sábado, 2 de marzo de 2019

PLACER PARA UNA


PLACER PARA UNA

“Masturbarse es hacer el amor con la persona que más quieres”
Woody Allen

Hello, mis queridos. Navegando en la web, como es mi infructuosa costumbre, acabé donde acabo siempre: en el sitio de la revista “Cosmopolitan”, un lugar lleno de maravillas que me urge compartir con mis lectores (sobre todo lectoras), con tips, consejos y sentencias que pueden mejorar sus vidas y hacerlas mucho más fáciles y placenteras. Sobre todo placenteras. Porque la “Cosmo” es experta en asuntos de alcoba. Y no duda en compartir su sabiduría con el populacho. Por eso la amamos tanto.
Esta vez, los consejos de nuestra revista no apuntan a mejorar nuestra relación de pareja, sino a mejorar la relación con nosotras mismas. Mediante una conducta tan vieja como la humanidad misma, negada por algunas damas mojigatas, repudiada por todo tipo de clero y entes bíblicos que gustan disertar acerca de la antinaturalidad de los actos ajenos, pero contante y sonante para la mayoría de las damas aquí presentes: la masturbación
La revista titula la nota esclarecedora que vamos a diseccionar a continuación “Placer para una”, y no veo ninguna firma que se haga cargo del folletín. Así que asumo que el misterioso “Equipo de redacción” está detrás de la misma.
La nota en cuestión postula, con muy buen tino, que la autosatisfacción no tiene por qué ser un trámite express y qué es bueno para nuestra salud mental y física entregarnos a las mieles de la burocracia. Para ello, nos ofrece una serie de consejos, no sin antes tirarnos algunos datos para que no nos sintamos tan degeneradas: Según una encuesta nacional de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), el 84% de los varones y el 72% de las mujeres de entre 25 y 29 años admiten que se autoestimulan. Pero mientras que el 44% de ellos lo hace una o más veces por semana, solo el 13% de las chicas llegó a esa frecuencia.” Convencidas ya, gracias a la sapiencia de la Universidad de Indiana, de que no somos las únicas damas en echar mano a esta costumbre que algunas mentes estrechas consideraran licenciosa, podemos entregarnos a la “Cosmo” en cuerpo y alma y degustar sus consejos, siempre tan bienvenidos. Consejos todos extraídos del florido libro “Sexo a la carta”, de la a psicoanalista Any Krieger.
Nuestra amiga Annie postula que “El autoerotismo está basado en las fantasías, que son centrales para la vida sexual: sirven para obtener satisfacción”. Y, como para reforzar esta idea, nada descabellada, la “Cosmo” nos aguijonea con las bondades del sexo en solitario: nos permite explorar nuestro cuerpo y nuestros puntos de placer sin otro que nos esté apurando  porque empieza el partido, ensayar todo tipo de caricias y roces, y vivir una experiencia extraordinaria sin tener que depilarnos ni padecer stilettos seductores pero agobiantes. Además, desarrolla nuestra capacidad de goce y nos ayuda a liberar sustancias  (como las endorfinas, la dopamina y la oxitocina) que mejoran  humor y salud, y a fortalecer  los músculos de nuestra pelvis en una especie de entrenamiento para obtener orgasmos más frecuentes y más intensos. Y nos prepara para un encuentro más feliz con nuestra media naranja: si sabemos dónde hay que tocar podemos guiar pacientemente al más inútil de los hombres en pos de alcanzar un suculento nirvana.
Después de todas estas consideraciones, que sirven como preámbulo para lo que realmente nos ocupa, los consejos. Pasen y vean.

La entrada en calor

Un buen precalentamiento es fundamental para arribar a las tibias playas del goce desenfrenado. ¿Y cómo se obtiene? ¿Viendo una película de Leo DiCaprio? ¿O algo más sustancioso como una porno, una neoporno o una posporno? No, señoras.  La entrada en calor no requiere de control remoto y consta de tres sencillos pasos:

1) Seducirse: Para seducirse, nada mejor que acariciar las zonas erógenas, además de descubrir zonas nuevas: la nuca, detrás de las rodillas, etc. No vale seducirse con bombones porque estamos buscando placer, no roña con la balanza.

2) Encender una vela aromática: Para entrar en calor, nada mejor que estimular todos los sentidos Ustedes se preguntarán entonces por qué bombones no, si el sentido del gusto es tan sentido como cualquiera. Las  comprendo, mis queridas, pero debemos enfocarnos en el sexo y no en el chocolate: ya se sabe que un bombón lleva a otro, y al quinto nos olvidamos para qué corno encendimos la vela aromática. Para hacer más efectivo  este consejo sencillo y agradable (el de la vela, olvídense de los bombones, por favor) la “Cosmo” nos cuenta que la Smell and Taste Treatment and Research (Fundación para el Tratamiento y la Investigación del Olfato y el Gusto), de los Estados Unidos, recomienda para los menesteres eróticos los aromas de la lavanda y el sándalo.

3) Estimular la mente: Acá sí podemos traer a Di Caprio al festejo. La “Cosmo” recomienda recordar la escena hot de alguna película o rememorar un  párrafo de algún libro erótico. Nuestra bien amada revista recomienda “Una noche deseada”, de Jodi Ellen Malpas,  o Yo te quiero”, de Irene Cao. No tengo nada que acotar acerca de estos libros: no los leí, no los conozco. Nadie me presentó a Jodi Ellen ni a Irene. Sospecho que sus obras son novelas de Corín Tellado aderezadas con revolcones en lugares más o menos novedosos y algún juguetito sexual, pero no sé. Yo soy clásica: recomiendo “Justine”, del Marqués de Sade o El amante de Lady Chatterley”, de  D. H. Lawrence (maldito dinosaurio  mascullarán algunos... y, sí).

