viernes, 15 de agosto de 2014

FETICHES SEXUALES: SOBRE GUSTOS...


FETICHES SEXUALES: SOBRE GUSTOS...

En el fetichismo, el sexo echa abajo las barreras entre los mundos orgánico e inorgánico. Vestidos y adornos establecen con él sus alianzas.
Walter Benjamin

Octavio Paz decía que todo encuentro sexual era un ménage à trois: hombre, mujer y fantasía; mujer, mujer y fantasía; hombre, hombre y fantasía. Por supuesto, si el encuentro es multitudinario, habrá más participantes. Pero nunca faltará la fantasía, que es el alma del erotismo. Esta fantasía, algunas veces, se materializa en un objeto inanimado, al que el amante dota de cualidades animistas (prácticas que reciben el nombre de parafilias y de las que hay catalogadas más de 130, casi todas ellas de exclusiva práctica masculina).Algunas veces estos objetos son un poco extraños, por lo menos para gente como yo, que hago gala de mi ignorancia y estoy empantanada en el sexo vainilla. Pasen y vean.



*Dacryfilia o dacrilagnia

La dacryfilia involucra a las lágrimas como objeto erótico. Muchas personas incrementan su excitación sexual al lamer, untarse o hasta beber lágrimas, cosa que no resulta tan extraña considerando que uno de los componentes del llanto es la oxcitocina,  llamada la hormona del amor. El estrés lleva a una sobrecarga de las hormonas del bienestar y, al derramar lágrimas, se elimina una parte de adrenalinanoradrenalina y oxitocina“Por eso el llanto elimina tensiones y nos ayuda a tranquilizarnos”, explica la psicóloga española Julia Vidal. 
No es extraño que las emociones extremas se acrisolen en el sexo, y pasar del llanto al orgasmo es bastante común,  pero existen personas que con dacryfilia que hacen llorar a su pareja para poder excitarse. En tanto el juego sea consensuado, probablemente no haya necesidad de preocuparse, pero en casos extremos esta práctica puede desembocar en violencia. Dr. Ian Kerner,  terapeuta sexual de Nueva York, consultado por la cadena de televisión CBS, advierte que “todos los fetiches y compulsiones sexuales tienen el potencial de volverse patológicos”.
La dacryfilia está relacionada con el placer que se obtiene al lamer los ojos de una persona, denominado oculolinctus.


*Agalmatofilia

La agalmatofilia, parafilia bastante común, es la atracción sexual hacia los maniquíes. Esta simpatía erótica se extiende a estatuas, muñecas e inmovilidad del partenaire amoroso. Muchas personas no sólo se excitan contemplando los cuerpos torneados que se exhiben en las boutiques y tiendas de ropa: algunos los roban para tener sexo con ellos. Ya hemos visto, en una nota reciente, como muchos japoneses están reemplazando a sus mujeres con Rabu Doru (Muñecas de amor). Joan Manuel Serrat escribió en 1970 la maravillosa canción “De cartón piedra”, que cuenta la historia de un hombre perdidamente enamorado de un maniquí que descubre en el escaparate de una tienda. La película de 1948, “One Touch of Venus (“Un toque de Venus”, William A. Seiter) nos presenta a un Robert Walker  enamorado de una imponente estatua de Venus Anatolia (Ava Gardner), que cobra vida cuando Walker la besa. La película,  “Mannequin” (Michael Gottlieb)de 1987, retoma la historia pero la convierte en algo más naif:  Andrew McCarthy se enamora de Kim Cattrall, bellísimo maniquí que resulta ser una dama real del antiguo Egipto. ¿Vieron que la agalmatofilia no es tan rara?



