FETICHES SEXUALES: SOBRE GUSTOS...
“En el fetichismo, el sexo
echa abajo las barreras entre los mundos orgánico e inorgánico. Vestidos y
adornos establecen con él sus alianzas.”
Walter Benjamin
*Dacryfilia o dacrilagnia
La dacryfilia involucra a las lágrimas como objeto erótico. Muchas personas incrementan su excitación sexual al lamer, untarse o hasta beber lágrimas, cosa que no resulta tan extraña considerando que uno de los componentes del llanto es la oxcitocina, llamada la hormona del amor. El estrés lleva a una sobrecarga de las hormonas del bienestar y, al derramar lágrimas, se elimina una parte de adrenalina, noradrenalina y oxitocina. “Por eso el llanto elimina tensiones y nos ayuda a tranquilizarnos”, explica la psicóloga española Julia Vidal.
No es extraño que las emociones extremas se acrisolen en el sexo, y pasar del llanto al orgasmo es bastante común, pero existen personas que con dacryfilia que hacen llorar a su pareja para poder excitarse. En tanto el juego sea consensuado, probablemente no haya necesidad de preocuparse, pero en casos extremos esta práctica puede desembocar en violencia. Dr. Ian Kerner, terapeuta sexual de Nueva York, consultado por la cadena de televisión CBS, advierte que “todos los fetiches y compulsiones sexuales tienen el potencial de volverse patológicos”.
La dacryfilia está relacionada con el placer que se obtiene al lamer los ojos de una persona, denominado oculolinctus.
*Agalmatofilia
La agalmatofilia, parafilia bastante común, es la atracción sexual hacia los
maniquíes. Esta simpatía erótica se extiende a estatuas, muñecas e inmovilidad
del partenaire amoroso. Muchas personas no sólo se excitan contemplando los
cuerpos torneados que se exhiben en las boutiques y tiendas de ropa: algunos
los roban para tener sexo con ellos. Ya hemos visto, en una nota reciente, como
muchos japoneses están reemplazando a sus mujeres con Rabu Doru (Muñecas de amor). Joan Manuel Serrat
escribió en 1970 la maravillosa canción “De cartón piedra”, que cuenta la
historia de un hombre perdidamente enamorado de un maniquí que descubre en el
escaparate de una tienda. La película de 1948, “One Touch of Venus” (“Un
toque de Venus”, William A. Seiter) nos presenta a un Robert Walker enamorado
de una imponente estatua de Venus Anatolia (Ava Gardner), que cobra vida cuando
Walker la besa. La película, “Mannequin” (Michael Gottlieb), de 1987, retoma la historia pero
la convierte en algo más naif: Andrew McCarthy se enamora de Kim
Cattrall, bellísimo maniquí que resulta ser una dama real del antiguo Egipto. ¿Vieron
que la agalmatofilia no es tan rara?
*Ursusagalamatofilia
La ursusagalamatofilia consiste en vestirse como un animalito de felpa y buscar a otra persona con el mismo gusto por el peluche para concretar un encuentro sexual. Según el Dr. Ian Kerner “existe una gran escena furry (como denomina a esta filia en EE.UU) y parece estar basada en personas que les gusta antropomorfizar animales y atribuirles cualidades humanas, generalmente cualidades bonitas”.
Bañarse y perfumarse antes de tener relaciones sexuales es una rutina para unos, pero para otros la higiene o la sensualidad de un baby doll con olorcito a Vivere, no tienen nada de estimulante. Son aquellos a los que les gusta la idea de ensuciarse o ensuciar a su pareja durante el encuentro sexual, práctica denominada salirofilia. La salirofilia va desde la misofilia (fetichismo sexual que busca el placer interactuando con la suciedad) hasta la sitofilia o Food Play (fetichismo sexual que involucra la utilización de productos comestibles, con los que se embadurna a la pareja), pasando por algunas otras cosas que a mí me dan impresión. Busquen en Wikipedia. El Dr. Kerner dice que normalmente el paquete incluye fantasías de dominación y sumisión.
*Hibristofilia
*Autoandrofilia
La autoandrofilia consiste en la necesidad de una mujer de vestirse como hombre o fantasear que es un hombre durante los preliminares y el acto sexual para conseguir la excitación y el orgasmo. Puede darse en mujeres heterosexuales y homosexuales. Obviamente, no se habla de un juego aislado sino de una cosntante: la mujer no puede tener una relación sexual satisfactoria sin esta variante.
Una de las fijaciones más excéntricas es la acrotomofilia o atracción sexual que siente una persona por alguien a quien le falta alguna extremidad o es discapacitado y usa muletas o silla de ruedas. Devotee y wannabe son los neologismos con los que se ha bautizado a los acrotomofílicos. Los primeros oscilan entre la admiración y el deseo sexual, mientras que el segundo grupo lisa y llanamente envidia las lesiones ajenas.
