viernes, 10 de octubre de 2014

CRÍMENES DE HOLLYWOOD: RAMÓN NOVARRO



CRÍMENES DE HOLLYWOOD: RAMÓN NOVARRO

"¿Por qué es que, como cultura, estamos más cómodos viendo a dos hombres sosteniendo armas que sosteniéndose de las manos?"
Ernest Gaines

Ramón Novarro fue el primer actor mexicano que trabajó y  logró el éxito en Hollywood. Conoció la gloria pero tuvo un final fue trágico. Su brutal homicidio inspiró a Charles Bukowski para escribir su cuento corto "El asesinato de Ramón Vásquez".


RAMÓN NOVARRO: UN POCO DE HISTORIA

Ramón Novarro, cuyo nombre real era Juan Ramón Gil Samaniego, nació en  Victoria de DurangoMéxico, el  6 de febrero de 1899, en el seno de una familia acomodada. Su padre era dentista, y huyó a Los Angeles escapando de la Revolución mexicana. Primo de Dolores del Río, Novarro empezó su carrera cinematográfica en 1916 dirigido por Cecil B. DeMille. En ese entonces complementaba sus ingresos trabajando como profesor de piano, camarero y cantante. El director Rex Ingram y su esposa, la actriz Alice Terry, lo promocionaron como el rival de Rodolfo Valentino y le sugirieron cambiar su apellido. Ramón eligió su nombre artístico en alusión a un amigo, Gabriel Navarro, quien décadas después sería abuelo del famoso guitarrista de rock Dave Navarro.
A partir de 1923 Novarro comenzó a tener roles más importantes en el cine. Su papel en "Scaramouche" (Rex Ingram, 1923) significó para él su primer éxito importante. En 1925 alcanzó su mayor suceso como protagonista en "Ben-Hur" (Fred Niblo, Charles Brabin, Rex Ingram, Christy Cabanne, J.J. Cohn), causando gran sensación con su vestuario. Fue con esta película que Novarro alcanzó el estrellato de élite de Hollywood.
Cuando Rodolfo Valentino falleció prematuramente en 1926, Ramón Novarro se convirtió en el actor latino más importante del medio. El pase del cine mudo al sonoro no afectó su éxito. Se especializó en musicales y en 1931 llegó a coprotagonizar  "Mata Hari" (George Fitzmaurice) uno de los títulos clásicos de Greta Garbo. En la década del '40 su carrera comenzó a decaer. Su último papel en el cine fue en "Heller in Pink Tights" ("El pistolero de Cheyenne", George Cukor, 1960) junto a Anthony Quinn Sophia Loren.


LOS ROMANCES DE RAMÓN NOVARRO

En Hollywood la homosexualidad de Ramón Novarro no era un secreto. A principios de la década de 1920, el actor tuvo una relación romántica con el compositor Harry Partch, que trabajaba como ujier en la Filarmónica de Los Angeles, que rompió  cuando su carrera como actor comenzó a  despegar. También estuvo  involucrado sentimentalmente con el periodista Herbert Howe, que fue su publicista a fines de la década del '20, y con un hombre adinerado de San Francisco, Noël Sullivan. Sin embargo, el arraigado catolicismo del actor le provocó un fuerte sentimiento de culpa por su condición homosexual y lo empujó a abusar del alcohol.
Se dice que el magnate de la MGM, Louis B. Mayer, intentó obligar a Novarro a un "lavender marriage" (matrimonio por conveniencia para tapar su elección sexual), pero el actor no accedió.


EL ASESINATO DE RAMÓN NOVARRO

Ramón Novarro solía recurrir a los servicios de la prostitución masculina El 30 de octubre  de 1968 recibió la llamada de un hombre ofreciéndole sus servicios. El actor supuso que pertenecía a la agencia que siempre contrataba y en la que confiaba, e invitó al joven a una cena en su casa.
A la mañana siguiente, el secretario del actor llegó a su casa en Laurel Canyon y la encontró totalmente desordenada. Incluso los cuadros habían sido arrojados al piso. Unos anteojos rotos anunciaban la tragedia: en el dormitorio yacía muerto Ramón Novarro, maniatado con un cable y con el rostro desfigurado por los golpes. Había sido torturado cruelmente. En el espejo del baño alguien había escrito: “Las chicas son mejores que los maricones”. La autopsia determinó que el actor había sido violado, que lo habían golpeado con ferocidad y que había muerto asfixiado con su propia sangre. 
Una llamada telefónica realizada desde el teléfono de la casa de Novarro llevó a la policía hasta los hermanos Paul  y Tom Ferguson, de 22 y 17 años, que no tardaron en confesar ser los autores del crimen. 
De acuerdo con la Fiscalía, los dos jóvenes creían que una gran suma de dinero estaba escondida en la casa de Novarro. Se acusó a los hermanos de torturar al actor durante varias horas para obligarlo a revelar dónde se escondía el dinero inexistente. 
Durante el juicio, ambos hermanos jugaron la carta del pobre chico acosado por un viejo, pero el jurado no lo dudó un segundo. La crueldad y la tortura no pueden ser accidentes. Entonces, trataron de inculparse uno al otro, y finalmente fueron condenados a cadena perpetua, aunque se los benefició con libertad condicional  a finales de los '70. Ambos hermanos volvieron a prisión por crímenes no relacionados con el asesinato del actor. Tom murió en el 2005. Paul continúa cumpliendo condena. 


UNA LEYENDA URBANA

La prensa amarilla de la época sacó gran provecho del trágico y morboso crimen y dio origen a una leyenda urbana recogida como cierta por Kenneth Anger en "Hollywood Babylon II" (1984), que perdura hasta nuestros días: "En 1968 la espantosa muerte de Ramón Novarro a causa de una paliza recordó los extraños crímenes del Hollywood de antaño. Ahí estaba ese hombre, muriendo tan extravagantemente como había vivido, ahogado en su propia sangre y con el consolador Art-decó que Valentino le regalara cuarenta y cinco años antes introducido en la garganta. Un par de estúpidos bestias, hermanos y chulos de Chicago, eligieron el 31 de octubre, Halloween, para jugar a Ángeles de la Muerte con el primitivo Ben Hur de sesenta y nueve años. Lo único que los muchachos querían era apoderarse de una fruslería en metálico, cinco mil dólares que, según datos facilitados por otros chulos, Novarro tenía a buen recaudo en su hogar hollywoodense allá en las colinas. Destrozaron la casa haciendo añicos los recuerdos de una extensa carrera que para esos cretinos no tenía significado alguno. Souvenirs empapados en sangre: un caso análogo al de Lou Tellegen y su harakiri".
Anger había hablado anteriormente del famoso consolador, en un capítulo de su libro dedicado a Valentino: "La pérdida de Valentino, a los treinta y un años de edad, dejó un rastro de inconsolables amantes de ambos sexos, a juzgar por los torrentes de lágrimas derramadas. Además de la famosa 'Dama Enlutada' que anualmente le llevaba flores en la fecha de su óbito, el recuerdo de Rudy era reverenciado por Ramon Novarro, quien conservaba en una urna de su dormitorio un consolador de grafito, del más representativo art decó, enaltecido por la firma autógrafa de Valentino. Un regalo de Rudy".
Novarro fue asesinado a golpes y no se le introdujo ningún objeto en la garganta: se asfixió con su propia sangre.

Hasta aquí, amables lectores, todo lo que tenía para ofrecerles hoy. Me despido con unas palabras de la gran María Félix: "Yo nunca he criticado a las lesbianas ni a los homosexuales. Lo que hace la gente de la cintura para abajo son sus historias, no las mías".

Buenas tardes.

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