sábado, 31 de diciembre de 2022

SEXO EXPRESS: LOS MEJORES 9 LUGARES PARA UN "RAPIDITO"


SEXO EXPRESS: LOS MEJORES 9 LUGARES PARA UN "RAPIDITO"
"Algún día voy a alquilar este ascensor toda una tarde."
E. L. James, "Fifty Shades of Grey"

Parece, mis queridas, que las damas somos sumamente propensas a imitar lo que vemos en pantalla. Es esa tendencia más bien inocentona y no la estupidez lisa y llana lo que nos ha hecho ponernos vestidos con muchos volados y refunfuñar como 
Vivian Leigh en "Lo que el viento se llevó" o llenarnos la cabeza de trencitas y correr por la playa emulando a  Bo Derek en "10". Y es esa tendencia, además, la que hace que tengamos especial predilección por tener sexo en lugares atípicos. Por lo menos es lo que insinúa una jugosa nota publicada por el sitio web Entre Mujeres y titulada, muy suelta de cuerpo, Sexo express: los 9 mejores lugares para un “rapidito” Sucede que, de tanto ver películas donde la gente tiene sexo en ascensores y baños de restaurante, las redactoras de Entre Mujeres tuvieron la original idea de inspirarse en la ficción para agregarle a las aburridas relaciones de siempre picantes dosis de adrenalina, riesgo y espontaneidad. Pasen y vean.

LOS MEJORES 9 LUGARES PARA UN "RAPIDITO"


-EL AUTO

Hacer el amor en un auto no es algo del todo inusual: en despedidas de solteras u otros ámbitos de confesiones femeninas, muchas damas y damitas se animan a contar que tuvieron alguna experiencia sexual en un auto. Sobre todo quienes, como vuestra servidora, han sido jóvenes, bellas, flacas y requeridas eróticamente en décadas ya idas, cuando los novios no se quedaban jamás a dormir en las casas de las novias (y viceversa), y no había dinero para pagar un hotel alojamiento.  Si bien el auto no es el lugar más cómodo ni el más privado (y acá Entre Mujeres me clava la estocada asegurando que hay algo de exhibicionismo en esta práctica que una no ejercitaba por degenerada sino por pobre), hay parejas que se animan a tener relaciones en el asiento trasero (y en el delantero también, agrego yo que más de una vez volví a mi casa con una palanca de cambio incrustada en la espalda). Entre Mujeres nos avisa, eso sí, que hay que tener cuidado: el auto es el tercer lugar más peligroso para tener sexo. Sí, ya lo sé. Yo también veo películas: a los psicópatas les encanta despanzurrar parejitas ardorosas dentro de los autos. 


-EL ASCENSOR

El ascensor es un clásico de clásicos y no puede faltar en una lista de lugares aptos para que el sexo sea novedoso y picante.  Es un lugar estrecho, íntimo, caliente. Que tiene ese morbito de  imaginar que nos pescan en cualquier momento y nos recuerda a muchas series, películas y canciones de Joaquín Sabina. Además, nos da la posibilidad de imaginar que nuestro amorío común y corriente es una pasión desenfrenada e inevitable como las de Hollywood, en las que dos tórtolos incinirados por el deseo están tan, pero tan calientes, que no pueden aguantarse hasta llegar al departamento. ¿No es hermoso?
Debo advertiles, mis queridas, que si bien los ascensores no son tan peligrosos como los autos, suelen tener espejos de mierda. Sí, ya sé: las habitaciones de los hoteles también tienen espejos, pero suelen estar más lejos. En los ascensores están demasiado cerca. Y ya se sabe que después de cierta edad un espejo demasiado cerca es una catástrofe.  
Los ascensores, como ya habrán imaginado, no son aptos para claustrofóbicos. Y no ofrecen grandes comodidades. Pero nos dan la posibilidad de tirarnos una canita al aire con un perfecto desconocido y hacernos la ilusión de que somos Maria Schneider. 


