lunes, 15 de enero de 2024

MUÑECAS ESCALOFRIANTES I


MUÑECAS ESCALOFRIANTES I

"Nunca me gustaron las muñecas."
Silvina Burlich

En todas las épocas y en todos los lugares del mundo los niños, especialmente las niñas, han jugado con muñecas. Excavaciones arqueológicas en tumbas egipcias que datan del siglo XXI antes de Cristo han encontrado muñecas que se consideran los juguetes más antiguos de la historia. Parece que era costumbre entre los antiguos enterrar a los niños con sus juguetes o, cuando menos, grabarlos sobre sus sepulcros, costumbre que se conservó hasta los primeros años del cristianismo.
Los egipcios fabricaban sus muñecas con pedazos lisos de madera; los japoneses, con papel doblado; los antiguos pobladores americanos, con lana o tela; y los inuit, con piel de foca.
Tanto los romanos como los griegos disponían de muñecas articuladas con las que las niñas podían jugar. Plutarco, Aristóteles, Platón y Horacio mencionan figurillas movibles por medio de hilos o alambres para diversión de la infancia. También eran conocidas en estos pueblos las muñecas con las que suelen jugar las niñas: se realizaban con marfil, boj, yeso y cera y, cuando las jóvenes núbiles se casaban, las colgaban en los altares de Venus. A comienzos de la era cristiana existían ya las casas de muñecas.
En Japón, las muñecas son el centro  de una celebración denominada Hina Matsuri o Momo no Sekku (Festival de las Muñecas o Festival de las Niñas), que se lleva a cabo todos los años el día 3 de marzo. En él, las niñas exponen varias muñecas vestidas con kimonos tradicionales, situándolas en distintos niveles de una plataforma, de hasta 5 a 7 escalones, cubierta con una tela roja. Estas muñecas representan personajes de la corte imperial de la Era Heian ordenados jerárquicamente y pasan de generación a generación dentro de la familia. Se suele adornar también con flores de melocotonero, cuyo fruto se relaciona con el sexo femenino. Esta festividad, según la  Japan—An Illustrated Encyclopedia, “deriva de varias costumbres diferentes. Una de ellas es un rito de purificación chino que se celebraba a orillas de un río a principios del tercer mes lunar. Durante el período Heian (794-1185), los cortesanos hacían llevar adivinos al palacio el tercer día del tercer mes para que los libraran de sus impurezas, las cuales eran transferidas a muñecas de papel [...] que se arrojaban al río o al mar”. Se dice que si las muñecas quedan expuestas más tiempo del necesario, la dueña se quedará soltera o tardará mucho tiempo en casarse. Por eso, las muñecas suelen guardarse inmediatamente pasado el festival.
Las muñecas encantadas también se remontan al antiguo Egipto, cuando los enemigos de Ramsés III intentaron usar figuras de cera confeccionadas a su imagen y semejanza para provocar su muerte.  Los sacerdotes egipcios y los magos usaban a menudo este tipo de muñecas  (llamadas poppet, poppit, moppet, mommet y pippy en la magia popular y la brujería) con propósitos ceremoniales, para librar el cuerpo del mal o para maldecir a los que fueran contra la voluntad de los dioses. También las colocaban en  las tumbas de sus muertos creyendo que les harían de sirvientes en la otra vida. En Roma,  las muñecas se usaban con frecuencia en rituales mágicos para representar la conexión con un dios o diosa. Las culturas africanas, nativas americanas y europeas también utilizaron poppets. En las Antillas, las personas que querían vengarse de alguien clavaban alfileres en muñecos de vudú con la esperanza de causarles daño a sus enemigos.
Hoy en día, las muñecas embrujadas o poseídas gozan de enorme popularidad. Muchas de ellas han sido puestas a la venta en sitios como Craigslist y eBay. Las más famosas forman parte de colecciones de museos dedicados a la investigación paranormal. Para que las conozcan, les traigo aquí la primera parte de una interesantísima lista de muñecas escalofriantes, cuyas historias andan dando vueltas por Internet. Creer o reventar.


ALICE

Marie Ford, quien vive en el en el estado de Washington, es la dueña de Alice, una muñeca que heredó de su abuela. Según Haunted America la muñeca, que está guardada en una vitrina cerrada, sigue con su mirada a quienes se mueven por la habitación y  cambia su expresión si alguna de esas personas no es de su agrado. Además, si uno acerca el oído a sus labios, puede escuchar susurros.
Marie cuenta que la muñeca ha estado en su familia durante años y que siempre se la conservó en un anaquel cerrado. Su abuela le confesó que está poseída por el espíritu de su mejor amiga,  Alice, que murió cuando era muy joven. También asegura que ha captado muchas EPV (psicofonías, sonidos producidos por energía psíquica) provenientes del juguete y que la frase más común en los labios de Alice es: “Quiero quedarme a sufrir aquí sola”.


