sábado, 22 de octubre de 2022

HOLLYWOOD PARANORMAL: PEG ENTWISTLE


HOLLYWOOD PARANORMAL: PEG ENTWISTLE

“Tengo miedo, soy una cobarde. Lo siento por todo. Si hubiera hecho esto hace mucho tiempo, hubiese evitado mucho dolor.”
Peg Entwistle

Al inicio de la estupenda película del Guillermo del Toro El espinazo del diablo” (2001), el director nos ofrece una definición de fantasma  conmovedora. Para del Toro un fantasma es "Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez, un instante de dolor, quizás algo muerto que por momentos parece vivo, un sentimiento suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en el ámbar".  Peg Entwistle, la rubia chica del cartel de Hollywood, encaja perfectamente es esta melancólica definición. 


PEG ENTWISTLE: UN POCO DE HISTORIA

Lillian Millicent Entwistle, conocida como Peg Entwistle, nació el 5 de Febrero de 1908 en Port Talbot, Gales.  Creció en una familia de actores, aunque es poco lo que se sabe de sus primeros años de vida. Su madre murió cuando aún era una niña y Peg se trasladó con su padre y sus hermanos a Nueva York. Al poco tiempo, su padre fue atropellado por un camión en Park Avenue. Robert y Milton, los hermanos de Peg, fueron enviados a vivir con Harold Entwistle, su tío, en Los Angeles. Ella se quedó en Broadway para seguir una carrera en el teatro, donde debutó a los 17 años, participando de la obra "Hamlet".
Peg conoció en Broadway al actor Robert Keith, diez años mayor que ella. Se enamoraron rápidamente y se casaron. Pero la felicidad fue efímera. En una visita a la casa de su suegra, la joven vio una fotografía de su flamante esposo con un bebé en brazos. Pregunto quién era el niño y supo que se trataba del hijo que Robert había tenido en su matrimonio anterior, detalle que había olvidado contarle a Peg. Pocos días después, la policía irrumpió en la casa de la pareja para exigir el dinero que Robert debía por la manutención de su hijo, hecho que generó una agria discusión que precipitó el divorcio. Con el tiempo, el hijo de Keith, Brian, se convirtió en un exitoso actor de televisión.
En 1931, Peg volvió a la escena en Broadway, pero la Gran Depresión había llegado y los norteamericanos no tenían dinero para asistir al teatro. El cine, en cambio, estaba en pleno auge. Además, el arribo del cine sonoro había dejado en el camino a muchos actores del cine mudo, cuyas voces o acentos no los favorecían, y había demanda de nuevas figuras.  En 1932, Peg decidió mudarse a Los Angeles en busca de fama y fortuna. Se alojó en un hotel habilitado sólo para mujeres, aunque poco después se mudó a la casa de su tío Harold, donde vivían sus hermanos.
Peg encontró trabajo en un pequeño teatro. Su primera obra fue “Mad Hopes”, en la que compartió cartel con Billie Burke, quien se hizo conocida años después como Glinda, la bruja buena de “The Wizard of Oz” (“El mago de Oz”, Victor Fleming, 1939), y un joven Humprey Bogart. La obra fue un éxito de taquilla y de crítica.
El 13 de Junio de 1932, Peg Entwistle firmó un contrato con los estudios RKO para participar en la película “Thirteen Women” (“Trece mujeres”, George Archinbaud, 1932), cuyos protagonistas principales fueron Myrna LoyIrene Dunne y Ricardo CortezRKO redujo considerablemente la aparición de Peg en pantalla, lo que supuso un duro golpe para la actriz. La película se estrenó después de la muerte de Entwistle en el "Teatro Roxy", en Nueva York, el 14 de octubre de 1932 y fue un auténtico fracaso.
Peg pasó el verano de 1932 de audición en audición, sin conseguir ningún papel. Sin trabajo y sin amigos, cayó en una profunda depresión y, prácticamente en la ruina, decidió posar con los pechos descubiertos para un cartel de la época. Le pagaron muy poco: ni siquiera pudo costearse un pasaje de vuelta a Nueva York. Totalmente descorazonada, Peg Entwistle decidió quitarse la vida la noche del 16 de septiembre. Tenía apenas 24 años.