*Somnofilia
*Hierofilia
La Mención Honorífica en cuanto a fetiches sexuales se la lleva Thad Roberts, un hombre cuyo fetiche sexual era hacer el amor en la luna y para concretarlo robó 21 millones de dólares en piedras lunares cuando trabajaba como interno en la NASA. Roberts deseaba que él y su novia fueran los primeros en "copular en la Luna". Esta fabulosa historia de amor y calor cósmico fue documentada en un libro de Ben Mezrich “Sex on the Moon: The Amazing Story Behind the Most Audacious Heist in History.” El ladrón de piedras lunares fue descubierto y condenado a siete años de prisión. Triste: una vez que un hombre tiene una idea romántica lo meten en cana. ¡Así no vale!
Otra parafilia que viene asomando pero todavía un no tiene nombre es la creciente excitación sexual que generan los entes de otros mundos en ciertas personas. Hay una fuerte tendencia a fantasear con seres intergalácticos y una legión de fanáticos de Paul, el extraterrestre describiendo en Internet lujuriosas escenas de sexo cósmico en naves espaciales o en planeta lejanos.
Hasta aquí, mis queridos, esta sensacional nota sobre fetiches sexuales. Hay muchos más, por supuesto. Pero por el momento basta para mí, basta para todos. Me despido de ustedes con otro pensamiento de Octavio Paz: “A medida que avanzamos, descubrimos nuevos aspectos del amor, como aquel que, al ascender por una colina, contempla a cada paso los cambios del panorama.”
Buenas noches.
La ursusagalamatofilia consiste en vestirse como un animalito de felpa y buscar a otra persona con el mismo gusto por el peluche para concretar un encuentro sexual. Según el Dr. Ian Kerner “existe una gran escena furry (como denomina a esta filia en EE.UU) y parece estar basada en personas que les gusta antropomorfizar animales y atribuirles cualidades humanas, generalmente cualidades bonitas”.
A diferencia de la zoofilia, donde las personas literalmente
disfrutan de tener sexo con cabras, perros y caballos, y la avisodomía, donde el objeto de
desvelo sexual son las aves (gallinas y patos, supongo, porque con un jilguero
se complica), lo que se pone de manifiesto en esta práctica es el deseo de tener sexo con humanos que
tienen características de animales, pero mansitos. En Japón hasta existe un tipo de animé basado únicamente en esta filia.
*Parcialismo
El parcialismo es la atracción sexual por una zona específica y no genital del cuerpo, y, a
veces, en determinadas situaciones. Por ejemplo, existen personas que se
excitan al ver un pie con zapatos de taco pisando el pedal del acelerador de un
auto. Esta segmentación del deseo hace
que algunas personas lleven esta filia al extremo y busquen sólo tener sexo con
un pie o con una mano.
*Salirofilia
Bañarse y perfumarse antes de tener relaciones sexuales es una rutina para unos, pero para otros la higiene o la sensualidad de un baby doll con olorcito a Vivere, no tienen nada de estimulante. Son aquellos a los que les gusta la idea de ensuciarse o ensuciar a su pareja durante el encuentro sexual, práctica denominada salirofilia. La salirofilia va desde la misofilia (fetichismo sexual que busca el placer interactuando con la suciedad) hasta la sitofilia o Food Play (fetichismo sexual que involucra la utilización de productos comestibles, con los que se embadurna a la pareja), pasando por algunas otras cosas que a mí me dan impresión. Busquen en Wikipedia. El Dr. Kerner dice que normalmente el paquete incluye fantasías de dominación y sumisión.
*Infantilismo parafílico
El infantilismo
parafílico involucra a personas que tienen como fetiche usar pañales y
actuar como bebés. Este comportamiento es más común en hombres que en
mujeres. Según del Dr. Ian
Kerner, los pañales
tienen un gran simbolismo: “son un tótem que representa la
infancia y la libertad”.
*Simorofilia
Se denomina simorofilia al placer
sexual que genera provocar accidentes o desastres, como un choque automovilístico.
Este fetiche fue popularizado por J. G. Ballard en su novela “Crash”
(1973), y más tarde por la adaptación cinematográfica homónima, dirigida en
2005 por Paul Haggis. En los practicantes de
la simorofilia el clímax del placer se sincroniza con
el momento de un choque: excitación in extremis que coquetea
también con la muerte.
Esta filia también abarca la
fascinación por copular en un desastre natural, en medio de un huracán,
tsunami, incendio, etc. La fantasía suprema de la simorofilia es fornicar
durante el fin del mundo.