JOLIET

Joliet ha permanecido por más de cuatro generaciones en la misma familia, a lo largo de más de un siglo. Anna G., su dueña actual, la heredó de su madre quien, a su vez, la heredó de la suya. Según ella, durante la noche, se escuchan llantos de voces provenientes de la muñeca, que es el recipiente de cuatro pequeñas almas. Anna G., conoce los nombres de los cuatro espíritus  que habitan en la muñeca, y es por ello que no se deshace de Joliet y extrema sus cuidados para con ella.
Cuatro generaciones atrás,  la bisabuela de Anna recibió a Joliet como un regalo de una amiga de la familia. En ese momento estaba esperando a su segundo hijo y la tomó como un regalo de embarazo, sin sospechar que el regalo no venía con buenas intenciones.  La amiga que le ofreció el presente estaba profundamente celosa de ella y Joliet llegó a su casa con una maldición.
La bisabuela de Anna dio a luz a un niño sano, pero, al tercer día, la vida de su hijo recién nacido se perdió debido a una enfermedad repentina y misteriosa. Poco después de la muerte de su hijo, la bisabuela de Anna comenzó a notar la inquietante atmósfera que rodeaba a Joliet. Escuchaba llorar a un bebé a altas horas de la noche y sabía que era su pequeño hijo fallecido. Se dio cuenta de que el alma del niño estaba atrapada dentro de la muñeca y comprendió que debía protegerlo, por lo que jamás quiso deshacerse de ella.
Cuando la abuela de Anna se convirtió en una adulta, la muñeca pasó a sus manos. Sabía de la temprana muerte de su hermano y de la historia que decía que estaba atrapado dentro de Joliet. Lo que ignoraba era que la misma tragedia golpearía a su propio hijo. Tuvo también dos hijos, un niño y una niña. El varón murió prematuramente y  su llanto se sumó al de su tío dentro de la muñeca.
Esta misma tragedia se desarrolló durante cuatro generaciones: cada una de las cuatro dueñas que tuvo Joliet dio a luz dos hijos, un varón y una mujer, pero los varones fallecieron tres días después de haber nacido. Anna dice que el llanto de su hijo se ha sumado al de los otros tres bebés cuyas almas habitan dentro de Joliet, y cuida a la muñeca como cuidaría a su propio bebé si hubiera sobrevivido. Sabe que su hija también perderá a su bebé varón y que el espantoso ciclo continuará, indefinidamente. No quiere arriesgarse a perder a la muñeca, por temor a lo que pueda suceder con las almas de los niños atrapadas en ella.
Sólo las dueñas de Joliet han podido escuchar el llanto de los bebés.


EMILIA

Emilia tiene más de 100 años y fue un regalo del rey Umberto I de Italia a la hija primogénita de Ulvado Bellina, uno de sus amigos más confiables, y Capitán de la Guardia Real, llamada Marie.
La muñeca sobrevivió a la Primera y a la Segunda Guerra Mundial, aunque perdió los brazos y parte del cuero cabelludo en la segunda guerra debido a una bomba en un ferrocarril que viajaba a Udine, Italia. Por ser un regalo del rey, la muñeca tenía un alto valor sentimental para Marie así que quiso rescatarla de los escombros. Una mujer se ofreció a ir por la muñeca y, luego de rescatarla, murió mientras escapaba debido a otra explosión. Se dice que Emilia está poseída por el alma de esta pobre mujer.
La muñeca abre y cierra sus ojos y muchas veces puede escucharse por las noches como lloriquea llamando a su mamá.
Marie Bellina amaba tanto esta muñeca que incluso llamó a su hija Emilia.


LA MUÑECA DE PATTY REED

 No es necesario que una muñeca esté poseída o porte una maldición para que provoque escalofríos. A veces basta una expresión extraña o alguna parte del cuerpo faltante para que esto suceda. O que la muñeca haya sido testigo de situaciones atroces.
En el año 186, Patty Reed tenía ocho años y viajaba a California con su familia y otros viajeros, en un grupo que la historia conoce como expedición Donner  o expedición Donner-Reed. Este grupo de pioneros estadounidenses, liderados por George Donner y James F. Reed, viajaban en una caravana de carretas que se retrasó por una serie de contratiempos y errores, lo que provocó que pasaran el invierno de 1846-1847 en la Sierra Nevada.  A mitad del recorrido y cuando ya estaban retrasados, los padres de Patty le pidieron que se deshiciera de todos sus juguetes, con la esperanza de alivianar el peso de la carreta y poder viajar lo suficientemente rápido como para llegar a California antes de que comenzara el invierno, pero la niña, en un acto de desafío infantil, conservó a su pequeña muñeca y la guardó entre sus voluminosas faldas.
Atrapados en la Sierra Nevada en pleno invierno y  con sus provisiones de alimentos extremadamente bajas, los miembros de la expedición se vieron obligados a comer trozos de cuero y alimañas,  y, finalmente, cometer actos de canibalismo. Fueron rescatados a mediados de febrero de 1847, casi cuatro meses después de que la caravana se detuviera en el inhóspito lugar. De los 87 miembros de la expedición, solamente 48 sobrevivieron y llegaron a California.
La familia Reed sobrevivió milagrosamente a esta infernal odisea y pudo disfrutar de una vida cómoda en San José. La muñeca de Patty se exhibe hoy en el Sutter's Fort Museum, en Sacramento, California.


PUPA

Pupa es una muñeca italiana que, aparentemente se mueve por sí sola, cambiando a gusto la postura de sus brazos y piernas. Además, tiene un variado repertorio de expresiones faciales y desplaza los objetos que la rodean en la vitrina cerrada en la que está guardada.
La muñeca aún utiliza su traje original de fieltro azul,  así como algunos otros accesorios originales, y a pesar de su delicado aspecto, su actividad es constante. Sus dueños reportan que al pasar cerca de su vitrina se escuchan pequeños golpes en el cristal y  que, más de una vez, pudieron observar la mano de Pupa tocando el vidrio.
La particularidad de esta muñeca es que fue hecha a imagen y semejanza de su dueña, en Trieste, Italia. Una vieja costumbre que gozó de popularidad en varias partes del mundo, a tal punto que algunas de estas muñecas tienen cabello real provisto por parte del niño o niña al cual emulan o cabello humano vendido al fabricante de muñecas como es el caso de Pupa.
La dueña original tuvo a Pupa desde sus 5 o 6 años (en la década del ‘20) hasta su muerte en el año 2005. La muñeca sobrevivió a los horrores de la Segunda Guerra Mundial y a varios contratiempos en fechas posteriores. Siempre se mantuvo al lado de su dueña, incluso durante los viajes que realizó fuera de Italia, quien comentó alguna vez que Pupa solía hablar con ella e incluso prevenirla de algún peligro durante su infancia. Desde la muerte de la mujer, las actividades de Pupa han aumentado considerablemente, aunque están restringidas al círculo familiar.


KATJA

Katja es una muñeca rusa muy famosa, cuyo origen se remonta al año 1730, cuando una de las concubinas del Zar dio a luz a una niña deforme y no al heredero varón que el Zar esperaba. La bebé fue quemada viva y su madre recogió sus cenizas, que mezcladas con porcelana y tierra, dieron origen a la espeluznante muñeca.
La muñeca se  ha mantenido por generaciones en Rusia bajo una estricta vigilancia. Una historia dice que si se la mira fijamente por más de 20 segundos, la maldita Katja guiña un ojo. Y que ese guiño es el aviso de que algo malo va a suceder.


MANDY (MEREANDA)

Mandy (también conocida como Mereanda), la muñeca de la cabeza rota, fue donada al Quesnel Museum, en Columbia Británica, Canadá, en el año 1991. Cuando llegó al lugar, tenía la ropa sucia, el cuerpo rasgado y la cabeza llena de quebraduras. Se le calcularon alrededor de 90 años y se cree que fue hecha en Inglaterra o Alemania entre 1910 y 1920.  La mujer que donó a Mandy le dijo al curador del museo que se despertaba a mitad de la noche escuchando el llanto de un bebé en el sótano. Cuando iba a investigar, solía encontrar abierta la ventana cercana al lugar donde se encontraba la muñeca y las cortinas moviéndose con el viento, incluso cuando había dejado la ventana cerrada. Más tarde confirmó que, al deshacerse de la muñeca, los sucesos extraños cesaron.
En el museo, Mandy  sigue causando  fenómenos inexplicables. Los empleados afirman que almuerzos, bolígrafos, cuadernos y otros objetos a menudo desaparecen y suelen reaparecer  en otra parte del edificio. Se oyen pasos cuando no hay nadie cerca.  Mandy es exhibida en una vitrina, lejos de las otras muñecas, porque se corre el rumor de que puede hacerles daño.
Mandy fue conocida en todo Canadá gracias al libro "Supernatural Stories Around British Columbia", publicado en 1998 por Yasmin John-Thorpe, y los visitantes comenzaron a llegar masivamente al Quesnel Museum. Muchos de ellos aseguran que la muñeca parpadea y que sigue con su mirada a la gente que se traslada por la sala donde está expuesta y que es difícil fotografiarla o filmarla,  ya que muchos  equipos de video y cámaras fallan el intentarlo.


