más grande éxito comercial. Él y su amigo, el reverendo Robinson Duckworth, llevaron a las tres hermanas Liddell a pasear en barca por el Támesis. Según los relatos del propio Carroll, de Alice Liddell y de Duckworth, el autor improvisó una narración, que entusiasmó a las niñas, especialmente a Alice. Después de la excursión, Alice le pidió que escribiese la historia. Carroll pasó una noche componiendo el manuscrito, y se lo regaló a Alice Liddell en la Navidad siguientes. El manuscrito se titulaba “Las aventuras subterráneas de Alicia” (“Alice's Adventures Under Ground”), y estaba ilustrado con dibujos del propio autor.
Tres años más tarde, Carroll llevó el libro, convenientemente revisado, al editor Macmillan, a quien le gustó de inmediato. Tras barajar varios títulos, como “Alicia entre las hadas”  y “La hora dorada de Alicia”, la obra se publicó finalmente en 1865 como “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”  (“Alice's Adventures in Wonderland”), y firmada por Lewis Carroll. Las ilustraciones de esta primera edición fueron obra de Sir John Tenniel. El éxito del libro llevó a su autor a escribir y publicar una segunda parte, “Alicia a través del espejo” (“Through the Looking-Glass and what Alice Found There”). Años después, en 1890, Carroll publicó una nueva versión de Alicia, llamada “Alicia para los pequeños”  (“The Nursery Alice”), dirigida a niños menores de cinco años.


ALICE LIDELL

Alice Pleasance Liddell Hargreaves Taylor, conocida como Alice Lidell, nació en Westminster, el 4 de mayo de 1852 y falleció en Kent, el 15 de noviembre de 1934. Se la considera la mayor inspiración del personaje protagonista de los libros “Alicia en el país de las maravillas” y “Alicia a través del espejo”. La relación de amistad de Lewis Carroll con la familia Liddell, y especialmente con Alice y sus hermanas Lorina y Edith, se prolongó durante varios años. Las tres posaron en numerosas ocasiones para ser fotografiadas por él,   y solían ir juntos de excursión por los alrededores de Oxford. Alice Lidell dejó testimonio de estos largos paseos: Muchos de los cuentos del Sr. Dodgson nos fueron contados en nuestras excursiones por el río, cerca de Oxford. Me parece que el principio de Alicia nos fue relatado en una tarde de verano en la que el sol era tan ardiente, que habíamos desembarcado en unas praderas situadas corriente abajo del río y habíamos abandonado el bote para refugiarnos a la sombra de un almiar recientemente formado. Allí, las tres repetimos nuestra vieja frase: cuéntenos una historia, y así comenzó su relato, siempre delicioso. Algunas veces para mortificarnos o porque realmente estaba cansado, el Sr. Dodgson se detenía repentinamente diciéndonos: esto es todo, hasta la próxima vez: ¡ah, pero esta es la próxima vez!, exclamábamos los tres al mismo tiempo, y después de varias tentativas para persuadirlo, la narración se reanudaba nuevamente”.
Lewis Carroll le obsequió a Alice Lidell el primer manuscrito de “Alicia en el país de las maravillas” en la Navidad de 1863, a pesar de que poco tiempo antes (en el verano de ese mismo año) sus relaciones con la familia se habían enfriado. A partir de entonces, Alice y Carroll sólo tuvieron algunos encuentros esporádicos. Hay constancia de correspondencia entre ambos al menos hasta 1892. No se sabe a ciencia cierta cuál fue el motivo del distanciamiento de Lewis Carroll y la familia Lidell. Hay quienes creen que se debió a que corrieron rumores del acercamiento del escritor a la institutriz de las niñas o a Ina, la hermana mayor. Otros,  a su obsesión por Alice, que lo llevó a pedirla en matrimonio cuando la niña sólo tenía once años. En su libro "Alicia anotada" ("The Annotated Alice", 1960), Martin Gardner dice que no existe ninguna prueba que demuestre que Carroll quisiera casarse con Alice o hacerle el amor, pero que su actitud para con ella era la de un enamorado, por lo que la señora Liddell tomó medidas para desalentar el interés de Carroll, y más tarde quemó todas sus primeras cartas a la niña. 
Lo cierto es que, según afirman varios biógrafos, Carroll se sentía atraído por las niñas en general, como bien se ha plasmado en el libro publicado en al año 2013 “El hombre que amaba a las niñas - Correspondencia y retratos”, que recoge la mayor colección de cartas de Lewis Carroll  e ilustra la gran obsesión del  escritor por las niñas y su infatigable intento por retratarlas, en numerosas ocasiones “con su vestido favorito hecho de nada”.  El escritor tenía muchas amigas, a las que conocía en los vagones del ferrocarril o en las playas públicasLlevaba, incluso, una provisión de imperdibles para sujetarles las faldas, cuando querían andar con los pies metidos en el agua. Consideraba que el cuerpo de las niñas era lo más bello, por eso, pintaba o fotografiaba a muchas de sus amigas desnudas, aunque siempre con el permiso de sus padres. "Si tuviese que dibujar o fotografiar a la niña más preciosa del mundo y notase en ella una pudorosa resistencia a quedarse desnuda, consideraría solemne deber para con Dios renunciar por completo a semejante petición", escribió alguna vez. Para que estos retratos desnudos no crearan complicaciones a las niñas cuando crecieran, dispuso que, a su muerte, fueran destruidos o devueltos a las jóvenes o a sus padres. 
Carroll estaba obsesionado con la pureza de la infancia. Servando Rocha, editor del libro, opina que probablemente Lewis Carroll no tenía interés en intimar con sus pequeñas modelos, ya que ninguna de estas jovencitas lo acusó de abusos al llegar a la adultez.
La autora y dramaturga británica Karoline Leach, autora del libro “En la sombra del niño ideal” (“In the Shadow of the Dreamchild”, 1999), no concuerda con estas afirmaciones y asegura que que Carroll estaba lejos de estar obsesionada emocional o sexualmente con las niñas, incluyendo a su musa Alice Liddell. En su libro cuenta cómo nació esta imagen falsa de Carroll y cómo el escritor adoraba (y era adorado) por mujeres de todas las edades, disfrutando de relaciones adultas que habrían escandalizado la época victoriana en la que vivió. 