La
hibristofilia, filia que, en general, tiene que ver con el mundo femenino, nos
presenta a personas que se sienten atraídas por malhechores de todo tipo,
incluso por aquellos encerrados por crímenes aberrantes. El Dr. Kerner explica
que este fenómeno ocurre “usualmente si
el criminal es atractivo, ha tenido presencia en los medios y ha ganado cierta
notoriedad”.
En octubre de 1996, Doreen Lioy, de 41 años, católica
y virgen, se casó con el temible asesino en serie Richard Ramírez, el
tristemente célebre el célebre acosador nocturno, en la Prisión Estatal de San Quintín. Ramírez asesinó brutalmente a 14
personas en la ciudad de Los Ángeles entre los años 1984 y 1985. Doreen
no es la única mujer que fantaseó con el temible Ramírez. Una enfermera, una
maestra de escuela y una adoradora de Satán, solicitaron el amor del asesino.
Ted Bundy, el psicópata americano por excelencia, con 36 asesinatos confirmados en su haber, fue su
propio abogado durante el juicio de sus monstruosos
crímenes. Aprovechó una antigua ley de la Florida que
proclamaba que toda declaración de matrimonio en un juzgado, hecha en presencia
de funcionarios judiciales, era válida y legalmente vinculante, para casarse
con Carol Ann Boone. Dado el encanto personal de Bundy y su buen aspecto, los
medios lo presentaron como "el Rodolfo Valentino de los asesinos en serie”.
En los casos de hibristofilia, las mujeres
se sienten atraídas por los chicos malos, no necesariamente delincuentes.
*Formicofilia
La formicofilia es el placer sexual que se obtiene al tener insectos
arrastrándose por el cuerpo, especialmente en las zonas genitales. Se cree que
esta parafilia se ha desarrollado especialmente entre personas cuyos hogares
son infestados por insectos y, por el divino azar, experimentan durante la
cópula la participación de algún bicho que se prendió a la fiesta,
incrementando el placer obtenido en el approach
erótico. Aunque también hay personas a
las que simplemente les gusta llevar voluntariamente insectos a la cama y
usarlos en estratégicas zonas erógenas.
En Japón (¡cuándo no!) algunas personas acostumbran utilizar
anguilas para practicar sexo anal o para la masturbación femenina.
*Hematofilia o hematolagnia
La hematofilia consiste en involucrar, usar o incluso tomar
sangre durante las relaciones sexuales, o tener pensamientos eróticos sobre la
sangre. Se supone que se vio incrementada entre los jóvenes a partir de la saga "Twilight", de Stephenie
Meyer, las adaptaciones cinematográficas de sus novelas y las
series de TV como “The Vampire Diaries” y su spin-off, “The Originals”, donde los
vampiros están para comérselos y chuparse hasta el último huesito. El Dr.
Kerner comenta que, en efecto, a partir de estas novelas, películas y series han
aumentado los casos que incluyen fantasías vampíricas “pero no el tomar sangre”.
Imagino que los vampiros europeos y sofisticados de la década de 1930 habrán
causado el mismo efecto en las damas de la época pero, para entonces, esas
cosas no se publicaban en las revistas.
*Mecanofilia
Como resultado de la sexualización
de las máquinas que se ha generado en la publicidad, particularmente de los
autos (a nadie se le ha ocurrido hasta
ahora sexualizar una plancha o una batidora eléctrica, pero esperen que
ya llega), ha surgido la mecanofilia, donde
los automóviles y diferentes artilugios mecánicos, donde estos elementos son el centro de la experiencia sexual. “Generalmente existe un
elemento exhibicionista para quien se siente estimulado por una máquina, así
como el elemento de sumisión/dominación”, explica el Dr. Kerner.
Según el teórico de la comunicación Marshal Mcluhan, la ropa es una extensión de nuestra piel y los autos, de nuestros pies, pero en algunos casos se convierten en extensiones del pene o de la vagina. Edward Smith, el mayor mecanófilo del mundo (tiene, incluso, un documental de la BBC), admite haber tenido sexo con más de mil coches.
La mecanofilia es uno de los
fetiches que más aspectos en común tiene con la llegada de los robots sexuales
y demás máquinas de uso erótico.
*Claustrofilia
Así como existe la claustrofobia
(pánico a los espacios cerrados), también existe su antítesis, la claustrofilia, excitación que se logra
en espacios extremadamente pequeños. Esta fijación que es mucho más común de lo que cree: ya hemos hablado en
este espacio de encuentros eróticos en baños, ascensores y probadores de ropa.
*Odaxelagnia
La
odaxelagnia consiste en obtener placer sexual en morder o ser mordidos por el
partenaire erótico. Se diferencia de la hematofilia porque en los casos de odaxelagnia no hay la necesidad de
chupar la sangre.