LA MUERTE DE PEG ENTWISTLE

El 16 de septiembre de 1932 por la noche, Peg Entwistle dejó una nota a su tío Harold en la que decía que tenía que salir a la farmacia y que luego iría a visitar a unos amigos. Se dirigió entonces hasta el pie del emblemático cartel de Hollywood (Hollywood Sign), en Mount Lee (que en ese momento rezaba Hollywoodland), y una vez allí tomó una escalera que pertenecía al guardia, que no se encontraba en el lugar, y la apoyó en la letra H. Se quitó su abrigo, lo dobló perfectamente, dejó su cartera encima, subió hasta dicha letra y se arrojó al vacío. 
Temprano en la mañana del domingo 18 de septiembre, una mujer que caminaba por las colinas de Hollywood descubrió una horrible escena: el cuerpo desplomado de una hermosa joven rubia. La mujer juntó algunas de las pertenencias de la muerta, las dejó en los peldaños de la Estación de Policía de Los Angeles Central y luego llamó por teléfono, alertando a la policía sobre su descubrimiento: “Estaba paseando por el letrero de Hollywoodland y cerca de la base encontré un zapato de mujer y una chaqueta. Un poco más adelante noté que había un bolso tirado en el que encontré una nota suicida. Busqué en el barranco y vi un cuerpo tirado. No quiero ningún tipo de publicidad sobre este asunto, así que envolví la chaqueta, los zapatos y el bolso y los dejé a las puertas de la estación central de Policía de Hollywood”. 
Cuando la policía llegó a la escena de la muerte, dedujeron que la mujer había saltado desde la H, la primera letra del cartel de Hollywoodland que dominaba la escena de la famosa ciudad del cine. Una escalera de electricista estaba apoyada contra dicha letra. Al no poder identificar a la fallecida, la policía de Los Angeles publicó una descripción de Peg y su nota de suicidio en el periódico del día siguiente. La nota decía: “Tengo miedo, soy una cobarde. Lo siento por todo. Si hubiera hecho esto hace mucho tiempo, hubiese evitado mucho dolor.” Los tabloides inmediatamente cubrieron la historia, y eventualmente la gente comenzó a referirse a ella como la chica del cartel de Hollywood, un sobrenombre que sigue vigente el día de hoy. 
El tío de Peg, Harold reconoció sus iniciales y las asoció a la descripción física dada por la policía, se presentó en la morgue y reconoció el cuerpo. Peg Entwhistle estableció un nuevo estándar para el suicidio en Hollywood. Se convirtió en un hito de la Meca del cine y  en un símbolo del fracaso y la tragedia.


UNA IRONÍA Y UNA PREMONICIÓN

El día después de la muerte de Peg Entwistle llegó a su domicilio una carta de Beverly Hills Playhouse ofreciéndole su primer papel protagónico. De haberla recibido un día antes, no hubiera decidido acabar con su vida. Pero lo más escalofriante es que, según cuenta la leyenda, el personaje que se le ofreció tardíamente a Peg fue el de una mujer que acaba suicidándose.


EL FANTASMA DE LA CHICA DEL CARTEL DE HOLLYWOOD

Aunque no fue conocida en vida, luego de su muerte Peg Entwistle alcanzó el estrellato que había soñado. A través de los años, muchos mitos han evolucionado alrededor de la historia de la chica del cartel de Hollywood. Muchos afirman que el fantasma de la blonda actriz merodea en el sitio de su muerte. La posibilidad de encontrarse con su espectro llevó a muchos visitantes de todo el mundo al Mount Lee, y su historia es una de las principales atracciones del "Dearly Departed Tragical History Tour". 
En los años siguientes a la muerte de Peg Entwistle, guardabosques y excursionistas han informado de sucesos extraños en el Griffith Park, en las proximidades del cartel de Hollywood. Muchos han declarado haber visto una mujer vestida a la moda de 1930, que desaparece bruscamente cuando alguien se acerca a ella. Dicha mujer ha sido descripta como joven, rubia y atractiva, con un aspecto muy triste. Algunos testigos aseguraron que huele a gardenias, el perfume favorito de Peg.
En 1990, una pareja y su perro, caminaban por un sendero cercano al cartel. De repente el animal comenzó a actuar de forma muy extraña, gimoteando y ocultándose detrás de sus asombrados dueños, que notaron, enseguida, que la figura que asustaba al perro era la de una dama rubia, con ropas antiguas, que caminaba como aturdida. La pareja supuso que estaba drogada o borracha. Mientras la veían alejarse, la mujer se desintegró inexplicablemente.
Otro testigo de estos sucesos paranormales fue un guardabosques llamado John Arbogast. Explicó que las apariciones del fantasma de Peg Entwhistle se daban a altas horas de la noche, especialmente cuando había niebla. También afirmó oler el perfume de gardenias. Arbogast agregó que, luego de que se instalara un sistema de alarmas en el cartel de Hollywood, para desanimar a vándalos y suicidas, éste ha detectado movimiento cerca del cartel, incluso cuando en sus inmediaciones no había nadie.