ROBERT

Robert perteneció al pintor y escritor Robert Eugene Otto, a quienes sus  padres llamaban cariñosamente GeneFue un regalo que recibió siendo niño, a principios del siglo XX, de parte de una criada africana que trabajaba para su familia. La criada, que se cree que practicaba magia negra, no estaba conforme con el trato que recibía de los Otto, y puso una maldición en el muñeco.
Poco tiempo después de haber recibido el muñeco, los padres oyeron al niño hablar con él. Los vecinos afirmaban que cuando la familia Otto salía de la casa, veían a Robert asomándose por las ventanas, como si hubiera comenzado a moverse por sí solo. Gene comenzó a experimentar atroces pesadillas y a jurar que el muñeco era capaz de cobrar vida. En una ocasión, mientras el niño dormía, se escuchó un estruendo en su habitación. Cuando sus padres fueron a verlo, encontraron la mayoría de los muebles tumbados y a Robert, el  muñeco, tirado al pie de la cama. Gene, llorando, afirmó: “No fui yo, fue Robert”.
Los padres de Gene confinaron al muñeco al desván de la casa. Allí permaneció muchos años. Después de la muerte de Robert Eugene Otto, a principios de los ‘70, una nueva familia se mudó al lugar y descubrió al muñeco, que pasó a pertenecer a una niña de unos 10 años, pero sus padres se deshicieron de él ante los reclamos de su hija, que juraba que Robert cobraba vida y la atacaba por la noche.
Actualmente, el muñeco se encuentra en el Museum Fort East Martelloen Key West. Todavía abraza su león de peluche y viste su traje blanco de marinero, y es una de las grandes atracciones del lugar. Algunos empleados del museo afirman que durante el mes de octubre el muñeco se vuelve más activo, y por las noches se pueden oír golpeteos contra el vidrio de la recámara transparente donde se encuentra. La leyenda afirma que los visitantes deben pedirle permiso a Robert para filmarlo o fotografiarlo, ya que de lo contrario se exponen a una posible maldición. Se dice que la gran cantidad de cartas y fotografías que pueden verse pegadas en las paredes del cuarto donde se encuentra Robert son notas de individuos que lo fotografiaron sin permiso y le ruegan levantar las maldiciones que lanzó sobre ellos.



AMANDA

Amanda es una muñeca con cabeza de porcelana hecha por Heinrich Handwerk en 1884.  En el año 2003 fue puesta a la venta en eBay, y a partir de ese momento, subastada varias veces.  Muchos de sus dueños han declarado haber visto a la muñeca moviéndose por sí misma, incluso yendo de una habitación a otra.  Se cree que si alguien no le cae en gracia, se convierte para esa persona en un amuleto de mala suerte.
Actualmente se encuentra en manos de investigadores paranormales en Atlanta, Georgia, E.E.U.U.


PEGGY

Peggy es una muñeca aparentemente poseída por un espíritu malvado, propiedad de la investigadora paranormal británica Jayne Harris, quien cuenta que la muñeca le fue regalada por sus anteriores dueños, a los que les provocaba pesadillas. Antes de deshacerse de la muñeca, llevaron a un sacerdote para que la bendijera, pero esto no hizo más que empeorar las cosas.
Harris ha recibido en su casa a  médiums y psíquicos  que conocieron a Peggy, cada uno de los cuales dijo que el espíritu que habita en la muñeca había sido en vida una persona muy frustrada. La investigadora afirma que incluso quienes sólo miran una foto de Peggy a través de la  web, en el 80% de los casos sienten mareos, náuseas e, incluso, dolores en el pecho.

Hasta  aquí, amables lectores, la primera parte de esta impactante lista de muñecas escalofriantes.  Me despido de ustedes con un inquietante texto de Aleandra Pizarnik:

DEVOCIÓN

Debajo de un árbol, frente a la casa, veíase una mesa y sentados a ella, la muerte y la niña tomaban el té. Una muñeca estaba sentada entre ellas, indeciblemente hermosa, y la muerte y la niña la miraban más que al crepúsculo, a la vez que hablaban por encima de ella.
–Toma un poco de vino –dijo la muerte.
La niña dirigió una mirada a su alrededor, sin ver, sobre la mesa, otra cosa que té.
–No veo que haya vino –dijo.
–Es que no hay –contestó la muerte.

–¿Y por qué me dijo usted que había? –dijo.
–Nunca dije que hubiera sino que tomes –dijo la muerte.
–Pues entonces ha cometido usted una incorrección al ofrecérmelo –respondió la niña muy enojada.
–Soy huérfana. Nadie se ocupó de darme una educación esmerada –se disculpó la muerte.
La muñeca abrió los ojos.


Buenas tardes.

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