LA CULTURA DE LAS DROGAS EN “ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS”

En los años ‘60 el movimiento hippie  floreció en Estados Unidos y desde entonces, comenzó ponerse el acento en los posibles efectos psicotrópicos que aborda la obra de Carroll.  La película de Walt Disney estrenada en 1951, bajo la dirección artística de Mary Blair, se asoció durante unos años a la cultura de la droga. La cinta, que se proyectaba en las universidades, fue retirada de estos ámbitos académicos porque a Disney  le gustaba que su creación se asociase con los jóvenes hippies.

Ha habido multitud de especulaciones sobre la posibilidad de que Lewis Carroll hiciera uso de drogas psicoactivas, aunque no existe prueba alguna que respalde esta teoría. No obstante, la mayoría de los historiadores consideran probable que el autor utilizase de vez en cuando láudano, un medicamento común de la época compuesto por vino blanco, opio y azafrán, para combatir la artritis y los dolores de cabeza. Utilizado en dosis lo suficientemente grandes, el láudano puede tener efectos psicotrópicos. 
Algunos autores creen que, por las referencias que aparecen en la obra sobre posibles sustancias psicodélicas, Carroll pudo haberla escrito o concebido bajo los efectos de las drogas alucinógenas. Otros, sin embargo, opinan que  no existe evidencia alguna que pueda llevar a pensar que Carroll abusara de los narcóticos, ni de que estos tuvieran influencia alguna en su trabajo.


EL CONEJO BLANCO


El Conejo Blanco aparece en el primer capítulo de “Alicia en el país de las maravillas”, llevando un reloj de bolsillo en la mano, vistiendo chaleco y murmurando que llega tarde a alguna parte. Alicia lo sigue hasta la madriguera que lleva hasta el País de las Maravillas. 
En la cultura popular, el Conejo Blanco se ha convertido en un símbolo. La frase seguir al Conejo Blanco se usa para describir el acto de seguir a algo o alguien ciegamente o para correr en pos de aventuras.
La metáfora del Conejo Blanco ha sido utilizada incontables veces en la literatura, el teatro, el cine y la televisión. Prueba de ello son las películas “The Matrix” (Hermanas Wachowski, 1999), "Lucía y el sexo" (Julio Medem, 2001) y “Donnie Darko” (Richard Kelly, 2001) o la serie de televisión “Lost” (2004 / 2010).
“El Conejo Blanco ("White Rabbit") es el título de una canción de la banda estadounidense de rock Jefferson Airplane,  pionera del movimiento psicodélico influenciado por el LSD, que tuvo su apogeo a finales de la década del ’60. Esta canción, cuyos primeros acordes se asemejan a los del famoso “Bolero” de Ravel, fue inspirada por esta droga entre cuyos efectos pueden citarse las alucinaciones, la sinestesia (atribución de una sensación a un sentido que no le corresponde) o la distorsión del tiempo. La canción incluye referencias a varios personajes de la historia de Carroll demás del Conejo Blanco, como la Oruga y  la Reina de Corazones.


LOS CAMBIOS DE TAMAÑO


En “Alicia en el país de las maravillas” pueden observarse, desde el primer capítulo, cambios y transformaciones en el tamaño de Alicia, bien por ingerir galletitas y bebidas, o por probar un hongo que la hace crecer o decrecer según lo necesite. Comerse el sombrerete la hacía aumentar de tamaño y el devorar el talo, disminuir. Hay ciertos hongos que al comerlos ocasionan alucinaciones relacionadas con el tamaño y las distancias. Por ejemplo, con la Amanita Muscaria que produce macropsia o micropsia, un trastorno neurológico, también llamado Síndrome de Alicia en el país de las maravillas, que altera la visión de las proporciones de las cosas. Esta enfermedad está relacionada con la migraña pero también con las drogas psicoactivas como el LSD o los hongos.



EL PÁJARO DODO

Lewis Carroll era tartamudo y cuando pronunciaba su apellido decía Do-Do-Dodgson. El Dodo, ave extinta que aparece en "Alicia en el país de las maravillas", es la caricatura del propio autor. Se dice que dos de las aves que están con él son las hermanas de Alice Liddell: el loro es Lorina Charlotte, la hermana mayor y el aguilucho, la pequeña Edith. El pato es Robinson Duckworth.
Lewis Carroll, en su obra, presenta a estos animales en la faena de secarse después de haberse sumergido en el mar en el que se habían sumergido formado por las lágrimas de Alicia. El autor se inspiró en un viaje que hicieron los cinco, en el que recorrieron ocho kilómetros de río, desde el Puente Folly, cerca de Oxford hasta Godstow.


 LA ORUGA AZUL

La Oruga Azul es mencionada al final del Capítulo IV ("La habitación del Conejo Blanco"), y es el principal foco de atención en el Capítulo V ("El consejo de una Oruga").  Es bastante grosera y mide apenas siete centímetros de altura.
La Oruga  Azul, recostada en un hongo, fuma de su misteriosa narguile (pipa oriental), bosteza y habla a Alicia con voz lánguida y soñolienta. Este personaje puede representar perfectamente al fumador de opio,  sustancia legal en la sociedad victoriana inglesa.


