jueves, 19 de octubre de 2023

LO QUE SE VIENE: SEXO CON ROBOTS


LO QUE SE VIENE: SEXO CON ROBOTS

Observé que podía hablar perfectamente con los robots. No se maravillaban de nada. Un invento muy sensato.
Stanislaw Lem

Parece, mis queridos, que los japoneses enamorados de sus Rabu Doru no son los únicos que tienen historias románticas con seres inanimados antropomórficos.  O, por lo menos, no serán los únicos en un futuro cercano. Porque ya hay estudios que plantean que se viene el sexo con robots. Aunque usted no lo crea.
"Nuestro futuro sexual con robots" se denomina un controversial estudio publicado por la Fundación para la Responsabilidad Robótica que recopila diversas opiniones sobre la interacción íntima entre humanos y artefactos tecnológicos. Según este estudio, el sexo con robots generará una revolución porque les simplificará la vida a las personas con dificultades para tener relaciones íntimas, aunque también acarreará ciertos riesgos, como el incremento de la cosificación de las mujeres, el aislamiento social o la alteración de la percepción en cuestiones de consentimiento.
El primer problema en el que hace hincapié este trabajo es la apreciación pública del sexo con robots, ya que la mayoría de las personas no estamos muy informadas acerca de estas máquinas. Yo, por ejemplo, tengo en la cabeza un maridaje entre la Robotina de “Los Supersónicos” y Robin Williams en “El hombre bicentenario”. Ni idea de cómo es un robot de verdad.
"El sexo con robots es nuevo y pocas personas tuvieron encuentros con ellos de forma directa. La información que reciben proviene en su mayor parte de los programas de TV o películas de ciencia ficción", explica el informe. Y nos cuenta que los robots aptos para la faena erótica están equipados con sensores en todo el cuerpo, de forma que puedan responder convenientemente cuando son tocados. Eso, sí: hay que tener en cuenta que, algunas veces, la respuesta depende del rasgo de personalidad que se eligió para el robot sexual. 
La mayoría de estos humanoides tiene funciones de movilidad aunque todavía no hay ninguno que camine. Algunos cuentan  con sistemas de inteligencia artificial, cosa que celebramos calurosamente desde este espacio porque por fin algunas mujeres van a poder tener un amante con un atisbo de inteligencia, aunque sea artificial.
Otra de las preocupaciones en las que pone el foco este estudio es el impacto negativo que puede tener el sexo con robots  en la percepción de género y los estereotipos: "No hay dudas de que crear una representación pornográfica de cuerpos femeninos en este tipo de máquinas puede contribuir a la cosificación de la mujer”, advierte. “La gran pregunta es cuál es el impacto adicional que esto puede generar en la percepción de la sociedad, en el marco de una ya creciente industria para adultos que cosifica y mercantiliza", continúa.
Por otra parte, advierte que el sexo con robots puede generar la alteración de la percepción en cuestiones de consentimiento.
Dentro de los riesgos se cita también al aislamiento que puede generar tener un robot como compañero erótico, aunque aclara que esto va a depender de las normas sociales de cada comunidad. 
Pero alégrense, queridos, que no todo es preocupación: según "Nuestro futuro sexual con robots", quienes se verán beneficiados con la interacción sexual con máquinas antropomórficas serán las personas de ambos sexos que tuvieron una experiencia sexual traumática o padecen ansiedad social y necesitan aliviar la soledad o superar bloqueos emocionales, los hombres con disfunción eréctil o eyaculación precoz, y los adultos mayores hacinados en los geriátricos, que también tienen derecho a solaz y esparcimiento, aunque la sociedad intente vendernos que los que tenemos más de 30 estamos muertos y sepultados.
"Nuestro futuro sexual con robots" recoge testimonios de gente que se animó a tirarse una canita al aire con una máquina un poco más grande que un vibrador tradicional. Karley, escritora neoyorquina de 31 años, que interactuó con un muñeco sexual masculino relató: "Siempre asumimos que los hombres son más propensos a disfrutar durmiendo con este tipo de objetos y que las mujeres necesitamos algún tipo de conexión emocional para disfrutar, pero no siempre es ese el caso. Estos muñecos están hechos cien por ciento de silicona, lo que permite que el pene se sienta increíblemente realista. Aunque es un muñeco sexual en lugar de un robot sexual, tiene una función robótica. El pene se mueve de flácido a erecto."
Para el sexólogo argentino Juan Carlos Kusnetzoff, este tipo de robots también podría ayudar a que las personas con discapacidad motriz logren un acercamiento al sexo. El especialista aclaró que en nuestro país  el tema de la interacción con robots sexuales es casi inexistente, y comentó que se suele usar la calificación de robot como modelo acusatorio para referirse a una pareja que no tiene expresión. "De acuerdo con mi experiencia, lo que sí puedo decir es que en algunas relaciones sexuales, tanto hombres como mujeres califican a su pareja como un robot para significar, entre otras características, que se mueve poco, que no presenta estimulación activa, que su vínculo es más metálico que carnal, o que tiene poca o ninguna expresión de sentimiento", señaló Kusnetzoff. Y, sí, de ese tipo de robots está el mundo lleno.
La fabricación y el uso de robots sexuales está en aumento en países como Japón, Estados Unidos (donde no solo se venden sino que también se alquilan), e Inglaterra, donde un visionario tiene planes para abrir un café con un staff provisto de cyborgs eróticos en Paddington, Londres.
El rango de costos de estas máquinas va desde los 5.000 a 15.000 dólares, aunque se está pensando en fabricar robots sexuales con precios más accesibles. "Harmony", "Android Love Doll", "Roxxxy Gold", "Rocky Gold", "Suzie Software" y "Harry Harddrive" son algunos de los nombres de los modelos que ofrece el mercado.
Se preguntarán, mis queridos, qué opino yo de este asunto tan moderno y pavoroso. Qué quieren que les diga: estoy llorando abrazada a mi ejemplar de “Un mundo feliz”. El presente es una distopía aterradora. No usamos trajes de papel aluminio como imaginé en los ’70, ni tenemos skates voladores a lo Marty McFly, como supuse en los ’80. Estamos cada vez más solos y cada vez más enamorados de las máquinas. Hay un otro esperándonos en la cama y preferimos interactuar con un teléfono celular, un joystick o una computadora. Hay un otro esperando que lo miremos (que lo veamos) y nosotros tenemos los ojos puestos en el último videíto idiota que se viralizó en la web. Tristísimo.

Dicho todo lo que tenía que decir acerca de este tema, me despido de ustedes con una cita del  político, filósofo, escritor y publicista francés Louis de Bonald: “Dondequiera que se implanten muchas máquinas para reemplazar a los hombres, encontraremos muchos hombres que no serán otra cosa que máquinas.” 

Buenas tardes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario