miércoles, 17 de mayo de 2017

10 COSAS QUE NUNCA DEBERÍAS DECIR SOBRE SU PENE


10 COSAS QUE NUNCA DEBERÍAS DECIR SOBRE SU PENE

“Me gusta cuando callas porque estás como ausente.”
Pablo Neruda

Todos y  todas tenemos partes de nuestro cuerpo a las que les tenemos especial cariño, ya sea porque las consideramos particularmente bellas o porque sentimos que son el soporte de nuestra masculinidad/feminidad. Nos jode que alguien opine negativamente sobre  esas partes y vivimos como una afrenta atroz cualquier comentario que las descalifique. En el caso de los varones (por lo menos, en el de la mayoría) esa parte indiscutible es el pene. Sobre esta vara de la hombría, el amor y la justicia, más vale no opinar negativamente, por lo menos en presencia de su orgulloso portador (con las amigas podemos arrancarle el cuero a tiras).  Para que no cometamos la torpeza de decir sobre el pene de nuestro bienamado alguna cosa que pueda herir su sensibilidad de macho, el sitio web EnFemenino nos ofrece una sesuda nota intitulada 10 cosas que nunca deberías decir sobre su pene. Vivimos en una falocracia, mis queridas. Aprendan a callarse la boca.

10 cosas que nunca deberías decir sobre  su pene
1) Mi exnovio lo tenía más… ¡DIFERENTE!: Aunque tu ex haya tenido un pene de colección, el mejor pene que viste en tu vida, jamás oses comentarlo. Mucho menos frente al pene de tu actual. Se sentirá agraviado y quizás, hasta opte por hacerse el muertito en justa venganza. Ponete un poco en el lugar del tipo, ¿cómo te sentirías vos si tu media naranja elogiara las lolas turgentes de su ex frente tu delantera alicaída o piropeara su trasero devastador frente a esa cosa que vos tenés atrás? Mal, ¿no es cierto? Las comparaciones siempre son odiosas y son especialmente odiosas cuando los comparados son los atributos sexuales.
2) ¡Me estás haciendo daño! Creo que está torcido: Los seres humanos somos asimétricos. Científicamente comprobado. Pero decirle a un hombre que tiene el pene torcido es una torpeza imperdonable. Otra vez, ponete en lugar del tipo, ¿cómo te sentirías si te dijera, alarmado, que tenés una teta más grande que la otra? Sentido común, por favor.
3) Aunque sea pequeño, a mí me gusta: Muchas somos las damas que pensamos que el tamaño no importa. O, por lo menos, no importa tanto. Más vale maña que fuerza. Ya nos hemos preguntado varias veces en este espacio de qué sirve un pene descomunal si su propietario es un inútil o un egoísta. Pero los hombres no piensan así. Para los hombres el tamaño es fundamental. Ellos miden a sus contrincantes con esta vara casi mística que es el pene. Hacer alusión a su pequeñez es una ofensa atroz.
4) El sexo oral... No es por mí, ¡ES POR TI!: Parece que, para los redactores de EnFemenino, está frase puede traducirse como una forma sutil de decirle a nuestra media naranja que necesita una ducha. No podemos ser tan brutas. Y si el señor en cuestión de verdad necesita una ducha, debemos ser precavidas y sugerir un erótico baño de a dos. Jamás insinuar que su pene necesita agua y jabón. ¡Jamás!
5) Tu pene tiene un color raro, ¿no?: A, ay, ay. ¿Estamos frente a un pene y lo único que se nos ocurre decir es que tiene un color raro? Hay mujeres que no ven un pene ni siquiera en sueños, ¿quiénes somos nosotras para andar con tantas vueltas? Salvo que el pene en cuestión sea verde u ostente los siete colores del arcoíris, cállense la boca, por favor.
6) ¿Está ahí? No siento nada: Si te pasa esto, esperá a que termine el encuentro erótico y dales salida de tu vida al señor y a su pene de manera elegante. Nadie te pide que te sacrifiques junto a un pene que ni fu ni fa, pero hay formas civilizadas de decir las cosas.
7) Mi ex aguantaba más tiempo…: ¿Otra vez con tu ex? ¿Y por qué no quedaste con él, infeliz? Dejá de atormentar al pobre tipo.
8) ¡¡¡Qué bonito es!!!: Alto ahí, señoras. Los penes no son bonitos. Son portentosos, descomunales, increíbles, regios… pero no bonitos. Bonitos son los gatitos, los duendecitos que venden en Cariló y los escarpines que teje la abuela (¿todavía quedan abuelas que tejen?). El adjetivo bonito será percibido por tu partenaire como una afrenta a su virilidad. Nada de ternuras con el pene, por favor.
9) ¿Crees que cuando seas anciano encogerá tu pene?: Ay, Dios. ¿No es delito ser tan boluda? ¿A qué mujer con los patitos más o menos en fila puede ocurrírsele preguntar semejante cosa? Viví el hoy, nena, que es lo único seguro que tenemos. No le hagas este tipo de preguntas a un hombre salvo que tu intención sea que huya despavorido.
10) ¿Podemos jugar con tu pene?: Quizás él se emocione al escuchar esta frase, imaginando juegos lúbricos que los elevarán al pináculo del éxtasis. Pero si los juegos que vos pretendés exceden lo erótico y apuntan más a dibujarle al sufrido pene de tu amado la cara de Peppa Pig con un fibrón (con los dos ojos del mismo lado, cosa que me perturba mucho), callate la boca. Los hombres no desean que tomemos sus penes para la chacota. Un pene no es un juguete, please.
Hasta aquí, damas y damitas, el artículo de EnFemenino acerca de las cosas que jamás debemos decir sobre el pene de nuestro hombre, por lo menos en su presencia. Con un poco de calle o sentido común, el mentado folletín sería más que innecesario. Pero ya se sabe que las chicas modernas tienen menos calle que una pantufla. Y cero sentido común. Por eso hace falta guiarlas en los vericuetos del amor y el erotismo.
Me despido de ustedes con un preciado pensamiento de Ernest Hemingway: “Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.

Buenas noches.

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