sábado, 27 de julio de 2013

SEIS PELÍCULAS DE TERROR QUE NINGÚN CRISTIANO (NI MUSULMÁN, NI JUDÍO, NI ATEO, NI AGNÓSTICO) DEBERÍA VER JAMÁS II


 SEIS PELÍCULAS DE TERROR QUE NINGÚN CRISTIANO (NI MUSULMÁN, NI JUDÍO, NI ATEO, NI AGNÓSTICO) DEBERÍA VER JAMÁS II

“Asustar es tan divertido como tener miedo.” 
Vincent Price

Es de público conocimiento que, desde que a los ocho años me enamoré de Vincent Price (alto, elegante, exquisitamente escalofriante), ver películas de terror todo el tiempo es uno de mis vicios más consuetudinarios. Empecé con “Viaje a lo inesperado”, a fines de los ’70, con largometrajes presentados por Narciso Ibañez Menta, primero, y Nathán Pinzón, después; continué durante los ‘80 con las sagas de Jason Voorhes (“Friday the 13th”, 1980), Freddy Krueger (“A Nightmare on Elm Street”, 1984)  y Pinhead (“Hellraiser”, 1987); y desemboqué en el siglo XXI viendo pelotudeces imposibles de calificar (de ahí el cartelito “Unrated” que muchos de estos films ostentan en sus empaques).
Hace casi un año publiqué en este espacio un artículo orientado a que la gente de bien esquive una serie de películas abominables, que nadie, ni siquiera el más malo entre los malos, merece ver. Películas mal filmadas, mal actuadas, con argumentos ridículos y directores pésimos. Hoy estoy en condiciones de ampliar la lista presentada en ese momento (porque durante el año transcurrido me desobedecí a mí misma y seguí perdiendo el tiempo mirando estupideces). He aquí, entonces, “Seis películas de terror que ningún cristiano (ni musulmán, ni judío, ni ateo, ni agnóstico) debería ver jamás II”. De nada.


V/H/S (2012, EE. UU.)

Hete aquí que estaba yo perdiendo el tiempo, como es mi sana costumbre, cuando mi hijo adolescente me preguntó: “Mami, ¿vamos al cine?” De más está decir que hacía años y años que no iba al cine con mi vástago, así que me apuré a aceptar la invitación sin reparar demasiado en cuál era la película a degustar. El filme en cuestión  fue una insufrible e interminable  ¿historia? intitulada “V/H/S” (retitulada en nuestro bendito país como “Las crónicas del miedo”) que padecí con una sonrisa, temerosa de que mi hijo se ofendiera.
“V/H/S” es lo que usualmente se llama una “antología de terror”. Es decir, varios pequeños filmes en uno. Lloro a moco tendido al recordar  "Cuentos de terror" (“Tales of terror”), de Roger Corman, donde Vincent Price, Peter Lorre y Basil Rathbone se lucieron interpretando las historias más populares de Edgar Allan Poe, o “Twice-Told Tales” ("Cuentos dos veces contados"), de Sidney Salkow, también con Vincent Price, donde se reacreaban cuentos de Nathaniel Hawthorne, entre ellos el maravilloso "Rappaccini's Daughter"("La hija de Rapaccini"). 

-"Tape 56/frame narrative" (Adam Wingard)

La película arranca con un grupo de matones a los que se les adjudica una misión: robar cierto videocassette de la casa de un señor que está muerto. O no. Cualquier persona normal hubiera cargado todos los videos que tenía el viejo en una o varias bolsas y se hubiera ido a la mierda. Total, para ver cuál era el buscado, había tiempo. Pero no. Mientras sus compañeros recopilan los videos esparcidos por toda la casa, uno de estos gansos decide ponerse a verlos en la grata compañía del muerto.  Cosa de no llevarse el equivocado.

-"Amateur Night" (David Bruckner)

En el primer video hay una historia estúpida acerca de unos adolescentes estúpidos que levantan a un par de minas en un boliche y las llevan a un departamento para filmarlas mientras tienen sexo. Una está más o menos, la otra es una loquita con menos carne que una parrillada vegetariana y los ojos desorbitados como un muppet, que repite constantemente “Me gustas”. Ya en el departamento, la mina más potable se queda dormida y la otra, en bolas y dando lástima, se convierte en algo que devora a los borregos cachondos y luego emprende vuelo, equipada con unas gigantescas alas de murciélago que no se le notaban, a pesar de llevar un vestido strapless

-"Second Honeymoon" (Ti West)

En el segundo video la historia versa sobre una pareja haciendo un viaje romántico por el medio oeste americano. Un mecánico devenido en médium le dice a la mujer que pronto se reencontrará con un ser querido. Más tarde, el hombre se topa con una chica misteriosa. Mucho más tarde, cuando la pareja duerme, una mujer se cuela en la habitación, le acaricia el traste a la protagonista del cuento con un cuchillo, le roba $100 dólares de la billetera al marido y  enjuaga el cepillo de dientes del pobre hombre en el inodoro. Al otro día hay una pequeña discusión en la pareja por los $100 dólares desaparecidos y esa misma noche la mujer misteriosa vuelve a entrar en la habitación, destripa al marido y se besuquea con la esposa, mientras la guacha le pregunta si había borrado la cinta donde habían quedado registrados estos acontecimientos sin pies ni cabeza. 

-"Tuesday the 17th" (Glenn McQuaid)

En el tercer video (sí, ya sé, es agotador), un grupo de adolescentes insufribles se va de camping a un lugar donde, un año antes, murieron los amigos de una de las chicas. La intención de la sobreviviente es probar que en ese bosque hay una cosa maligna y asesina y que sus amigos fueron destripados de forma brutal. Todo le sale para el culo porque la cosa (nada del otro mundo: un hombre pixelado) mata a sus amigos (previsto, ya que eran carnadas humanas) y también la mata a ella (por turra). 

-"The Sick Thing That Happened to Emily When She Was Younger" (Joe Swanberg)

El cuarto video narra un cuentito que presenta a una loquita a la que unos parientes lejanísimos de Alien usan como incubadora. La chica habla todo el tiempo por chat con el novio que también es médico, que dice que vive en otra ciudad pero monta guardia en el departamento de al lado y que le extirpa los fetos UFO sin que la pobre mina se entere. O algo así.

-"10/31/98" (Radio Silence -Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett, Justin Martinez & Chad Villella-)

La última historia (¡por fin!) cuenta como unos pavotes importantes, listos para asistir a una fiesta de Halloween, se equivocan de casa y se encuentran con una horda de servidores de Satanás a punto de sacrificar a una chica. Después de algunas escenas olvidables, los pibes consiguen rescatar a la muchacha y se la llevan en su auto. Que se queda atascado en medio de las vías del tren. Ahí los adolescentes comprueban que la chica ya no está con ellos (se aleja en medio de una bandada de pájaros) y que, además, el tren está a punto de hacerlos pelota. La peliculita termina, precisamente, con el tren impactando contra el automóvil de estos bobos.

¿Se preguntarán ustedes qué pasó con los matones y el viejo muerto?  Bueno, el viejo no estaba muerto, estaba catatónico, nomás. Y creo que es el que mata a los allanadores. Pero no sé.

Cuando terminó “V/H/S” sentí un alivio infinito. Que se intensificó cuando mi hijo masculló “¡Qué mierda!”, porque ahí me vi en total libertad para putear contra una película horrenda y contra unos personajes tan calenturientos (aúllan como lobos en celo cuando ven una simple teta) e insufribles que una termina poniéndose, incondicionalmente, del lado de la vampiro anoréxica, el fantasma pixelado, los acólitos de Satanás y el tren. Que los maten a todos de puta una vez.
Lo más triste de esta anécdota es la breve conversación que mantuve con mi hijo cuando volvíamos a casa:
-Nene, vos me invitaste al cine y pagué todo yo.
-Es que la mía fue una invitación emocional, no económica. Era para pasar tiempo juntos, no para pagarte los vicios.
-Ah.


"PENNHURST (THE LOST EPISODE)" (Michael Rooker, 2012, EE. UU.)

Durante los años ’80, los sufridos fans de las películas de terror nos vimos invadidos por una oleada abrumadora de cementerios indios. Un cementerio indio, maldito o profanado, servía para justificar cualquier historia. Hoy en día, esos cementerios indios (a los que terminamos añorando) han sido desplazados por los hospitales psiquiátricos abandonados. Que ya me tienen los huevos al plato, la verdad.
“Pennhurst” es otra horrible película pretendidamente terrorífica que versa sobre un edificio donde años atrás ha funcionado un manicomio, habitado hoy en día por los fantasmas de los enfermos psiquiátricos maltratados antaño, que parecen ser malos pero no lo son. El malo, por supuesto, es un acólito de Josef Mengele, el médico brillante pero más loco que sus pacientes, que experimentó de forma brutal con estos pobres enfermos dejados a la buena de Dios. ¿Les suena? ¡Claro, cómo no les va a sonar! ¡Si ya filmaron cientos de películas con este argumento pelotudo!
En este film de cuarta no faltan, por supuesto, los adolescentes insoportables (uno de ellos es el que relata la historia de un grupo de trabajadores de un programa de televisión dedicado a lo paranormal que fueron despanzurrados en el loquero, suerte aciaga que, gracias a Dios, estos pibitos también corren) y las tetas al viento (no podía faltar el fantasma de la enfermera caliente como un horno que se pone en bolas alegremente). “Pennhurst” es decididamente abominable. Ni se molesten.