-EL PROBADOR

Ir a comprar ropa con un novio/marido/amante no tiene que ser para el susodicho una experiencia aterradora. Los probadores suelen ser lugares ratoneadores como pocos. Son sitios íntimos y calentitos donde esconderse del resto del mundo... pero no tanto. Porque una está adentro del probador y sabe que afuera hay un montón de gente. Y eso, para mucha gente, es sumamente estimulante. Además, el probador es uno de los pocos lugares aptos para el sexo express  donde las personas se pueden desnudar completamente.
El probador como lugar del encuentro sexual tiene muchas ventajas: la adrenalina de ese delicioso momento hará menos doloroso el paso por caja, tendremos una experiencia que todas nuestras amigas envidiarán y, si todo va viento en popa, nuestros hombres se harán adictos a las compras. Pero también tiene sus desventajas: otro espejo gigante a menos de medio centímetro de nuestros cuerpecitos sudorosos, luces estridentes y vendedoras hincha pelotas que cada treinta segundos preguntan: "¿Y? ¿Cómo te quedó?" Sin contar la cortinita endeble que en cualquier momento se va al carajo.
El probador, obviamente, tampoco es apto para claustrofóbicos. 


-EL BAÑO DE UN BOLICHE

Parecen que los baños de boliches, bares y restaurantes están entre los lugares favoritos de los hombres para hacer el amor.  El sexólogo Walter Ghedin cree que "es posible que en ellos las fantasías voyeuristas, es decir, la probabilidad de ser visto por otros, incrementen la jactancia, uno de los aspectos de la virilidad”.  
A mí los baños me deserotizan totalmente. Jamás haría el amor en el baño de un bar. No sólo por temor a  que algún parroquiano con ganas de mear interrumpa el coito sino porque los baños de los boliches, bares y restaurantes, lejos de ser los lugares afrodisíacos que imaginan los especialistas que escriben en revistas y sitios femeninos, son antros inmundos donde los inodoros pierden, el papel higiénico sucio está esparcido por todo el recinto y la expendedora de preservativos o toallas femeninas no funciona.  Demasiado triste todo como para que a una le queden ganas de tirarse una canita al aire.


-EL CASAMIENTO DE UNA AMIGA

Sí, lo vimos en cientos de películas. Las damas solteras se ponen cachondas en los casorios ajenos. No existe ninguna explicación científica para este curioso hecho que las comedias románticas dan por sentado.  Ni siquiera se sabe si existe el hecho en sí o es otro invento de Hollywood para llenarnos la cabeza de pájaros.
Personalmente, no creo que el casamiento de una amiga sea el lugar propicio para desfogarse. Salvo que estemos muriendo de envidia porque ella se casa y nosotras no, y queramos consolarnos con el padrino del convite. 


-EL GUARDARROPAS O EL LAVADERO

“Los lugares chicos son variantes a explorar, aunque es raro que una pareja que tenga otras opciones cómodas opte por ellos. Sirven para casos de urgencias”, jura el sexólogo Walter Ghedin. Y ya saben, mis queridas, las películas están llenas de urgencias de este tipo.
Si bien guardarropas y lavaderos son lugares chicos, no son tan agobiantes como los probadores y los ascensores. Hay un poquito más de aire.
Según mi humilde opinión, los lavaderos son más interesantes para consumar el acto que los guardarropas. El lavarropas es un adminículo que no debe ignorarse si pretendemos sexo como el de Hollywood. Cierta vez leí que, si una quiere emular la escena de “Pretty woman” en la que Richard Gere hace el amor con Julia Roberts mientras ella está arriba de un piano, y no tiene piano, lo puede reemplazar alegremente por un lavarropas.  ¿Vieron que todo tiene solución? Eso sí, no esperen a que sus amados las depositen sobre el electrodoméstico cual si fueran etéreas muñequitas de papel: trépense solas y evítenles a sus hombres una hernia de disco.