*Ursusagalamatofilia

La ursusagalamatofilia consiste en vestirse como un animalito de felpa y buscar a otra persona con el mismo gusto por el peluche para concretar un encuentro sexual. Según el Dr. Ian Kerner “existe una gran escena furry  (como denomina a esta filia en EE.UU) y parece estar basada en personas que les gusta antropomorfizar animales y atribuirles cualidades humanas, generalmente cualidades bonitas”.
A diferencia de la zoofilia, donde las personas literalmente disfrutan de tener sexo con cabras, perros y  caballos, y la avisodomía, donde el objeto de desvelo sexual son las aves (gallinas y patos, supongo, porque con un jilguero se complica), lo que se pone de manifiesto en esta práctica  es el deseo de tener sexo con humanos que tienen características de animales, pero mansitos. En Japón hasta existe un tipo de animé basado únicamente en esta filia.


*Parcialismo

El parcialismo es la atracción sexual por una zona específica y no genital del cuerpo, y, a veces, en determinadas situaciones. Por ejemplo, existen personas que se excitan al ver un pie con zapatos de taco pisando el pedal del acelerador de un auto. Esta segmentación del deseo hace que algunas personas lleven esta filia al extremo y busquen sólo tener sexo con un pie o con una mano.


 *Salirofilia

Bañarse y perfumarse antes de tener relaciones sexuales es una  rutina para unos, pero para otros la higiene o la sensualidad de un baby doll con olorcito a Vivere, no tienen nada de estimulante. Son aquellos a los que les gusta la idea de ensuciarse o ensuciar a su pareja durante el encuentro sexual, práctica denominada salirofilia. La salirofilia va desde la misofilia (fetichismo sexual que busca el placer interactuando con la suciedad) hasta la sitofilia o Food Play (fetichismo sexual que involucra la utilización de productos comestibles, con los que se embadurna a la pareja), pasando por algunas otras cosas que a mí me dan impresión. Busquen en Wikipedia.  El Dr. Kerner dice que normalmente el paquete incluye fantasías de dominación y sumisión.


 *Infantilismo parafílico

El infantilismo parafílico involucra a personas que tienen como fetiche usar pañales y actuar como bebés.  Este comportamiento es más común en hombres que en mujeres. Según del Dr.  Ian Kerner,  los pañales tienen un gran simbolismo: “son un tótem que representa la infancia y la libertad”.


*Simorofilia

Se denomina simorofilia al placer sexual que genera provocar accidentes o desastres, como un choque automovilístico. Este fetiche fue popularizado por J. G. Ballard en su novela “Crash” (1973), y más tarde por la adaptación cinematográfica homónima, dirigida en 2005 por Paul Haggis. En los practicantes de la simorofilia el clímax del placer se sincroniza con el momento de un choque: excitación in extremis que coquetea también con la muerte.
Esta filia también abarca la fascinación por copular en un desastre natural, en medio de un huracán, tsunami, incendio, etc. La fantasía suprema de la simorofilia es fornicar durante el fin del mundo.


 *Hibristofilia

La hibristofilia, filia que, en general, tiene que ver con el mundo femenino, nos presenta a personas que se sienten atraídas por malhechores de todo tipo, incluso por aquellos encerrados por crímenes aberrantes. El Dr. Kerner explica que este fenómeno ocurre “usualmente si el criminal es atractivo, ha tenido presencia en los medios y ha ganado cierta notoriedad”.
En octubre de 1996, Doreen Lioy, de 41 años, católica y virgen, se casó con el temible asesino en serie Richard Ramírez, el tristemente célebre el célebre acosador nocturno, en  la Prisión Estatal de San Quintín. Ramírez asesinó brutalmente a  14 personas en la ciudad de Los Ángeles entre los años 1984 y 1985. Doreen no es la única mujer que fantaseó con el temible Ramírez. Una enfermera, una maestra de escuela y una adoradora de Satán, solicitaron el amor del asesino.
Ted Bundy, el psicópata americano por excelencia, con 36 asesinatos confirmados en su haber, fue su propio abogado durante el juicio de sus  monstruosos crímenes. Aprovechó una antigua ley de la Florida que proclamaba que toda declaración de matrimonio en un juzgado, hecha en presencia de funcionarios judiciales, era válida y legalmente vinculante, para casarse con Carol Ann Boone. Dado el encanto personal de Bundy y su buen aspecto, los medios lo presentaron como "el Rodolfo Valentino de los asesinos en serie”.
En los casos de hibristofilia, las mujeres se sienten atraídas por los chicos malos, no necesariamente delincuentes.


*Formicofilia

La formicofilia es el placer sexual que se obtiene al tener insectos arrastrándose por el cuerpo, especialmente en las zonas genitales. Se cree que esta parafilia se ha desarrollado especialmente entre personas cuyos hogares son infestados por insectos y, por el divino azar, experimentan durante la cópula la participación de algún bicho que se prendió a la fiesta, incrementando el placer obtenido en el approach erótico. Aunque también hay personas a las que simplemente les gusta llevar voluntariamente insectos a la cama y usarlos en estratégicas zonas erógenas.
En Japón  (¡cuándo no!) algunas personas acostumbran utilizar anguilas para practicar sexo anal o para la masturbación femenina.


*Hematofilia o hematolagnia

La hematofilia consiste en involucrar, usar o incluso tomar sangre durante las relaciones sexuales, o tener pensamientos eróticos sobre la sangre. Se supone que se vio incrementada entre los jóvenes a partir de la saga "Twilight", de Stephenie Meyer, las adaptaciones cinematográficas de sus novelas y las series de TV como The Vampire Diaries” y su spin-off,The Originals”, donde los vampiros están para comérselos y chuparse hasta el último huesito. El Dr. Kerner comenta que, en efecto, a partir de estas novelas, películas y series han aumentado los casos que incluyen fantasías vampíricas “pero no el tomar sangre”. Imagino que los vampiros europeos y sofisticados de la década de 1930 habrán causado el mismo efecto en las damas de la época pero, para entonces, esas cosas no se publicaban en las revistas.


 *Mecanofilia

Como resultado de la sexualización de las máquinas que se ha generado en la publicidad, particularmente de los autos (a nadie se le ha ocurrido hasta  ahora sexualizar una plancha o una batidora eléctrica, pero esperen que ya llega), ha surgido la mecanofilia, donde los automóviles y diferentes artilugios mecánicos, donde estos elementos son el centro de la experiencia sexual. “Generalmente existe un elemento exhibicionista para quien se siente estimulado por una máquina, así como el elemento de sumisión/dominación”, explica el Dr.  Kerner.
Según el teórico de la comunicación Marshal Mcluhan, la ropa es una extensión de nuestra piel y los autos, de nuestros pies, pero en algunos casos se convierten en extensiones del pene o de la vagina. Edward Smith, el mayor mecanófilo del mundo (tiene, incluso, un documental de la BBC), admite haber tenido sexo con más de mil coches.
La mecanofilia es uno de los fetiches que más aspectos en común tiene con la llegada de los robots sexuales y demás máquinas de uso erótico.


*Claustrofilia

Así como existe la claustrofobia (pánico a los espacios cerrados), también existe su antítesis, la claustrofilia, excitación que se logra en espacios extremadamente pequeños. Esta fijación que es mucho  más común de lo que cree: ya hemos hablado en este espacio de encuentros eróticos en baños, ascensores y probadores de ropa.


*Odaxelagnia

La odaxelagnia consiste en obtener placer sexual en morder o ser mordidos por el partenaire erótico. Se diferencia de la hematofilia porque en los casos de odaxelagnia no hay la necesidad de chupar la sangre.


 *Autoandrofilia

La autoandrofilia consiste en la necesidad de una mujer de vestirse como hombre o fantasear que es un hombre durante los preliminares y el acto sexual para conseguir la excitación y el orgasmo. Puede darse en mujeres heterosexuales y homosexuales. Obviamente, no se habla de un juego aislado sino de una cosntante: la mujer no puede tener una relación sexual satisfactoria sin esta variante.


*Acrotomofilia

Una de las fijaciones más excéntricas es la acrotomofilia o atracción sexual que siente una persona por alguien a quien le falta alguna extremidad o es discapacitado y usa muletas o silla de ruedas. Devotee y wannabe son los neologismos con los que se ha bautizado a los acrotomofílicos. Los primeros oscilan entre la admiración y el deseo sexual, mientras que el segundo grupo lisa y llanamente envidia las lesiones ajenas.