"BABY SHOWER" (Pablo Illanes, 2011, CHILE)

Sabrán ustedes, mis queridos, que una de las costumbres que los latinoamericanos importamos de tierras imperialistas es la celebración de los  baby showers, esas fiestas donde se agasaja a las embarazadas y se las llena de porquerías que, supuestamente, sus bebés usarán en el futuro. Un festejo empalagoso bastante más deplorable que el de Halloween, pero no tan resistido por los amantes de lo nacional y popular como la abominada  Noche de Brujas. El punto de partida de “Baby Shower” es la visita de las amigas de Ángela, la preñada de la historia y embarazada de gemelos,  a su casa de campo, en el centro de Chile. Ahí se enteran que su amiga se ha unido a un culto ligado a la adoración de la naturaleza y que piensa parir en ese lugar, asistida por una señora que es algo así como una mezcla de Janis Joplin y Moria Casán, muy hippona y con unas tetas enormes. Pero también sale a la  luz que el marido de Ángela la cornea con una de sus amigas (la escritora, of course, ¿por qué siempre tienen que ser las escritoras las putonas de la historia?). Cuando se pudre todo y las amigas quieren volver a Santiago, descubren que sus autos no funcionan, la línea telefónica ha sido cortada y sus celulares están muertosY bue, ahí empieza la masacre. La tetona new age, su amante y un pajarón que andaba por ahí (y que se encamó con la escritora, que lo parió) son los encargados de llevarla a cabo. Al final, Ángela da a luz en el bosque y la Janis Joplin loca le roba uno de los bebés.
“Baby Shower” es horrible. Mala. Malísima. Tampoco se molesten con ésta.


"DEMON EXORCISM: THE DEVIL INSIDE MAXWELL BASTAS" (Richard G. James, 2013, EE. UU.)

Si todas las películas que versan sobre exorcismos estuvieran basadas en hechos reales, tal como nos quieren hacer creer sus ignotos directores, nueve de cada diez humanos andaríamos por la vida vomitando sopa de arvejas. Porque si algo abunda hoy en día, además de los manicomios abandonados y embrujados, son los poseídos por Satanás. “Demon Exorcism” es una película de bajísimo presupuesto, es cierto. Pero con un presupuesto mucho menor, mi hijo y sus secuaces podrían haber filmado algo bastante más decente. Lo juro por Dios.
Maxwell Bastas es un señor que perdió a su esposa y a su hijito en un accidente. Obviamente, se reveló contra Dios y su dolor se convirtió en ira. Parece que la ira lo llevó a asesinar a sus compañeros de trabajo después de que lo despidieran por cabrón. O no. Y a amasijar a los parroquianos de un bar porque una camarera torpe le tiró una hamburguesa con papas  fritas encima. O no. Maxwell tiene visiones: un señor que debe ser un diablo e imita de forma descarada a Robert De Niro en “Angel Heart”, lo urge a suicidarse. Todo el tiempo.  Lo cierto es que una pareja entrada en años (culona ella, insignificante él) lo atropella con su auto y, como el conductor se había tomado un par de copas y antes de quedar inconsciente el atropellado murmura “Nada de hospitales”, decide llevárselo a su casa para cuidarlo y atenderlo ahí. Nunca visto. Una vez en el hogar de la pareja, el hombre es poseído por un demonio. Su esposa, naturalmente, lo encierra en el sótano y llama a su sacerdote, que a su vez llama a otro sacerdote y a un rabino, para que lo exorcicen. Digo naturalmente porque esta mujer se comporta como si algo le poseyera al marido todos los días. Al final, el diablo que estaba en el marido de la señora culona entra en el cura, el viejo insignificante mata al malogrado hombre de Dios, aparece una horda de vecinos endemoniados que se comen al mentado anciano, etc., etc. La cosa es que el demonio más groso está dentro de Maxwell Bastas y el imitador de De Niro es un demonio antagonista. Bastas es asesinado, vienen los ángeles, no sé si se lo llevan a él o al diablo arrepentido… y estoy llorando por haber gastado mi preciosa y única neurona tratando de entender esto.