LA FALSA TORTUGA

La Falsa Tortuga o  Tortuga Artificial debe su origen a un plato inglés creado en el siglo XVIII, popular en la época victoriana: la sopa de tortuga falsamock turtle soup, un sustituto barato de la frecuentemente inaccesible sopa de tortuga. En vez de utilizar carne de tortuga, la textura de la misma se imitaba empleando pedazos de vísceras, sesos, pezuñas, patas y colas de novillo.
La Falsa Tortuga es un personaje melancólico, que añora, al parecer, los días en los que era una tortuga de verdad.


EL GATO DE CHESHIRE

El Gato de Cheshire es un gato ficticio de la cultura popular inglesa, que se distingue, principalmente, por estar sonriente todo el tiempo. En Reino Unido, las  expresiones gato de Cheshire o reír como gato de Cheshire datan del siglo XVIII, aunque no se sabe muy bien de dónde proviene esta singular expresión.
El Brewer's Dictionary of Phrase and Fable afirma que sonreír como el Gato de Cheshire es una expresión popularizada por Lewis Carroll y añade que en Cheshire  (donde nació el escritor) "se vendía queso con forma de gato sonriente" y que cuando el queso se comía de afuera hacia dentro, la figura del gato iba desapareciendo hasta quedar solamente la sonrisa. 
También se ha señalado la teoría de que dichos quesos mostraban el emblema heráldico de un noble de Cheshire, un león, que era confundido con un gato sonriente.
Samuel Mander, en el siglo XIX, menciona como el origen de la expresión, el error cometido por un pintor local de Cheshire que, al intentar representar el emblema heráldico de una familia noble del lugar en los tablones que servían de letrero en las posadas de aquella época, sólo logró un dibujo que parecía un gato, lo que ocasionó que la familia recibiera ese mote.
Algunos estudiosos defienden que Carroll se inspiró para crear al Gato de Cheshire en una escultura situada en la St Peter Church, en Croft-on-Tees, pequeña localidad situada al noreste de Inglaterra, donde su padre fue rector de 1843 a 1868.
Sin embargo, en 1992 miembros de la Lewis Carroll Society anunciaron que habían descubierto que el personaje del risueño gato está basado en una gárgola esculpida en un pilar de St Nicolas Church, en Cranleigh, lugar al que Carroll solía viajar cuando vivía en Guildford, y donde su padre también fue rector. Otros atribuyen su origen a una escultura en la cara oeste de la torre de St Wilfrid's ChurchGrappenhall, Warrington, en el condado de Cheshire, de donde toma el nombre.
En el cuento de Carroll, el Gato de Cheshire tiene la capacidad de aparecer y desaparecer a voluntad, entreteniendo a Alicia mediante conversaciones paradójicas de tintes filosóficos. Aparece para animar a Alicia cuando esta se materializa en el campo de croquet de la Reina de Corazones y cuando es condenada a muerte, y desconcierta a todos haciendo desaparecer su cuerpo y dejando visible su cabeza, lo que provoca una discusión entre el Rey, la Reina y el verdugo acerca de si se puede decapitar a una criatura que no tiene cuerpo.
Otra de sus características más singulares es que el Gato de Cheshire puede desaparecer gradualmente hasta que no queda nada más que su amplia sonrisa, haciendo notar a Alicia que muchas veces habrá podido ver a un gato sin sonrisa, pero nunca una sonrisa sin gato.