-EL BALCÓN, LA TERRAZA, EL JARDÍN

Según los expertos de Entre Mujeres, los balcones, terrazas y jardines pueden ser lugares ideales para tomar un buen vino a la luz de la luna y ponerse hot.
Los balcones y terrazas están muy bien, pero hay que tener algunos cuidados: tratemos de que los embates eróticos no arremetan contra las barandas y que el buen vino no nos haga perder el equilibrio.
Hacer el amor en el jardín, sobre todo en verano, es lindo y bucólico. Los jardines delanteros nos exponen a la vista de curiosos y voyeurs, y puede que algún vecino díscolo llame a la policía, pero los jardines traseros son prácticamente inofensivos, salvo por la proliferación de insectos y alimañas que pueden hacer estragos en zonas que, generalmente, no suelen  ver el sol.


-EL HOTEL (TRADICIONAL O ALOJAMIENTO)

Los expertos de Entre Mujeres promocionan el hotel (tradicional o alojamiento) como un lugar distinto (y, por ende, más excitante)  en el que no se corre el riesgo de ser descubierto en plena faena erótica.  Agrega, además, que esta locación resulta ideal para las parejas que buscan algo nuevo en sus relaciones y son la alternativa más buscada fuera de casa, ya que al acto carnal pueden sumársele otros chichitos, como el jacuzzi. Por supuesto que coincido plenamente: me encantan los hoteles. Con lo que no estoy de acuerdo es con el hecho de que se los incluya en un listado de lugares ideales para tener sexo express. Los hoteles son para explayarse, mis queridas. Para hacerla larga. No vamos a pagar la tarifa de un hotel por dos minutitos de pirotecnia.


-EL LUGAR DE TRABAJO

EL lugar de trabajo es, para muchos, un lugar más que propicio para el sexo express. El asunto es fácil de concretar si una trabaja en una oficina privada o en un consultorio, donde puede cerrar la puerta y a otra cosa mariposa. Pero se complica enormemente para los empleados de McDonald's y las cajeras del supermercado chino.

Hasta aquí, mis queridas, la lista de lugares ideales para el sexo express que confeccionó el sitio Entre Mujeres. Curiosamente, esta lista ignoró a un clásico de clásicos: los medios de transporte. Que suelen ser sumamente populares entre modelitos y vedetongas, cuyas confesiones candentes incluyen siempre un encontronazo erótico en pleno vuelo (las más adineradas) o sobre ruedas. Me despido de ustedes con una cita del escritor francés Michel Houellebecq: "Si no había de vez en cuando algo de sexo, ¿en qué consistía la vida?"

Buenas tardes.

sábado, 24 de diciembre de 2022

EL ORIGEN DE PAPÁ NOEL


EL ORIGEN DE PAPÁ NOEL

"Santa Claus tiene la idea correcta, visitar a las personas una vez al año." 
Victor Borge

Llega diciembre y, como cada año, nos preparamos para recibir la Navidad. Que evoca el nacimiento de Jesucristo pero ha sido cooptada por un simpático personaje que para muchos representa lo más rancio del capitalismo y para otros es una figura infaltable en las celebraciones familiares. Santa ClausPapá Noel, o el Viejito Pascuero reparte regalos en Nochebuena desde hace muchísimo tiempo. Supuestamente, este anciano adorable vive en las proximidades del Polo Norte junto a la Señora Claus o Mamá Noel y una gran cantidad de duendes navideños, que lo ayudan en la fabricación de los juguetes y otros regalos que le piden los niños a través de cartas (la ubicación de su casa explica, en parte, que aparezca en el hemisferio sur, donde es pleno verano con más de 30 grados de temperatura, con un traje rojo y blanco abrigadísimo y una barba larga y tupida).
Para poder transportar los regalos, Papá Noel los guarda en una bolsa mágica y los reparte en los primeros minutos del 25 de diciembre en un trineo volador, tirado por renos navideños, dirigidos por Rodolfo (Rudolph), un animalito que ilumina el camino con su nariz roja, brillante y potente.
Pero, ¿dónde nació este generoso personaje?  En la antigüedad, en Roma se celebraban a mediados de diciembre fiestas en honor a Saturno (Cronos para los griegos), en las cuales los niños recibían obsequios de todos los mayores. En muchos ritos paganos, además, se celebraba el solsticio de invierno como una época de gratitud y regalos hacia los demás, luego de finalizadas las cosechas. Estas costumbres fueron asimiladas por el cristianismo con la figura de un obispo de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia (en la actual Turquía). 