Probá estas movidas

Acá la “Cosmo” pone a nuestra disposición cuatro poses “sola style” capaces de volarnos la cabeza.

1) Power Woman: Para alcanzar todo el power la “Cosmo” sugiere arrodillarse sobre la cama, con las piernas ligeramente separadas y la espalda  apoyada contra la pared. Parece que esta posición favorece una mayor llegada de caudal sanguíneo a nuestra pelvis, además de permitir un mejor acceso a nuestras zonas erógenas. Con una mano se puede manejar el sex-toy y con la otra masajearse las lolas. Si la cama no está ubicada contra la pared es menester trasladar esta chanchada al sillón del living. Que usualmente está frente a la TV, La “Cosmo” recomienda este traslado sobre todo cuando está “Scandal” en la tele. No sé, no la vi, a mí me calienta “Dexter”, de lo cual deduzco que soy una psicópata.

2) Con efecto húmedo: Nada mejor que la ducha para una feliz sesión de autoerotismo. La "Cosmo” sugiere ubicarse de manera tal que el agua caiga sobre nuestras partes más sensibles. Así vamos precalentando. Luego hay que girar (¿?), colocar un pie en el borde de la bañera y acariciar nuestras partes suavemente. Al estar de pie, los músculos pélvicos están tensos y eso favorece un orgasmo más intenso. Por favor, no se resbalen.

3) Neoclásico: Acostada sobre la cama, trabajar hasta encontrar el esquivo punto G. Estimularlo luego a mano o a máquina (damos por sentada la existencia de un sex-toy compañero), a la vez que mimamos nuestro clítoris. Para que la cosa sea más explosiva nuestra revista amada sugiere que dejemos que nuestra cabeza cuelgue de la cama. El flujo de sangre extra a la misma y la doble estimulación en nuestra zona V (que no tiene nada que ver con “Invasión extraterrestre”; sí, sí, maldito dinosaurio) hará que nuestro orgasmo sea de otro planeta (al final, sí, algo extraterrestre había).

4) Sex factor sorpresa: Yo creo que no debe haber en la vida nada más jodido que tratar de sorprenderse a uno mismo. Imagino que planear algo sin que nos enteremos es una virtud de mentes superiores o trastornadas. Pero, en fin, acá no importa lo que yo crea: lo verdaderamente importante es lo que crea la “Cosmo”. Recostada boca abajo, con la espalda arqueada y la cola apenas elevada, hay que llevar nuestra mano no dominante hacía atrás, introducirla entre las piernas y tocar el clítoris con ella. Si solemos acariciarnos en sentido arriba abajo deberemos inclinarnos por hacerlo en forma diagonal. Si vamos directo al clítoris, como bestias babeantes y desesperadas, deberemos detenernos en los alrededores a perder el tiempo. La posición no es, precisamente, ni la más cómoda ni la más convencional. Pero ahí está la sorpresa, chicas. En esta aotoflagelación erótica que nos hará crujir más de un hueso.

Para concluir la nota, la “Cosmopolitan” agrega un simpático apartado intitulado “Las chicas se confiesan”:

1) “Nunca más voy a ir a ver una película de Ryan Gosling al cine. Parece que masturbarse en los asientos del fondo todavía se considera inapropiado”.  - Anna Kendrik en Twitter. No sé quién es Anna Kendrik, no me la presentaron, no la conozco. Me siento una vieja chota en serio. Pero si yo fuera Eva Mendes, Anna estaría juntando sus dientes en vez de estar escribiendo boludeces en Twiter.

2) “I´m feeling myself (me estoy sintiendo a mí misma), I´m feeling myself I´m feeling myself I´m feeling myself I´m feeling myself”-Nicki Minaj y Beyoncé lo aseguran en el tema “Feeling Myself”. Sorprendentemente, sé quiénes son Nicki Minaj y Beyoncé. Pero yo escucho a Los Beatles. Que no repiten lo mismo 500 veces hasta enloquecernos.

3) “Aprendí qué era la masturbación cuando estaba en tercer grado. Leí un libro para adolescentes en el que se la describía como ‘tocar tus partes íntimas hasta conseguir una sensación placentera como un estornudo’”. - Elena Dunham lo confiesa en su libro “No soy ese tipo de chica”. Perdónenme, por favor. Tampoco la conozco a ésta. Estoy bastante desactualizada. Pero si el orgasmo es comparable a un estornudo, ¿para qué tanta vela, tanto sex-toy, tanto DiCaprio y tanto best seller erótico? Con oler un poco de pimienta era más que suficiente.

Hasta aquí, mis queridas, todo lo que ustedes querían saber sobre la autoestimulación y no se atrevían a preguntar. No me lo agradezcan a mí, agradézcanselo a  la “Cosmopolitan”, siempre pronta a dar consejos calenturientos.
Me despido de ustedes con un pensamiento de la actriz  Lily Tomlin: “Tenemos razones para creer que el ser humano empezó a caminar erguido para liberar sus manos con el objeto de masturbarse.”

Buenos tardes.

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