martes, 14 de febrero de 2017

CONSEJOS PARA CELEBRAR SAN VALENTÍN


CONSEJOS PARA CELEBRAR SAN VALENTÍN

“El amor es el triunfo de la imaginación sobre la inteligencia.
Henry Louis Mencken

Como todos los años, cuando se acerca el igualmente repudiado y celebrado Día de los enamorados, aparecen en la web, cual hongos después de una copiosa lluvia, consejeros y profesionales  que tiran ideas, tips e instrucciones para que nuestro festejo resulte inolvidable.
Tratando de encontrar sanos consejos para que nuestro San Valentín sea especial este año, recalé nuevamente en la página About en español, y me enganché con una nota firmada por nuestra amiga Paloma Corredor, autotitulada experta en consejos de amor.
La nota en cuestión está orientada a quienes repudian el costado comercial de esta fecha pero igual quieren festejar un poquito. Porque el amor merece ser celebrado y también merece tener un día especialmente dedicado a sus mieles.
Aquí están, mis queridos,  los consejos de nuestra amiga Paloma para celebrar el Día de los Enamorados de forma original. Son, quizás, un poco distintos a aquellos a los que la “Cosmo” o la “Oh, la, la” nos tienen acostumbrados.  Pero valen la pena para encarar este festejo de modo distinto. Parten de dos premisas fundamentales:

1- Ser fiel a uno mismo: No hay que sentirse forzado a festejar San Valentín. Si uno es un jodido que reniega de la celebración por llevar la contra, un ultranacionalista que insiste en festejar La Chaya y no una fecha foránea, o un amarrete que se niega a comprar regalos, no está obligado a enredarse en la inmunda telaraña de azúcar que las masas enamoradas tejen cual arañas de emoción alrededor de este mítico día. Puede mandar a la puta que los parió a los valentines y valentinas sin culpa alguna.
2- Ser auténtico: Mejor autenticidad que regalos comprados a desgano o detalles románticos que en realidad nos parecen reverendas pavadas.

Ahora, sí, después de estas premisas fundamentales, los consejitos de la Srta. Corredor para un San Valentín diferente.


1- Haz algo por él/ella: El 14 de febrero es un día ideal para hacer una tarea que nuestra media naranja detesta y se ve obligada a hacer durante todo el año. Triste obsequio es que en San Valentín el homenaje de nuestra pareja se limite a juntar la caca del perro, pensarán ustedes. Y tienen razón. Pero peor es nada. También podemos acompañarlo/a  a algún lugar al que nos negamos ir durante  el resto del año (la cancha de Boca, en el caso de las damas; una reunión de Tupperware en el caso de los caballeros). Estos gestos no suenan muy románticos que digamos, pero implican un esfuerzo mayor que comprar un frasco de perfume o una caja de bombones. Esfuerzo que puede ser apreciado por nuestra pareja, siempre y cuando no caiga en la cuenta de que no gastamos un peso en el agasajo.

-Decile que lo/la amás: Si nunca soltaste prenda, si hace tiempo estás en la relación pero todavía no verbalizaste tus sentimientos de forma concreta, San Valentín es el momento ideal para hacerlo. Oralmente o escribiendo una carta de amor. O, por qué no, de ambas formas. Y si ya se lo dijiste, repetíselo. Muchas veces. Diciéndole que lo/la amás y especificando también las razones de ese amor. Decir “Te amo” es mucho más agradable que juntar la caca del perro.

-Si querés comprar un regalo que no sea cualquier cosa para salir del paso: Esforzate un poco. Prestale atención a tu pareja. Fijate qué cosas le gustan. No le regales un hámster a una mujer que le tiene fobia a los roedores. No le regales una camisa hawaiana a un hombre que acostumbra vestir de negro de la cabeza a los pies. No le regales al otro algo que querés vos: a ella no le hace falta un joystick de PlayStation; él no necesita una planchita para el pelo. El regalo en cuestión puede ser un vale para que el otro se compre lo que guste o, si lo seduce viajar, una escapada romántica. Que siempre garpa.

-Nada de regalos prácticos: No medias. No toallas. No pañuelos. No corbatas. No bombachas o calzoncillos salvo que tengan plumas y detalles de animal print. Los hombres reciben los regalos prácticos como reciben todos los regalos: con una proverbial cara de nada. A las mujeres nos enfurecen.