SAN NICOLÁS DE BARI


San Nicolás, también conocido como San Nicolás de Myra (en Oriente, por su lugar de fallecimiento) o San Nicolás de Bari (en Occidente, por el lugar donde fueron trasladados sus restos), nació cerca del año 280 en Myra, una ciudad del Distrito de Licia, en la actual Turquía, y, desde niño, se destacó por su carácter piadoso y generoso. Sus padres, fervorosos cristianos y lo educaron en la fe. Después de la muerte de ambos, Nicolás heredó una gran fortuna que repartió entre los necesitados, según la hagiografía escrita por San Metodio, arzobispo de Constantinopla. Se trasladó luego a Myra donde fue consagrado obispo de una forma muy curiosa. Cuenta la leyenda que varios religiosos se encontraban discutiendo sobre quién sería el futuro obispo, pues el anterior había fallecido. Al no ponerse de acuerdo, se decidió que fuera el próximo sacerdote que entrase en el templo, que casualmente fue Nicolás de Bari.
Durante su época como obispo, y en su afán por erradicar los cultos paganos, ordenó demoler el Templo de Artemisa en Myra, así como otros varios edificios por el estilo. Por un decreto del emperador Licinio contra los cristianos fue encarcelado y su barba quemada, siendo liberado por el emperador Constantino.
San Nicolás de Bari murió el 6 de diciembre del año 343 en Myra, pero sus restos descansan en la ciudad portuaria italiana de Bari, pues allí fueron a dar después de que fueran sacados de Turquía tras la conquista musulmana. Luego de su muerte se convirtió en el primer santo, no mártir, en gozar de una especial devoción en Oriente y Occidente.
Según cuenta el historiador Gerry Bowler en su libro “Santa Claus: A Biography”, durante la Edad Media circularon especialmente dos leyendas que tenían al santo como cuidador de los niños y dador de obsequios. La primera cuenta que un empobrecido hombre padre de tres hijas no podía casarlas por no tener la dote necesaria. Al carecer las muchachas de la dote, estaban condenadas a convertirse en solteronas y, tal vez, dedicarse a la prostitución. Enterado de la situación, Nicolás  entregó una bolsa llena de monedas de oro a cada una de ellas. Se cuenta que todo esto fue hecho en secreto por el sacerdote, quien entró por una ventana y puso la bolsa de oro dentro de los calcetines de las niñas, que colgaban sobre la chimenea para secarlos. La segunda, bastante terrorífica, relata que, durante su estancia en una posada, el religioso se percató de que habían descuartizado a dos niños, metiendo sus cadáveres en barriles. El santo los reconstruyó y los devolvió a la vida.


6 DE DICIEMBRE, DÍA DE OBSEQUIOS

Fruto de esta herencia de protector y dador de obsequios  de los niños, en muchos países nació la tradición regalar a los más pequeños el 6 de diciembre, día de San Nicolás, quien también advertía a los niños para que tuvieran un buen comportamiento durante todo el año, costumbre que se conserva en Holanda y Bélgica, donde  aún se sigue aguardando la llegada del santo.
Pero, ¿cómo San Nicolás pasó de entregar regalos el día 6 de diciembre a entregarlos el 25? Luego de la Reforma Protestante del siglo XV promovida por Martín Lutero, se prohibió la devoción a los santos, incluyendo a San Nicolás, por lo que en muchas zonas de Europa central se trasladó esta entrega de regalos al día de Navidad, dando protagonismo como dador al Niño Jesús, quien era acompañado también de otros personajes no tan gratos como Ru-klaus, una especie de Papá Noel antiguo con ropa oscura que controlaba a los niños. Así, se desdobló la misión que tenía San Nicolás al premiar a los niños buenos pero también advertir a los malos en dos personajes distintos, ya que el Niño Jesús, no funcionaba en el papel más amenazante. 


DE SAN NICOLÁS SANTA CLAUS

Se cree que la asimilación de San Nicolás y Santa Claus sucedió alrededor del año 1624. Cuando los inmigrantes holandeses se instalaron en Estados Unidos llevaron con ellos sus costumbres y mitos, entre ellos el de Sinterklaas, su patrono (cuya festividad se celebra en Holanda entre el 5 y el 6 de diciembre).
Durante el comienzo del siglo XIX en Estados Unidos la Navidad era poco más que un día festivo que los trabajadores de las entonces incipientes ciudades aprovechaban para emborracharse y andar de juerga. “Se celebraba como una especie de fiesta común llena de alcohol y jolgorio”, relata Bowler en su libro. Por ello, varias entidades religiosas comenzaron a promocionar de nuevo el mito de Sinterklaas, el Santa Claus holandés que los inmigrantes habían introducido en Nueva Ámsterdan (la actual Manhattan), buscando convertir la fecha en una celebración familiar. A ello contribuyeron varios poemas y cuentos infantiles que adaptaron la tradición holandesa a los Estados Unidos.
En 1809, Washington Irving publicó el libro “Knickerbocker’s History of New York”  retrató por primera vez a un San Nicolás que sobrevolaba las casas en una especie de vagón tirado por un único reno. Más tarde, en 1821, un poema anónimo titulado “The Children’s Friend” asoció directamente a este personaje con la Navidad y, en un intento por adaptar al inglés la voz Sinterklaas, lo llamó Santeclaus. Un año después, otro cuento infantil, escrito por Clement Clarke Moore y llamado “A Visit From St. Nicholas” (conocido actualmente como “The Night Before Christmas”) acabó de expandir la tradición.
Hacia 1863, Santa Claus adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón y la vestimenta con las que se lo conoce en la actualidad. Esto fue gracias al dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus tiras navideñas en "Harper's Weekly".
A mediados del siglo XIX, el Santa Claus estadounidense pasó a Inglaterra y de allí a Francia, donde se fundió con Bonhomme Noël, quien tenía parecido físico con Santa Claus, pero vestía de blanco con vivos dorados. A fines del siglo XIX se creó, a partir de un anuncio estadounidense de la Lomen Company, la tradición de que Papá Noel procedería del Polo Norte, y se popularizaron los renos navideños como medio de trasporte de Santa Claus.
En 1902 se publicó el libro infantil "The Life and Adventures of Santa Claus" de L. Frank Baum, que cuenta cómo Claus se ganó la inmortalidad y el  título de santo. En 1931 la empresa Coca-Cola encargó al pintor Haddon Sundblom la remodelación de la figura de Santa Claus/Papá Noel para hacerlo más humano y creíble, aunque sólo es una leyenda urbana la creencia de que el color rojo y blanco de Santa Claus tenga su origen en los anuncios de la marca de gaseosa, aunque sí es cierto que contribuyeron a la popularización de estos colores y del mito mismo.



EL PAPÁ NOEL COMUNISTA

Hubo y hay mucha gente disconforme con el mito de Santa Claus, ya que se lo considera una representación del consumismo desenfrenado, que, además, suplanta las tradiciones locales.
En la década de 1930, y temiendo que Papá Noel plantara bandera en su territorio, Stalin hizo todo lo posible por recuperar la figura de Ded Moroz, o el Abuelo Frío (también conocido  como Abuelo Hielo o Abuelo de las Nieves).Este personaje, un anciano de origen eslavo que también repartía regalos -y que puede ser otra de los orígenes del Santa Claus actual- se representó vestido de azul.
Ded Moroz se originó como una fuerza de la naturaleza y fue personificado durante la era pre cristiana por los eslavos orientales. Se le adjudicó el aspecto de un anciano, con una larga barba gris, que se paseaba a través de los bosques y campos, dando golpes con su Posoh (Vara), con los que causaba fuertes heladas. Según algunas versiones, Moroz es el hijo de Veles  (dios eslavo de la tierra, las aguas, los bosques, la fertilidad, el ganado, el pasto, las serpientes, los lobos, la medicina, la música, la magia y el mundo subterráneo) y Mara. Su transporte es un carruaje, tirado  por tres caballos blancos. Su nieta y ayudante, Snegurochka, la Doncella de la Nieve.