La autoandrofilia consiste en la necesidad de una mujer de vestirse como hombre o fantasear que es un hombre durante los preliminares y el acto sexual para conseguir la excitación y el orgasmo. Puede darse en mujeres heterosexuales y homosexuales. Obviamente, no se habla de un juego aislado sino de una cosntante: la mujer no puede tener una relación sexual satisfactoria sin esta variante.
*Acrotomofilia
Una de las fijaciones más excéntricas es la acrotomofilia o atracción sexual que siente una persona por alguien a quien le falta alguna extremidad o es discapacitado y usa muletas o silla de ruedas. Devotee y wannabe son los neologismos con los que se ha bautizado a los acrotomofílicos. Los primeros oscilan entre la admiración y el deseo sexual, mientras que el segundo grupo lisa y llanamente envidia las lesiones ajenas.
La
somnofilia es la consiste en obtener excitación o placer sexual viendo a sus
parejas dormidas o sabiéndose observados mientras lo hacen. El Dr. Ian Kerner lo llama “el
fetiche de la bella durmiente” y precisa que “suele tratarse de poder y sumisión
para los dos lados, teniendo a alguien bajo tu control y/o ser sometido
totalmente”.
La
hierofilia es la excitación sexual que originan los objetos religiosos. Esto se
asocia con la devoción religiosa llevada a su literalidad. Algunas personas
fanáticas, por ejemplo, que suelen asegurar pertenecer a Cristo, llevan esto a un extremo y disfrutan usar cruces, Biblias u otros objetos en el
acto sexual. Otras simplemente eligen masturbarse con imágenes o figuras
religiosas. Esta parafilia hereje es una consecuencia de la represión sexual que la religión ha impuesto históricamente.
*Dendrofilia
La dendrofilia se describe como la atracción sexual hacia
los árboles y las plantas, incluyendo su uso como objetos
sexuales. Muchas personas usan vegetales y frutas como los pepinos o las
zanahorias para introducirlos en su vagina o en el ano,
durante el coito o la masturbación. Los varones con esta filia convierten a los
agujeros en árboles y troncos como extensiones de la vagina. Mucha gente experimenta sentimientos hacia las
plantas después de haber tenido sexo en un jardín, bosque, invernadero, o
habitación con muchas plantas. El uso de flores para acariciarse el cuerpo
también se incluye dentro de la dendrofilia.
*Necrofilia
La necrofilia es una parafilia que se
caracteriza por sentir atracción sexual hacia los cadáveres, tanto humanos como animales. El acto sexual con
cadáveres está considerado como algo socialmente inaceptable, pues se presume
que la persona no habría consentido ese acto en vida. Se asume como una falta
de respeto simbólico.
El caso más famoso de necrofilia es el de
Carl Tanzler, un radiólogo de Key West (Florida) que desarrolló
una obsesión mórbida por Elena Milagro Hoyos, una joven paciente que murió de tuberculosis en 1931. Con el permiso de
sus padres, Carl Tanzler mandó a construir un mausoleo para evitar
que se descompusiera bajo tierra. Visitó la tumba cada noche y antes de 1933, ya había
secuestrado el cuerpo y lo había metido en su cama. Tanzler restauró el cadáver como
mejor pudo y tenía un guardarropa lleno para vestirla.
La Mención Honorífica en cuanto a fetiches sexuales se la lleva Thad Roberts, un hombre cuyo fetiche sexual era hacer el amor en la luna y para concretarlo robó 21 millones de dólares en piedras lunares cuando trabajaba como interno en la NASA. Roberts deseaba que él y su novia fueran los primeros en "copular en la Luna". Esta fabulosa historia de amor y calor cósmico fue documentada en un libro de Ben Mezrich “Sex on the Moon: The Amazing Story Behind the Most Audacious Heist in History.” El ladrón de piedras lunares fue descubierto y condenado a siete años de prisión. Triste: una vez que un hombre tiene una idea romántica lo meten en cana. ¡Así no vale!
Otra parafilia que viene asomando pero todavía un no tiene nombre es la creciente excitación sexual que generan los entes de otros mundos en ciertas personas. Hay una fuerte tendencia a fantasear con seres intergalácticos y una legión de fanáticos de Paul, el extraterrestre describiendo en Internet lujuriosas escenas de sexo cósmico en naves espaciales o en planeta lejanos.
Hasta aquí, mis queridos, esta sensacional nota sobre fetiches sexuales. Hay muchos más, por supuesto. Pero por el momento basta para mí, basta para todos. Me despido de ustedes con otro pensamiento de Octavio Paz: “A medida que avanzamos, descubrimos nuevos aspectos del amor, como aquel que, al ascender por una colina, contempla a cada paso los cambios del panorama.”
Buenas noches.
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