-No creerle a nuestra pareja cuando nos dice que no quiere nada: Este consejo corre casi exclusivamente para los varones. Es bueno que sepan que las damas siempre queremos algo. Que esas tiendas de objetos modernas llenas de adminículos tan inútiles como bellos nos quitan el sueño. Que somos antojadizas. Es mentira que no queremos nada: queremos recibir un regalo sin que haga falta pedirlo. Que nos sorprendan. Parece que San Valentín es un muy buen momento para regalar joyas. O un bolso de firma. Cosas caras, bah.

-Si no querés o no podés comprar nada, regalale tu cariño: Si sos amarrete o pobre, el cariño es una buena opción. El afecto puede venir en forma de masaje, o de desayuno en la cama, o de gustito erótico. Lo importante es el detalle.

Como este artículo, pretendidamente esclarecedor, me dejó con gusto a poco, decidí seguir indagando en otros opúsculos de la misma autora y desemboqué en una nueva serie de consejos.  Siete esta vez. Siete formas de decirle a nuestra media naranja que la amamos, aunque no se note.


1-Escribile una carta de amor: Nuestra amiga Paloma vuelve a insistir con la carta. Y hace muy bien. En un mundo donde la carta de amor está prácticamente extinguida, recibir una es un portento. Para el que no quiere o no sabe escribir, está la opción de la págin web o del álbum digital con las fotos más almibaradas de la pareja.

2- Hacé con él/ella algo que nunca hayas hecho y que le guste mucho: De esto también hemos hablado, ¿se acuerdan? Cancha de Boca, reunión de Tupperware. Ponele un poco de onda y tratá de comprender por qué a él lo emocionan 22 pavotes corriendo detrás de una pelota y a ella le causan escalofríos de placer una horda de insulsos recipientes de plástico.

3- Aprendé a callar: 
Consejo especialmente dirigido a las damas. De una vez por todas cierren la puta boca. Por lo menos en San Valentín. Olvídense de las letanías y las cantinelas. Callen, que a ellos les gusta cuando callamos porque estamos como ausentes. Y porque la mayor parte de las cosas que decimos son nimiedades, intrascendencias, estupideces varias. Y el otro se merece un sano silencio de vez en cuando.

4-
 Iniciénse en el slow sex: Nunca es tarde para descubrir mieles eróticas novedosas. Concédanse tiempo para hacer el amor de forma sensual. Dejen la rutina y los apuros de lado. Dejen de correr tras un orgasmo esquivo. Disfruten de los masajes, mírense largamente a los ojos y sincronicen sus respiraciones para que sus cuerpos y corazones se fundan en el tórrido horno del amor.

5-
 Tómense un día libre. Puede ser el mismo 14 de febrero o el próximo día que tengan sin compromiso. Una jornada donde no existan los teléfonos celulares, ni Facebook, ni Twitter, ni  chat con los amigos. Organicen un picnic en la playa, un paseo campestre o un almuerzo en un restaurante que no conozcan. Y de regreso a casa, no hagan nada de lo habitual. No vayan del chino. No junten la caca del perro. No se prendan a esa infame teta de cristal llamada televisión. Mírense a los ojos. Sean espontáneos. Redescúbranse. Excluyan de este día mágico todo vestigio de rutina.

6 - Regalale un perfume personalizado. Las colonias y perfumes son un típico regalo de San Valentín. Nada más lindo que un perfume. Pero hay gente exótica, parece, que prefiere mejunjes personalizados antes que un Nina Ricci o un Marc Jacobs. Si vuestras parejas son así de extravagantes, no lo duden. Les va a salir mucho más barato.

7- Liberalo/a de una tarea pesada: Limpiá la casa, lavá el auto. O pagale a alguien para que lo haga. Y disfuten juntos del tiempo libre que este florido regalo trae acarreado.

Hasta aquí, todo lo que tenía para decir de los festejos de San Valentín nuestra amiga Paloma Corredor, experta en consejos de amor. Agradecemos su sapiencia. Poco es lo que yo tengo para agregar. Pero de nada vale juntar la caca del perro en San Valentín si uno se hace el burro todo el año.
Me despido de ustedes con una traviesa frase de William Shakespeare: “El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen.”

Buenas tardes.

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