OTRAS TRADICIONES

En varios lugares de Europa se intenta seguir manteniendo las tradiciones propias. En Austria,  por ejemplo, se sigue valorando la figura del Kris Kringle, un personaje mitológico alemán que trae regalos durante la Navidad. Su nombre es una pronunciación incorrecta del nombre en alemán, Christkind, Christkindchen,  derivado del término antiguo Christkindl, que fue introducido por los protestantes en rechazo a la forma romana de culto católico de los santos (incluyendo a San Nicolás). La figura del dador de obsequios fue asimilada  a la del Niño Cristo.
El Niño Cristo es el personaje que, tradicionalmente, trae los regalos en Alemania, Suiza, Austria, Liechtenstein, Norte de Italia (Tirol del Sur), República Checa, Eslovenia, parte de Eslovaquia y parte de Croacia. En Alemania, desde la década de los ‘90, Kris Kringle tiene una competencia cada vez mayor por parte de Weihnachtsmann, la versión estadounidense de Papá Noel. 
Generalmente, Kris Kringle es representado como un niño con el cabello rubio y alas de ángel. Martín Lutero lo pensó como una representación de Jesús encarnado en un niño.


En algunas zonas de Latinoamérica, los regalos de Navidad no los trae Papá Noel,  sino el Niño Dios, como cariñosamente se le llama al Niño Jesús. Esta tradición se conserva en lugares poco influidas por el advenimiento de las celebraciones anglosajonas. La mayor parte de los festejos son el 25 de diciembre. Los niños escriben su carta al Niño Jesús solicitando juguetes, golosinas u otros favores y peticiones.


La Befana es una típica figura del folclore italiano. Su nombre deriva de la palabra epifanía, a cuya festividad religiosa está unida a la figura de la Befana. Pertenece por tanto a las figuras folclóricas, repartidoras de regalos, vinculadas a las festividades navideñas.
La leyenda sostiene que la Befana visita a los niños la noche anterior a la epifanía (6 de enero) para rellenar sus calcetines, colgados a tal fin esa noche, si han sido buenos con caramelos y chocolates y  si han sido malos, con carbón. La Befana tiene el aspecto de  una anciana, que vuela sobre una escoba. A diferencia de una bruja suele estar sonriente y tiene una bolsa o un saco lleno de dulces y regalos, pero también de carbón.
La distribución de regalos a los niños en nombre de la Befana fue fuertemente animada por el Fascismo, en el ámbito de la obra de romanización de la península italiana.
La leyenda cuenta que los Reyes Magos, de camino a Belén para llevar sus presentes al Niño Jesús, no podían dar con el camino correcto, por lo que pidieron ayuda a una anciana que los atendió y les regaló dulces. Los Reyes le pidieron que los acompañara en la búsqueda del niño  pero, a pesar  de su insistencia, la mujer no salió de casa para acompañarlos. Más tarde, se arrepintió, preparó un cesto con dulces, salió de  su casa y se puso a buscarlos, aunque nunca los encontró. Se paró en cada casa a lo largo del camino, dando chucherías a los niños que encontraba, con la esperanza de que alguno de ellos fuese el pequeño Jesús. Desde entonces vagaría por el mundo haciendo regalos a todos los niños para hacerse perdonar.
La fiesta de la Befana puede derivar de antiguos elementos folclóricos pre-cristianos, adoptados y adaptados por la tradición cristiana. El origen de este personaje se puede vincular con tradiciones agrarias paganas relacionadas con el comienzo del año. La anciana simbolizaría al año que termina, preparado para ser quemado y renacer como año nuevo. En muchos países europeos, de hecho, existía la tradición de quemar muñecos, vestidos con ropas raídas, en el comienzo del año. Los regalos tendrían el fin de propiciar el año nuevo. Existe una hipótesis que vincula la Befana con una fiesta romana que se desarrollaba al comienzo del año en honor de Jano (dios de las puertas) y de Strenia (de la que deriva el término estreno), durante la cual se intercambiaban regalos.