EL SOMBRERERO

El Sombrerero es también conocido como el Sombrerero Loco, aunque en la obra de Carroll nunca se lo nombra de ese modo. La confusión probablemente proviene del hecho de que el Gato de Cheshire le advierte a Alicia que el Sombrerero está loco, afirmación que éste confirma con su excéntrico comportamiento. Además, el capítulo donde aparece el Sombrerero se titula "Una merienda de locos". El Sombrerero aparece nuevamente en la secuela de la obra, llamada "A través del espejo y lo que Alicia encontró allí", con el nombre Hatta,  uno de los mensajeros del Rey Blanco.
A mediados del siglo XIX los fabricantes de sombreros utilizaban en su trabajo mercurio, uno de los elementos más tóxicos. Los sombreros se hacían con dos materiales: piel de castor, los más catos,  o de conejo, los más económicos. Estas pieles necesitaban un proceso químico para poder ser utilizadas. Primero se trataban con nitrato de mercurio para y darles un tono mate, y después se sumergían en ácido hirviendo para endurecerlas. Los trabajadores estaban en talleres mal acondicionados, sin ventilación, y respiraban constantemente vapores tóxicos. El envenenamiento por mercurio presentaba síntomas fácilmente asimilables a la locura: irritabilidad, hiperactividad, labilidad emocional, timidez pérdida de memoria. Hay una conocida expresión inglesa que reza “loco como un sombrerero”.
La fabricación de sombreros era el principal comercio en Stockport, un pueblo cercano al lugar donde creció Carroll, y no era raro ver a los sombrereros parecer perturbados o confundidos. Sin embargo, el Sombrerero de “Alicia en el país de las maravillas” no exhibe los síntomas típicos de envenenamiento por mercurio.
En las ilustraciones de este personaje se muestra una tarjeta en el sombrero que dice "10/6". Es el precio del sombrero que era diez chelines y seis peniques. En sistema decimal, equivale a 52½ libras.
Carroll, para crear a este personaje, se inspiró en Teophilus Carter, un vecino suyo de Oxford que vendía muebles y al que llamaban Sombrerero loco porque era proclive a las ideas excéntricas y siempre llevaba un sombrero de copa.


LA LIEBRE DE MARZO

La Liebre de Marzo, llamada también Haigha en "A través del espejo", donde también sirve al Rey Blanco, aparece en la escena de la merienda junto al Sombrerero y el Lirón.
El personaje de Alicia comenta: "La Liebre de Marzo será mucho más interesante y, tal vez, como nos encontramos en Mayo no estará loca de atar…, por lo menos no tanto como estaba en Marzo."
La frase loco como una liebre en marzo es una expresión común del inglés británico que ya aparece en la compilación de proverbios de John Heywood publicada en 1546. Martin Gardner, en su obra "Alicia anotada" ("The Annotated Alice", 1960), afirma que esta expresión se basa en una creencia popular sobre el comportamiento de las liebres en la época de apareamiento, que en el Reino Unido dura de febrero a septiembre. A principio de la temporada, las hembras no receptivas usan su patas delanteras para repeler a los machos, y se creía erróneamente que estas peleas se producían entre machos para disputarse la supremacía.
Al igual que su amigo el Sombrerero, la Liebre se ve obligada a participar continuamente en una merienda o té, desde que la Reina de Corazones acusara a dicho Sombrerero de "matar el tiempo" mientras cantaba en un concierto. La ilustración de John Tenniel  la muestra con paja en la cabeza, una forma común de representar la locura en la época victoriana.


LA REINA DE CORAZONES

La Reina de Corazones es una monarca de muy mal genio, descripta por Carroll como una mujer "llena de furia ciega". Es rápida para sentenciar a la decapitación a quien ose ofenderla mínimamente. La Reina es un naipe de baraja inglesa, y  junto a su esposo, el pequeño Rey de Corazones, es la dueña de las tierras donde se desarrolla la historia. A menudo se la confunde con la Reina Roja de A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, pero son dos personajes completamente distintos.
La Reina es considerada por algunos estudiosos de la obra de Carroll como una caricatura de la Reina Victoria. Otros, en cambio, creen que el personaje alude a la Reina Margarita de la Casa de Lancaster. Durante la Guerra de las Rosas, una rosa roja fue el símbolo de la Casa Lancaster. Sus rivales, de la Casa de York, tenían una rosa blanca como símbolo. La escena en la que los jardineros pintan de rojo las rosas blancas plantadas por equivocación puede ser una referencia a estas dos Casas.


¿ALICIA EN EL PAÍS DE JACK, EL DESTRIPADOR?