"THE LIFE ZONE"  (Rod Weber, 2011, EE.UU)

“The Life Zone” no es un film de terror propiamente dicho, aunque en los chiringuitos donde ofrecen películas truchas te lo vendan como tal. También te venden como película de terror “Antichrist”, de Lars Von Trier, cosa muchísimo más trágica. En esta historia pretendidamente pro-vida, tres jovencitas son presuntamente secuestradas de los quirófanos donde iban a practicarse sendos abortos y recluidas en una especie de clínica donde las mantienen secuestradas, con la finalidad de que cumplan los nueve meses de embarazo y den a luz a sus bebés. Las atiende una doctora rubia que dice que tiene cuarenta pero se le cayó una sota, y un viejo tipo Gran Hermano las vigila desde una pantalla. Las paredes están decoradas con imágenes de Cristo y la Virgen María. Durante nueve meses las pibas miran en televisión  debates y debates sobre el aborto, escuchan a personas que hablan de sus pros y sus contras, a mujeres que abortaron, a mujeres que no abortaron, etc., etc. La más tiernita de las tres cambia de opinión sobre el tema enseguida y se entusiasma con el hecho de tener un bebé. También cambia de opinión otra de las chicas, aunque cuesta bastante más convencerla. Pero la tercera… ¡Ah, la tercera es jodida como ella sola! Ni siquiera en el momento del parto se conmueve y no quiere ni mirar ni tocar a sus bebés, que resultan gemelos. La última escena de la película presenta a las dos redimidas con sus hijos en brazos. La otra piba, tirada en la cama, se queja de que tiene náuseas y dolores. Aparece la doctora rubia y, con cara de circunstancia adversa, le dice que está embarazada. La pobre mina no entiende nada, ¿cómo carajo va a estar embarazada si acaba de parir? En ese momento se percata de que las dos orgullosas mamis han desaparecido y que las imágenes de Jesús y la Virgen han sido reemplazadas por cruces invertidas. El viejo de la pantalla, cuyos ojos se han puesto colorados, le dice a la chica: “Bienvenida al Infierno” y la doctora rubia aclara que ella también está ahí porque se había suicidado.
Yo me indigné profundamente con esta peliculita de mierda, que no sólo toma un tema un tema espinoso para la chacota sino que se atreve a juzgar a las personas mandándolas al Infierno por abortistas o suicidas. Vi cosas repulsivas en mi vida, pero creo que “The Life Zone” se lleva las palmas. 


"DAHMER VS GACY" (Ford Austin, 2010, EE. UU.)

“Dahmer vs Gacy” es algo así como “Jason vs Freddy” pero con personajes que han existido más allá de la imaginación calenturienta de un autor. Es decir, una reverenda pelotudez con algo de comedia, algo de película de terror, y algo de faso, porque una persona con todas las luces no puede pergeñar jamás este delirio. Jeffrey Dahmer y John Wayne Gacy fueron dos de los asesinos en serie más temibles y temidos de Estados Unidos de América. La película muestra al gobierno de dicho país intentando crear el asesino perfecto mediante la combinación del ADN de diferentes criminales (ya me dijeron mis amigos del Face que el gobierno de Estados Unidos hace de todo). Dahmer y Gacy escapan del laboratorio donde los tienen confinados y se dedican a sembrar el terror en el gran país del Norte. Pero son enfrentados por Ringo (no, el Beatle no). Un guerrero entrenado por Dios. Que lo parió. Y cuando Ringo está a punto de vencerlos entran en acción un grupo de Ninjas (no, las Tortugas no) y un carnicero sobrehumano. Que lo volvió a parir.
Dicen las malas lenguas que ya se filmó “Dahmer vs Gacy 2: In te Space”, pero qué quieren que les diga: yo paso.

Estas son, amables lectores, la seis nuevas películas que deben evitar sí o sí. No pierdan su precioso tiempo con estos engendros: si son amantes de las emociones fuertes lean una novela de Clive Barker o de Stephen King, vuelvan a ver algún clásico de Vincent Price o bánquense entero el discurso de algún político.  No los van a defraudar. Y ya que nombré al maestro, me despido de ustedes con una frase de Mr. King: "Los monstruos son reales, y los fantasmas también: viven dentro de nosotros y, a veces, ellos ganan".

Ahora sí me dio miedito.

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