El tió de Nadal (en catalán, tronco de Navidad) es un elemento de la mitología catalana y aragonesa, y una tradición navideña asentada especialmente en Cataluña (donde también se le llama tronca de Nadal), Andorra y algunas comarcas de Aragón, en las que se conoce como La Toza o Tronca de Navidad.
La variante más extendida consiste en tomar un tronco, leño o rama gruesa (generalmente al inicio del Adviento), dejarle comida cada noche y taparlo con una manta para que no pase frío. Al llegar Nochebuena, los niños de la casa lo golpean con bastones mientras cantan, para que defeque regalos y dulces por debajo de la manta el 25 de diciembre. El extremo visible del tronco suele decorarse con un gorro y una cara sonriente.
Esta tradición tiene orígenes rurales, inicialmente relacionados con celebraciones del solsticio de invierno y la tradición precristiana del tronco de Navidad, que consiste en quemar en el hogar un tronco o leño grande de madera, preferentemente de árboles frutales, para celebrar el solsticio y el fuego nuevo del año a punto de empezar, así como alejar la oscuridad.
En sus inicios el tronco nunca defecaba objetos grandes, sino chucherías, barquillos y turrones, para los más pequeños, y, luego de transcurridas las Fiestas se lo quemaba. El tió de Nadal está emparentado con el árbol de Navidad, también portador de regalos para los más pequeños, y con eventos similares en Galicia (tizón do Nadal), Occitania (CachafuòcCachofio o Soc de Nadal) y Reino Unido (yule log).


OlentzeroOlentzaro u Olantzaro es un personaje de la tradición navideña vasca. Se trata de un carbonero mitológico que trae los regalos el día de Navidad en los hogares del área geográfica y cultural denominada Euskal Herria, conformada por el País Vasco y Navarra, y el País Vasco francés. Su origen está en la zona de Lesaca (Navarra, España).
Olentzero es representado como un hombre gordo, desharrapado, manchado de carbón, de muy buen comer. El escritor Aita Donostia lo describió como "cabezón, muy inteligente" ("buruhandia, entendimenduz jantzia") y "puerco barrigudo" ("urde tripaundia"). Vive aislado de la sociedad dedicado a hacer carbón vegetal en el bosque  y cada invierno baja de las montañas a los pueblos.
La hipótesis más extendida es que el origen de Olentzero es anterior a la cristianización de Navarra y que, como indica Claude Labat "el personaje de Olentzero debe ser ubicado dentro de las celebraciones del solsticio de invierno". En esta línea, desharrapado, descuidado y viejo personaje simbolizaría el año que termina, y los regalos, el año nuevo. Esta hipótesis está relacionada con costumbres locales similares que el cristianismo adaptó a sus nuevas creencias. El personaje Olentzero se convirtió en el anunciador del nacimiento de Jesús, y se dotó al personaje de un significado cristiano y hogareño acorde con las enseñanzas de la iglesia católica. 

El Apalpador (también conocido por el nombre de Pandigueiro en la comarca Tierra de Trives), es, en las zonas del este de Galicia, una figura mítica que, según indica la tradición, llega las noche del 24 de diciembre y 31 de diciembre ,a tocar el vientre de los niños para ver si han comido suficientemente durante el año, dejando montones de castañas y, eventualmente, algún regalo y deseándoles que tengan un año nuevo lleno de felicidad y comida.
Xesús Taboada Chivite recoge en sus estudios sobre ritos y creencias gallegas la existencia del ritual propiciatorio de palpar la barriga de los niños en Nochevieja, que recibe así el nombre de Noite de apalpadoiro (Noche de palpar).