Quizás lo más descabellado de todo lo que se ha escrito sobre Lewis Carroll es la acusación del autor Richard Wallace quien en su libro “Jack el destripador, amigo desenfadado (“Jack the Ripper, Light-hearted friend”, 1996) lo acusó de ser el mítico asesino Jack el destripador, el más célebre de los asesinos en serie de la era moderna. Para sostener esa acusación, Wallace se basa en una serie de anagramas y mensajes codificados que Carroll supuestamente incluyó en “Alicia en el País de las Maravillas”, publicado diecinueve años antes del otoño de 1888, cuando se perpetraron los asesinatos del distrito de Whitechappel.
Según Richard Wallace, Lewis Carroll era un hombre desequilibrado, cuyas ensoñaciones podían parecer inofensivas a simple vista, pero que enmascaraban una serie de pistas sobre un plan sistemático de homicidios.  Para Wallace, Alicia prefigura a todas las mujeres asesinadas por al temible Jack, y el mítico País de las Maravillas no es más que el distrito de Whitechapel exaltado.
Wallace comienza su libro con cautela. “Esta es una historia sobre Jack el destripador. Digo una historia porque se han escrito muchas sobre él y ésta puede convertirse en otra”, aclara. Pero proporciona a los lectores lector información bastante sesgada que les hace dudar de la inocencia de Lewis Carroll, culpándolo arbitrariamente, del mismo modo que la escritora de novelas de suspenso Patricia Cornwell lo hizo con el pintor Richard Sickert hace unos años. Se ha comprobado que Carroll estuvo lejos del lugar donde se perpetraron los asesinatos atribuidos al Destripador, por lo menos cuando se llevaron a cabo tres de ellos.
La hipótesis que culpa a Lewis Carrol de haber sido Jack el Destripador es rechazada unánimemente por los especialistas en el tema (los llamados ripperólogos) y también por los biógrafos del escritor. La dramaturga y autora británica Karoline Leach, autora del libro “En la sombra del niño ideal” (“In the Shadow of the Dreamchild”, 1999), probó lo absurdo de la teoría de Richard Wallace con anagramas hallados en “Winnie-the-Pooh” (1926), de A.A. Milne, donde aparecen todos los nombres de las mujeres asesinadas en Whitechappel.

Hasta aquí todo lo que tenía para contarles de esta indiscutida obra maestra de la literatura. Me despido por hoy con un delicioso poema de Jorge Teillier


LEWIS CARROLL

Un profesor de matemáticas de Oxford 
El reverendo Dogson 
Ligeramente tartamudo y zurdo 
Nos deja en la primera casilla de otro mundo 
Allí para el unicornio somos monstruos fabulosos 
Y se oye el ruido de armaduras 
De caballeros que piensan mejor cuando están cabeza abajo 

El señor Dogson pasea con tres niñitas 
Tal vez sueña fotografiarlas desnudas 
Pero estamos en el siglo XIX 
En plena Era Victoriana 
Y se contenta con escribir cartas festivas 
Con narrarles historias 
Sobre el otro lado del espejo 
y ver fluir sus tiernos rostros en el atardecer de una barca 

El nombre de Alicia significa ahora Aventura 
Y cuando lleguemos a la octava casilla 
Empezaremos a ser reyes 
En un juego que ya no vamos a olvidar. 


Buenas noches.




Ilustración 1: Hilary S S Wickenhauser
Ilustración 2: Júlia Sardà
Ilustración 3: David Delamare
Ilustración 4: Leticia Lacy
Ilustración 5: Alice Lidell fotografiada por Lewis Carrol
Ilustración 6: Benjamin Lacombe
Ilustración 7: Dominic Murphy 
Ilustración 8: Alison Jay
Ilustración 9: Valentin Sandulyak
Ilustración 10: Natalie Shau
Ilustración 11: Salvador Dali
Ilustración 12: MidnightArtDragon
Ilustración 13: Pilar Lama
Ilustración 14: David Delamare
Ilustración 15: John Tenniel 
Ilustración 16: Autor desconocido