 *Somnofilia

La somnofilia es la consiste en obtener excitación o placer sexual viendo a sus parejas dormidas o sabiéndose observados mientras lo hacen. El Dr. Ian Kerner lo llama el fetiche de la bella durmiente” y precisa que “suele tratarse de poder y sumisión para los dos lados, teniendo a alguien bajo tu control y/o ser sometido totalmente”.


 *Hierofilia

La hierofilia es la excitación sexual que originan los objetos religiosos. Esto se asocia con la devoción religiosa llevada a su literalidad. Algunas personas fanáticas, por ejemplo, que suelen asegurar pertenecer a Cristo, llevan esto a un extremo y disfrutan usar cruces, Biblias u otros objetos en el acto sexual. Otras simplemente eligen masturbarse con imágenes o figuras religiosas. Esta  parafilia hereje es una consecuencia de la represión sexual que la religión ha impuesto históricamente.


*Dendrofilia

La dendrofilia se describe como la atracción sexual hacia los árboles y las plantas, incluyendo su uso como objetos sexuales. Muchas personas usan vegetales y frutas como los pepinos o las zanahorias para introducirlos en su vagina o en el ano, durante el coito o la masturbación. Los varones con esta filia convierten a los agujeros en árboles y troncos como extensiones de la vagina.  Mucha gente experimenta sentimientos hacia las plantas después de haber tenido sexo en un jardín, bosque, invernadero, o habitación con muchas plantas. El uso de flores para acariciarse el cuerpo también se incluye dentro de la dendrofilia.


*Necrofilia

La necrofilia es una parafilia que se caracteriza por sentir atracción sexual hacia los cadáveres, tanto humanos como animales. El acto sexual con cadáveres está considerado como algo socialmente inaceptable, pues se presume que la persona no habría consentido ese acto en vida. Se asume como una falta de respeto simbólico.
El caso más famoso de necrofilia es el de Carl Tanzler, un radiólogo de Key West (Florida) que desarrolló una obsesión mórbida por Elena Milagro Hoyos, una joven paciente que murió de tuberculosis en 1931. Con el permiso de sus padres, Carl Tanzler mandó a construir un mausoleo para evitar que se descompusiera bajo tierra. Visitó la tumba cada noche y antes de 1933, ya había secuestrado el cuerpo y lo había metido en su cama. Tanzler restauró el cadáver como mejor pudo y tenía un guardarropa lleno para vestirla.


La Mención Honorífica en cuanto a fetiches sexuales se la lleva Thad Roberts, un hombre cuyo fetiche sexual era hacer el amor en la luna y para concretarlo robó 21 millones de dólares en piedras lunares cuando trabajaba como interno en la NASA. Roberts deseaba que él y su novia fueran los primeros en "copular en la Luna". Esta fabulosa historia de amor y calor cósmico fue documentada en un libro de Ben Mezrich “Sex on the Moon: The Amazing Story Behind the Most Audacious Heist in History.” El ladrón de piedras lunares fue descubierto y condenado a siete años de prisión. Triste: una vez que un hombre tiene una idea romántica lo meten en cana. ¡Así no vale!
Otra parafilia que viene asomando pero todavía un no tiene nombre es la creciente excitación sexual que generan los entes de otros mundos en ciertas personas. Hay una fuerte tendencia a fantasear con seres intergalácticos y una legión de fanáticos de Paul, el extraterrestre describiendo en Internet lujuriosas escenas de sexo cósmico en naves espaciales o en planeta lejanos.

Hasta aquí, mis queridos, esta sensacional nota sobre fetiches sexuales. Hay muchos más, por supuesto. Pero por el momento basta para mí, basta para todos. Me despido de ustedes con otro pensamiento de Octavio Paz: A medida que avanzamos, descubrimos nuevos aspectos del amor, como aquel que, al ascender por una colina, contempla a cada paso los cambios del panorama.”

Buenas noches.

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