Devin Morgan, una residente de Beachwood Canyon, también dijo haber olido la fragancia de gardenias. Una tarde, Devin estaba de excursión por el monte cerca del cartel de Hollywood, cuando observó claramente la figura de una mujer.“Ella era extraña”, dijo Devin. “En vez de caminar, parecía que se deslizaba. No flotaba, no parecía un fantasma, pero había algo muy, muy extraño en el ambiente, como un olor intenso de perfume de gardenias.”

EL HOLLYWOOD SIGN

Hollywood Sign es el nombre con el que se conoce al famoso letrero gigantesco situado en una colina conocida como Mount Lee, que forma parte del Griffith Park, en el distrito de Hollywood Hills, Los Ángeles, California.
El letrero está formado por las letras de la palabra Hollywood en mayúsculas y de color blanco. Cada letra mide unos 13,7 metros de altura y en total, el cartel tiene unos 106,7 metros de longitud. Fue creado como parte de una campaña publicitaria en 1923 para promover las ventas de casas en la subdivisión Hollywoodland, que se encuentra a lo largo de Beachwood Canyon. Supuestamente, iba a permanecer sobre el Mount Lee sólo un año y medio, pero, a pesar de que a muchas personas les disgustaba el cartel, se convirtió en un importante símbolo de la ciudad con la que compartía el nombre.
El Hollywood Sign costó 21.000 dólares. Se iluminaba con 4.000 lamparitas de bajo voltaje y podía ser visto a kilómetros de distancia. Debido al fracaso en la venta de las parcelas,  el mantenimiento del cartel se interrumpió en 1939, por lo que comenzó a deteriorarse. Las lamparitas se quemaron, se rompieron, o fueron robadas por los vándalos. Hasta que en 1940, la Cámara de Comercio de Hollywood decidió hacerse cargo del cartel. A finales de 1944, la empresa H. Sherman, promotora de las viviendas del distrito de Hollywoodland, donó a la ciudad de Los Ángeles alrededor de  185 hectáreas de tierra adyacentes a Griffith Park, que incluían el emplazamiento del Hollywood Sign. En 1949, la Cámara de Comercio se decidió a reparar y reconstruir el cartel. Eliminó las lamparitas, le dio unas generosas capas de pintura y prescindió de las últimas cuatro letras. Pero, debido a su frágil estructura, el Hollywood Sign siguió deteriorándose.
En 1978, en gran parte debido a la campaña para restaurar el cartel iniciada por el músico de rock  Alice Cooperla Cámara decidió reemplazar el letrero por otro con una estructura de mejor calidad. Nueve donantes aportaron 27.700 dólares cada uno (sumando un total de 249.300) para financiar la fabricación de letras de acero con una garantía de larga duración. Los donantes fueron:

·         H - Terrence Donnelly – editor del Hollywood Independent Newspaper
·         O - Giovanni Mazza – productor de cine italiano
·         L - Les Kelley – ex jugador de fútbol americano
·         L - Gene Autry – cantante, actor y empresario
·         Y - Hugh Hefner – fundador de Playboy
·         W - Andy Williams – cantante
·         O - Warner Bros. Records
·         O - Alice Cooper – cantante (en memoria de Groucho Marx)
·         D - Dennis Litdke – empresario

Las nuevas letras del Hollywood Sign tenían 13,7 metros de altura y una anchura de 12 metros. El nuevo cartel fue descubierto en el 75º Aniversario de Hollywood, el 14 de noviembre de 1978, ante una audiencia televisiva de 60 millones de espectadores.
Una nueva restauración del cartel, a cargo de Bay Cal Commercial Painting, se realizó de nuevo en noviembre de 2005. Se le incorporó un sistema de seguridad para evitar que se lo dañe. Se encuentra protegido y promocionado por una asociación sin ánimo de lucro, la Hollywood Sign Trust, que se encarga de su mantenimiento y de su divulgación histórica por todo el mundo.

Hasta aquí, mis amables lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido de ustedes con un poema de Don Blanding recitado en 1935 por Leo Carrillo en el musical de la Metro Goldwyn Mayer "Star Night at the Cocoanut Grove" ("Noche de estrellas en Cocoanut Grove").

HOLLYWOOD

Hollywood, Hollywood…
Fabuloso Hollywood…
Babilonia de celuloide,
gloriosa, fascinante…
ciudad delirante,
frívola, seria,
audaz y ambiciosa,
viciosa y glamorosa.
Ciudad llena de dramas,
miserable y trágica…
inútil, genial
y pretenciosa,
tremendo amasijo…
Relumbrona, terrible,
absurda, estupenda;
falsa y barata,
asombrosamente espléndida…
¡¡HOLLYWOOD!!

Buenas tardes.

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