sábado, 30 de enero de 2016

PINGÜINOS EN LA CAMA


 PINGÜINOS EN LA CAMA

“El matrimonio, al contrario de la fiebre, comienza con calor y termina con frío.” 
Georg Christoph Lichtenberg

Vamos aclarando el panorama: detesto a Ricardo Arjona. Pero en esta especialísima ocasión le he pedido prestados sus pingüinos encamados para intitular este opúsculo que alude a los fríos indeseables que se cuelan en los lechos y en los corazones de los individuos emparejados. La clarividente revista “Cosmopolitan”, siempre al servicio de la comunidad femenina, ha publicado un esclarecedor artículo acerca del decaimiento del amor en las épocas invernales. Ofreciendo, además, una lista de situaciones desesperadas que indican irrefutablemente que nuestras relaciones pasionales están en el freezer.
Parece que en invierno las parejas se enfrían de modo irremediable. Y no hay cabaña de troncos ni fueguito en la chimenea que valgan. Según la revista yankee “Psychology Today”, las yuntas amatorias tienen el doble de posibilidades de separarse en tiempos inclementes. ¿A qué se debe esta triste congelación? En primer lugar, a que a mitad del año, justo cuando se da la temporada invernal en el hemisferio sur, los seres humanos estamos sumamente ocupados con nuestros asuntos laborales y nos encontramos, además, agotados y abrumados. Y, en segundo, a que nuestros cuerpecillos se resisten a los desgastes físicos que implican notables pérdidas de temperatura y energía, y prefieren duplicar su volumen consumiendo chocolate de manera harto irracional.
Pero ya se sabe: la “Cosmopolitan” tiene soluciones para todo. Y nos dice qué hacer para erradicar de nuestros tálamos a los fresquísimos pingüinos, que serán muy simpáticos pero impiden la feliz concreción del acto amatorio. Así que aquí van los remedios “Cosmo” para zanjar esas crudas realidades que nos aquejan en invierno y, de yapa, la lista de situaciones indeseables que nos permiten descubrir si nuestra relación es pura escarcha.

QUÉ HACER EN INVIERNO SI…

1)…BUSCÁS PELEA: El malhumor, señores, se expande en invierno como un virus malvado y afecta a hombres y mujeres. Las parejas salen menos, están más tiempo juntas en el sacrosanto seno del hogar y empiezan a tener problemas de convivencia. Para colmo de males, hay menos luz solar, lo que desemboca en una peliaguda disminución de los niveles de serotonina, sustancia que regula el estado de ánimo, en nuestros sufrientes organismos. La solución para este brote de irritabilidad es sumamente sencilla: la dama y el caballero irascibles tienen que salir a dar una vuelta manzana cada vez que puedan. El sol disminuirá el furor aumentando los niveles de serotonina y de vitamina D, e incrementará los deseos de hacer el amor. ¿Qué pasa si nos atacamos mal justo cuando está nublado? No sé, no sé. Probablemente nos agarremos de los pelos con nuestro partenaire o le envenenemos el arroz con pollo.
Déjenme confesarles que yo, mina jodida si las hay, busco pelea todo el año. En mi domicilio legal ha habido cada trifulca veraniega que ni les cuento. Poco ha podido hacer el hermano Sol para evitar griteríos y escándalos. Pero no importa. Ustedes háganle caso a la “Cosmo” y, en lugar de pegarle un trompazo a sus novios, maridos, amantes o concubinos, salgan a dar una vuelta manzana.

2)…TE SENTÍS FEA: En invierno, se hace muy pero muy difícil abandonar las sábanas. Nos levantamos más atontadas que de costumbre y, para poder funcionar como Dios manda, abusamos del café con leche y el pan con manteca. Como si esto fuera poco, cuando llegamos por la noche a nuestra acogedora residencia, muertas de frío y hambrientas, arrasamos con todo lo que encontramos en la heladera (previo calentamiento de los tentadores alimentos, obvio). Con la excusa de la rigurosidad climática chupamos más de lo debido. Tales situaciones, como habrán barruntado las mentes más avispadas, desaguan en un lúgubre aumento de peso. Aquí es donde entramos en un círculo vicioso del que es bastante dificultoso escapar: comemos, engordamos, nos deprimimos y comemos más para consolarnos (culpa de nuestras madres que, ante el primer berrido, nos enchufaban la teta o la mamadera, programándonos para emparchar cualquier agujero emocional con un kilo de helado). La solución a nuestra lipídica y baja autoestima es la que ustedes suponen: cerrar la boca. Suprimir las medialunas en el desayuno. Ingerir carne magra y pescado. Brindar con agua mineral. Un asco.

3)…NO ESTÁS DE ÁNIMO PARA TENER SEXO: Los kilos de más nos hacen sentir tan sexys como una Aberdeen-Angus. Los niveles altos de melatonina (otra sustancia de miércoles) nos provocan dormir apenas nos acomodamos de decúbito dorsal. A esto le sumamos en mal humor del que ya hablamos. Así que de sexo, nada. ¿La solución? La solución es bien “Cosmo”: hay que caldear el ambiente. Además de abusar de los SMS eróticos, juguetear con exóticos vibradores y enjabonarle la espalda a nuestro chico, la “Cosmopolitan” nos recomienda ir con el susodicho al gimnasio o a trotar por ahí. Con la actividad física suben las sustancias que tienen que subir, bajan las sustancias que tienen que bajar y quedamos a punto caramelo. Para concretar el acto, digo. Como seguimos gordas, la “Cosmo” nos sugiere ponernos un suéter largo sin nada debajo. Y listo.

SITUACIONES ESCABROSAS QUE INDICAN SI NUESTRA RELACIÓN ESTA EN EL FREEZAR

1) HACE DOS SEMANAS QUE NO TIENEN SEXO: ¡Cuidado! La falta de repimpoloteo es grave. Cualquier relación en la cual brillan por su ausencia los escarceos amorosos padece un lastimoso estado de congelamiento. Hagan algo para revertir esta refrigerada situación. Echen mano a un ridículo disfraz de Caperucita Roja hot. Organicen una sesión de fotos calenturientas. Anden por la vida sin ropa interior. Porque si no rompen el hielo la pareja se va literalmente al carajo.

2) LA ÚLTIMA VEZ QUE SALIERON JUNTOS UN SÁBADO POR LA NOCHE FUE... EH... ¿EN EL VERANO? Tradicionalmente, el sábado a la noche es el momento más celebrado y lujurioso de la semana. “Divididos” postula: “Acariciando lo áspero el sábado pide un beso.” “Los Rodríguez” claman: “Sábado a la noche, ya cobré (…) la sacaré por ahí, la invitaré a salir, a recorrer la ciudad como yo soñé.” Fey provoca: “Botas de piel, la mini más mínima, quedo con él…” Pito Pérez (que no sé quién corno es, perdonen la ignorancia) canturrea: “Sábado… quiero que mi tacto ya comience a endulzarte.” Raúl Paz (otro señor que desconozco) zumba: “Gente que se enciende en la ciudad el sábado por la noche.” “La Joven Guardia” promete: “Tengo un billete de mil, chicas para salir.” ¿Hace falta decir más? El que no sale de joda el sábado por la noche está tan freezado como un paquete de papas para freir "McCain".

3) TODAS LAS MAÑANAS APAGÁS EL DESPERTADOR CUATRO VECES, DESPUÉS DE QUE ÉL LO HIZO YA OCHO VECES: Esto de apagar el despertador compulsivamente significa que tanto nosotras como nuestra media naranja queremos seguir durmiendo y no tenemos el mínimo interés en un lujurioso intercambio de fluidos. Frío, frío, como el agua del río.

4) LO QUE MÁS LES APASIONA HACER JUNTOS ES... ¡COMER! LOS DOS DEVORAN COMO SI FUERAN CUATRO: Ya sabemos que el invierno nos obliga a consumir más calorías que las de costumbre. Pero si lo único que hacemos con nuestra pareja es comer, estamos en el horno (perdón, en el freezer).

5) TE CUESTA RECORDAR ALGÚN DÍA EN EL QUE NO LO HAYAS CRITICADO: Supongo que este asunto de las críticas destructivas a nuestro amado amante está íntimamente relacionado con la actitud belicosa que adoptamos en las épocas frescas del año. Ya les sugerí, para solucionar este inconveniente, lo de la vuelta manzana. Si criticamos sin piedad y diariamente al hombre que supimos conseguir, nuestro romance está en un gélido estado comatoso.

6) TUS ZAPATILLAS NO SALEN DEL ROPERO DESDE MARZO, Y SUS BÍCEPS TE RECUERDAN AL PURÉ DE PAPAS: Parece que si los tórtolos no se ejercitan lo suficiente no tienen ganas de hacer el amor y se escarchan irremediablemente. Yo discrepo con está afirmación. Hace 150.000 años que mi único ejercicio es darle al teclado de la máquina de escribir en tiempos antiguos y al de la computadora en tiempos modernos. Y, cada tanto, me toca. Además, pretender que nuestro partenaire tenga los bíceps de Jared Padalecki es una utopía hecha y derecha.

7) COMPARTEN MÁS SEGUIDO UNA BOTELLA DE VINO QUE UNA CONFIDENCIA O UN SENTIMIENTO: Si la yunta amorosa prefiere destapar un Chardonnay antes que babosearse indiscriminadamente, la relación de los mencionados ha alcanzado el temido punto de congelación.

8) SE QUEDAN DORMIDOS FRENTE AL TELEVISOR AL MENOS DOS VECES POR SEMANA: Quedarse dormido frente al televisor puede indicar dos cosas: A) Lo que estamos viendo es un embole. B) Nuestro compañero de ruta poco interés tiene en sacarnos el corpiño. Si esto sucede estamos entumecidos. Ateridos y agarrotados.

9) EL JOGGING ES TU NUEVO OUFIT SÚPER SEXY: Andar todo el día en jogging es deprimente, para nosotras y para nuestros masculinos. No vale postular que los jeans no nos abrochan: hay que sacarse el jogging si no queremos convertirnos en patéticas esquimales.

Hasta aquí llega la explicativa parrafada de la revista “Cosmopolitan” orientada a aniquilar a los pingüinos que retozan en nuestras sábanas. Me pareció pertinente darla a conocer para que ustedes, caras lectoras, sepan a qué atenerse cuando se vean inmersas en una descarnada Guerra Fría.

Y ahora, si me disculpan, me voy a llenar hasta el tope mi venerada bolsa de agua caliente.

Au Revoir.

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