Joulupukki es el nombre finés de Papá Noel. El vocablo significa literalmente Cabra de Navidad y procede de la tradicional imagen de la cabra como símbolo navideño en los países escandinavos. La palabra finesa pukki proviene de la palabra sueca bock, que significa ciervo o macho cabrío.
Nuuttipukki es la palabra finesa con la que se designa la antigua tradición en la que hombres vestidos con pieles de animales y máscaras con cuernos de cabra solían salir y recorrer casa por casa asustando a la gente en busca de las sobras de la comida navideña.
Sin embargo, en la actualidad, Joulupukki se viste y se comporta de manera muy similar al Santa Claus estadounidense, aunque a diferencia de éste visita en carne y hueso a los niños en Nochebuena. En lugar de entrar a hurtadillas durante la noche a través de la chimenea, es tradición en Finlandia que el padre de familia (o bien un vecino o un pariente), disfrazado de Joulupukki, entre por la puerta principal. A su llegada, pronuncia su tradicional pregunta "Onkos täällä kilttejä lapsia?" (“¿Hay aquí niños que hayan sido buenos?”), a la que le sigue un "¡Siiii!" entusiasta de los niños, que lo reciben vestidos de tonttus (gnomos). Los documentos más antiguos sobre esta tradición datan de principios del siglo XIX.
Otra diferencia entre la tradicional figura de Joulupukki y su homólogo americano es que la residencia de Joulupukki se sitúa en Korvatunturi y su taller en Rovaniemi, mientras que Santa Claus reside en el Polo Norte. Habitualmente lleva ropa cálida y de color rojo, utiliza un bastón y viaja en un trineo tirado por sus renos.
En el Círculo Polar Ártico es donde encontramos los primeros vestigios de la leyenda de Joulupukki. Una interesante teoría sobre sus orígenes y el de sus renos voladores proviene de la población aborigen Sami de la Laponia finlandesa, la población indígena más antigua de Europa. En los bosques del Círculo Polar Ártico crece el hongo venenoso Amanita Muscaria, de color rojo con pintas blancas. Por sus propiedades alucinógenas se le atribuye un vínculo mágico con los renos de Escandinavia, ya que es su comida favorita. Existía un estrecho vínculo entre la vida de los renos y el pueblo Sami, y los chamanes solían alimentar a los renos con el hongo para poder utilizar sus propiedades en los rituales adivinatorios. El tránsito intestinal del reno filtraba el veneno y separaba su toxicidad de las otras sustancias que posteriormente serían expulsadas a través de la orina. Entonces, la orina del reno se recolectaba y se utilizaba como alucinógeno para los chamanes, que conseguían con ella frecuentes trances, experiencias espirituales y visiones de estar volando. Se cree por ello, que los colores rojo y blanco del atuendo de Joulupukki están inspirados en estas visiones producidas por la seta y que, también, por sus efectos en los chamanes se creó la leyenda de los renos voladores.


Hold Nickar es una deformación de Hjaldr Hnikar, uno de los títulos del dios teutónico Odín, que significa Incitador de Batallas. Es representado como un anciano con cabellos y barba canosos (aunque el demonio Nickar, al que también suele relacionárselo, asume eventualmente la apariencia de un niño con piernas de caballo).
Hold Nickar puede ser el origen del nombre Old Nick, un sinónimo para Diablo en lengua inglesa. Según las leyendas, Hold Nickar cruzaba los aires el mes de diciembre durante el solsticio de invierno, distribuyendo bendiciones para sus adoradores. En varios mitos escandinavos, el dios/espíritu del mes de diciembre acostumbraba viajar por sus dominios montado en un macho cabrío (julbocken).


Jack Frost (también conocido como el Padre Invierno o Jack Frío) es una figura élfica legendaria perteneciente al folclore del norte de Europa. Sus tareas consisten en crear las condiciones climáticas típicas del invierno, provocar tormentas de nieve, dejar escarcha en las ventanas y morder la nariz y los dedos de los pies de quienes se exponen al frío. En muchas obras de ficción navideñas es el encargado de crear las condiciones para que Papá Noel pueda realizar su entrega de regalos.

Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy 6 de diciembre, Día de San Nicolás. Me despido de ustedes con una cita del escritor y político estadounidense Richard Lamm: "La Navidad es una época cuando los niños dicen lo que quieren de Santa Claus y los adultos pagan por ellas."

Buenas tardes.